Les cuento: la cosa va de un hechicero supremo que vive entre los hombres de buena voluntad velando por que los asuntos del mundo de la magia y lo sobrenatural no se salgan de madre. Pero dichos asuntos, claro, se complican cuando un hechicero rival, más malo que un dolor, llega a la Tierra en busca de una reliquia que le permitirá aumentar su poder...
¿Le suena, verdad? Pues si es así está claro que es usted un lector de Marvel Comics, y en concreto de las aventuras del Dr. Extraño, el personaje creado por Stan Lee y Steve Ditko, y que representa la presencia de lo sobrenatural en el universo de ficción donde cohabitan (y a saber qué otras guarradas más harán) los 4 Fantásticos, Spiderman, Hulk, la Patrulla X y compañía. Pero lo que acabo de contarles no es sino una breve y atropellada sinopsis de Doctor Mordrid, otro ejemplo más (y van) de lo caraduras que pueden llegar a ser Albert y Charles Band, los genios que se esconden (más se deberían esconder, porque si no acabarán tras las rejas) detrás de las productoras especializadas en cine fantástico de serie B y Z Empire y Full Moon.
Y es que, al parecer, Doctor Mordrid iba a ser un episodio piloto de una serie basada en los cómics de Marvel... Pero cuando la empresa de Stan Lee que acaba de comprar Disney se vio el percal se desentendió del proyecto, y Charles Band -que es perro viejo- se negó a perder horas de trabajo (dudo que la filmación de esto alcanzara más de un día) e hizo los cambios justos y pertinentes para que no lo encarcelaran, resultando un film independiente que solo se estrenaría en vídeo, y que según los créditos está escrito por C. Courtney Joyner a partir de "una idea original" (jajajajaja) de Albert y Charles Band, a la sazón directores del engendro.
Ya hemos hablado repetidas ocasiones del bueno de Charles Band en esta misma serie de "Bodrios que hay que ver": títulos como El ático, La rebelión de los monstruos, Zone Troopers , Arena, Vicious Lips o la sin igual Troll demuestran el amor de Band y los suyos por el género, y sobre todo por el dinero, a poder ser fácil y rápido. Doctor Mordrid no es una excepción, y es un claro intento de película realizada con un presupuesto ínfimo, concebida direct to video y pensada para recuperar el dinero invertido en cuanto un par de frikis pre foros de Internet alquilasen el VHS. Por aquel entonces, claro, la película basaba su hipotético éxito en engañar al mayor número de espectadores posible pasando por un producto digno, y hoy sucede todo lo contrario: su pervivencia funciona en tanto en cuanto los fans la buscan como producto cutre y abisal.
En esta ocasión un habitual de la casa, el gran Jeffrey Combs -que será por siempre el reanimador Herbert West de la lovecraftiana Re-Animator- interpreta a Anton Mordrid, un sosias de Stephen Strange que en lugar de vivir con su mayordomo Wong vive con un cuervo llamado Edgar Allan -qué cultos que son estos Band, demonios-, imagino que porque sale mucho más barato el alpiste que el salario mínimo estipulado por la ley para mayordomos orientales calvos.
Mordrid, que de vez en cuando habla con su monitor -no el de aerobic, sino una fuerza suprema que vigila nuestro planeta desde el más allá- a través de una bola de cristal o así que hace las veces de Ojo de Agamotto, es el dueño del edificio donde vive, y a pesar de tener más de doscientos años y no necesitar nada para vivir -ventajas de dominar la magia-, seguro que les cobra un buen alquiler a sus inquilinos, entre ellos una experta en asuntos sobrenaturales que trabaja con la Policía de la ciudad, y con la que Mordrid tendrá un amago de relación sentimental.
El villano de la función -o sea, el Mordo de los cómics- es el malvado Kabal, al que interpreta (por así llamarlo) Brian Thompson, un habitual de las películas de serie B y Z. El resto del reparto cuenta con Yvette Nipar como la chica en cuestión, Jay Acovone como un duro policía de buen corazón, y Ritch Brinkley como Gunner, el vigilante del paso que une la Tierra con la Otra Dimensión... Sí, amigo irredento de Marvel, los Band también sablean a gusto Thor y su mitología asgardiana.
En fin, hablando de Marvel... Que mejor que perder el tiempo con esta nadería de Doctor Mordrid, que apenas alcanza los 75 minutos de duración y que debió costar menos que un par de tapas en El Bulli, más vale darle una oportunidad al estupendo film de animación Doctor Strange, que aunque mucha gente piense que será más infantil por ser de dibujos animados, créanme que es un producto mucho más maduro y mejor acabado que esta producción de la nunca lo suficientemente ponderada Full Moon y su capo Charles Band. Salvo que, claro, lo que quieran sea echarse unas risas; si es así, Doctor Mordrid es su película, amigos.
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2 comentarios:
Ostias, que aberrante!!!!!!!! XD
Yo ahora estoy en Irlanda haciendo un curso de ingles, pero cuando vuelva a Espanha, a mitad de diciembre, adquirire algo de Ponent Moon. No podemos perder editoriales tan arriesgadas como esta. (Sobre el post anterior :D).
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