Abandonad toda esperanza

lunes, 17 de octubre de 2016

Removidos: En este cómic estamos todos




Los autores de Removidos, una novela gráfica recientemente publicada por La Cúpula, son Dani Avilés y Carlos Moya... pero no son, claro, el actor infantil y el tenista de élite de nombres idénticos o muy similares. De hecho, para descubrir estos nombres (verdaderos) hay que leer la letra pequeña de los créditos del libro, porque -haciendo honor al título de su obra y al concepto que la sustenta- han decidido firmarla con los alias artísticos de Ego y Alter. Ego & Alter, que no Alter & Ego. Por añadidura, la inversión del orden de la habitual voz latina para designar a un sosias de ficción no solo remite al título de la obra, sino a la incapacidad de dirimir quién se encarga de qué; quién es el guionista y quién el dibujante. Y el orden de aparición en la cubierta tampoco asegura nada: ¿se ha seguido la costumbre anglosajona de anteponer el escritor al artista gráfico? ¿o se ha optado por la versión europea, que da preferencia al ilustrador?




Tampoco ayuda a averiguar quiénes son verdaderamente Ego y Alter los textos de las solapas, pues el dedicado a los responsables de la obra afirma lo siguiente: "Los autores, desde la modestia que les caracteriza, aseguran que han hecho absolutamente de todo en la vida y, de hecho, es un hecho que todo eso que han hecho lo han hecho muy bien hecho". Antes de eso, el que debería glosar el contenido del volumen y/o reproducir algún comentario crítico y/o propagandístico al respecto señala: "Vaya por delante que éste es el espacio reservado a unas palabras de vanagloria de la obra con la intención de convertir al potencial lector en un comprador consumado. Dicho esto, estás ante una novela gráfica inspiradísima, deslumbrante y sobrecogedora, que representa una verdadera proeza de astucia literaria muy animada, fruto de la embriagadora fusión de dos talentos arrolladores, ¡ahí es nada!".




Esto, más allá de ser una mera boutade, subraya el carácter metarreferencial del relato, en el que los dos autores se incluyen a sí mismos representados en una pareja de figuras humanas que, vestidas pulcramente con traje y corbata, y con los rostros cubiertos por sendas máscaras de un cerdo y un mono que ocultan sus verdaderas identidades, comentan en determinadas ocasiones, y muy especialmente al comienzo y al final del relato, el devenir vital de sus criaturas; cinco personajes principales que se conocen entre sí y que centran la atención del lector: Paloma, Pablo, Lola, Gonzalo y Julia. Cinco protagonistas que ceden también su nombre a otros tantos capítulos que, a su vez, conforman el grueso de la obra, una de las más ambiciosas (y a la postre más satisfactorias) de lo que ha dado de sí el cómic nacional en lo que va de año.




Mucho más revelador resulta la entrada del blog de la editorial dedicada a la obra: "Culturetas, modernos de palo, artistas emergentes, coolhunters, productores audiovisuales, galeristas de pega, señoras que. Vividores antisistema, editores de microrrelatos, puteros de rutina, mariquitas de libro y gays conservadores. Depresivos, adalides de la democracia, imputados, padres de familia en decadencia, escritorzuelos, cinéfilos, musiqueros rancios, críticos culturales, frikis autoproclamados, marchantes de arte en mayúsculas... ¡En este cómic estamos todos! Removidos es uno de los cómics más singulares que tenemos el orgullo y el placer de editar este año. Una inspirada mezcla de ensayo vitriólico, comedia de situación y tratado antropológico que pone absolutamente todas las cartas sobre la mesa para dar el verdadero rostro del hombre moderno. Lo hace a través de una serie de personajes que bordean la madurez y son víctimas de sí mismos, de los demás y del sistema ridículo que entre todos nos hemos montado. Sinsabores románticos, frustraciones para parar un tren, tristes pensamientos de autoayuda, resacas del quince, codicia sin límites, exposiciones imperdibles, garitos y gastrobares, shopping, un resort vacacional, baladas contra el cáncer, sushi, drogaína, novelas autobiográficas, ningún niño sin móvil... ¡No falta de nada!".




Efectivamente, en las páginas de este cómic no falta de nada, y en su interior estamos todos. Más allá de su lectura metarreferencial y por momentos paródica -algo que, aunque resulta atractivo a priori, siempre supone una opción muy arriesgada por lo que tiene de distanciamiento del lector / espectador-, así como de la multitud de homenajes y referencias que pueblan sus páginas (desde figuras históricas a iconos de la cultura y la sociedad actual pasando por personajes de la literatura, el cine y el resto de artes de carácter narrativo), no resulta difícil identificarse con las idas y venidas de los seres humanos que las protagonizan, ya sea en alguno de los personajes principales, en alguno de los secundarios... o en la suma de varios de ellos. Y es que los intereses, las preocupaciones, las alegrías cotidianas y los sinsabores diarios del sujeto occidental están plasmados a la perfección, haciendo de Removidos una comedia humana profundamente verosímil; un relato coral que gira alrededor de las relaciones (laborales, de amistad, familiares, sentimentales, sexuales, etc.) entre semejantes que no lo son tanto en la medida en que cada uno de ellos -cada uno de nosotros- son -somos- únicos en nuestra especie. Con todo lo bueno y, en este caso, lo malo que ello conlleva.




En resumidas cuentas: todos estamos removidos. Y esto es algo que ya sospechábamos, pero que este Removidos confirma una y otra vez, casi a cada página, operando como un espejo que, al leerlo, nos devuelve una imagen de nosotros mismos. Una imagen que, no por fidedigna (aquí no cabe hablar siquiera de una deformación al estilo del esperpento de Valle-Inclán), deja de resultarnos tan terrible como, en el fondo, inquietantemente familiar.


Título: Removidos
Autores: Ego & Alter (guion y dibujo)
Editorial: La Cúpula
Fecha de edición: septiembre de 2016
164 pp. (bitono) - 17,90 €


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