Lo dicho: esta sección de necrológicas viene siendo dolorosamente habitual en las últimas semanas. Y hoy volvemos a actualizarla con la desaparición de una de las últimas leyendas vivas del Hollywood dorado: la actriz Lauren Bacall, todo un icono del cine clásico en glorioso blanco y negro.
Lauren Bacall (1924-2014)
La intérprete debutó en la gran pantalla con veinte esplendorosos años y por la puerta grande: en 1944 protagonizaba el magistral drama con toques noir Tener y no tener, adaptación de una novela de Ernest Hemingway dirigida por Howard Hawks y coprotagonizada por el ya consagrado Humphrey Bogart, veinticinco años mayor que ella y con quien al año siguiente contraería matrimonio... en una unión que duró hasta el fallecimiento de él en 1957. En el ínterin, una exitosa carrera profesional juntos y por separado, y un activismo público en contra de la tristemente célebre "caza de brujas" anticomunista del senador Joseph McCarthy.
En Tener y no tener conoció al que sería su primer marido: Humphrey Bogart
En 1946, y después de protagonizar también otra adaptación (la de Agente confidencial, según Graham Greene), la actriz repetiría con Hawks y su ya marido Humphrey Bogart en una de las grandes obras maestras del cine negro: El sueño eterno. Basada en la novela de Raymond Chandler y con Bogart encarnando al carismático investigador privado Philip Marlowe, el film sentó las bases de buena parte del cine del género que vino después, y al que la pareja sentimental y profesional legaría enseguida otras dos muestras canónicas: La senda tenebrosa de Delmer Daves (según la novela de David Goodis) y Cayo Largo de John Huston (según la obra teatral de Maxwell Anderson).
Bogart y Bacall, ya casados, en El sueño eterno
Ya en los años 50, la Bacall se apartó un tanto del género y de la compañía de su marido en la gran pantalla para demostrar su versatilidad como intérprete. Así, fue dirigida por partida doble por Michael Curtiz, que había trabajado con su esposo en la mítica Casablanca, en El trompetista y El rey del tabaco, estrenadas ambas en 1950 y donde la actriz fue compañera de reparto de, respectivamente, Kirk Douglas y Gary Cooper. Otros títulos destacados de su filmografía durante aquella década son Cómo casarse con un millonario, La tela de araña, Callejón sangriento, Escrito sobre el viento o Mi desconfiada esposa; cintas donde fue dirigida por Jean Negulesco, Vincente Minnelli, William A. Wellman y Douglas Sirk, y donde coincidió con compañeros de profesión como Marilyn Monroe, Richard Widmark, John Wayne, Rock Hudson o Gregory Peck.
Con Rock Hudson y Robert Stack en el soberbio melodrama Escrito en el viento
En la década de los 60, la actriz se casó y se divorció del actor Jason Robards, con quien matuvo una unión que duró nueve años. A partir de entonces y hasta la actualidad, sus apariciones en la gran pantalla fueron cada vez menos habituales, pero nunca llegó a retirarse de la interpretación. Así, y ya por lo general en roles secundarios dejando paso a una nueva generación de actores, pudimos verla en filmes como La pícara soltera, Harper, investigador privado, Asesinato en el Orient Express, la crepuscular El último pistolero (donde volvió a coincidir con John Wayne, ahora a las órdenes de Don Siegel) o Mr. North (dirigida por Danny Huston, hijo del mítico realizador de Cayo Largo).
Con John Wayne repitió en la otoñal El último pistolero
Los años 90 arrancan en su filmografía con su aparición en Misery, la estupenda adaptación de la novela de Stephen King en la que encarnó a la agente literaria del escritor interpretado por James Caan, en una cinta que le valió a Kathy Bates un merecido Oscar como Mejor Actriz Protagonista. Sorprendente e injustamente, Lauren Bacall nunca llegaría a ganar semejante galardón -salvo uno de carácter honorífico-, y tan solo recibiría una nominación (como Mejor Actriz de Reparto) a lo largo de toda su carrera: por su papel de madre de Barbra Streisand en El amor tiene dos caras, film de 1996 dirigido también por la famosa actriz y cantante.
El amor tiene dos caras le valió su única (y tardía) nominación al Oscar
Que Lauren Bacall no necesitaba de ninguna estatuilla dorada para ser considerada una leyenda viva del séptimo arte lo acredita no solo el peso de los clásicos que protagonizó al comienzo de su carrera, sino que directores del nuevo Hollywood y otros realizadores al margen de la gran industria siguieran reclamando su icónica presencia: así, Robert Altman, que ya la dirigiera en Salud, volvió a llamarla para incluirla en el multitudinario reparto de su Pret-a-porter; el realizador y guionista Paul Schrader hizo lo propio con The Walker; Jonathan Glazer le ofreció un papel en la reivindicable Reencarnación; y alguien tan poco sospechoso de idolatrar las maneras del cine tradicional como el iconoclasta Lars von Trier trabajó con ella en dos ocasiones: Dogville y Manderlay. En resumidas cuentas: nos ha dejado una parte muy importante de la historia del cine, más grande que la suma de todas las películas en las que participó.
Con Nicole Kidman en Dogville, su primera colaboración con Lars von Trier
Betty Joan Perske, llamada Lauren Bacall, nació en 16 de septiembre de 1924 en New York City, New York, y falleció en 12 de agosto de 2014 en su ciudad natal. Tenía por tanto 89 años. Descanse en paz.
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