Abandonad toda esperanza

lunes, 12 de marzo de 2012

En busca de La Cosa del Pantano: Crisis en Universos DC infinitos



Dentro de las distintas actividades que conforman la inminente nueva edición de Unicómic (en breve, más información al respecto en este vuestro blog), un servidor dará una charla titulada "Vertigo avant la lettre. Los orígenes no tan secretos de la línea adulta de DC Comics", para cuya preparación he vuelto a las páginas de algunas de las obras que dieron pie a la creación, en 1993 y por parte de la editora Karen Berger, de la tan traída y llevada línea Vertigo. Esto es: en primer lugar, La Cosa del Pantano de Alan Moore, a la que siguieron Animal Man y The Doom Patrol de Grant Morrison, el primer Hellblazer de Jamie Delano, The Sandman de Neil Gaiman y Shade, el hombre cambiante de Peter Milligan. Por supuesto, comparar aquellos títulos y el estado actual de la línea adulta de DC, sin entrar en más valoraciones a favor o en contra de unos u otra, es de lo más revelador del estado de las cosas.




Bien es conocida, a estas alturas, la desvinculación de los cómics de Vertigo respecto de los acontecimientos del resto de títulos de la compañía a lo largo de los años, aunque oficialmente su contenido estuviese dentro de las coordenadas espaciotemporales del Universo DC: más cercanos a la autonomía del Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons (que, en principio, iban a protagonizar personajes olvidados de la Edad de Oro) o al estilo "Elseworlds" del Batman Dark Knight de Frank Miller (protagonizado por un Bruce Wayne sexagenario), los citados cómics escritos por Moore, Gaiman, Morrison y compañía tomaron un camino propio al margen de las correrías de Superman, Batman, Wonder Woman y demás superhéroes y superheroínas en mallas.




Pero tras los acontecimientos de la macrosaga La Noche Más Oscura y dentro de lo que se ha venido a llamar El Día Más Brillante, prolongación inmediata de la anterior, en una miniserie de tres entregas como En busca de La Cosa del Pantano (recogida por ECC para su edición española en una entrega única, esta que nos ocupa), y que funciona a modo de epíloto, el propósito de los editores de DC parece ser el de volver a reunificar ambas corrientes, casi dos universos alternativos, en uno solo, sin que ello signifique necesariamente la desaparición de Vertigo como un sello de la editorial.




Así, las páginas de la presente historia están protagonizadas, más que por el propio Swamp Thing concebido por Len Wein y Bernie Wrightson y remodelado luego por Alan Moore, por el personaje que este creó en las páginas de aquel y que finalmente cobró autonomía propia para superarlo en popularidad y cariño (o así) por los lectores: John Constantine. Desde las páginas de Hellblazer -que, como dato significativo, es la única serie presente en los comienzos de Vertigo que todavía hoy se sigue publicando mes a mes-, este moderno hechicero inglés recibe una petición de ayuda de algo que podría ser su viejo colega Swampy... o quizá otra entidad mucho más peligrosa.




De esta manera, Constantine se embarcará en una odisea en pos del ser elemental que se ha convertido en protector del planeta contra los abusos de compañías petrolíferas y laboratorios científicos -entre ellos, los de Lexcorp-, y descubrirá que la resurrección de Alec Holland, el que funcionara como enlace de la Cosa del Pantano con la condición humana, por parte de Linterna Blanca, ha cambiado un tanto el statu quo reinante...




En su búsqueda de un "personaje Vertigo" como La Cosa del Pantano, otro "personaje Vertigo" como Constantine recibirá la ayuda -o en ocasiones intromisión- de cinco personajes integrados más o menos plenamente en el Universo DC, tres de ellos relacionados con el apartado mágico y/o místico del mismo y más cercanos por tanto al espíritu de Vertigo (Zatanna, Madame Xanadu y Deadman), los otros dos nada menos que los dos personajes más populares de la casa: el Hombre de Acero de Metrópolis y el Señor de la Noche de Gotham City.




En cuanto al apartado gráfico, destacar el buen hacer tanto de Marco Castiello -que abre y cierra la miniserie- como de Renato Arlem -que se ocupa de la entrega intermedia-, a medio camino entre la concepción visual más espectacular y comercial del tebeo de superhéroes medio y una visión más oscura y siniestra que lo acerca a lo que se entiende, por lo general, como un cómic propio de Vertigo. Así, el dibujo de En busca de La Cosa del Pantano -y al que no perjudica para nada el cambio puntual de artista-, junto a un guion efectivo y bien desarrollado, consiguen lo que en un principio no parecía nada fácil de lograr: un producto que podría haberse quedado en tierra de nadie pero que finalmente proporciona una lectura de lo más grata. Eso sí: no esperen encontrar en sus páginas el peso específico de un Moore o un Delano en su mejor momento, pero sí su huella y una visión fiel al legado de aquellos.


Título: En busca de La Cosa del Pantano
Autores: Jonathan Vankin (guion) / Marco Castiello & Renato Arlem (dibujo)
Editorial: ECC
Fecha de edición: febrero de 2012
64 pp. (color) - 4,50 €

No hay comentarios:


Estadísticas