Abandonad toda esperanza

martes, 6 de diciembre de 2011

El coche de Intisar: De Constituciones y derechos civiles



No es una mala elección la de una jornada como la de hoy, en la que se celebra la festividad del Día de la Constitución -al fin y al cabo, una conmemoración de un documento que recoge una serie de derechos civiles fundamentales-, para recomendar una novela gráfica como El coche de Intisar, que acaba de publicar Glénat. Porque de eso habla precisamente esta obra que lleva por subtítulo el esclarecedor "Retrato de una mujer moderna en Yemen": de derechos civiles que son fundamentales, aunque no todos los entiendan como tales.




Pese a lo que parece sugerir el título, el verdadero personaje central de la obra no es un automóvil, sino su propietaria: una joven llamada Intisar, doctora anestesista de profesión, que de pequeña soñaba con ser un niño y que siendo adulta se identifica con las letras de las canciones de Rihanna y Beyoncé porque son mujeres que cantan para mujeres sobre el hecho de ser mujer. Por su parte, su coche ejerce de metáfora de su libertad, una libertad que se ve maltradada de base por el mero hecho de ser una mujer que nació y que vive en el mundo árabe... Algo que saben muy bien las cuarenta mujeres yemeníes que fueron entrevistadas por el autor durante el tiempo que estuvo alejado de Occidente.




Y es que El coche de Intisar no es un relato verdaderamente autobiográfico, pues el personaje de Intisar es la suma de todas ellas (aunque el carácter de una acabara primando sobre el resto)... pero desde luego lo parece. Este es uno de los grandes méritos de la obra: que la verosimilitud de lo narrado y la cercanía del diálogo virtual que establece con el lector confieren al personaje principal y a su universo particular una autenticidad fuera de toda duda. Así, los autores consiguen para El coche de Intisar uno de los rasgos que han hecho de Persépolis, La vida es buena si no te rindes, Fun Home y otros grandes cómics autobiográficos títulos memorables que permanecerán en la mente y el corazón de los lectores durante años: la credibilidad de lo que cuenta como algo auténtico.




Este es uno de los grandes méritos del guionista: Pedro Riera tuvo la oportunidad de vivir en Yemen durante un año gracias a una oferta laboral que recibió su esposa Aliénor Benoist, a la sazón responsable junto al anterior del proceso de documentación que precede a la obra (y del que podemos encontrar una selección de textos a modo de materiales adicionales al final del presente volumen). De su encuentro con una realidad tan distinta de a la que estaban acostumbrados surgen estos 24 breves episodios que nos acercan a un mundo retratado sin maniqueísmos, donde el hombre no responde al arquetipo del enemigo al que hay que batir (véase la figura del hermano comprensivo frente a la de un padre autoritario en extremo), y donde un niqab (el velo que deja a la vista solo los ojos de la mujer que lo lleve) es tanto una herramienta de represión y control como un modo que utilizan las mujeres de ejercer ciertas libertades sociales que en un principio se les niegan.




Así, el relato de Intisar, puntuado en todo momento por su monólogo interior que reflexiona a modo de voz en off, discurre con naturalidad, dando forma a un entorno constumbrista donde no se censuran los aspectos más desagradables del mismo pero donde siempre queda un resquicio para el sentido del humor, que aquí aparece de forma natural y no como un truco de guionista al que recurrir para suavizar el impacto de lo narrado.




Por su parte, Nacho Casanova -al que muchos recordarán por los tres volúmenes de su Autobiografía no autorizada- demuestra, como ya hizo en Mistigri junto a Stygryt, que puede poner sus lápices al servicio de las palabras escritas por otro sin por ello perder su reconocible y personal estilo. Apoyándose en una ingente cantidad de material gráfico recopilado por el guionista -como él mismo confiesa en las notas que ponen fin al tomo-, Casanova da forma al Yemen que Riera y su mujer descubrieron muchas veces con estupefacción y que en otras se les mostró fascinante y sugerente. El resultado de unir el trabajo de ambos es uno de los tebeos autóctonos mejor acabados de lo que va de año (que es ya casi todo), y que vale muy mucho la pena leer. Leerlo, pensarlo y meditarlo.


Título: El coche de Intisar (Retrato de una mujer moderna en Yemen)
Autores: Pedro Riera (guion) / Nacho Casanova (dibujo)
Editorial: Glénat
Fecha de edición: noviembre de 2011
208 páginas (bitono) - 16,95 €

(+) El coche de Intisar (la web)

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