Abandonad toda esperanza

domingo, 28 de febrero de 2010

La maldición del Joker

Hace unos días encontraron el cuerpo sin vida, aparentemente debido al suicidio, del actor Andrew Koenig, conocido sobre todo por haber interpretado a Boner en 25 episodios de la serie de los años 80 Growing Pains, es decir, Los problemas crecen.



Lo curioso es que Koenig, hijo del también actor Walter Koenig (Chekov en la saga original de Star Trek), había cobrado cierta fama de culto por haber interpretado al Joker en el cortometraje no oficial pero muy celebrado Batman: Dead End (2003) de Sandy Collora, y en donde su recreación del archivillano del Hombre Murciélago fue saludada como una de las más fieles a la idea original de los cómics.



Dado que Heath Ledger, el Joker de El caballero oscuro, también falleció inesperadamente... ¿Deberían empezar a preocuparse Jack Nicholson, el Joker de Tim Burton, y Mark Hamill, la voz del Joker animado? Porque quien no tiene razón alguna para preocuparse es Cesar Romero, el Joker del Batman de los años 60, pues ya nos dejó en el primer día de 1994...







sábado, 27 de febrero de 2010

Las recomendaciones del sábado



Cómic:
FELON
Greg Rucka & Matthew Clark
(Norma, 2010)

Tras salir de prisión Cassiday buscará a sus antiguos socios para recuperar su parte del botín, pero la agente Freeh seguirá sus pasos muy de cerca... Se rescata en un solo tomo esta miniserie, uno de los primeros trabajos destacados del luego prestigioso guionista Greg Rucka, autor especializado en género negro que nos ha dado obras como Whiteout o Queen & Country. En esta ocasión apuesta por la acción pura y dura sin renunciar a sus diálogos característicos y al habitual protagonismo femenino. Un chute de adrenalina asegurado.



Libro:
EL CLUB DE LA LUCHA
Chuck Palahniuk
(Mondadori, 2010)

Un individuo vive atrapado en la más terrible de las monotonías hasta que el anárquico Tyler Durden le descubre que "la primera regla del Club de la Lucha es no hablar del Club de la Lucha"... Aprovechando que aparece su nueva novela, Snuff, se recupera el debut que convirtió al autor de Fantasmas y Rant en una de las figuras clave de la literatura norteamericana del cambio de milenio. Nihilismo de nuevo cuño contra la sociedad de consumo que vale la pena aunque ya hayan visto la (magnífica) adaptación de David Fincher con Brad Pitt.


(De: El Periódico de Villena, n.º 216, 26-II-2010).

viernes, 26 de febrero de 2010

Scorsese y la serie B

Ya anunciamos hace un par de días que no tardaríamos demasiado en volver a hablar de Shutter Island, la nueva colaboración entre el director Martin Scorsese y el actor Leonardo DiCaprio, a su vez adaptación de la novela homónima de Dennis Lehane.

Por ello, a este estupendo film que ahora mismo está en la cartelera le dedicamos la columna de Abandonad toda esperanza de hoy:


jueves, 25 de febrero de 2010

Crumb, Moore y los muertos vivientes

En este vuestro blog siempre nos alegramos de la edición de libros teóricos sobre cómic, un terreno que hasta hace poco era poco menos que tierra baldía pero cuya penosa situación viene mitigándose poco a poco gracias a autores como el constante Román Gubern o un recuperado Terenci Moix, o ediciones como las de los dos libros de Antoni Guiral sobre la factoría Bruguera, la colección Del tebeo al manga de Panini Comics coordinada por el mismo Guiral, las obras teóricas de Will Eisner y Scott McCloud editados por Norma y Astiberri, dos ensayos sobre Hal Foster por parte de Dolmen y Planeta, así como colecciones de monográficos (autores, personajes, tendencias) tan interesantes como "Pretextos" de Dolmen y "Sin Palabras" de Sins Entido... Por no hablar de las ediciones de la Semana Negra de Gijón y la aparición de títulos puntuales como la biografía de Charles Shulz, el creador de Charlie Brown y Snoopy (EsPop Ediciones), o los Recuerdos y opiniones de Robert Crumb (Global Rhythm).



Precisamente de Crumb Dolmen acaba de editar su correspondencia de 1958 a 1977, Tus ganas de vivir me horrorizan; esto es, medio centenar de misivas escritas por el autor a sus amigos del mundillo del cómic Marty Pahls y Mike Britt. Estas cartas abarcan el período que va desde los 16 hasta los 21 años de edad del creador de Mr. Natural; se trata por tanto de una época de formación y de autoconocimiento por parte del que acabaría convirtiéndose en el autor más importante de la historieta underground norteamericana.



La edición incluye dibujos inéditos del autor, anotaciones varias y un ilustrador prólogo a cargo de Pepo Pérez, conformando un título indispensable y de lectura obligada para los fanáticos del trabajo de este autor aficionado al coleccionismo de discos de 78 rpm y a las mujeres de formas contundentes.



La editorial mallorquina continúa apostando por la edición de libros teóricos sobre el tebeo, y uno de los títulos más esperados es el duodécimo de la colección Pretextos, Alan Moore. La autopsia del héroe, firmado por J. J. Vargas y que repasa concienzudamente la producción del guionista británico, autor de títulos indispensables del medio como Watchmen, V de Vendetta, Swamp Thing, From Hell o Lost Girls.



La sinopsis del mismo es la siguiente: En principio, para entendidos y profanos, sobran las presentaciones: se trata simplemente de Alan Moore, el diseñador de universos, el fractal histórico en que convergen los vasos comunicantes de lo que el cómic ha sido, es y será. Pero hay más, mucho más. Desde sus primeras colaboraciones en Sounds y 2000AD, hasta las creaciones de su propio sello America’s Best Comics (The League of Extraordinary Gentlemen, Tom Strong, Promethea), atravesando la resurrección de series como La Cosa del Pantano y Supreme, o sus célebres Watchmen, V de Vendetta, Miracleman, Lost Girls y From Hell, Moore ha dejado a su paso un reguero de clásicos, pero también un reguero de cadáveres que reconocer: porque por encima de todo tópico, el pulso narrativo de Moore funciona como un despiadado escalpelo capaz de extender informes forenses sobre la muerte del héroe tradicional, y con ellos, de responder con precisión a algunas de las preguntas críticas de nuestro tiempo. Alan Moore: La autopsia del héroe es, hasta la fecha, el estudio más completo y pormenorizado sobre el autor británico publicado en cualquier idioma. En sus páginas, J. J. Vargas propone un viaje ameno, personal y riguroso a través de la biografía, obra, procesos y claves del hombre que cambió la industria del cómic para siempre.



En este vuestro blog volveremos a hablar de este título en cuanto lo hayamos leído y podamos hablar de él de primera mano. Pero de momento queremos subrayar la apuesta de Dolmen por la edición de libros, y no solo teóricos sino también de pura ficción (algo a lo que recientemente se ha apuntado también la madrileña Dibbuks). Véase si no la ya nutrida colección constituida por novelas de zombis, y en la que a los ya publicados Los caminantes, Naturaleza muerta y Apocalipsis Island se suman ahora Zoombi: El apocalipsis zombi con denominación de origen de Alberto Bermúdez Ortiz y El alzamiento, firmada esta por el galardonado Brian Keene. Una apuesta por los muertos vivientes la de Dolmen que se complementa con la edición de cómics como Zombee de Miles Gunter y Víctor Santos, también para un marzo cargado de prometedores títulos. Permanezcan atentos a sus librerías.

miércoles, 24 de febrero de 2010

El cruzado enmascarado y el dream team británico



Después de una primera avanzadilla de autores británicos comandados por Alan Moore, la pareja formada por Grant Morrison y Neil Gaiman -una suerte de buque insignia de un dream team de autores ingleses- supusieron una (segunda) bocanada de aire fresco para el cómic mainstream norteamericano. Ambos se habían forjado una temprana reputación de enfants terribles en su Inglaterra natal, y el mercado estadounidense, concretamente las oficinas de DC Comics, les recibieron con los brazos abiertos. Mucho antes de que sus respectivos caminos se cruzaran con el Hombre Murciélago, el primero escribiría historias como Kid Eternity o la primera (y gloriosa) etapa de Animal Man; el segundo concibiría Orquídea Negra junto al habitual Dave McKean y no tardaría en poner -junto al Jamie Delano de Hellblazer- la que podría considerarse como primera piedra sobre la que edificar luego lo que sería la línea Vertigo: The Sandman. Como suele decirse, el resto es historia.





Uno de los últimos episodios de esta larga historia nos relata que ambos se han encargado en los últimos tiempos de dos de los relatos más exitosos a la vez que polémicos protagonizados por Batman, el cruzado de Gotham City: mientras Morrison se encargó de los guiones de la serie principal durante una larga temporada, culminando en la muy discutida saga "R.I.P." -la que hoy nos ocupa-, el segundo tuvo el honor de escribir un relato en dos partes que vendría a ser la última historia, el relato definitivo, del Hombre Murciélago.



Empecemos, por estricto orden cronológico, con Batman: R.I.P. Dicha saga, escrita por Morrison y dibujada por Tony Daniel, abarcó los números 676 a 681 de la serie central de la franquicia, y su fama, como decíamos no exenta de polémica, le ha permitido verse editada también en formato de lujo por Planeta de Agostini muy poco tiempo después de su edición en grapa. Dicha obra, como no podía ser de otra forma, presenta un apéndice de material extra formado por la reproducción de los dibujos que sirvieron para las portadas de los distintos comic books, así como por bocetos del ilustrador.



Pero centrémonos en la historia en sí, que parte de la siguiente premisa establecida por el guionista escocés: considerar que todas las historias de Batman narradas desde que Bill Finger y Bob Kane lo crearan en 1939 en las páginas de Detective Comics le han ocurrido realmente a un mismo hombre, el millonario y filántropo Bruce Wayne, en el margen de los últimos quince años; y, a partir de ahí, analizar qué provocaría esta amalgama de experiencias al límite en la mente de dicho individuo, sobre todo a partir de que un misterioso enemigo, el Guante Negro, intentase utilizar todo ese backup en contra del propio Batman.



La saga podrá gustar más o menos, y creo que juega en su contra las altísimas expectativas generadas por una poderosa campaña de marketing previa a la publicación del primer cómic y a la polémica e interés que siempre rodean la figura de Morrison, que en sus tratamientos de distintos personajes icónicos de Marvel y DC muy pocas veces -quizá sea su aplaudido All Star Superman la excepción- ha convencido por entero a crítica y público. Además, la idea de destruir psicológicamente al personaje no es nada nuevo, ni refiriéndonos al género en sí (ahí está el soberbio Daredevil: Born Again de Frank Miller y David Mazzucchelli para demostrarlo) ni al propio Batman en particular: recordemos el reivindicable The Cult de Jim Starlin y Bernie Wrightson o el Arkham Asylum del propio Morrison dibujado, curiosamente, por el colega de Gaiman Dave McKean.



Pero lo que sí es innegable es el atrevimiento de Morrison a la hora de no limitarse a cumplir con los mínimos requeridos y en cambio a optar por hacer que se tambaleen algunas ideas ya consolidadas de la historia del Hombre Murciélago, pasando por la recuperación de personajes del pasado de Batman vilipendiados por los lectores (cuando no directamente considerados ridículos por cualquiera) como el Batman del planeta Zur-en-arrh, "los Batman de todas las naciones" o el inefable Bat-Mito.



Así, el relato de Morrison arranca con una serie de planchas magníficamente ilustradas por Tony Daniel y en las que ambos autores subrayan al alimón la dualidad que rodea a Bruce Wayne / Batman a partir de un encuentro entre este y su más encarnizado enemigo, el letal Joker. Se trata de un enfrentamiento que recuerda poderosamente a una de las historias más memorables de Batman y su némesis: por supuesto, me refiero a La broma asesina de Moore y Brian Bolland.



A partir de ahí, Morrison urde un puzzle donde cada personaje secundario -el doctor Hurt, Jezebel, el citado Guante Negro- funcionan como piezas que hay que ir encajando para llegar a descubrir la imagen final. Una imagen que, como decíamos, no ha sido del gusto de todo el mundo, y que me reservo mucho de desvelar aquí por si quedase alguien que pese a vivir en la era de los spoilers a mansalva vía Internet todavía no supiese cómo concluye este arco argumental. Lo que sí puedo subrayar es que, sinceramente, prefiero pese a sus incongruencias, sus imperfecciones y sus flirteos con el absurdo un relato atrevido y provocador como el de Morrison a la demagogia fácil y de escaso mérito en la que ha caído Gaiman con su más reciente propuesta.



Esta no es otra que Batman: ¿Qué le sucedió al cruzado enmascarado?, la cual se presenta como la que podría ser la última historia de Bruce Wayne. Publicada en dos partes en Batman 686 y Detective Comics 853 y con dibujos de un -como casi siempre- estupendo Andy Kubert, se trata, como se ha dicho en más de una ocasión y como destaca el propio guionista en su introducción, de una carta de amor abierta al personaje de Bob Kane.



Difícil lo tenía Gaiman para superar las supuestamente odiosas pero inevitables comparaciones que desató la propia DC Comics al titular el relato, en lugar del con el previsto Batman: The End de Gaiman, con el que ha resultado ser el título definitivo, y que remite a la, esta sí, obra maestra absoluta concebida por Alan Moore en Superman: ¿Qué le sucedió al Hombre del Mañana?.



Volvamos al Batman de Gaiman: el autor de Los hijos de Anansi recurre de nuevo a la estructura tan habitual en él, rescatada de clásicos literarios como el Decamerón de Boccaccio o los Cuentos de Canterbury de Chaucer, basada en el relato oral de distintas historias por parte de unos personajes-narradores reunidos en un espacio común, y que tan buen resultado le dio, por ejemplo, en la citada The Sandman. Aquí, con motivo de la muerte de Batman, se reúnen aquellos que le acompañaron en su lucha contra el crimen (Robin, Alfred, Jim Gordon, Oráculo) y también aquellos que se enfrentaron a él (una larga nómina de villanos entre los que destacan el Joker, el Pingüino, Dos Caras o Rhas Al'Ghul).



El valor de estos relatos orales, claro, es variado, y no acabo de ver, por ejemplo, qué interés puede tener la historia que cuenta Selina Kyle, alias Catwoman, y que abre la sesión. Otra cosa muy distinta supone el relato inmediatamente posterior, contado por Alfred, y de lejos lo mejor de toda la función; como suele decirse, es una narración que justifica por sí sola la lectura de la obra, tratándose de un relato emotivo y sorprendente que redefine la amistad que durante años unió al ex-actor y mayordomo con Bruce Wayne y, de paso, a su némesis definitiva.



Pero, finalmente, Gaiman no puede evitar caer en una molesta estructura circular y, sobre todo, en esa filosofía new age que una y otra vez reaparece en su producción más reciente, y que en mi opinión malogra muchas veces su obra literaria al acercarla a la fantasía más soft, algo con lo que un servidor personalmente no comulga.



Queda, para el recuerdo, los distintos homenajes que Gaiman y Kubert realizan a algunas de las historias más significativas del Hombre Murciélago -particularmente, me encantó el muy sutil homenaje a McKean y el citado Arkham Asylum-, así como a las distintas encarnaciones gráficas de Batman por parte de autores como el propio Bob Kane, Neal Adams o Frank Miller... Algo que, de todas formas, ya hizo de forma más explícita el espléndido John Cassaday de Planetary / Batman: Noche en la Tierra.



Con todo, el álbum se deja leer y no solo por el buen hacer de Kubert y hallazgos como la mencionada historia de Alfred Pennyworth: Batman es un personaje icónico y, como tal, tiene un peso detrás que para bien y para mal condiciona y mucho cualquier lectura que se haga de cualquiera de sus historias. Y esta, también para bien y para mal, no es una historia cualquiera. Aunque solo sea por eso, vale la pena echarle un vistazo... pero teniendo siempre en cuenta que a Gaiman le ha resultado de antemano mucho más fácil ganar este combate (en comparación, amañado) que a su compatriota Morrison, siempre tan proclive a autoimponerse retos para no caer en el tedio, el suyo.



Volviendo a Morrison y su "R.I.P.": como muestra del tirón comercial del autor y de la relevancia de una saga como la citada, hay que destacar la existencia de Batman: Black Casebook, recientemente publicada por Planeta como Batman: Los archivos negros. Se trata de una suerte de complemento que recoge doce historias clásicas protagonizadas por el Hombre Murciélago y su compañero Robin realizadas por varios guionistas y dibujantes, destacando entre los primeros el co-creador Bill Finger y entre los segundos Sheldon Moldoff.



En el ámbito artístico, la distancia temporal es la que permite enjuiciar ciertas obras de manera muy distinta a la intención con la que fueron concebidas. Partiendo de este axioma, que justifica por sí solo la existencia de lo kitsch y lo camp como tendencias estéticas, es de la manera en que Los archivos negros cobran consistencia y adquieren relevancia. Pues solo así, y dejando a un lado el afán completista, si se entienden estos relatos en clave de humor surrealista, pueden lograr interesar al lector de hoy.



Y es que este Batman, como bien explica Alberto García en su ilustrativa introducción, es -lógicamente- el más vilipendiado de toda su existencia: el de los años 50 y primeros 60 (las historias aquí recogidas se publicaron entre 1951 y 1964), una época que llevó al superhéroe más urbano y más humano de DC Comics, una figura más o menos creíble pero lejana a la grandeza épica de, pongamos por caso, Superman o Wonder Woman, hasta el espacio exterior, y a vivir algunas de las más extrañas aventuras de toda su carrera contra el crimen.



Porque más allá de introducir apuntes dramáticos como la posibilidad de la muerte de Robin, mucho antes de que lo hicieran Jim Starlin y Jim Aparo en la saga "Una muerte en la familia", estas "historias que inspiraron Batman: R.I.P." -como reza el subtítulo- incluyen, entre otras: un relato en el que Robin siente celos ante la posibilidad de que un tal Wingman sea el nuevo sidequick de su mentor (en una de las historias de corte más filogay de la historia del Cruzado Enmascarado); un encuentro entre el dúo de héroes y sus correlativos indios; una reunión de "los Batman de todas las naciones", entre ellos el Caballero y el Escudero (Inglaterra), el Mosquetero (Francia), el Legionario (Italia), el Guarda (Australia) o el Gaucho (América del Sur); una historia retrospectiva que sitúa al mismísimo Thomas Wayne, padre de Bruce, como un antecesor de Batman con todas las de la ley; una historia protagonizada al alimón por Batman y Superman con un final sorpresa que, hoy, se adivina a la legua; el encuentro entre el protagonista y su réplica del planeta Zur-en-arrh; o la que es mi favorita sin duda alguna: un relato en el que Batman debe convertirse en Starman al haber conseguido el malvado profesor Milo que el héroe tema la figura del murciélago (!).



Como ven, y más allá de la curiosidad de localizar la primera aparición de algunas de las ideas recuperadas recientemente por Morrison, se trata de una obra que hay que leer con la perspectiva que demanda el paso del tiempo; si se logra, y créanme que un servidor lo hizo, supone uno de los mayores divertimentos que pueda proporcionar el mercado nacional de cómics superheroicos, dicho sea esto sin ningún atisbo de ironía ni cinismo. Así pues, no dejen pasar estos Archivos negros, sean o no seguidores de la visión del creador de Los Invisibles acerca del Hombre Murciélago, el cruzado enmascarado de Gotham City: Batman.


Título: Batman: R.I.P.
Autores: Grant Morrison (guión) / Tony Daniel (dibujo)
Editorial: Planeta de Agostini Comics
Fecha de edición: noviembre de 2009
168 páginas (color) - 16,95 €


Título: Batman: ¿Qué le sucedió al cruzado enmascarado?
Autores: Neil Gaiman (guión) / Andy Kubert (dibujo)
Editorial: Planeta de Agostini Comics
Fecha de edición: diciembre de 2009
90 páginas (color) - 9,95 €


Título: Batman: Los archivos negros
Autores: Bill Finger et alii (guión) / Sheldon Moldoff et alii (dibujo)
Editorial: Planeta de Agostini Comics
Fecha de edición: enero de 2010
146 páginas (color) - 11,95 €


martes, 23 de febrero de 2010

¿En qué estará pensando Scorsese?

Nos referimos, claro, a su proyecto más inminente... Con el estreno de Shutter Island, adaptación de la novela de Dennis Lehane, todavía reciente -el film llegó tanto a los cines de Estados Unidos como a los españoles el pasado fin de semana-, ya se especula sobre cuál podría ser la próxima película de su realizador, Martin Scorsese...



Hasta la fecha se suponía iba a ser Silence, según una novela de Shusaku Endo, protagonizada por dos jesuitas del siglo XVII que en el film serían encarnados por Benicio del Toro y Gael García Bernal. Pero se ha sabido que un proyecto que podría adelantar a este en la filmografía del cineasta norteamericano es Sinatra, como supondrán biopic del mítico cantante y actor al que se supone encarnaría Leonardo DiCaprio en una quinta colaboración con el realizador tras Gangs of New York, El aviador, Infiltrados y la citada Shutter Island.



Recordemos que Frank Sinatra iba a tener bastante protagonismo en otro de los más antiguos proyectos soñados por el autor de Alicia ya no vive aquí: Dino, biografía cinematográfica de Dean Martin, compañero del anterior en el célebre "Rat Pack". Incluso se llegó a decir en su día, allá por los años 90, que Tom Hanks y John Travolta podrían interpretar respectivamente a Martin y Sinatra, en una opción que no puede menos que parecerme un error de casting, sobre todo en lo referente a La Voz.



No es este el rumor más marciano que rodea a Scorsese: también se dice estos días que podría llegar a las pantallas cualquier día de estos un remake de la cinta de 1976 Taxi Driver. Espero que la opción barajada seriamente sea esa de contar la historia de Travis Bickle un cuarto de siglo después, y que supondría el reencuentro del director y el que fuera su actor fetiche durante lustros: Robert De Niro. Porque un remake al uso de tamaña obra maestra del cine me parece que no tiene visos de convertirse en nada bueno.



Y digo yo: ¿qué fue del proyecto sobre la novela de Charles Brandt I Heard your Paint Houses, en la que DeNiro interpretaría a las órdenes de Scorsese a Frank 'The Irishman' Sheeran, asesino a sueldo para la mafia que cometió al menos veinticinco asesinatos, entre ellos el del célebre sindicalista Jimmy Hoffa? El asunto, ideal para reunir de nuevo al director y al actor que hicieron historia en cintas como Toro salvaje, Uno de los nuestros o Casino, parecía bastante cerrado... pero de él nunca más se supo.



En fin, habrá que esperar todavía para saber cuál será la próxima película de este genio indiscutible del séptimo arte, para muchos el mejor cineasta vivo en activo. Mientras tanto, en breve y en este vuestro blog, unas líneas acerca de Shutter Island. Permanezcan atentos a sus pantallas.

lunes, 22 de febrero de 2010

Scott Pilgrim: 90's Revival



Continúa con la publicación de los volúmenes 3 y 4 la edición española de uno de los fenómenos editoriales del cómic indie contemporáneo: Scott Pilgrim de Bryan Lee O'Malley. De la mano de DeBolsillo podemos encontrar desde este mismo mes en las librerías "Scott Pilgrim y la tristeza infinita" y "Scott Pilgrim se lo monta".



Los lectores españoles hemos tenido que esperar media década para conocer este personaje tan célebre más allá del Atlántico, pero todo tiene su lado bueno: mientras que a partir de su debut en 2004 los lectores norteamericanos tenían que esperar un año entero para leer cada una de las entregas, nosotros podemos disfrutar de los cinco volúmenes disponibles en un período que cubre apenas unos nueve meses, lo cual facilita el seguimiento de la trama.



Y es que, en cuanto a su argumento y al carácter de los personajes, poco podemos añadir a lo ya dicho cuando reseñamos los dos volúmenes anteriores, "Su vida y sus cosas" y "Contra el mundo", de un total de seis de los que el quinto llegará a nuestras librerías en la próxima primavera... y el sexto cuando Bryan Lee O'Malley, el autor, tenga a bien concluirlo. En estos tomos 3.º y 4.º continúan las desventuras del joven Scott y sus amigos, haciendo hincapié en las peripecias sentimentales, amorosas y sexuales de sus protagonistas. Tanto es así que nos vamos a permitir reproducir a continuación la sinopsis que proporciona la editorial:



Llegan tiempos difíciles para Scott Pilgrim: además de poner todo su empeño en derrotar a los siete ex novios de su amada Ramona Flowers, Scott deberá medir sus fuerzas con el novio actual de su antigua novia, la estrella del rock Envy Adams, Todd Ingram, quien por el hecho de ser vegano ha adquirido unos inquietantes poderes psíquicos. Por si fuera poco, Scott deberá multiplicarse y hacer frente a los crecientes celos de Ramona hacia Envy, esquivar a su obsesionada ex novia adolescente Knives Chau, que se ha convertido en una peligrosa ninja, y conseguir que las nuevas canciones que ha compuesto para su banda Sex BobOmb suenen mínimamente decentes. Ciertamente, difíciles son los tiempos que llegan para Scott Pilgrim.



Ya va siendo hora de que Scott Pilgrim tome algunas decisiones: ¿Ama de verdad a Ramona, la misteriosa mensajera en patines? ¿Cómo afectará a su vida el regreso de la encantadora Julie? ¿Sonará bien algún día Sex BobOmb, su banda? ¿Logrará Scott pagar el alquiler? ¿Será capaz de conservar un trabajo? ¿Y por qué lo siguen dos ninjas? Las referencias a las bandas de rock independientes, los videojuegos y el manga siguen brillando en este nuevo volumen, en el que los agudos diálogos de O'Malley capturan la chulería, la insensibilidad y la desorientación de los componentes de una generación para la que trabajar de friegaplatos supone montárselo a lo grande.



Por supuesto, Scott Pilgrim sigue haciendo gala de una referencialidad continua, ya desde el mismo título del volumen tercero, que remite a uno de los discos fundamentales de los años 90: Mellon Collie and the Infinite Sadness de The Smashing Pumpkins. Y, por supuesto, el punto de mayor interés de la obra -la fusión de recursos narrativos, recurriendo incluso a otros medios ajenos al cómic pero cercanos a sus intereses y target como el cine comercial, el anime y los videojuegos- sigue presente... si bien, como era de esperar, se produce un cierto agotamiento de las fórmulas y la lectura del tercer tomo ya no sorprende tanto como los dos primeros.



No obstante, en el cuarto volumen -"Scott Pilgrim se lo monta", que empieza con apenas unas páginas en color al más puro estilo manga nipón- el interés de la serie vuelve a aumentar, preparando al lector de cara al tercio final de la narración... que esperamos no tardar mucho en poder leer al completo. Porque Scott Pilgrim, independientemente de que se le puedan poner peros (y se le pueden poner), engancha, y mucho.



Un inciso final: no se pierdan el material extra del tercer volumen, que incluye una galería de ilustraciones e incluso historietas fugaces a cargo de autores no demasiado conocidos pero que tienen su gracia. La nómina de los mismos es la siguiente: Nathan Avery, Josh L., Alex Ahad, Andy Helms, John Allison, David McGuire y Vera Brosgol, esta última encargada de retratar al propio O'Malley. Por su parte, el volumen cuarto incluye un atractivo pin up de Philip Bond, colaborador de Grant Morrison en Mata a tu novio y Vinanarama., un hecho significativo del alcance mediático que ha conseguido la serie de Bryan Lee O'Malley al menos entre los aficionados a la historieta de todo el mundo.


Título: Scott Pilgrim (Vols. 3 y 4)
Autor: Bryan Lee O'Malley (guión y dibujo)
Editorial: DeBolsillo
Fecha de edición: febrero de 2010
192 páginas c/u. (b/n) - 8,50 € c/u.


(+) Vols. 1 y 2

domingo, 21 de febrero de 2010

Tituladores al límite

... de la poca originalidad, hay que aclarar. Veamos: el próximo viernes 26 se estrenará en nuestro país la nueva película de Mel Gibson, Edge of Darkness, dirigida por Martin Campbell (Casino Royale). El título original de la cinta podría traducirse como "El filo de las tinieblas", si bien la distribuidora española ha optado por titularla Al límite. ¿Acaso nadie se acuerda no ya de una película de Eduardo Campoy protagonizada por Juanjo Puigcorbé y Lydia Bosch titulada exactamente así, sino ni siquiera de la más reciente Bringing out the Dead de Martin Scorsese con Nicolas Cage, que aquí también se llamó precisamente Al límite?





En fin, que la cuestión es marear la perdiz y ser escasamente respetuoso con las intenciones de los autores de la obra. Por lo demás, y como prueba de la escasa pericia de los tituladores patrios (¿tan difícil resulta ser fiel al lema original?), ahí van algunos carteles con la leyenda "Al límite" (o casi) en su título o subtítulo... Además, en películas cuyos títulos originales, las más de las veces, poco o nada tienen que ver con los límites, las fronteras, los bordes o cualquier concepto de lo limítrofe.































Post Scriptum (26/II/2010).- Se estrena en España, directamente en el mercado de alquiler, The Drummer de Kenneth Bi con Jaycee Chan. Título español: Al límite. La prueba gráfica:



Post Scriptum (25/VII/2010).- Más nuevos títulos que sumar a la lista, empezando por dos idénticos: Cruzando el límite, versión española de Pour Elle ("Por ella") de Fred Cavayé con Vincent Lindon y Diane Kruger; y Cruzando el límite, debut en la dirección de Xavi Giménez, director de fotografía de varios filmes fantásticos firmados por Brad Anderson, Jaume Balagueró y Nacho Cerdá...





Por otro lado, el título español de The Edge of Love, con Keira Knightley y Sienna Miller, no podía ser otro que En el límite del amor, mientras que la muy interesante y recuperable Noise ("Ruido"), con Tim Robbins, se estrena directamente en DVD como Sobrepasando el límite.





Finalmente, terminamos con un par de cintas protagonizadas por el gran Steven Seagal, una presencia muy habitual en todas estas producciones de serie B... al límite. Esto no parece acabarse nunca...




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