Abandonad toda esperanza

martes, 16 de junio de 2015

RIP: Christopher Lee (1922-2015)


Aunque la noticia no trascendió hasta cuatro días después del deceso por deseo expreso de su viuda, el pasado domingo 7 de junio nos dejaba una leyenda del séptimo arte como ya quedan pocas (por no decir que ahora, ninguna): Christopher Lee, figura clave del cine de género y probablemente el mejor Drácula cinematográfico que haya existido jamás (con permiso de Bela Lugosi o Gary Oldman), fallecía a la respetable edad de 93 años.


Christopher Lee (1922-2015)


El actor británico debutó en la gran pantalla en el año 1948 con un papel secundario en La extraña cita, dirigida por Terence Young. Este tipo de papeles más bien discretos serían la tónica habitual durante la primera década de su carrera, en la que destacan títulos -la mayoría pertenecientes a los géneros bélico y de aventuras- como El hidalgo de los mares de Raoul Walsh, El temible burlón de Robert Siodmak, el biopic Moulin Rouge de John Huston (donde encarnó de forma no acreditada a Georges Seurat), La princesa de Éboli de nuevo a las órdenes de Terence Young, El infierno de los héroes filmada por el actor José Ferrer, Tempestad sobre el Nilo, La batalla del río de la Plata o Emboscada nocturna, estas dos últimas a cargo del equipo formado por Michael Powell y Emeric Pressburger.


Como la Criatura de La maldición de Frankenstein, su gran oportunidad profesional


Pero sería en 1957, año en el que también estrenó Victoria amarga a las órdenes de Nicholas Ray, cuando el intérprete participara en un film que iba a cambiar su vida profesional y, de paso, el devenir del cine de terror: con La maldición de Frankenstein, la productora británica Hammer Films inauguraba su serie de nuevas versiones de los clásicos del género realizados por la estadounidense Universal Pictures casi tres décadas antes. Dicho film, además, supuso el primer encuentro de Christopher Lee (que encarnaba a la célebre criatura artificial) con su colega, eterna némesis en la ficción y amigo en la vida real Peter Cushing (que daba vida al doctor Frankenstein), así como con el realizador Terence Fisher, sin lugar a dudas el mejor cineasta que pasó por los estudios de la Hammer.


Sin lugar a dudas, su interpretación de Drácula es la más recordada de su filmografía


Solo un año después, Fisher y los dos actores volverían a coincidir en Drácula, nueva versión de la novela de Bram Stoker y todavía hoy la mejor adaptación a decir de muchos expertos. Dicho film, que marcaría a fuego la estética del cine de vampiros en general y de las propias secuelas de la Hammer en particular, se tomaba bastantes licencias respecto de la obra original, pero lograba ser mucho más terrorífico que la ya anticuada interpretación de la misma filmada por el director Tod Browning y el actor Bela Lugosi.


En La momia encarnó un doble papel tal y como antes había hecho Boris Karloff


La momia, estrenada en 1959, fue el tercer vértice del triángulo de adaptaciones de los monstruos clásicos de la Universal realizadas por el equipo Fisher & Cushing & Lee, pero la productora había descubierto un filón comercial y no lo iba a desaprovechar a la ligera: Las dos caras del doctor Jekyll, La Medusa (también conocida entre nosotros como La leyenda de Vandorf), La diosa de fuego, Rasputin o la espléndida La novia del diablo fueron otras incursiones de Christopher Lee en el género fantástico de la mano de la Hammer Filmes.


En La novia del diablo encarnó uno de sus escasos papeles positivos dentro de la Hammer


Además, mientras participaba en las cintas mencionadas Lee volvió a encarnar al conde vampírico en seis ocasiones más en la serie de la Hammer inaugurada por Drácula y continuada con Drácula, príncipe de las tinieblas, Drácula vuelve de la tumba, El poder de la sangre de Drácula, Las cicatrices de Drácula, Drácula 73 y Los ritos satánicos de Drácula. También daría vida al mismo personaje en El conde Drácula, adaptación firmada por Jesús 'Jess' Franco y donde, por una sola vez, el personaje encarnado por Lee lucía el bigote descrito por Stoker en su novela.


La versión de Franco con Lee es, estéticamente, la más parecida a la descripción original del libro


Pero Drácula, la criatura de Frankenstein o la Momia no fueron los únicos personajes memorables encarnados por Lee: el otro gran personaje de ficción al que dio vida en varias ocasiones fue al  criminal asiático de carácter megalomaníaco Fu-Manchú, creado por Sax Rohmer y al que el actor interpretó en El regreso de Fu-Manchú, Las novias de Fu-Manchú, La venganza de Fu-Manchú, Fu Manchú y el beso de la muerte y El castillo de Fu Manchú, estas dos últimas dirigidas por el citado Jess Franco.


Maquillado como Fu-Manchú, otro personaje al que encarnó varias veces


El universo del Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle tampoco le fue ajeno: en 1959 interpretó al noble Sir Henry en El perro de Baskervilles, adaptación de la tercera novela protagonizada por el célebre detective y de nuevo codo con codo con Peter Cushing y Terence Fisher; tres años después se puso en la piel del propio Holmes en El collar de la muerte a las órdenes de Fisher nuevamente; y el simpar Billy Wilder lo reclutó para interpretar a Mycroft Holmes, el hermano del protagonista, en su desmitificadora La vida privada de Sherlock Holmes.


Caracterizado como el popular detective literario creado por Arthur Conan Doyle


No obstante, y aunque también participó en la serie protagonizada por James Bond al dar vida al villano Scaramanga en El hombre de la pistola de oro y al taimado Rochefort en el díptico Los tres mosqueteros / Los cuatro mosqueteros de Richard Lester, Lee nunca abandonó el género que le convirtió en una celebridad: el terror. Así, en su filmografía destacan otros títulos adscritos al mismo y de diversas nacionalidades (sobre todo inglesa, pero también italiana y española), dentro y fuera de la Hammer, como Corridors of Blood, The Man Who Could Cheat Death, El hotel del horror, Las manos de Orlac, la psicológica y muy interesante El sabor del miedo, la celebrada La frusta e il corpo, La maldición de los Karstein, el disfrutable film de episodios de la Amicus Doctor Terror, La maldición de la calavera, La maldición del Altar Rojo, El ataúd, La carrera de la muerte o, ya en los años 70, El monstruo, la española Pánico en el Transiberiano, Noche infernal, la reivindicable Sub-Humanos o la curiosa pero fallida La monja poseída.


 Por una vez, en Pánico en el Transiberiano su personaje y el de Cushing no eran antagonistas


Pero si hay una cinta de su filmografía de aquellos años que vale la pena destacar, esa es la expléndida The Wicker Man (también conocida como El hombre de mimbre), cinta de culto dirigida por Robin Hardy a partir de un guion de Anthony Shaffer (La huella), y suerte de relato de terror psicológico sobre mitos ancestrales y costumbres de interés antropológico. Lee llegaría a decir en más de una entrevista que esta película era la que prefería de entre todas las suyas.


Aunque no protagonice la cinta, su Lord Summerisle de The Wicker Man es un personaje verdaderamente inolvidable


Luego vendrían tiempos peores: Christopher Lee se despidió de la década de los 70 interviniendo en 1941, fiasco comercial del por lo general acertado con los intereses del público Steven Spielberg; y los años 90 empezaron con su participación en Gremlins 2, la decepcionante secuela del film original de nuevo a cargo de Joe Dante. Entre una y otra, el actor aportó su notable presencia a otras secuelas como la lamentable Aullidos 2 o la tardía El regreso de los mosqueteros, de nuevo como Rochefort y bajo la batuta de Richard Lester; al igual que después se dejaría ver en la francesa Ríos de color púrpura 2 o en la muy decepcionante The Wicker Tree, lamentable secuela oficial de The Wicker Man incluso interior al muy discreto remake de Neil Labute con Nicolas Cage.


Su papel de Dooku le sirvió para entrar en el popular universo de Star Wars


Pero sería a finales del siglo XX y comienzos del XXI cuando el actor vivió una segunda etapa dorada: Tim Burton fue el primero en rescatarlo para encarnar breves papeles en filmes como Sleepy Hollow, Charlie y la fábrica de chocolate, La novia cadáver, Alicia en el País de las Maravillas (donde ponía la voz al temible Jabberwocky) y Sombras tenebrosas, y Martin Scorsese hizo lo propio dándole un breve pero significativo rol en La invención de Hugo. No obstante, y al margen de participar en el (muy discreto) resurgir de la Hammer con La víctima perfecta y en cintas como La brújula dorada o En tiempos de brujas, serían Peter Jackson y George Lucas los que le revalidarían su condición de mito del cine para nuevas generaciones: el primero le ofreció el papel de Saruman en sus trilogías El Señor de los Anillos y El Hobbit, mientras que Lucas lo convirtió en el temible Conde Dooku (nombre que era un diáfano homenaje al de cierto vampiro transilvano) de las partes II y III de la primera trilogía (aunque rodada y estrenada con posterioridad a la segunda) de Star Wars. Sin lugar a dudas, su participación en estas dos exitosas franquicias supuso un digno broche de oro a una carrera impecable.


El actor, caracterizado como Saruman en una de las entregas de El Hobbit


Christopher Frank Carandini Lee, llamado Christopher Lee, nació en 27 de mayo de 1922 en Belgravia, Londres (Reino Unido), y falleció en 7 de junio de 2015 en Chelsea, Londres (Reino Unido). Tenía por tanto 93 años. Descanse en paz.

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