Como según parece no podía ser de otra forma, en los premios por votación popular que concede la edición de Expocómic que arrancaba ayer, el cuarto volumen de Blacksad se convertía en triunfador absoluto al ser reconocido con todos los galardones a los que podía optar: esto es, los premios al Mejor Cómic Nacional del año, al Mejor Guionista Nacional para Juan Díaz Canales, y al Mejor Dibujante Nacional para Juanjo Guarnido.
De esta forma, esta serie inequívocamente noir que en Francia publica Dargaud y en España Norma Editorial, se consolida -tras cuatro años de larga espera- con esta nueva entrega, El infierno, el silencio, como un clásico contemporáneo que parece estar por encima de cualquier juicio o crítica, y que funciona como un valor seguro para una legión de seguidores cada vez más numerosa.
La serie sigue la estructura de los ciclos de la novela negra protagonizados por un investigador privado a la manera de Hammett y Chandler: en esta ocasión, John Blacksad es contratado por un promotor musical para encontrar a su músico más preciado, Sebastian 'Little Hand' Fletcher, un pianista de jazz al que la adicción a la heroína lo está conduciendo al más fatal de los destinos. Pero nuestro detective gatuno favorito, acompañado del fiel Weekly, descubrirá una red de intereses ocultos en la que nada es lo que parece a simple vista...
Durante su investigación, Blacksad se verá envuelto en una trama de drogas adulteradas, rivalidades entre detectives privados, viejas rencillas familiares, relaciones paternofiliales y los siempre agradecibles e inquietantes elementos propios de la santería y el vudú, un tratamiento que nos puede recordar a la novela El ángel caído de William Hjortsberg y a su adaptación cinematográfica El corazón del ángel de Alan Parker, donde dichos elementos también se recogían en una historia por lo demás muy propia del género negro.
Así, y después de haber recreado en su universo de animales antropomórficos ambientes y temas propios del género negro como la figura de la femme fatale, el racismo o la paranoia anticomunista y la caza de brujas del senador McCarthy, Díaz Canales hace acopio de un mundo que todavía estaba pendiente de ser reflejado en Blacksad: la música popular negra. No es difícil ver la influencia de la narrativa de Chester Himes, por ejemplo, en la construcción de los ambientes, aunque como confiesan en la dedicatoria la inspiración de las fotografías del Jazz Life de William Claxton ha sido verdaderamente fundamental.
Pero como ya destacamos cuando comentamos los tres volúmenes previos, el mayor atractivo de la serie sigue siendo el dibujo de Guarnido... y sin duda alguna Díaz Canales lo sabe: por ello urde una historia que le da a su compañero la oportunidad de lucirse prácticamente a cada página, sacando todo el provecho posible a un marco espacial tan fascinante como la ciudad de New Orleans durante la celebración del Mardi Gras. Así, el colorido arrebatador de las calles repletas de ciudadanos disfrazados se contrapone a los ambientes más marginales y peligrosos de la ciudad durante la noche. Y cada página, cada plancha de Guarnido, se constituye como una obra de arte en sí misma.
No sé si este Blacksad: El infierno, el silencio será el mejor tebeo español del año. Personalmente, me decantaría antes por una obra cerrada que no por una entrega de una serie más larga. Pero de lo que no cabe duda es de que estamos ante una obra indispensable para los amantes de la narrativa gráfica, así como para los seguidores del género negro, sobre todo para aquellos que se circunscriben a la literatura y que piensan que en dicho género ya está todo dicho y hecho.
Título: Blacksad: El infierno, el silencio
Autores: Juan Díaz Canales (guión) / Juanjo Guarnido (dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: diciembre de 2010
56 páginas (color) - 15 €
Nota bene.- Visita el especial que El Mundo dedica hoy al triunfo de Blacksad en los Premios Expocómic.
1 comentario:
No tenía ni idea de que había salido otro de Blacksad, lo tenía bastante olvidado. Gracias por comentar esta noticia ya que pronto iré a comprarlo.
Y subrayo lo que ha dicho usted sobre el talento de Juanjo Guarnido. Sus dibujos me parecen sublimes y le dan una autenticidad impactante al relato.
Un saludo!
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