El cine de serie B, no digamos ya el de serie Z, tiene poco que hacer para llamar la atención del espectador frente a la hegemónica maquinaria hollywoodiense... y las defunciones no son una excepción. Por ello, el reciente fallecimiento -concretamente, el pasado 15 de diciembre- de un maestro del cine clásico norteamericano como Blake Edwards provocó que para muchos cinéfilos pasara desapercibida otra desaparición acontecida durante la misma jornada: la del cineasta francés Jean Rollin, especializado en películas de temática erótico-terrorífica. Por ello en este vuestro blog, tan aficionado al cine de culto, no queríamos que terminase este 2010 sin recordar su figura y su legado.
Sorprendentemente, el debut en la dirección de largometrajes de Rollin fue un film alejado del género que le hizo popular entre los aficionados al cine más bizarro y extremo: L'itinéraire marin, estrenada en 1963, fue una cinta que contó nada más y nada menos que con la escritora Marguerite Duras como dialoguista de excepción. Pero pasado un lustro Rollin volvió a dirigir una película de terror, esta ya considerada uno de sus clásicos más conocidos, que sentaría las bases de su muy reconocible estilo: Le viol du vampire.
A lo largo de la década de los 70, a esta película la siguieron otras de semejantes características, esto es: la mezcla de elementos propios de los relatos de vampiros de siempre con un erotismo cada vez más explícito, muchas veces centrado en relaciones lésbicas y en ocasiones jugando con la figura de la lolita adolescente. Es el caso de películas la mayoría de las veces inéditas en los cines españoles -los títulos entre corchetes son los utilizados para su exhibición doméstica en el mercado del DVD-, como La vampire nue [Desnuda entre las tumbas], Vierges et vampires [Réquiem por un vampiro], Le frisson des vampires (Los temores de los vampiros), Lèvres de sang o Fascination (El castillo de las vampiras).
Durante las dos décadas siguientes, este realizador claramente influenciado por el expresionismo alemán y sobre todo por el surrealismo europeo siguió al pie del cañón trabajando sin pausa y estrenando (en Francia, claro) de forma continuada títulos como La morte vivante (La muerta viviente), Les deux orphelines vampires o La fiancée de Dracula. Mientras tanto, también dirigió producciones eróticas o directamente pornográficas haciendo uso de dos seudónimos artísticos: Michel Gentil y Robert Xavier.
Otros títulos destacables de su filmografía terrorífica, aunque apartados de la temática estrictamente vampírica, son La rose de fer [La rosa de hierro], Les démoniaques (Espasmos de muerte), Les raisins de la mort, La nuit des traquées, la española El lago de los muertos vivientes - escrita por nuestro Jesús Franco y con actores habituales de la filmografía del español como Howard Vernon o Antonio Mayans-... y, más recientemente, La nuit des horloges y Le masque de la Méduse. Esta última es una producción del presente año que está a punto de terminar y que queda para la posteridad como último trabajo de este realizador indispensable para conocer el cine de terror de serie B realizado en Francia.
Jean Michel Rollin Le Gentil, llamado Jean Rollin, nació en 3 de noviembre de 1938 en Neuilly-sur-Seine, Altos del Sena, Francia, y falleció en 15 de diciembre de 2010 en París, Francia. Tenía por tanto 72 años. Descanse en paz.
Post Scriptum.- Una de las relaciones artísticas más prolíficas y productivas de la carrera de Jean Rollin fue la que le unió a la actriz Brigitte Lahaie, especializada en películas de corte erótico e incluso pornográfico. El Festival de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián les dedicó a ambos un homenaje en su edición de 1997, y por aquellas fechas la revista 2000 Maníacos publicó en su número 19 un monográfico acerca de ambos. Una publicación, dicho sea de paso, en la que un servidor descubrió el cine de Rollin y que cualquier aficionado al cine de culto debería conseguir y leer. Dicho queda.
(+) Fascination. The Jean Rollin Experience
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1 comentario:
Vaya :/ DEP
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