Abandonad toda esperanza

lunes, 13 de abril de 2009

Las altas cumbres de Jiro Taniguchi



Resulta curioso que Jiro Taniguchi, uno de los autores más interesantes y completos del cómic japonés actual, confiese en una reciente entrevista que aunque le guste el senderismo -¿qué es El caminante si no una muestra de senderismo urbano?- nunca ha practicado la escalada de cumbres verdaderamente altas. Y lo es porque su obra está plagada de personajes que ejercen esta actividad, ya sea como oficio o como deporte, ya sea con fines económicos o -la mayoría de las veces- como camino para alcanzar un estado de bienestar espiritual superior.



Ya en nuestro primer contacto con la obra de Taniguchi, la lectura del espléndido El rastreador -editada en España, como la mayoría de su obra, por Ponent Mon-, fuimos testigos del vínculo que une a este autor con el alpinismo: Shiga, el protagonista de la obra, es un alpinista que regenta un refugio en la alta montaña; un retiro que deberá abandonar cuando reciba la llamada de socorro de la viuda de su mejor amigo, cuya hija ha desaparecido en la gran ciudad.



Pero si El rastreador era, a la vez que un canto a la comunión del hombre con la naturaleza frente a la deshumanización de las grandes urbes, un thriller de lectura absorbente con ecos de la mejores novelas y películas de género negro, así como una revisitación desde los códigos narrativos del manga del inigualable western de John Ford Centauros del desierto, la obra de Taniguchi que verdaderamente pasará a la historia como una de las narraciones definitivas sobre el mundo de la escalada es La cumbre de los dioses.



Con la publicación del quinto volumen a finales del pasado año, Ponent Mon culmina la edición española de una de las obras maestras de Jiro Taniguchi... por más que el guión corra a cargo, como ya hemos destacado al comentar las entregas anteriores, de Yumemakura Baku. No es este el único caso de una obra en la que Taniguchi colabore con otro guionista -recordemos el caso del estupendo Seton, una serie histórica de corte biográfico escrita por Yoshiharu Imaizumi- pero consiga llevar a este a su propio universo para que refleje en negro sobre blanco sus temas habituales, sus obsesiones y sus inquietudes como autor completo.



En el desenlace de La cumbre de los dioses el lector descubrirá el destino final del mítico escalador Joji Habu, así como la conclusión de la aventura más grande jamás vivida por el periodista Makoto Fukamachi, en definitiva el verdadero protagonista y alter ego del lector a lo largo de toda la obra.



¿Logrará Joji Habu alcanzar la cima del Everest según sus planes? ¿Qué fue del mítico escalador Mallory? ¿Cómo cambiará todo esto la experiencia vital del propio Fukamachi? Las respuestas a todas estas preguntas, que nos cuidaremos mucho de resolver aquí, se encuentran en este volumen, que corona uno de los más logrados ejercicios acerca del tesón humano por alcanzar la superación personal: La cumbre de los dioses de Yumemakura Baku y el maestro Jiro Taniguchi.



En esta misma línea hemos recuperado K, otra obra sobre el mundo del alpinismo en la que Taniguchi se reserva el papel de dibujante -aquí ya deja entrever su talento para el retrato de las más altas latitudes, que culminará en su trabajo en La cumbre de los dioses- y deja las labores de guión a Shiro Tosaki... el cual adapta una novela muy popular en Japón escrita por el mismo Yumemakura Baku de La cumbre de los dioses.



En K, que publicó en España Otakuland a comienzos del año 2005, los autores relatan cinco aventuras distintas del protagonista, cuyo enigmático apodo da nombre al volumen; por tanto son cinco expediciones, cinco escaladas a los más altos picos del mundo: el K2, el Pumori, el Everest, el Makalu y el Kailas. En todas ellas, K -que podría ser Koshi Ichinose, un alpinista japonés desaparecido hace años- alcanzará las más altas cumbres por las razones más variopintas: rescatar a un escalador perdido, colaborar amenazado a punta de pistola por un agente del gobierno o buscar a un sherpa atrapado entre paredes de roca serán el motivo que impulse al protagonista a abandonar su retiro y volver al oficio que mejor sabe hacer: la escalada.



Al principio de estas líneas mencionábamos una reciente entrevista con Taniguchi, realizada por Stéphane y Muriel Barbery y publicada a modo de suculento material extra en la edición española de La montaña mágica, esta sí una obra total del autor de Barrio lejano. Esta es una obra que nace como respuesta a una inquietud y un interés del propio autor: su amor por las series y los autores de BD que lleva leyendo -o, al menos, viendo- desde su más tierna infancia. Por ello, y frente al formato habitual del manga -relatos de una extensión considerable en blanco y negro-, La montaña mágica es una historia que apenas alcanza las 66 páginas y que ve la luz publicada a todo color. Y, además, en sentido de lectura occidental, para alegría y descanso de todos aquellos que, lástima, todavía son reacios a leer cómics editados en sentido oriental.



Como El almanaque de mi padre, una de las más célebres creaciones de Taniguchi, La montaña mágica arranca en la ciudad japonesa de Tottori, donde se crió el propio autor. Por tanto, es difícil resistirse a hacer una lectura autobiográfica de esta obra que, aclarémoslo ya, no tiene nada que ver con la novela homónima de Thomas Mann. Además, la obra está narrada como aquella en primera persona, por parte de un adulto que recuerda sus años de infancia.



En 1967, Kenichi es un niño de once años que perdió a su padre y cuya madre está gravemente enferma. Cuando esta se ve en la obligación de acudir al hospital, Kenichi y su hermana pequeña Sakiko se van a vivir con sus abuelos. Es en este marco donde se desarrolla una historia también protagonizada por la montaña a cuyas faldas descansa el pueblo y en cuya cumbre antes había un castillo, ya demolido; una montaña que muy bien podría ser Oyama, el montículo de 2.000 metros de altura que hay en Tottori. Hasta allí van Kenichi y sus amigos a jugar diariamente, atreviéndose a veces a penetrar en los pasadizos subterráneos hasta que el recuerdo de "la Vieja Chupona", una criatura inventada por los adolescentes para asustar a sus amigos más pequeños, les obliga a volver corriendo al exterior. La vida de Kenichi cambiará cuando entre en contacto con un ejemplar de una salamadra gigante que reposa en el museo de ciencias naturales de la región; un contacto este impregnado de magia y misticismo que llevará a Kenichi y a Sakiko a creer que pueden salvar a su madre, actualmente en peligro de muerte...



Relato mucho más intimista y por tanto más sencillo que el de obras más ambiciosas como La cumbre de los dioses o Seton, La montaña mágica defraudará a los que busquen un relato de este corte. Pero estamos ante una obra que pide al lector que firme un contrato con ella, un acuerdo que lo lleve a sentirse como un niño de edad semejante a la del protagonista para que se deje llevar por este relato marcado por el recuerdo de tiempos más idílicos, por la pérdida de los seres queridos y por los hechos dolorosos que hay que superar para aprender a disfrutar de los momentos más felices.



Como corresponde a un álbum que nace con la voluntad de imitar el mercado de la bande dessinée -y cuya edición francesa está coordinada por Frédéric Boilet, que de la unión de lo occidental y lo oriental sabe bastante-, uno de los principales atractivos de La montaña mágica reside precisamente en el apartado gráfico, en cómo se plasma en viñetas un mundo que va tomando forma ante los ojos del lector gracias a la espléndida labor de Taniguchi como ilustrador, apoyado por Walter y Yuka al color.



Para finalizar, destacar que como siempre la edición de la obra por parte de Ponent Mon es espléndida, y que no hace sino sumarse ahora al corpus de un autor, Jiro Taniguchi, al que hay que leer y admirar sin excepción. Empiecen por donde gusten: por el intimismo de El almanaque de mi padre, por la contemplación de El caminante, por el sentido épico de La cumbre de los dioses, por el rigor histórico de La época de Botchan... Tanto da. Elijan la que elijan estarán perdidamente enamorados de la obra de este autor imprescindible.



Título: La cumbre de los dioses (vol. 5)
Autores: Baku Yumemakura (guión) / Jiro Taniguchi (dibujo)
Editorial: Ponent Mon
Fecha de edición: septiembre de 2008
304 páginas (b/n) - 18 €


Título: K
Autores: Shiro Tosaki (guión) / Jiro Taniguchi (dibujo)
Editorial: Otakuland
Fecha de edición: enero de 2005
294 páginas (b/n) - 12 €


Título: La montaña mágica
Autor: Jiro Taniguchi (guión y dibujo)
Editorial: Ponent Mon
Fecha de edición: enero de 2009
72 páginas (color) - 16 €



(+) Previously on Abandonad toda esperanza, los volúmenes anteriores de La cumbre de los dioses:
- Volumen 1
- Volumen 2
- Volumen 3
- Volumen 4

2 comentarios:

Julio Pesquero dijo...

Admiro Taniguchi y su Barrio Lejano pero La Montaña Mágica me parece un intento fallido. Una historia demasiado simple y una vuelta a la infancia desde, más que la distancia, la frialdad. No, no acabo de conectar con la magia de la montaña.

José-Antonio Gómez-Hernández dijo...

Enhorabuena por esta magnífica nota sobre Taniguchi y sus montañas.


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