Abandonad toda esperanza

jueves, 21 de diciembre de 2006

El ilusionista: se ven los hilos

Mientras esperamos el estreno de El truco final (The Prestige), la esperadísima nueva película de Christopher Nolan, también ambientada en el mundo de la magia como espectáculo, hemos visto la producción más modesta El ilusionista.



Este film, escrito y dirigido por Neil Burger y protagonizado por Edward Norton, Jessica Biel y el siempre eficiente Paul Giamatti, viene a ser una historia de corte romántico aderezada con elementos de suspense.

La lástima es que este último aspecto no funciona, ya que su requiebro final, que pretende ser sorprendente al estilo de los desenlaces de El golpe o Sospechosos habituales, no lo es tanto. Y no hay nada más frustrante para disfrutar de un espectáculo de magia que al prestidigitador se le descubra el truco antes de tiempo.



Y es que a poco que el espectador permanezca atento a lo que sucede en pantalla, se verá venir el final de lejos, y una contundente sensación de frustración lo acompañará a lo largo de buena parte del metraje, mientras algunos personajes (con el policía que interpreta Giamatti a la cabeza) permanecen ajenos al montaje.

Finalmente, la película queda como una modesta historia de amor, interpretada por estupendos actores, y magníficamente presentada en un envoltorio de lujo... pero que no deja de ser eso: un envoltorio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿ Me toca ? ¿ Me toca ?

Que toston de peli!!!

Y el argumento malo hasta decir basta, el desarrollo aun peor, y el final, bueno, para que te voy a contar... no me gusto nada, y eso que uno es amante deboto de los ilusionistas. ¿ Pero de verdad hacia falta que murise quien muere ? que no, que ni pies ni cabeza.

K.Brohn dijo...

Lo de este film es una auténtica lástima porque es cierto que tenía más de un punto de interés. Ese final a lo Scoby-Doo..., en fin.

Siga esperando con garantías la nueva obra de Nolan, pues esa sí, sin necesidad de compararla con la que aquí le ocupa, es una notable película.

Y felicidades por el blog, claro ejemplo de que destajismo y lucidez no están reñidos.

Un saludo


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