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lunes, 25 de marzo de 2013

Los lunes... Batman: Tierra Uno




Batman siempre ha sido uno de los superhéroes más populares de todos los tiempos, quizá el que más con la salvedad de su compañero de fatigas en el Universo DC: Superman, el Hombre de Acero. Pero qué duda cabe que en los últimos años su popularidad se ha visto acrecentada todavía más gracias al cine (desde las películas de Tim Burton y Joel Schumacher hasta la más reciente trilogía, merecidamente aplaudida, de Christopher Nolan) y, por qué no decirlo, a algunos autores que han dado lo mejor de sí dentro del medio que vio nacer al personaje a finales de la década de los 30: el cómic. Esto explica el gran número de títulos protagonizados por el personaje que llegan cada mes a las librerías especializadas, en estos tiempos y en nuestro país de la mano de ECC Ediciones. Por eso vamos a dedicarle una sección semanal en exclusiva que durará mientras haya nuevos títulos que comentar; y por lo que se ve, parece que va para rato... para alegría de la legión de seguidores del Hombre Murciélago.




Si hay alguna prueba de la pervivencia de un personaje como icono cultural de su tiempo, esa es la posibilidad de volver a revisitarlo una y otra vez para contar lo mismo desde otra perspectiva y que el relato resultante funcione. Y si hay un relato que los lectores de cómics de superhéroes hemos leído una y otra vez hasta la saciedad, representado por una gran variedad de autores, ese es sin lugar a dudas el origen del personaje creado por Bob Kane: ni siquiera el germen de Superman como último hijo del planeta Krypton supera en número al de ocasiones en que hemos podido ver el fatal acontecimiento que en mitad de un callejón oscuro en mitad de la noche acabó convirtiendo al hijo de Thomas y Martha Wayne en el Cruzado Enmascarado de Gotham City.




Esto y algunas cosas más son lo que nos ofrecen el equipo formado por el guionista Geoff Johns y el dibujante Gary Frank en Batman: Tierra Uno, novela gráfica publicada por DC Comics el año pasado que pretende, en la línea de Superman: Tierra Uno (título que llegó a ser número 1 en la lista de best sellers del New York Times, dicho sea de paso), redefinir el origen del personaje en una suerte de Elseworlds que no necesita ambientar el relato en un pasado victoriano o un futuro distópico para despertar el interés del lector y atrapar su atención de principio a fin.




De hecho, Johns y Frank ya habían revisitado el origen del Hombre de Acero en Superman: Origen secreto. Ahora le toca el turno a Batman, y el resultado es un relato que más allá de aportar algunos cambios respecto de la versión oficial que todos los lectores conocemos, es fiel a la idiosincrasia del personaje y a las líneas principales que han acabado dibujando su historia a lo largo de las décadas; un legado al que esta Tierra Uno pasa a formar parte desde ya como un capítulo más que destacado.




El relato en cuestión comienza en el presente, en las azoteas de Gotham, con Batman persiguiendo a Jacob Weaver, un hombre que podría ser clave a la hora de descubrir qué se escondía detrás del asesinato, aparentemente fortuito, de los padres de Bruce Wayne. Dicha persecución acaba siendo un fracaso, lo que humaniza al personaje frente a los ojos del lector. Precisamente este es uno de los propósitos de la presente obra: bajar al Hombre Murciélago del pedestal y convertirlo en un hombre (casi) corriente obsesionado por la justicia y, por qué no, la venganza por el asesinato de sus progenitores.




Acto seguido la acción vuelve la vista atrás hacia el pasado, cuando Thomas y Martha Wayne estaban vivos y Bruce era solo un niño, el hijo único de uno de los matrimonios más pudientes de Gotham. De hecho, el relato propiamente dicho arranca con la llegada a la mansión Wayne de Alfred Pennyworth en la misma noche en que el matrimonio Wayne fallecerá a manos de un pistolero anónimo, no sin que antes se nos haya presentado a Martha Wayne como una rica heredera y a su esposo Thomas como un candidato más que fiable a la alcaldía de la ciudad.




El fatídico desenlace de aquella noche convierte a Alfred en el personaje icónico que todos conocemos: el mayordomo de la familia Wayne y tutor legal del joven Bruce... aunque con algunos matices: ahora es un veterano de guerra que jugará un papel fundamental en el entrenamiento de este a la hora de convertirse en Batman (un poco en la línea del papel que jugaba el rol de Liam Neeson en el film Batman Begins). Tampoco falta el concurso de otros personajes clave del universo del Hombre Murciélago, que aquí veremos antes de convertirse en lo que luego acabarían siendo: desde su fiel aliado contra el crimen y la corrupción de Gotham, el policía James Gordon, al malvado hombre de negocios y nuevo alcalde de Gotham Oswald Cobblepot (alias El Pingüino), pasando por Barbara (la hija de Gordon) o unos jóvenes Lucius Fox y Harvey Dent, este último todavía alejado de convertirse en fiscal del distrito, mucho más todavía de terminar siendo el temible Dos Caras. Personajes estos de los cuales no todos llegarán con vida al final de la historia, lo que demuestra el carácter alternativo de la propuesta.




Pero si hay uno que destaque de entre esta amplia galería de secundarios, ese es sin duda el policía Harvey Bullock. Personaje relevante dentro de la colección policíaca Gotham Central, aquí se nos desvela su correspondiente origen secreto: antaño presentador del exitoso show televisivo Detectives de Hollywood, Bullock es destinado al Departamento de Policía de Gotham como compañero de Jim Gordon. Lejos todavía de su característica imagen posterior -la de un hombre obeso, descuidado y con un obvio problema con el alcohol-, aquí se nos muestra como un brillante y prometedor policía de aspecto intachable. Precisamente será el curso de los acontecimientos (en ocasiones cercanos al cine de terror psicológico más inquietante) el que acabará provocando un cambio en su vida que explicará su transformación, y que de paso dota a la presente obra de una de sus escenas más poderosas (una splash page no por poco espectacular menos impactante), así como uno de sus más importantes valores (que no son pocos).




Hablando de los valores de la obra: a su indudable interés, además del buen hacer de Geoff Johns (Crisis infinita) al guion, contribuye y no poco el magnífico trabajo de Gary Frank a los lápices, aquí muy en la línea del estilo de un veterano como el malogrado Joe Kubert, con algunos matices que pueden recordar a Brian Bolland, y que mejora considerablemente trabajos anteriores suyos -por otro lado más que competentes- como el de Gen 13 o, sobre todo, la emblemática Midnight Nation. El resultado de la colaboración entre ambos es un cómic con final abierto (y que, según declaraciones del dibujante, tendrá continuación este mismo año) y que, aun estando lejos de ser una obra maestra, satisfará con creces no solo a los seguidores del personaje principal, sino a cualquier amante del género... Lo que no es poco si tenemos en cuenta que luchaba contra el hándicap de contarnos lo mismo (o algo parecido) que ya nos habían contado tantas veces, y algunas de ellas muy bien. En definitiva: una empresa arriesgada que se salda con un rutilante triunfo.


Título: Batman: Tierra Uno
Autores: Geoff Johns (guion) / Gary Frank (dibujo)
Editorial: ECC
Fecha de edición: noviembre de 2012
144 pp. (color) - 15,95 €

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