miércoles, 9 de mayo de 2012
Revolver: Al otro lado del sueño
El norteamericano Matt Kindt es un autor que, sin resultar críptico en exceso, no hace demasiadas concesiones de cara a la galería, y en ningún momento pone las cosas excesivamente fáciles ni al lector ni a sí mismo: lo demostró en Super Spy, para el que esto firma una obra maestra absoluta, y lo volvió a subrayar en 3 relatos: la historia secreta del Hombre Gigante, algo inferior a la anterior pero no por ello un cómic desdeñable. Tras aquella ligera decepción me reconcilio con creces con él gracias a este Revolver, editado como las anteriores por Norma Editorial... empresa en la que sin duda hay al menos un editor al que le interesa la producción de Kindt, y al que sin conocerlo de nada desde aquí le doy mi más sincero agradecimiento y mi enhorabuena por apostar por obras no precisamente populares o a rebufo de modas y tendencias ajenas al mundo del arte.
Se ha comparado en más de una ocasión a Revolver con Origen, la espléndida película de Christopher Nolan sobre el mundo de los sueños: no es una comparación gratuita, pero también podríamos recurrir a la Alicia de Lewis Carroll y a multitud de novelas, películas y tebeos acerca de la existencia de mundos alternativos, por lo general con una explicación onírica. Sin meditar mucho, se me ocurre que otra referencia capital, más incluso que el film protagonizado por Leonardo DiCaprio, podría ser la adictiva serie Fringe de J. J. Abrams.
Sea como sea, pese a todos estos parentescos y otros que se puedan encontrar, y es algo que no resulta de extrañar siendo una obra de alguien como Kindt, este Revolver tiene entidad propia para interesar por sí solo desde su mismo arranque: Sam es un tipo todavía joven pero que envejece a marchas forzadas por culpa de un trabajo que aborrece, una jefa que lo somete y una novia que lo agobia con su compromiso. Día tras día acude a una oficina a realizar una labor que no le interesa, y por las noches, cuando no está en compañía de su prometida María, las pasa de bar en bar tomando unas copas. Hasta que una mañana despierta y descubre que el mundo, el suyo y el del resto, ha cambiado de principio a fin...
Efectivamente, la gripe aviar ha matado a millones de personas en todo el planeta, la ciudad de Seattle está en ruinas, y se avecina un colapso económico, político y social que va a llevar al mundo occidental al borde de su desaparición. Pero este cambio, ocasionado de la noche a la mañana, no es lo más extraño de todo: se acerca la madrugada y Sam se acuesta, pero a partir de las 11.11 horas, y cuando ya se despierta definitivamente, todo vuelve a ser como era antes... aunque no tiene claro si aquel al que aparentemente ha regresado es en verdad un mundo mejor.
A partir de ese momento, Kindt cuenta el devenir vital de Sam en dos mundos alternativos que parecen el mismo, si bien su protagonista parece ser el único en advertir la alternancia de ambos. Pasará primero por momentos de angustia provocada por la incomprensión, luego llegará a dudar de en qué mundo preferiría vivir (si en el rutinario y anquilosado, o bien en el apocalíptico), e incluso se planteará cómo poder beneficiarse de la (doble) situación empleando aquello que conoce, aprende o descubre en uno en los problemas que se le presentan en el otro...
Como decía antes, Matt Kindt no es un autor que se lo dé todo mascado a sus lectores, pese a que el empleo alternativo de dos bitonos distintos (uno azul para el mundo rutinario, otro anaranjado para el apocalíptico) parezca sugerir lo contrario: sin perderse en ningún momento, el lector se contagia pronto y de forma muy conseguida de la desazón vital que atenaza a Sam, y la confusión entre ambos universos se sugiere subconscientemente desde el mismo empleo de los colores citados: cuando la acción sucede en el mundo cotidiano de Sam, aquel en el que este venía viviendo desde su nacimiento, y por tanto donde el tono predominante es el azul, las tonalidades anaranjadas se dejan ver en segundo plano... y viceversa. De hecho, en ningún momento debe entenderse que la obra pueda leerse, al modo de Rayuela de Julio Cortázar, de varias maneras, por ejemplo prescindiendo de una de las dos partes, pues ambas se complementan y cada una solo se entiende en conjunción con la otra.
Con estos mimbres, Matt Kindt consigue hacer de la lectura de Revolver una experiencia hipnótica y absorbente desde la primera a la última página, en una sucesión de planchas numeradas de una manera harto original: con números inmersos en mensajes radiofónicos (rutinarios o tremendistas, según el universo en el que estemos) reproducidos a pie de página. Como decía: Matt Kindt es un autor que no se lo pone fácil ni al lector... ni a sí mismo, pero con Revolver vuelve a graduarse, y con nota. Una lectura obligatoria, pues.
Título: Revolver
Autor: Matt Kindt (guion y dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: febrero de 2012
192 pp. (bitonos) - 22,50 €
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1 comentario:
Ya solo por la temática es una obra que interesa bastante, sobre todo por la vida del protagonista, que ya debe de ser anodina y cutre para que se la pase por la cabeza vivir en un mundo postapocalíptico.
Puede que con un poco de suerte lo encuentre y pueda leerlo.
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