La publicación de cualquier libro de Harold Bloom es siempre un acontecimiento literario; más aún si, como ocurre en el caso de su nueva obra, el propio autor la califica de summa literaria y de su legado como crítico.
En el próximo mes de octubre llegará a las librerías españolas, de la mano de la editorial Taurus, La anatomía de la influencia, donde este teórico neoyorquino, autor del influyente El canon occidental -sin lugar a dudas su obra más conocida, y uno de los títulos sobre crítica literaria más celebrados a la vez que polémicos de la historia-, retoma su principal aportación a este ámbito: la influencia.
Con motivo de la aparición de este libro, el escritor y profesor Eduardo Lago entrevista (por segunda vez) a un ya anciano Bloom, que llega a afirmar con rotundidad: "tengo intención de seguir leyendo mientras me quede un soplo de vida". Recomiendo leer el encuentro íntegro aquí; en él descubrirán varias perlas, como el nombre de los autores que el entrevistado considera como los más grandes de las letras contemporáneas: Don DeLillo, Cormac McCarthy (No es país para viejos, La carretera), Philip Roth y Thomas Pynchon. Algo seguramente indiscutible... ¿pero quién dijo que la originalidad debía ser una característica obligatoria del crítico literario?
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