domingo, 29 de noviembre de 2009

Azúcar en el análisis de sangre

Ya habíamos recomendado la última novela de Mariano Sánchez Soler, Nuestra propia sangre, en un par de ocasiones: en El Periódico de Villena y, claro, en este vuestro blog. Pero el pasado jueves tuvimos la oportunidad de hacerlo en las páginas de "Arte y Letras", el suplemento cultural del diario Información, el periódico de más difusión en la provincia de Alicante. A continuación reproducimos "Honrarás a tu padre y a tu madre", la crítica aparecida en la página 4 de dicha separata:



Aprovechamos la ocasión para recomendar la lectura de la semblanza de Sánchez Soler que para la web de Prótesis del crítico y periodista David G. Panadero -sobre el que, por cierto, volveremos mañana en este vuestro blog, aunque por motivos bien distintos- escribió el escritor Carlos Pérez Merinero... autor, dicho sea de paso, de una estupenda novela con un título parecido a la que nos ocupa: Sangre nuestra. Aunque ambas nada tienen que ver, salvo ser lecturas ideales para un fin de semana ocioso, créanme...


Igualmente, no queremos desperdiciar la ocasión de ofreceros algunas fotografías de la presentación del libro de Sánchez Soler que tuve a bien realizar en la librería 80 Mundos de Alicante, y a la que hago referencia en el texto reproducido arriba. Atención a las últimas imágenes, que demuestran el dulce final (en sentido literal) del acto:













[Fotografías: 1.ª- Carlos Pérez Merinero (centro), en compañía de los críticos Luis M. Díaz (izda.) y David G. Panadero (dcha.). © D. G. Panadero. // Presentación en Librería 80 Mundos, 5/XI/2009. © Claudio J. Cerdán.]

sábado, 28 de noviembre de 2009

Las recomendaciones del sábado



Cómic:
MAKOKI: FUGA EN LA MODELO
Gallardo & Mediavilla
(La Cúpula, 2009)

Emo, Cuco y el Niñato viajan a Marruecos para comprar hachís; pero todo acabará torciéndose y serán recluidos en la cárcel Modelo de Barcelona, de donde decidirán fugarse... Corría el año 1981 y Makoki, creado por Gallardo, Mediavilla y Borrayo, se había convertido desde las páginas de El Víbora en uno de los iconos más reconocibles del tebeo patrio. Esta fue su aventura más célebre, un verdadero best seller que hoy se reedita como merece: en una edición de lujo en tapa dura. Un clásico incontestable de la historieta de humor española.



Libro:
LAS HUELLAS DEL HOMBRE MUERTO
Peter James
(Rocaeditorial, 2009)

El atentado contra el World Trade Center del 11-S supone para el estafador Ronnie Wilson una oportunidad de empezar de nuevo con otra identidad; pero en su camino se cruzará el agente Roy Grace, que se encuentra investigando la aparición de un esqueleto de mujer en las costas de Brighton... Cuarta novela del ciclo protagonizado por el emblemático detective de Policía creado por Peter James, y a decir de muchos la mejor de todas ellas. No defraudará por tanto a los que disfrutaron con las anteriores Una muerte sencilla, Muerte prevista y Casi muerto.


(De: El Periódico de Villena, n.º 204, 27-XI-2009).

viernes, 27 de noviembre de 2009

Editando tebeos en Alicante

Si la semana pasada hablábamos de editores como Antonio Martín y Hernán Migoya y su aportación a la historia del tebeo español, pasado y presente, desde la editorial Glénat, hoy le toca el turno a Paco Camarasa, máximo responsable de la valenciana Edicions de Ponent, y a dos títulos de entre lo nuevo de su catálogo, muy recomendables ambos: De mano en mano de Emilio Ruiz y Ana Miralles y el delicioso Julia y la voz de la ballena de Álvaro Ortiz.

De todo ello hablamos en la columna de Abandonad toda esperanza de hoy:



jueves, 26 de noviembre de 2009

Por un vampirismo terrorífico

(A mi hermana Davinia).

Hoy les ofrecemos un regalo gráfico a todos aquellos que están cansados de la mirada neorromántica (por llamarla de alguna manera) acerca del mundo de los vampiros de Stephenie Meyer y sus adaptaciones cinematográficas:



Valía la pena, ¿verdad? Aprovechemos la ocasión para recomendar algunos cómics de vampiros ya reseñados en este vuestro blog:

- Blade
- Buffy cazavampiros
- Demeter
- Drácula
- Elizabeth Bathory
-30 días de noche: Historias de chupasangres



Y películas de vampiros tampoco nos han faltado... aunque todas ellas sean bodrios de tomo y lomo:

- Cazadores de sangre
- El club de los vampiros
- Rise (Blood Hunter)
- Vampirella



En breve, más vampiros. Permanezcan atentos a sus pantallas.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Las ciudades visibles



Si las ciudades invisibles son las de Italo Calvino, las visibles son las que pueblan las películas y los cómics de nuestra vida. A una larga nómina dentro de la tradición del noveno arte, y mientras esperamos la anhelada recuperación del Hicksville íntegro de Dylan Horrocks por parte de Sins Entido, se suman este año dos títulos y otras tantas ciudades, de los cuales el primero a comentar ya fue editado en su día por Norma pero que ahora se ve recuperado por Planeta de Agostini Comics dentro de la línea Vertigo y en un solo volumen. Nos referimos a Terminal City, del guionista Dean Motter y el dibujante Michael Lark.



Cada vez que se habla de Terminal City se recurre a los adjetivos noir (esto es, de género negro) y retro. Para empezar, ambos aparecen en el texto de la contracubierta en boca de Peter Bergman, que debe saber bastante de esto. Esta recurrencia resulta lógica sin necesidad de prestar atención al relato urdido por Motter y ya desde un primer vistazo a la labor de Lark, un dibujante que aquí hacía su primer trabajo importante y que luego despuntaría en títulos como Gotham Central para DC o Daredevil para Marvel, así como adaptando la novela de Raymond Chandler La hermana pequeña o ilustrando la serie La escena del crimen escrita por Ed Brubaker... Ambos acercamientos al género policíaco más ortodoxo. Por supuesto, Terminal City apuesta por la fusión de géneros, mezclando los estilemas del noir con un envoltorio de la ciencia ficción pretérita (de ahí lo de retro), la de los años 20 y 30, extraída de cintas como Metrópolis de Fritz Lang o La vida futura de William Cameron Menzies, algo ya visto en el ámbito del cómic en, por ejemplo, Top 10: The Forty-Niners de Alan Moore y Gene Ha. Es la misma opción -la fusión de géneros, digo- por la que optaron el film Blade Runner (y la novela de Dick en que se basa, claro) o el prodigioso cómic El muertero Zabaletta, de unos Agrimbau y Ginevra que sospecho habían leído previamente esta miniserie de Vertigo.



Como corresponde a un cómic en el que el verdadero personaje principal es la urbe que le da título, el protagonismo se resuelve de forma coral, aunque sea Cosmo Quinn, alias la Mosca Humana, antiguo artista del espectáculo que hoy se gana la vida limpiando las ventanas de los rascacielos de la ciudad (en el primer gran hallazgo conceptual de una larga lista), quien se gana las simpatías del lector desde la primera página. A su alrededor se moverán personajes como Charity, su ex pareja, que hoy regenta un restaurante de lujo; la joven B.B., recién llegada a Terminal City y que pronto empezará a trabajar con Cosmo como ayudante; el capitán de Policía Habib, un hombre misterioso y parco en palabras; el explorador y empresario del show business Monty Vickers, cuyos relatos aventureros nos recuerdan a la literatura de Verne y London, a la imperecedera King Kong o a la película de Frank Capra Horizontes perdidos; los hermanos franceses Micasa y Sucasa; el boxeador retirado Kid Gloves; el torpe botones Manual; o la peligrosa madame mafiosa Li'l Big Lil... Sin olvidar a la misteriosa Mujer de Rojo, una suerte de heroína vengadora que aparece siempre cuando más se la necesita.



Esta mezcolanza de personajes en un marco pretérito pero futurista, hacia el final del siglo XX como habría sido si el pasado hubiera tomado otros derroteros y se hubiera apostado mucho antes por la investigación robótica, puede hacer pensar al respetable, con toda lógica, que estamos ante un pastiche alocado y excéntrico sin más posibilidades que las de sorprender e irritar al mismo tiempo a ese lector que ingenuamente busque un relato de intriga clásico. Nada más lejos de la realidad: Dean Motter usa un recurso típico del género de suspense, el del mcguffin -que no inventó Alfred Hitchcock, pero al que el Maestro del Suspense sí bautizó y popularizó-; esto es, un elemento alrededor del que gira toda la trama pero que se convierte en una mera excusa para contar otras cosas.



En Terminal City, como en Pulp Fiction, el mcguffin es un maletín que todo el mundo anhela conseguir, si bien en la película de Quentin Tarantino nunca llegábamos a conocer a ciencia cierta su contenido (¿dinero? ¿droga? ¿oro?) y en la historieta que nos ocupa sí: la maleta parece contener un collar que lleva incrustados a modo de joyas preciosas los ojos del mismísimo vidente Nostradamus. Pero se trata, claro, de un recurso para retratar una ciudad tan corrupta como la Personville de Cosecha roja de Dashiell Hammett, un núcleo urbano tan corrompido y brutal que se había ganado merecidamente el sobrenombre de 'Poisonville' ("Ciudad Veneno").



Este relato steampunk de corrupción, búsqueda de poder, amores eternos y amistades traicionadas escrito con maestría por Motter, que no pretende engañar a nadie en cuanto a sus referencias y lecturas de cabecera -el alcalde vigente se apellida Huxley y el anterior en su cargo Orwell; sí, como los autores de las distópicas Un mundo feliz y 1984- se plasma en viñetas a manos de Michael Lark, que aquí realiza un trabajo -en palabras de Howard Chaykin, el autor de Black Kiss y American Flagg!, y al que se homenajea fugazmente dándole su apellido a un peep show- "quizá demasiado sofisticado para el público actual". El público actual era el de la época que va de julio de 1996 a marzo de 1997, cuando se publicó en Estados Unidos la serie limitada original de 9 números que recoge el presente volumen. A día de hoy, el estilo de Lark (y de otros dibujantes de trazo similar: Sean Phillips, Alex Maleev, Michael Gaydos, nuestro David Aja) ha entrado con fuerza en un mainstream al parecer (y con toda lógica y razón) cansado de los "excesos Image" de Jim Lee, Rob Liefeld, Michael Turner y compañía.



Aunque se pierda el carácter serial y los finales cliffhanger de cada episodio, la experiencia de leer hoy Terminal City de una sentada, como permite la nueva edición de Planeta, es una verdadera gozada, y solo puede provocar dos cosas: primero, entender por qué la miniserie fue premiada en los Premios Eisner y Harvey de 1997; y segundo, esperar que la editorial se decida a publicar como en su día hizo Norma también su secuela, Terminal City: Aerial Graffiti, lo antes posible.



Otro cómic, si bien este inédito hasta ahora, del que podría decirse que pierde la posibilidad de desarrollar un suspense entre entrega y entrega al publicarse estas en un solo tomo, es Ciudad 14, de los franceses Pierre Gabus y Romuald Reutimann, también editado este año por Planeta. Se trata de una obra, al menos esta "Primera Serie" publicada en España, espléndida, y que merece más atención y éxito del que aparentemente ha tenido. Esperemos sirvan estas líneas para, aunque sea solo un poco, renovar el interés por este título y posibilitar así que la futura continuación vea la luz en nuestro país.



Este carácter serializado se aprecia en los doce títulos de los otros tantos capítulos que incluye el tomo: "¿Es usted anarquista?", "La Torre Bambell", "Contacto con el más allá", "Pelea en los muelles", "Krapal el crápula", "El antes y el después de Tigerman", "Conquistas", "El curioso pasatiempo del comandante Bigoodee", "Esfuerzo vano", "El dolor de la pérdida", "El pasado de Héctor" y "Sálvese quien pueda". Se trata de doce episodios ambientados en un universo paralelo donde, a diferencia de títulos como Blacksad de Canales y Guarnido, Orn de Quim Bou o Solo de Óscar Martín, los animales antropomórficos conviven con seres humanos de apariencia normal, y donde la cuestión racista parece relegada, al más puro estilo District 9, para los extraterrestres que conviven como pueden con los anteriores.



Estamos en un mundo donde las ciudades ya no tienen nombre, sino que aparecen numeradas: a la Ciudad 14 llegan un grupo de inmigrantes de entre los que el relato elegirá centrarse en un elefante que a partir de un equívoco, como el que bautizó a aquel niño como Vito Corleone al llegar a América en El Padrino II, será llamado Michel Elizondo. Este elefante, que como pronto veremos oculta un pasado detrás, se verá inmerso por casualidad en una serie de peripecias que lo llevarán a entablar amistad con un castor periodista y a engrosar -nunca mejor dicho- las filas de la redacción del Telegraph, el periódico más importante de la localidad.



En este primer arco argumental de Ciudad 14, que sigue terminando con un cliffhanger apabullante, conoceremos a buena parte de los habitantes de la ciudad, empezando por Vanita -que pronto desarrolla un interés sentimental por Michel-, sin olvidar al comandante Bigodee o a Tigerman, el superhéroe más admirado de la ciudad pero cuya vida privada no parece ser del todo trigo limpio. Sí, Gabus y Reutimann se permiten introducir elementos superheroicos en un pastiche que, como Terminal City, aúna con acierto elementos de distintos subgéneros sin que el lector aprecie discordancia molesta alguna.



Así, este relato -que, como Terminal City, bebe de la literatura de Orwell, si bien aquí el referente es la fábula Rebelión en la granja- se mueve entre el dibujo costumbrista de una urbe como representación de lo que debe ser una nación en la que, como suele decirse, en todas partes cuecen habas, donde la lucha de clases no solo permanece vigente sino que es más cruenta que nunca, y donde cada ciudadano sobrevive como puede. De esta forma la trama se desarrolla en ambientes vistos en filmes protagonizados por periodistas (Mientras Nueva York duerme de Fritz Lang) o por estibadores (La ley del silencio de Elia Kazan), no digamos ya por gángsters y ladrones (que si Los violentos años 20 de Raoul Walsh, que si La jungla de asfalto de John Huston), y donde conviven jueces incorruptibles, millonarios filantrópos, periodistas carroñeros y policías de porrazo fácil.



Por su parte, y en una época donde siguen primando los tebeos en los que 24 páginas apenas dejan lugar para una acción escasa y todavía menos diálogos, y solo importa epatar al lector con la (supuesta) espectacularidad del dibujo y la (supuestamente impactante) composición de las viñetas, resulta un placer leer un relato como el de Ciudad 14, narrado con sobria maestría por el lápiz de Ronald Reutimann, y del que esperamos con ansia la anunciada continuación. Otro elemento más, dicha sobriedad, en común con Terminal City, obra con la que Ciudad 14 conforma un programa doble ideal para viajar por ciudades que de otro mundo nunca podríamos visitar.


Título: Terminal City
Autores: Dean Motter (guión) / Michael Lark (dibujo)
Editorial: Planeta de Agostini Comics
Fecha de edición: agosto de 2009
232 páginas (color) - 16,95 €


Título: Ciudad 14 (Primera serie)
Autores: Pierre Gabus (guión) / Romuald Reutimann (dibujo)
Editorial:Planeta de Agostini Comics
Fecha de edición: marzo de 2009
280 páginas (b/n) - 14,95 €


[Fotografía: Michael Lark (dcha.), junto al autor de este vuestro blog, en la Semana Negra de Gijón. © Zeki.]

martes, 24 de noviembre de 2009

Bodrios que hay que ver: ¿El fin de los bodrios?

Hasta aquí hemos llegado: nuestro aparato reproductor y grabador de DVD con disco duro interno, al menos en su faceta de reproductor, ha dicho basta ante la ingente cantidad de bodrios que se ha tenido que tragar, y ya no reproduce nada; se limita a decir "Hello" cuando se enciende y a continuación dice que todo cd y dvd que se le pone, sea original o no, es un disco desconocido. Ni presentándoselos antes funciona.



Esta situación, que nos ha dejado a merced de la programación televisiva hasta que podamos sustituir el aparato por otro nuevo, nos lleva a plantearnos si no será una intervención divina para que dejemos reposar, por un tiempo o incluso ya definitivamente, esta sección de Bodrios que hay que ver de los martes, que lleva acompañándoles durante 115 entregas y donde se deben de haber comentado entre 120 y 140 títulos, que se dice pronto (prueben y verán: díganlo rápido y les dará tiempo para hacer otras muchas cosas). ¿Es hora de pasar a ver, y a comentar cuando tengamos tiempo o nos venga en gana, exclusivamente buen cine?



No sé. Déjenme que lo piense durante unos días, y cuando tenga un reproductor nuevo, hablamos ustedes y yo.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Tomorrow Stories: Cuando Alan Moore se divierte



En muchas ocasiones los aficionados al cómic dan mayor importancia al dibujo que al guión de las historietas que leen; de igual modo, un gran número de críticos, comentaristas o gacetilleros que se dedican a escribir sobre el noveno arte obran de semejante manera. Y se trata de una postura, por lo demás, totalmente lógica y comprensible habida cuenta de que es el dibujo y no la palabra escrita el elemento propio de entre los que definen al tebeo en contraposición a la literatura, a la letra impresa tal cual. En cambio, a un servidor sigue importándole mucho más las excelencias de los relatos que se nos cuentan (y sí, claro, la adecuación de la narración gráfica a aquellos) que la calidad de las ilustraciones. Por ello, en las etiquetas de este vuestro blog encontrarán, por el momento, como "Autores" de cómic a los que seguimos y de los que solemos hablar a los guionistas Alan Moore, Neil Gaiman, Grant Morrison, Garth Ennis o Warren Ellis, y a autores completos como Will Eisner o Jiro Taniguchi; pero no, al menos por el momento, a ilustradores de dedicación exclusiva.



Por ello, y sobre todo teniendo en cuenta nuestra admiración por el citado Alan Moore, nos resulta particularmente sorprendente que de su creación Tomorrow Stories, la cuarta serie que el autor de V de Vendetta creara para su línea America's Best Comics tras Promethea, Tom Strong y Top 10, nos interese mucho más la extensa nómina de dibujantes y su labor en las distintas series que la conforman que no el trabajo del propio Moore, a todas luces y siempre a nuestro particular parecer bastante decepcionante. Quizá sea que no compartimos, por mucho que lo admiremos y como nos pasa con los también admirados hermanos Coen, el sentido del humor del señor Moore. Pero ya entraremos en esa cuestión más adelante.



Como decíamos, Tomorrow Stories es la cuarta serie de la línea ABC Comics, y en ella Alan Moore se permitió proseguir con sus homenajes y parodias de los tebeos pulp de los años 40 y 50 pero en clave de humor, un elemento que ya aparecía de forma soterrada en -a nuestro parecer mucho más conseguida- Tom Strong pero que aquí campa a sus anchas. El lector español, después de tener acceso a los primeros ocho números en formato de grapa publicados por Planeta años ha, puede descubrirlo ahora al completo gracias a Norma Editorial y a su edición en tres volúmenes de la obra al completo.



Los dos primeros tomos incluyen los doce comic books de la serie norteamericana original, a razón de seis por entrega. Finalmente, el último volumen consta de los especiales 1 y 2 de la misma, así como el America's Best Comics 64 Page Giant que permanecía también inédito en nuestro país. En estas historietas conoceremos a los personajes principales de la serie, que protagonizan relatos cortos independientes entre sí, al estilo de los tebeos primitivos de EC Comics y otras publicaciones de la época. Los personajes más recurrentes son Jack B. Quick, un niño superdotado capaz de dar forma a las más sorprendentes invenciones a partir de materiales de derribo rescatados del establo de sus padres granjeros (!); Greyshirt, el héroe enmascarado que vela por el bienestar de los habitantes de Indigo City; Laurel Lakeland, alias The Cobweb, una adinerada (y bisexual) femme fatale que ejerce en sus ratos libres de investigadora; y la pareja de superhéroes formada por The First American y U.S.Angel. A este cuarteto se le unirá pronto Splash Brannigan, un defensor de la igualdad y la justicia cuyo cuerpo está formado de tinta china.



A estos personajes, en los especiales del tercer volumen, se les unirán el resto de caracteres que conforman el universo de ABC Comics: los ya citados Tom Strong (y familia), la encarnación de la imaginación Promethea y los agentes de la ley de Top 10. Utilizándolos como marionetas, Moore despliega sobre la cultura popular una mirada tan sarcástica como reverenciadora, dejando al descubierto todos sus tópicos pero también recordándonos lo bien que nos lo hicieron pasar durante horas y horas de lectura cuando teníamos cierta temprana edad.



Pero, ay, aquellos lectores hemos crecido, la inocencia se perdió por el camino y ya no es suficiente con algunos ases en la manga para mantener nuestra atención durante las pocas páginas que duran algunos relatos, y que si no fuera por el arte de los ilustradores se convertirían muchas veces en arduos de leer. Por otro lado, lo que Tomorrow Stories tiene de homenaje y parodia consigue mantener nuestra atención al comienzo, pero pronto se transforma en algo repetitivo y previsible. Y seguimos preferiendo la lectura paródica que se desprende a posteriori de una lectura tan seria como Watchmen.



Vayamos, pues, a los ilustradores: Melinda Gebbie, esposa de Alan Moore y co autora del excepcional Lost Girls, realiza un trabajo espectacular, tan personal como imprevisible, en los relatos protagonizados por The Cobweb. El veterano Kevin Nowlan se encarga de las peripecias del tan inteligente como repelente Jack B. Quick; el dinámico Jim Baikie se encarga de The First American y su sexy sidequick en la serie más superheroica de estas "Historias del Mañana"; Rick Veitch resucita al espíritu de Eisner en los relatos policíacos de Greyshirt, un nada disimulado homenaje de Moore a las historietas clásicas del The Spirit original; y, finalmente, la divertida Hilary Barta se encarga de las peripecias de Splah Brannigan, un héroe más bien torpe que se mueve por el mundo del arte gráfico y las editoriales de cómics.



A estos autores, en el tercer volumen, se suman los siguientes nombres, algunos de los cuales habían participado muy puntualmente en la serie madre: Cameron Stewart, Dame Darcy, Eric Shanower, Joyce Chin, el gran Arthur Adams, el inclasificable Kyle Baker, Humberto Ramos y un par de autores que ya vinculamos al nombre de Moore: Zander Cannon (Max the Barbarian, divertido y ocurrente spin off de Top 10 a recuperar) y Chris Sprouse, el dibujante titular de Tom Strong. Todavía falta un nombre, el del creador de Groo Sergio Aragonés, que aquí aporta su reconocible trazo caricaturesco a una de las historias de The First American.



Por supuesto, hay algunas historias mejores que otras: es imposible no destacar ese prodigio de narrativa visual que es "El esquema invisible", contado a cuatro tiempos por Moore y Veitch. Tampoco hay que olvidarse de los homenajes a la literatura de evasión, fantástica o de aventuras, de Wells a Dickens, o a las múltiples resonancias a personajes clásicos del tebeo como la Pequeña Lulú, los repasos a la historia del siglo XX de The First American y de la historia del arte de Splash Brannigan, o el gran número de piruetas gráficas realizadas por Gebbie en los relatos de The Cobweb, usando recursos distintos, a veces varios a un tiempo, mezclando estilos de la forma más libre posible.



Pero, como decíamos, esto no siempre resulta suficiente, y Tomorrow Stories nos parece un trabajo ligeramente decepcionante por parte de Alan Moore. Aunque claro, quizá sea porque el genio de Northampton siempre ha dejado el listón muy alto, y muchas de estas historias posiblemente serían puntos álgidos en la carrera de cualquier otro escritor mediocre. Me imagino que ustedes me entenderán y se harán cargo de la situación.


Título: Tomorrow Stories (3 vols.)
Autores: Alan Moore & Steve Moore (guión) / Varios autores (dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: enero / mayo / julio de 2009
176 / 160 / 200 páginas (color) - 16 / 16 / 18 €

domingo, 22 de noviembre de 2009

El Oscar de Corman

Lo dijimos aquí, y ya tenemos la prueba gráfica:



Roger Corman (izquierda), junto a la actriz Lauren Bacall y el director de fotografía Gordon Willis, posa con la estatuilla que premia toda una vida dedicada al cine. El resto de premiados, en la gala oficial del próximo 7 de marzo de 2010.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Las recomendaciones del sábado



Cómic:
REGRESO AL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
Varios autores
(Norma Editorial, 2009)

Años atrás una niña llamada Alicia Liddell siguió a un conejo blanco y acabó en un mundo donde todo estaba del revés: Wonderland. Ahora su hija regresará allí para descubrir que se ha convertido en un lugar de pesadilla... Los responsables de Grimm Fairy Tales, que versiona cuentos infantiles populares en clave de terror, se atreven ahora con las inmortales narraciones de Lewis Carroll ofreciendo lo que sus lectores esperan ver: escenas truculentas y chicas explosivas en poses sugerentes. Ideal para pasar el rato mientras esperamos la nueva adaptación cinematográfica de Tim Burton.



Libro:
EL GUERRERO DE GOR
John Norman
(La Factoría de Ideas, 2009)

Hay cosas contra las que no se puede luchar, y el profesor Tarl Cabot está destinado a convertirse en el guerrero de cuyas hazañas dependerá el futuro de todos los habitantes del planeta Gor... Con este volumen, que incluye también Proscritos de Gor, arranca la recuperación de “Las Crónicas de la Contratierra” que en su día vieron la luz en castellano de la mano de Ultramar, y que han convertido a John Norman en un autor de culto tan adorado como denostado por los fanáticos de la heroic fantasy. Ciencia ficción, fantasía y erotismo desde la primera a la última página.


(De: El Periódico de Villena, n.º 203, 20-XI-2009).

(+) Previously on Abandonad toda esperanza:
- Grimm Fairy Tales, vol. 1
- Grimm Fairy Tales, vol. 2

viernes, 20 de noviembre de 2009

Títulos a recuperar y editores a aplaudir

Hoy es día de hablar de tebeos nacionales y de autores clásicos y contemporáneos (y a veces ambas cosas a un tiempo). Y de editores. Y del último Premio Nacional de Cómic.

Carlos Trillo (Light & Bold) y Fernando Fernández (Drácula) nos regalan un relato repleto de magia: La leyenda de las cuatro sombras; Florenci Clavé, que adaptó El cartero siempre llama dos veces de James M. Cain y Corre hombre, corre de Chester Himes, nos cuenta la matanza de los armenios en Sangre armenia; y Enrique S. Abulí, el creador de Torpedo, cultiva el relato corto en Historias tremendas.

De todos ellos, del premiado Las serpientes ciegas, y de editores como Antonio Martín, Hernán Migoya o Paco Camarasa, hablamos en la columna de Abandonad toda esperanza de hoy:


jueves, 19 de noviembre de 2009

Escritores y amigos

El haber visitado en repetidas ocasiones en eventos como la Semana Negra de Gijón y el haber participado en la organización de jornadas como las de Mayo Negro, además de la asistencia a actos de presentación, congresos y demás actos culturales nos ha permitido conocer a algunos de los escritores que admirábamos a través de su palabra escrita y, lo que todavía es mejor, acabar por poder presumir de la amistad de alguno de ellos. Esto nos ha permitido no solo conocer mejor y de primera mano el milagro de la creación artística, sino el haber podido pasar agradabilísmas y muy reveladoras veladas en su compañía.

Por ello, desde hace unos días, este vuestro blog cuenta con una nueva sección de enlaces, Escritores y amigos; para aparecer en ella, como único requisito -además de corresponder al título del listado-, es por supuesto contar con una web oficial o un blog personal al que enlazar. Por el momento son doce nombres clave cuya obra recomendamos encarecidamente, y a buen seguro si navegan un poco por esta página encontrarán alguna crítica o columna dedicada a sus textos. Los ausentes espero sepan perdonarme, y tengan en cuenta que la sección irá creciendo poco a poco. O eso me gustaría.

























No hemos incluido en este listado a un estupendo amigo que, además, ha publicado un par de libros, uno de ellos a medias con el que esto suscribe. Me refiero, claro, al gran Jesús Lens. Esto se debe a la misma razón por la que no me incluiría a mí mismo: todavía me (nos) queda mucho por bregar con esto de la creación literaria, y me parecería un despropósito compararnos con el resto de autores citados. Estoy seguro de que monsieur Lens me perdonará el desprecio, no solo por la amistad que nos une, sino porque además (y él lo sabe) esto es un voto de confianza a partir de una promesa de futuro. Dentro de un tiempo, espero que no mucho, Jesús Lens estará con todos los honores en esta sección si todos estamos vivos para verlo... y para mantener vivo este vuestro blog.



Además, tiene blog (Pateando el mundo)... y ya ha posado como autor frente a la puerta de la librería Negra y Criminal. O sea, que tiempo al tiempo.