Abandonad toda esperanza
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domingo, 4 de diciembre de 2011

Un domingo con Cristina Macía

Si no me falla la memoria, la primera vez que vi a Cristina Macía no fue en persona, sino por televisión, con motivo de un reportaje alrededor de la figura de Sherlock Holmes: el programa que incluía la entrevista, un magazine de tarde, lo presentaba alguna estrella de la época (apostaría por Isabel Gemio o por Pepe Navarro), y presentaron un encuentro con esta escritora, traductora y promotora cultural por ser la principal impulsora de Actas de Baker Street (hoy el Círculo Holmes), la primera asociación española de seguidores del célebre detective victoriano creado por Arthur Conan Doyle.


Cristina Macía y el reto de traducir a Martin
[Por A. Álvarez. © La Voz de Asturias]


Por aquella época un servidor, todavía prepúber, se preguntaba si aquella Cristina Macía era la misma "Cristina Macía" o "C. Macía" cuyo nombre podía leer como responsable de la traducción de docenas, por no decir cientos, de tebeos de Forum, por aquel entonces sello con el que Planeta de Agostini editaba muchas de las cabeceras de Marvel Comics. Lo fuese o no, decidí ponerle aquella cara a aquel nombre.


Uno de los muchos tebeos traducidos por
Cristina Macía por aquel entonces


Años después, en mi primera visita a la Semana Negra de Gijón, descubrí (porque se lo pregunté y amablemente me lo confirmó) que sí, que las dos Cristina Macía eran la misma, y que además había escrito novelas juveniles y libros de cocina, había sido editora de Valdemar, había traducido libros para diversas editoriales y era una de las personas que hacían posible este ya decano evento gijonés. Por todo eso, y por ser como es, desde entonces Cristina Macía es amiga de esta casa.




Y por eso queremos aprovechar este domingo, una jornada tan proclive a la lectura relajada de la prensa, para recomendar que leáis esta entrevista con esta escritora y traductora madrileña que publica La Voz de Asturias, con motivo de la aparición de un fragmento inédito del quinto libro de Canción de hielo y fuego de George R. R. Martin en su suplemento cultural... Un suplemento que viene con cubierta de Corominas, otro amigo de esta casa, que por cierto estrena nueva web estos días. Y es que tenemos muy buenos amigos, la verdad...


domingo, 27 de noviembre de 2011

Hendrix, el mejor guitarrista de la historia

Tal día como hoy, pero de 1942, nacía el mejor guitarrista de todos los tiempos: Jimi Hendrix. Un genio irrepetible e insustituible de la música popular del siglo XX que, lamentablemente, nos dejó demasiado pronto, con apenas 27 años, el 18 de septiembre de 1970.


Jimi Hendrix, en pleno éxtasis


Lo de que es el mejor guitarrista de todos los tiempos no lo dice un servidor: lo dice una encuesta de la revista Rolling Stone realizada a varios músicos y críticos especializados de todo el mundo. A este virtuoso zurdo de la guitarra le siguen en el ranking Eric Clapton y Jimmy Page como segundo y tercer mejor guitarrista, encabezando un listado donde se dejan ver otros intérpretes como los beatles John Lennon y George Harrison, Mark Knopfler, el Boss Bruce Springsteen o Kurt Cobain, este último otro ilustre miembro de los músicos fallecidos prematuramente a la edad de 27 años, grupo al que también pertenecen Janis Joplin, Jim Morrison (de The Doors) o la recientemente finada Amy Winehouse. Más datos sobre esta encuesta, aquí.


El éxtasis hecho tebeo


Aprovechamos la ocasión para destacar que la editorial La Cúpula ha editado recientemente Electric Requiem, una biografía en cómic de Jimi Hendrix realizada por Mattia Colombara y Gianluca Maconi: una obra sobre la que volveremos en breve en este vuestro blog. Y téngase en cuenta que ya hablamos en su día, hace nada menos que un lustro, de otro proyecto de estas características: Voodoo Child, el cómic sobre Hendrix escrito por Martin I. Green e ilustrado por el genial Bill Sienkiewicz.

jueves, 18 de enero de 2007

Meme cultural

Sabido es por los asiduos navegadores de la red que circulan memes o cadenas de comentarios, en los que cada individuo establece una lista de cosas que le gustan, o bien responde según su criterio personal a una serie de preguntas que se repiten y propagan sin remedio. Ya saben, como las preguntas habituales de toda la vida, en plan "¿cuál es tu color favorito?" o "¿prefieres la playa o la montaña?"



A traición, el responsable del blog Pinchando en hueso nos reclama que participemos en un listado de, simplemente, cinco cosas que nos gustan. Pues bien, ahí van; pero como siempre en este vuestro blog, comentaremos aspectos de temática puramente cultural: son cinco cosas de dicha índole... aunque sean muy subjetivas. Las cuestiones más personales, muchas veces intrascendentes, las dejo para mi persona o, en el mejor de los casos, para comentarlas con mis semejantes en un bar o en el sofá de casa.

1.- Me gusta el arte, en general. Sí es cierto que a veces un amanecer o la cima de una montaña no tienen precio, pero siempre me llamará más la atención una vieja iglesia olvidada en mitad del monte que el monte mismo. Por eso los documentales de La 2 me interesan cuando hablan del arte medieval, la narrativa de la Generación del 98 o el cine de Carl Theodor Dreyer. Pero cuando veo leones persiguiendo a cebras, acabo cambiando de canal.



2.- Me encanta quedar con amigos de gustos afines a los míos para departir junto a una cerveza bien fría. Lo de los gustos afines, al menos, de base; luego, lo mejor es discrepar y darnos de bofetadas defendiendo lo que más nos place a cada uno.



3.- Me gusta, sobre todo, la ficción. Puedo disfrutar de la contemplación de una estatua o de la audición de un buen disco de jazz o de rock, también de una performance de vanguardia o de una poesía culterana. Pero de verdad, lo que a mí me gusta es la ficción. La narrativa. Que me cuenten historias. Lo mismo me da que sea mediante palabras en un libro, imágenes y audio en una película, o ilustraciones con diálogos en un cómic. Lo que me importa es que la historia me interese, me atrape, me fascine, me divierta o me entristezca. En definitiva: que me emocione.



4.- Me entusiasma el cine. Creo que llegué a la ficción, desde luego a la novela, y quizá también al cómic aunque a temprana edad, a través del cine. De niño, en televisión, siempre me gustaron más las películas (o las series de televisión) que el deporte o cualquier otro programa de entretenimiento. Y lo que más me gusta del séptimo arte es que resulta inagotable: siempre nos quedan clásicos por descubrir, y cada día se ruedan nuevas e interesantes propuestas. Más inagotable resulta para los que, como un servidor, disfrutamos tanto de las obras maestras del cine como de las películas más palomiteras y mediocres. De Orson Welles a Jesús Franco, de Ingmar Bergman a la Troma: todo vale (al menos, a priori).



5.- Y soy un amante del cómic. Desde que empezase leyendo tebeos de personajes de Disney y las inmortales creaciones de Ibáñez (Mortadelo y Filemón, Rompetechos) o Escobar (Zipi y Zape, Carpanta) hasta que descubrí las excelencias del cómic independiente o del manga, pasando por mi amor de la adolescencia que todavía perdura: los tebeos de superhéroes. Pero lo que más me gusta, además de que como el cine es un medio inagotable, es convencer a los reticentes y conseguir nuevos adeptos al noveno arte. No hay nada más placentero que el hecho de que un recién converso te diga que ha descubierto un nuevo placer que, la mayoría de veces por ilógicos prejuicios, desconocía.



Ahí queda eso. Y siguiendo la cadena de monsieur Lens, propongo a tres amigos y dueños de bitácoras digitales que se confiesen abiertamente:

Difícil de recordar, imposible de olvidar

Dr. Virgilius

Llámame Plissken

[Foto punto 2: Grupo Novelpol (c) Zeki.]

viernes, 2 de junio de 2006

Reflexión literario-bloguera

Mi buen amigo Sébastien Rutés es un individuo tan interesante como peculiar: aun siendo de mi quinta, cosecha del 76, es capaz de parecer un catedrático de 50 años si está dando algunas de sus clases magistrales sobre novela negra (le sobran méritos para ello), y en ocasiones aguanta como si tuviese 16 si decide salir de copas. Pues bien, tan peculiar sujeto me decía el otro día que gustaba de este vuestro blog porque tenía más formato de columna de opinión que no de diario personal marcado por el ombliguismo y la visión egocéntrica de su redactor. Es más, lo definió como "menos blog y más columna".



Esto me lleva a preguntarme: ¿qué es un blog? ¿Necesariamente ha de caer en los pecados que señalaba mi amigo el franchute? ¿O la otra opción -la que al parecer he tomado- es también errónea? ¿Acaso no puede darse una miscelánea personal de ambas características?

Y sigo preguntándome: ¿podrían ser los blogs un camino para un nuevo género literario? ¿Podrían suponer para las Letras una renovación como lo fueron en su día la novela-reportaje A sangre fría de Capote? ¿O los más recientes experimentos, a medio camino entre la ficción y el ensayo, de Javier Marías, Enrique Vila-Matas, Javier Cercas?

¿Adónde van los blogs? Es más: ¿deben de ir a alguna parte?

[En la foto, Sébastien Rutés (dcha.) junto al escritor cubano Leonardo Padura. / (c) Zeki]

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