lunes, 28 de julio de 2014
Los lunes... Batman: Damian: Hijo de Batman
Batman siempre ha sido uno de los superhéroes más populares de todos los tiempos, quizá el que más con la salvedad de su compañero de fatigas en el Universo DC: Superman, el Hombre de Acero. Pero qué duda cabe que en los últimos años su popularidad se ha visto acrecentada todavía más gracias al cine (desde las películas de Tim Burton y Joel Schumacher hasta la más reciente trilogía, merecidamente aplaudida, de Christopher Nolan) y, por qué no decirlo, a algunos autores que han dado lo mejor de sí dentro del medio que vio nacer al personaje a finales de la década de los 30: el cómic. Esto explica el gran número de títulos protagonizados por el personaje que llegan cada mes a las librerías especializadas, en estos tiempos y en nuestro país de la mano de ECC Ediciones. Por eso vamos a dedicarle una sección semanal en exclusiva que durará mientras haya nuevos títulos que comentar; y por lo que se ve, parece que va para rato... para alegría de la legión de seguidores del Hombre Murciélago.
Como ya hemos señalado en más de una ocasión, el propósito del guionista Grant Morrison a la hora de encargarse de escribir las aventuras del Hombre Murciélago era integrar en un mismo canon argumental la mayor parte de historias previas del personaje de Bob Kane que fuera capaz de interrelacionar. Una de aquellas historias fue Batman: Hijo del Demonio, escrita por Mike W. Barr y dibujada por Jerry Bingham, y en la que descubríamos en su conclusión que, durante una relación de una sola noche con Talia, la hija de su gran enemigo Ra's al Ghul, Bruce Wayne había engendrado a un hijo; un niño llamado a convertirse, tras ser duramente entrenado por su madre y su abuelo, en el mejor guerrero y asesino de todos los tiempos.
Este niño, de nombre Damian y convertido ya en un problemático adolescente, acabó siendo una de las piezas clave del puzzle urdido por el escritor escocés: tras la supuesta muerte de su primer dueño -relatada en la saga Batman: R.I.P.-, Dick Grayson heredaba la capa del Caballero Oscuro y Damian Wayne ocupaba el lugar del anterior como el nuevo Robin. El guionista de We3 se encargó también de contar la historia de este nuevo Dúo Dinámico en la serie Batman y Robin, y solo tras el retorno del original cruzado de Gotham -visto en la saga Batman: El regreso de Bruce Wayne- Damian abandonó su rol del sidequick tradicional para convertirse en algo mucho más complejo...
Algo tan complejo como que pasó de ser uno de los personajes de la franquicia más odiado por los lectores a uno de los más interesantes y admirados de la serie: Morrison y sus sucesivos colaboradores gráficos lograron imprimirle un carácter muy particular, y pronto se adivinó que tras su rebeldía y su arrogancia aparentemente sin límites se escondía, después de haber experimentado una infancia tan particular como la que le proporcionaron su madre y su abuelo, la necesidad de ser querido por sus semejantes y, sobre todo, por su mítico progenitor. Tanto es así que Morrison y el dibujante Andy Kubert, en la historia "Batman en Belén" publicada en el número (nada casual, claro) 666 de la colección Batman, nos ofrecieron una suerte de relato de "Otros mundos" en la línea de Gotham a luz de gas o La maldición que cayó sobre Gotham, pero esta vez ambientado en un posible futuro donde Damian Wayne era nada menos que el nuevo Batman.
Tras esta curiosa historia, recopilada en el volumen Batman e hijo, el más pequeño de los hijos también artistas del mítico Joe Kubert sintió la necesidad de recuperar al personaje de Damian, y el editor Mike Marts accedió a ello... ofreciéndole la posibilidad no solo de dibujar, sino también de escribir, una miniserie protagonizada por el personaje. Así nació esta Damian: Hijo de Batman, de cuatro entregas recopiladas en el presente volumen, que relata una aventura también ambientada en el futuro y que el dibujante de Flashpoint firma en solitario.
No es difícil establecer un paralelismo entre esta propuesta y otras donde un dibujante estrella ha tenido la oportunidad de acometer también el trabajo de escribir sus propios guiones. Sin abandonar la franquicia del Hombre Murciélago, podemos recordar la reciente etapa de Tony S. Daniel al frente de la nueva numeración de Detective Comics o la serie Batman: El Caballero Oscuro iniciada por David Finch. Pero si vamos más atrás en el tiempo y nos fijamos en la distinguida competencia, Marvel Comics, a nadie se le escapará que Todd McFarlane y su Spider-Man, continuado por Erik Larsen y otros autores tras su marcha, sentó un claro precedente de lo que luego constituiría el germen de la recién nacida Image Comics y de casos más lejanos como este que ahora nos ocupa.
Sentadas estas bases, lo que nos ofrece el dibujante de Ultimate Iron Man en Damian: Hijo de Batman no es otra cosa que una lectura muy entretenida; sobre todo gracias a que, al tratarse de un relato ambientado en el futuro y por tanto independiente del canon cronológico de sus protagonistas, puede jugar de continuo con ofrecer al lector más de una sorpresa inesperada. Tanto es así que la historia arranca con el asesinato del mismísimo Batman, lo que provocará en Damian un salvaje deseo de venganza que lo equiparará como figura trágica a la versión que otros autores tan de primera fila como Frank Miller y Jim Lee ofrecieron de los personajes originales en el muy polémico en su momento All Star: Batman & Robin.
En definitiva: Damian: Hijo de Batman no es ninguna obra maestra del género ni pretende serlo, pero sí resulta ser un cómic de superhéroes mainstream más que digno... y muy por encima de otras propuestas similares que no pasaron de ser meros caprichos de sus autores con resultados más bien insatisfactorios y de escasa o nula repercusión posterior. En cambio, y dado el estupendo resultado del capricho de Andy Kubert, seguro que volveremos a ver a Damian Wayne de una forma u otra en el futuro.
Título: Damian: Hijo de Batman
Autor: Andy Kubert (guion y dibujo)
Editorial: ECC
Fecha de edición: mayo de 2014
112 pp. (color) - 13,50 €
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2 comentarios:
interesantisimo... siempre quise ver algo digno con Robin...
Lo mejor es el dibujo de Kubert, el guión está pasable aunque tiene algunos fallos argumentales.
Un saludo
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