Abandonad toda esperanza

lunes, 15 de octubre de 2012

La Comicoteca: Eerie (Volumen 2)




Eerie (Volumen 2)
Guion y dibujo: Varios autores
Barcelona, Planeta de Agostini Comics, julio de 2011
ISBN: 978-84-684-0290-1
290 pp. (b/n) - 30 €


Este Volumen 2 incluye:
- Eerie n.ºs. 6 a 10.

Eerie n.º 6:
- "La cueva de los druidas" (Archie Goodwin & Reed Crandall)
- "El rubí profundo" / "Color rubí" (Archie Goodwin & Steve Ditko)
- "Corriendo aterrado" (Archie Goodwin & Mark Ricton)
- "La maldición de Kali" (Archie Goodwin & Angelo Torres)
- "Bautismo de fuego" (Jay Taycee)
- "El punto de vista" (Archie Goodwin & Rocco Mastroserio)
- "El cambiante" (Archie Goodwin & Eugene Colan)

Eerie n.º 7:
- "La marea de las brujas" (Archie Goodwin & Eugene Colan)
- "La cosa que acecha" / "El que acecha" (Archie Goodwin & Dan Adkins)
- "Autoestop terrorífico" (Archie Goodwin & Héctor Castellón)
- "La Defensa se retira" (Johnny Craig)
- "Mosca" (Archie Goodwin & Steve Ditko)
- "La misión" (Archie Goodwin & Donald Norman)
- "Gritar de pavor, gritar por los fantasmas" (Archie Goodwin & Jerry Grandenetti)

Eerie n.º 8:
- "Un descuido" (Archie Goodwin & Eugene Colan)
- "El jinete oscuro" (Archie Goodwin & John Severin)
- "Encasillado" (Archie Goodwin & Jerry Grandenetti)
- "El día después del Juicio Final" (Archie Goodwin & Dan Adkins)
- "El puente cubierto" (Archie Goodwin & Bob Jenney)
- "Cebo para lobos" (Archie Goodwin [según relato de Bobby Saunders] & Rocco Mastroserio)
- "La espada del demonio" (Archie Goodwin & Steve Ditko)

Eerie n.º 9:
- "Un intercambio justo" (Archie Goodwin & Neal Adams)
- "Frotar la lámpara" (Allan Jadro & Jerry Grandenetti)
- "El terror de la tumba" (Archie Goodwin & Rocco Mastroserio)
- "El trotamundos" (Archie Goodwin & Dan Adkins)
- "La isla de la bestia" (Archie Goodwin & Steve Ditko)
- "El suceso del puente de Owl Creek" (Archie Goodwin & Bob Jenney)
- "Los experimentos sobre el miedo" (Archie Goodwin & Eugene Colan)

Eerie n.º 10:
- "El guerrero de la muerte" (Archie Goodwin & Steve Ditko)
- "Las babosas" (Bill Pearson & Joe Orlando)
- "Eso" (Archie Goodwin & Dan Adkins)
- "El tambor del vudú" (Archie Goodwin & Neal Adams)
- "La casa de los demonios" (Archie Goodwin & Jerry Grandenetti)
- "Todo un pájaro" (Archie Goodwin & Eugene Colan)

La edición de Planeta de Agostini Comics incluye como extras una extensa entrevista con el artista Frank Frazetta firmada por Steve Ringgenberg (7 páginas), el correo del lector "Querido primo Eerie" (5 páginas), las cinco cubiertas originales (a todo color) y cinco páginas de "¡La galería de monstruos de Eerie!" firmadas por John Severin, Gray Morrow, Angelo Torres y Roy G. Krenkel.




Texto promocional


La revista Eerie fue uno de los escaparates más espectaculares de la historia del cómic junto con Creepy, la publicación de su depravado primo. Durante muchos años, esta antología aberrante y asombrosa de legendarios relatos de terror quedó oculta como si fuera un siniestro secreto, pero ahora sus seguidores pueden disfrutar de los retorcidos relatos de Wallace Wood, Steve Ditko, Gene Colan, Angelo Torres y otros espeluznantes colaboradores.




La crítica ha dicho

"Las seis o siete historias de cada revista adolecían de la candidez propia de los tiempos en los que se publicaba Eerie. Aún así, muchas de ellas sorprenden gratamente hoy en día por su tono políticamente incorrecto y socarrón. No olvidemos que las publicaciones de la Warren, por su formato revista, no estaban sujetas al estricto Comics Code Authority que atenazaba los cómics de otras editoriales como la Marvel o la DC.
La marca de la casa era el primo Eerie, una especie de mayordomo terrorífico y deforme que nos presentaba, entre comentarios de lo más jocosos, la historia que íbamos a leer. La fórmula del presentador era calcada de la revista hermana, con un tío Creepy prologando y finalizando con sus venenosos comentarios cada una de las historias.
No sería hasta 1974, en el número 54 donde se incorpora el color. De todas formas, el blanco y negro se adapta perfectamente al tono oscuro y macabro de las historias que James Warren publicaba en sus revistas.
Revistas de la Warren Publishing como 1984, Eerie, Creepy, Vampirella o Famous Monsters of Filmland influyeron en toda una generación de artistas, guionistas y cineastas que vertieron a su vez las historias que leyeron en su juventud en las películas, cómics y libros con los que tanto disfrutamos actualmente.
¿Por qué ya no se editan actualmente revistas como estas? Quizás porque han pasado de moda, porque la ola de corrección política las ha barrido de los quioscos o porque la imaginación que desprendían sus páginas se ha perdido para siempre.
Pero lo más valioso de estos cómics son los recuerdos. Recuerdos de tardes de domingo entre las hojas amarillentas de un Creepy o un Eerie. Recuerdos de unas viejas historias que todavía hoy nos siguen estremeciendo. Recuerdos de unas lecturas que me han hecho ser como soy hoy."
- Fan Solo, De fan a fan.

"Tras el éxito de Creepy, [...] Planeta DeAgostini recupera, también en lujosos tomos, a la hermana de la mítica revista de terror, Eerie, nacida dos años después (1966) y que también contó con el trabajo de los mejores dibujantes y guionistas de Estados Unidos y de España, hasta el punto de que muchos lectores americanos se quejaban de la 'invasión española' en las páginas de la revista.
[...]
Al principio la revista se centró en los clásicos del terror como la momia, el hombre lobo o los vampiros, en historias cortas de ocho páginas, como mucho. pero pronto surgieron series tan interesantes como Niño, de Richard Corben, Exterminator One, la historia de un robot asesino; Hunter, una historia postapocalíptica y muchas más.
[...]
En fin, una nueva oportunidad para disfrutar con algunos de los mejores cómics de terror de la historia en lujosos volumenes que no deberían faltar en la tebeoteca de cualquier aficionado."
- Jesús Jiménez, RTVE.es.

"De una forma algo mágica uno se siente transportado a los años 60, con esas historias cortas de ocho páginas, quizá terroríficas antaño, pero que ahora reflejan una forma de hacer cómic muy característica de su época y ahora en desuso. Personalmente disfruté mucho, saboreando esas historias e imaginando como sería el mundo la primera vez que se publicaron. El talento de los dibujos es indudable, solo con ver los nombres de los autores que conforman esta antología es ya suficiente. Y después, abriendo y leyendo el tomo, es para deleitarse con cada viñeta. Algunas historias, debido al paso del tiempo, chirrían, y hay otras que lo han aguantado perfectamente, pero todas tienen ese encanto que las hace especiales. Algunos giros finales se intuyen desde la primera viñeta de la historia, no obstante, uno está esperando llegar al final y comprobar si nuestra intuición es certera.
Una lectura más que recomendable sólo si estás preparado a olvidar parte de lo que sabes, y leerlo con ojos inocentes y dejarte sumergir en relatos que forman parte de una época muy especial."
- Ignasi Marí, ComicsBarcelona.com.




Comentario acerca de la serie


Aprovechar el éxito de un título editorial lanzando uno similar o muy parecido no es un invento de la mercadotecnia reciente: en 1966, dos años después de que apareciera el primer número de Creepy, su editor James Warren distribuía en quioscos y librerías el debut de una revista hermana, esta Eerie, en la que siguiendo la estela de las series de terror editadas por EC Comics (que el lector puede encontrar también publicadas por Planeta como "Clásicos del terror") volvíamos a encontrar un maestro de ceremonias que anunciaba los distintos relatos incluidos en sus páginas: aquí era una improbable mezcla entre Mr. Hyde y el ayudante jorobado del mad doctor de turno, que se presentaba como el primo deforme del decrépito tío Creepy de la cabecera previa.

Muy pocas diferencias, por no decir ninguna, pueden señalarse entre una y otra publicación: de hecho, las historias aparecidas en ambas podrían haberse intercambiado sin que el lector de ninguna de ellas advirtiera el trueque. De hecho, los autores eran poco más o menos los mismos, y el prolífico editor Archie Goodwin seguía demostrando contra viento y marea ser capaz de encargarse del 95% de los guiones de todas las historias publicadas.

En cuanto al apartado gráfico, los artistas seguían siendo los mismos que también demostraban su talento en las páginas de Creepy: Joe Orlando, Reed Crandall, John Severin, Al Williamson, Angelo Torres, Gray Morrow, Rocco Mastroserio, Alex Toth, Steve Ditko, Eugene Colan... Autores de una época pretérita cuyo inagotable talento y gran profesionalidad les permitían crear una cantidad ingente de material para la que una sola revista de historias de miedo no resultaba suficiente.

El éxito de Creepy se repitió: Eerie llegó a alcanzar las 139 entregas, apareciendo la última de ellas en el no tan lejano mes de febrero de 1983. Vista hoy, Eerie resulta ser una revista cuya calidad (por otra parte desigual, claro está) se nos antoja a la altura de la mucho más célebre Creepy, y que como esta cuenta ahora con una edición de lujo como se merece, de adquisición indispensable para los fanáticos del terror tanto como para los coleccionistas de historietas de corte clásico.




Comentario acerca de este volumen


Como dijimos al comentar el volumen previo, y al igual que sucede con la publicación hermana Creepy, en esta entrega encontraremos "una serie de relatos breves de terror por lo general supeditados a la sorpresa final y a una intención moralista casi siempre presente, una moraleja heredada también de las publicaciones precedentes de la EC de William Gaines". Son historias ambientadas en los episodios y épocas más variados de la historia de la humanidad, y que incluyen amenazas de todo tipo: monstruos del averno, demonios, brujas, vampiros, hombres lobo, momias, zombis, casas encantadas, maldiciones ancestrales, etc. Incluso la misma Muerte se cuela en un par de historias...

Por supuesto, hay algunos relatos que merecen más atención que otros: es el caso, por ejemplo, de "Color rubí", "Mosca", "La espada del demonio", "La isla de la bestia" y "El guerrero de la muerte", aunque solo sea por contar con el trabajo gráfico, siempre adelantado a su tiempo y muy por encima del resto de sus congéneres, del maestro Steve Ditko. También se agradece el concurso del habitual Gene Colan y de un episódico Neal Adams, además del siempre sorprendente Jerry Grandenetti. Por su parte, una historia como "Un descuido" parece adelantar uno de los motivos principales del film de John Carpenter Están vivos.

Tampoco faltan algunas adaptaciones de textos literarios previos, ya sean confesos, como "El suceso del puente de Owl Creek" (según el cuento homónimo de Ambrose Bierece), ya versiones libres y no necesariamente acreditadas: y si bien en la ya citada "La isla de la bestia" se manifiesta poniéndolo en boca de un personaje la deuda con el relato The Most Dangerous Game de Richard Connell (que inspiró la película del mismo título, llamada El malvado Zaroff en España), en "Frotar la lámpara" no se menciona -pero es imposible obviar- que el relato viene a estar inspirado en el famoso cuento de terror "La pata de mono" de W. W. Jacobs.

Finalmente, señalar que si el lector tiene una sensación de déjà vu al leer "Encasillado" y "El día después del Juicio Final" se deberá, simplemente, a que ha podido leerlas también en el quinto volumen de Creepy.


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