martes, 22 de septiembre de 2009
La Semana de Warren Ellis: Global Frequency
Si Planetary es la obra más redonda de Warren Ellis, Transmetropolitan la más representativa, y The Authority la más llamativa y deslumbrante, Global Frequency es de entre todas sus obras específicamente personales y propias esa aportación aparentemente pequeña -se trata de una serie limitada de apenas doce entregas- y discreta que parece no hacer demasiado ruido pero por la que un servidor tiene no ya un cariño especial sino que la considera como uno de sus más grandes logros narrativos.
Global Frequency fue publicada en Estados Unidos mensualmente entre octubre de 2002 y septiembre de 2003 dentro del sello WildStorm, y este formato se respetó tal cual para su primera edición en España, por parte de Planeta de Agostini, en 2004. Pero este verano, tras la pérdida de derechos por parte de Planeta y la adquisición de los mismos por Norma Editorial, esta recupera como tiene por costumbre toda la serie en un atractivo formato de lujo.
A modo de prólogo, el volumen se abre con el provocativo y vehemente "Old Bastard's Manifesto" de Ellis, en el que el guionista ataca visceralmente lo que él considera narraciones alargadas hasta la saciedad -obviamente, piensa en buena parte de los tebeos de superhéroes de las dos grandes, Marvel y DC-, y defiende por tanto el formato de novela gráfica entendida como un todo compacto y autoconclusivo, o bien la realización de series con un número de entregas preestablecido que no dependa del éxito de las mismas, con el fin de evitar prolongaciones innecesarias de la historia inicial.
Ellis, claro, predica con el ejemplo, y Global Frequency no pasó de los doce números pese a las excelentes críticas recogidas. Más aún, el autor concibió la serie con una sucesión de episodios autoconclusivos, de manera que el lector pudiera leerla de forma fragmentada o que pudiera sumarse a la serie en cualquier momento sin necesidad de recuperar los episodios publicados anteriormente.
Así pues, la colección relata doce aventuras de una organización de seguridad privada llamada Global Frequency, que cuenta con 1.001 agentes repartidos por todo el mundo -el último en sumarse a la misma, un físico anciano que trabajó en la investigación de armas biológicas en Stepnogorsk tres décadas antes, es contratado en la primera entrega-, todos ellos bajo el mando de una misteriosa mujer que se hace llamar Miranda Zero. Dicha organización cuenta con Aleph, una joven cuyo apodo remite al célebre relato de Jorge Luis Borges, ejerciendo la labor de enlace global... aunque en el penúltimo episodio, que narra su reclutamiento, demuestra que también podría ser un excelente agente de campo.
Miranda Zero y Aleph son los únicos personajes principales de la serie, si bien algún otro agente de la organización -como John Stark o Alice April, por citar un par- aparecen y reaparecen en algún instante para dar cohesión a un universo de ficción donde los agentes de la "Frecuencia Global", que disponen de un móvil exclusivo para estar en contacto, tendrán que enfrentarse a amenazas internacionales de la más diversa índole: bombas humanas, organismos mejorados cibernéticamente, virus letales, grupos sectarios de iluminados, ataques directos contra la base de operaciones y hasta el secuestro de la propia Miranda Zero.
Esta sucesión de relatos sirve a Ellis para volver a ajustar cuentas, una vez más, con nuestro presente globalizado, donde las ventajas que permite disfrutar de una idea de sociedad mundial se ven acompañadas por múltiples inconvenientes: el crimen que surge del capitalismo desatado se propaga como una pandemia por todo el planeta, y parece que nuestro destino está en manos de unos pocos, muy pocos, agentes incorruptibles.
Elegir nuestras historias favoritas de esta antología es muy complicado, dado el altísimo nivel de calidad de la serie en general, pero intentemos destacar algunos de los mejores momentos: "Cabeza nuclear" es un prometedor y muy trepidante arranque, un inicio in medias res que atrapa la atención del lector sin esfuerzo aparente; "Invasión" demuestra que Ellis también puede ponerse romántico en un relato que evoca películas como 28 días después y su secuela; "Experimento" también nos recuerda al cine de terror contemporáneo más claustrofóbico y psicológico, con reminiscencias del cine de David Cronenberg o Shinya Tsukamoto; la anécdota mínima de "Los cien del cielo" y el espídico "La carrera" mantienen en vilo al lector desde la primera a la última página; y en medio de ambas, "Gran cielo", supone un remanso de paz en un territorio helado cargado de magia y misticismo, y en el que Ellis recupera la figura de Aleister Crowley, por el que parece sentir debilidad (véase su Hellblazer).
Más allá del placer que (casi) siempre supone leer a Ellis, Global Frequency permite disfrutar del arte de doce dibujantes de talento excepcional que disfrutan aquí de libertad plena para desarrollar su trabajo sin verse encorsetados por la necesidad de dar una unidad visual a la serie. De esta forma, la colección funciona como un catálogo de algunos de los mayores talentos de la historieta actual, la mayoría de ellos británicos, y muchos colaboradores de Alan Moore: Global Frequency arranca con Garry Leach -nada más y nada menos que el co-creador con Moore de Miracleman- y finaliza con un espectacular Gene Ha -co-autor con Moore del estupendo Top 10-; en medio, algunos dibujantes que asociamos particularmente a Garth Ennis, como Steve Dillon y Glenn Fabry (dibujante y portadista de su Predicador), Roy Allan Martinez (Grifter), el siempre personal Jon J. Muth (aquí en una de las entregas más particulares y especiales de la colección), David Lloyd (otro colega de Moore en el mítico V de Vendetta), el poderoso Simon Bisley (Lobo, Bodycount), Chris Sprouse (Tom Strong, de nuevo con Moore, y Ocean, allí también junto a Ellis), Lee Bermejo (Batman / Deathblow, Joker), Tomm Coker (Gen 13 / Maxx) y Jason Pearson (Body Bags). Ahí es nada.
La unidad que no le da a la serie este relevo constante de dibujante la otorga el color de David Baron y Art Lyon y muy especialmente las portadas de Brian Wood, doce obras de arte muy particulares, una suerte de collages donde siempre aparece el logo de la organización protagonista, y que desde luego, en su publicación serializada, llamaban muy mucho la atención, y para bien, desde las estanterías de las librerías especializadas.
En definitiva, Global Frequency nos parece uno de los logros mayores de Ellis, que se lee con semejante placer tanto por entregas mensuales como de corrido, y que podría ser un excelente punto de partida para una serie de televisión de calidad. Así lo pensó algún ejecutivo de la Warner, que encargó una primera temporada de trece episodios pero de los cuales, tras un cambio en la directiva, solo se rodó y emitió el piloto. Búsquenlo en la red y podrán ver la versión en carne y hueso de Miranda Zero (Michelle Forbes) y de sus agentes de la Frecuencia Global. Pero, principalmente, háganse con el cómic original de Warren Ellis, porque vale muy mucho la pena.
Título: Global Frequency
Autores: Warren Ellis (guión) / AA.VV. (dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: junio de 2009
296 pp. (color) - 25 €
A mí también me gustó mucho este Global Frequency, y hay que decir que leído en grapa, mes a mes, se disfruta más, creo yo, que recopilado en tomo. Más que nada porque está pensado para ese formato, y, frente a la tendencia habitual de escribir pensando en el recopilatorio, con entregas individuales en las que apenas pasa nada -o directamente, no pasa nada-, Ellis te cuenta una historia completa en cada entrega. Y con algunas historias realmente brillantes, de lo mejor que ha publicado Ellis, en mi opinión.
ResponderEliminarCoincido plenamente, he disfrutado mucho en una sola noche me leí la recopilación entera. De lo mejor de Ellis.
ResponderEliminar