Abandonad toda esperanza

lunes, 23 de marzo de 2009

Los mil rostros del capitán Nemo



El capitán Nemo, creado por el escritor Jules Verne -a ver si, como ha propuesto en repetidas ocasiones el historiador Carlos Aguilar, erradicamos de una vez por todas aquello de Julio Verne-, y que protagoniza las novelas 20.000 leguas de viaje submarino y La isla misteriosa, es una de los personajes de ficción más memorables de todos los tiempos, rivalizando con otros de la talla del conde Drácula de Bram Stoker o el Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle. Por lo tanto, y al igual que ha ocurrido con estos, muchas han sido las distintas encarnaciones que ha tenido en la historia de la literatura, el cine y el cómic.

Así, grandes actores -como no podía ser de otro modo, dado el carisma del personaje- han interpretado al Nemo de Verne en la gran y la pequeña pantalla: de James Mason a Michael Caine, pasando por José Ferrer, Robert Ryan u Omar Shariff se han puesto el uniforme de gala o el traje de buzo y han liderado a la tripulación del Nautilus en continuo enfrentamiento contra las convenciones sociales de los hombres de la superficie.













El cómic no ha sido una excepción -recuerden como una de sus últimas encarnaciones al Nemo revisitado por Alan Moore y dibujado por Kevin O'Neill en La liga de los caballeros extraordinarios, luego llevada al cine-, y posiblemente un servidor descubrió la existencia de Nemo, el profesor Aronnax o el marinero Ned Land antes en este medio que en la novela original, o incluso que en la célebre película producida por Walt Disney y protagonizada por Kirk Douglas y el mentado James Mason (para un servidor, por cierto, el Nemo cinematográfico definitivo).



Y es que entre las novelas de Verne que adaptaron en los años 70 el guionista José Antonio Vidal Sales y los dibujantes Vicente Torregrosa y Alfonso Cerón no podían faltar 20.000 leguas de viaje submarino y La isla misteriosa (las otras fueron Los hijos del capitán Grant, La vuelta al mundo en ochenta días, Viaje a la Luna y Aventuras de César Cascabel). Aviso para, nunca mejor dicho, navegantes: estas adaptaciones de Joyas Literarias Juveniles, como las que se realizaron de libros de Emilio Salgari, y que acercaron los clásicos de la literatura de aventuras a toda una generación de lectores incipientes, están de nuevo al alcance del público en dos volúmenes editados por Ediciones B, ambos harto recomendables. Avisados quedan.



Pero si hoy recuperamos la figura del capitán Nemo es gracias a su última encarnación en el mundo de las viñetas, de la mano de Brüno, un autor al que descubrimos como dibujante de la estupenda Inner City Blues, y que en Nemo, ya como autor completo, rescata al personaje de Verne y lo convierte en epicentro de una de las novelas gráficas más interesantes de entre lo publicado en los últimos meses.





¿Por qué esto es así?, se preguntarán ustedes, si la historia es archisabida. Pues porque Brüno se revela aquí, liberado de las cortapisas que supone trabajar para otro guionista, como un maestro de la narración secuencial, componiendo unas páginas cuya lectura se sucede a ritmo de vértigo, tanto que el lector tendrá la sensación de estar viendo un film de animación en lugar de estar leyendo un tebeo. Y esto es algo que no está al alcance de todos.






Así, queda lejos la narrativa convencional de las mentadas adaptaciones, que por mucho que nos hicieran soñar en su día -y con eso ya tienen merecida la gloria y el recuerdo eterno-, contaban con unas soluciones narrativas ampliamente superadas hoy, demasiado supeditadas a la novela que adaptaban; en Nemo, Brüno aprovecha todos los recursos de la narración gráfica -hasta el uso continuado de onomatopeyas, así como de símbolos gráficos a modo de diálogos entre los personajes-, para atrapar la atención del lector y no soltarla hasta el final del álbum, que pese a contar con más de doscientas páginas se lee en un suspiro.



Así pues, estamos ante una obra muy recomendable, que podría permitir como aquellas versiones de los años 70 que nuevas generaciones cuyos miembros muestren adversión a la letra impresa y se queden subyugados ante las imágenes frenéticas de los nuevos productos de entretenimiento y los mass media, acercarse a la creación inmortal de Jules Verne y descubrir luego los libros con los que empezó todo. Porque no hace falta ser Will Eisner, Scott McCloud, Antonio Martín, Álvaro Pons o cualquier otro estudioso del cómic para disfrutar de este espléndido Nemo de Brüno.


Título: Nemo
Autor: Brüno (guión y dibujo)
Editorial: Dibbuks
Fecha de edición: octubre de 2008
228 páginas (b/n) - 18 €

1 comentario:

Blond dijo...

Nemo o el icono inconfesable y añorado para los que nos gustaría vivir "allende los mares". Le haré caso y sin que sirva de precedente, invertiré los 18 euracos. Merecerán la pena. Abrazos.


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