El pasado jueves, buena parte de la cinefilia de todo el mundo se encontraba esperando a que se hicieran públicas las nominaciones a los premios Oscar, pero unos minutos antes los aficionados tuvimos que encajar una muy triste noticia: el actor británico Alan Rickman, uno de los más admirados y reputados de su generación, fallecía víctima de un cáncer de páncreas unas semanas antes de cumplir los 70 años.
Alan Rickman (1946-2016)
Aficionado desde muy joven al teatro y la interpretación, también intervino en algunas producciones televisivas desde finales de los años 70, pero su salto a la gran pantalla fue más bien tardío... aunque, eso sí, por la puerta grande: se convirtió en el primer, y a decir de muchos el mejor, villano de la saga Jungla de cristal. Así pues, su Hans Gruber fue el primer enemigo encarnizado del John McLane encarnado por Bruce Willis en esta exitosa franquicia iniciada en 1988.
Hans Gruber ha pasado a la historia como uno de los mejores villanos del cine de acción
Acto seguido dio vida al peculiar pintor y ayudante del investigador encarnado por Kevin Kline en la intrascendente pero divertida El asesino del calendario, si bien su acento británico y su voz grave acabaron convirtiéndolo en uno de los villanos favoritos del Hollywood del momento: muy pronto se enfrentó a Tom Selleck en Un vaquero sin rumbo y a Kevin Costner en la popular Robin Hood, príncipe de los ladrones, donde encarnó al Sheriff de Nottingham.
Caracterizado como el Sheriff de Nottingham en Robin Hood, príncipe de los ladrones
No obstante, durante la década de los 90 Rickman demostraría su versatilidad participando en proyectos tan variopintos como Tierra de armarios, Ciudadano Bob Roberts, Una insólita aventura, Michael Collins, Dogma, Héroes fuera de órbita y, muy especialmente, Sentido y sensibilidad, adaptación de la novela de Jane Austen dirigida por Ange Lee y quizá la película más popular de todas en las que el actor participó en aquella época.
Junto a Kate Winslet en Sentido y sensibilidad, en un papel alejado de sus roles más oscuros
Por aquella época, concretamente en 1997, Rickman dio el salto a la dirección con un film intimista a reivindicar: El invitado de invierno, protagonizado por las actrices Phyllida Law y Emma Thompson, madre e hija en la vida real y en la ficción. Con la segunda ya había coincidido en Sentido y sensibilidad, y volvería a hacerlo en el thriller El beso de Judas. Mucho tiempo después, en 2014, el actor realizaría su segunda y última película como director, A Little Chaos, que también protagonizó encarnando al monarca Luis XIV.
En el rodaje de El invitado de invierno, junto a sus actrices y parte del equipo técnico
De nuevo en su faceta de actor, a Rickman el nuevo siglo le regaló el papel por el que le conocerían toda una legión de jóvenes espectadores en todo el orbe: el de Severus Snape, uno de los profesores del célebre protagonista de la saga Harry Potter, al que encarnó en las ocho películas que conforman la serie. Mientras tanto, el actor participó en otros filmes destacados como la exitosa comedia coral Love Actually, la adaptación del bestseller El perfume, la versión del musical Sweeney Todd a cargo de Tim Burton, Un plan perfecto o El mayordomo, en la que encarnó al ex actor y presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan.
Gracias al personaje de Severus Snape, muchos jóvenes conocen su imponente presencia
Su último trabajo estrenado entre nosotros es el drama de época La promesa, dirigido por el francés Patrice Leconte. Pero afortunadamente deja algunos filmes pendientes de estreno, entre ellos Alice Trough the Looking Glass, secuela de Alicia en el País de las Maravillas en la que, de nuevo, volveremos a poder escuchar su prodigiosa voz. Una voz, como su imponente presencia, que muchos echaremos de menos.
En una escena de La promesa, sú última película estrenada en vida
Alan Sidney Patrick Rickman, llamado Alan Rickman, nació en 21 de febrero de 1946 en Hammersmith, Londres, Inglaterra (Reino Unido), y falleció en 14 de enero de 2016 en Londres. Tenía por tanto 69 años. Descanse en paz.
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