Aunque fue la enfermedad de Parkinson la que había limitado su carrera profesional durante los últimos años, la culpable del triste deceso de ese gran actor que fue, es y será por siempre Bob Hoskins fue una neumonía, que terminó con su vida el pasado martes.
Bob Hoskins (1942-2014)
Espléndido actor, caracterizado por su baja estatura y por su voz grave y de marcado acento cockney (que, por otro lado, disimulaba a la perfección cuando le convenía al papel, y de ahí que muchos pensasen que era norteamericano y no inglés), Hoskins debutó en el campo de la interpretación de forma tardía, a los treinta años, alternando cine y televisión. No sería hasta dos años más tarde, en 1974, cuando participaría en el primer título importante de una filmografía que no iba a estar precisamente carente de cintas de relevancia: Inserts, película de culto protagonizada también por Richard Dreyfuss y Jessica Harper.
Con Jessica Harper en Inserts, un film revalorizado con el tiempo
Dos películas como El cobarde heroico y Amanecer zulú, dirigidas respectivamente por Richard Lester y Douglas Hickox, le permitieron trabajar con lo más granado del cine británico primero e internacional después: Malcolm McDowell, Alan Bates, Oliver Reed, Burt Lancaster, Peter O'Toole, John Mills, Nigel Davenport... Pero sería El largo viernes santo el film que en 1980 le daría el primer gran papel de su vida: el del gángster británico Harold Shand. Con el realizador de esta cinta, John Mackenzie, repetiría pronto en una adaptación de una novela de Graham Greene: Cónsul honorario.
Su primer papel memorable: el mafioso de El largo viernes santo
El talento de Hoskins no pasó desapercibido para grandes realizadores del momento, como Alan Parker, Francis Fod Coppola o Terry Gilliam, que recurrieron a él para participar en filmes como The Wall, Cotton Club o la distópica Brazil. Pero fue el irlandés Neil Jordan y su cinta Mona Lisa, donde Hoskins compartió protagonismo con su compatriota Michael Caine, los que le dieron la oportunidad de ganar un premio de interpretación en el Festival de Cannes.
Mona Lisa: una de las mejores interpretaciones del actor
Otras películas suyas de aquellos años que merecen destacarse son la comedia sobre el cine dentro del cine Dulce libertad, dirigida y protagonizada por Alan Alda y donde Hoskins volvió a coincidir con Michael Caine; Réquiem por los que van a morir, reivindicable film noir de Mike Hodges donde el actor encarnó al sacerdote que protegía al pistolero a sueldo interpretado por Mickey Rourke; o La solitaria pasión de Judith Hearne, dirigida por Jack Clayton y protagonizada por la veterana Maggie Smith.
En El enigma del hechicero, primera cinta dirigida por él mismo
1988 fue el año fundamental en la carrera profesional del actor: por un lado dirigió, escribió y protagonizó El enigma del hechicero, la primera de sus dos únicas incursiones tras la cámara (la otra sería Rainbow, estrenada en 1995); por otro, protagonizó ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, dirigida por Robert Zemeckis y que gracias a su fusión de imagen real y animación se convirtió en una cinta pionera en la historia del cine, a la vez que sin duda alguna el film más popular de toda la carrera del intérprete.
¿Quién engañó a Roger Rabbit? es sin duda el film más exitoso de su carrera
Esta última distinción solo puede ser discutida por otro de los roles más populares encarnados por el actor: el de Mario Mario en Super Mario Bros., película de cierta popularidad basada en el videojuego de éxito mundial. Pero antes tuvo tiempo de compartir secuencias con Denzel Washington en Black Ghost, con Cher y Winona Ryder en Sirenas, con Tom Berenger en La noche de los cristales rotos o -de nuevo- con Michael Caine en Seducción peligrosa, además de formar parte del espectacular reparto de Hook, la versión que de Peter Pan dirigió Steven Spielberg, y en la que Hoskins encarnó a Smee, la mano derecha del capitán Garfio interpretado por Dustin Hoffman.
Hook le dio la oportunidad de trabajar a las órdenes de Spielberg
Otro papel memorable de su carrera fue el del enigmático protagonista de El viaje de Felicia, del canadiense Atom Egoyan; pero para memorables, sus encarnaciones de dos personajes históricos como el fundador del FBI J. Edgar Hoover en Nixon de Oliver Stone o el comandante Nikita Khrushchev en Enemigo a las puertas de Jean Jacques Annaud, ambas dos cintas que merecen mucha mejor crítica de la que tuvieron en su día. No ocurre así con el film coyuntural Spice Girls: La película, protagonizado por el grupo musical femenino del momento y donde Hoskins se interpretó a sí mismo.
Junto a Jude Law en la espléndida Enemigo a las puertas
En los años siguientes, Hoskins siguió alternando producciones de época como La feria de las vanidades o Mrs. Henderson presenta con filmes ambientados en el presente, caso de la fallida Tránsito; siguió colaborando con directores de renombre como Abel Ferrara (Go Go Tales) o Robert Zemeckis (con quien repitió en Cuento de navidad) al mismo tiempo que participaba en curiosidades como la nada desdeñable Hollywoodland y el biopic del cantante Bobby Darin Beyond the Sea; y volvió a coincidir con su amigo Michael Caine en la otoñal Last Orders.
Con su amigo y colega Michael Caine en Last Orders
Finalmente, Hoskins no rechazó participar en propuestas decididamente comerciales como la mediocre Danny the Dog, la muy divertida Doosmday (El Día del Juicio) o la insípida Blancanieves y la leyenda del cazador, en la que encarnó a uno de los enanitos del cuento popular y que se ha convertido, tristemente, en la última referencia de un legado actoral al que merecerá la pena volver con asiduidad.
Una de las últimas veces que le vimos en la gran pantalla: Doomsday
Robert William Hoskins, llamado Bob Hoskins, nació en 26 de octubre de 1942 en Bury St. Edmunds, Suffolk, Inglaterra (Reino Unido), y falleció en 29 de abril de 2014. Tenía por tanto 71 años. Descanse en paz.
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