Ya hemos dedicado antes alguna que otra columna (como esta, por ejemplo) y varias notas (véanse esta o esta) a la figura del escritor argentino Julio Cortázar. Pero esta vez nos centramos concretamente en dos ensayos escritos por Jesús Marchamalo (Tocar los libros, Hierro fumando) y Jordi Puigdomènech que tratan la relación del autor de Rayuela con los libros y el cine respectivamente.
De ello hablamos en la columna de Abandonad toda esperanza de hoy:
Julio Cortázar, frente a su biblioteca particular de la casa de rue Martel en París
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