Un año más llega a su fin, y es el momento idóneo para repasar lo mejor del cine visto a lo largo del mismo.
Sobre este tema volveremos más detenidamente dentro de unos días, pero como ya es tradición hemos confeccionado para el anuario de El Periódico de Villena una columna de Abandonad toda esperanza a modo de resumen:
viernes, 31 de diciembre de 2010
jueves, 30 de diciembre de 2010
Comic Top 5: Diciembre 2010
Como a partir de mañana toca repaso a lo mejor del cine de este 2010, hemos adelantado un día el tradicional Comic Top 5 de los cinco mejores tebeos leídos a lo largo del mes, que en el último de este año queda así (como siempre en orden alfabético):
1.- Crossed
Garth Ennis & Jacen Burrows (Glénat)
2.- Cuentos de Pete el Leñador
Lilli Carré (Apa-Apa)
3.- Daytripper
Fábio Moon & Gabriel Bá (Planeta)
4.- Ken Games
José Manuel Robledo & Marcial Toledano (Diábolo; 3 vols.)
5.- Strange Suspense
Steve Ditko (Diábolo)
1.- Crossed
Garth Ennis & Jacen Burrows (Glénat)
2.- Cuentos de Pete el Leñador
Lilli Carré (Apa-Apa)
3.- Daytripper
Fábio Moon & Gabriel Bá (Planeta)
4.- Ken Games
José Manuel Robledo & Marcial Toledano (Diábolo; 3 vols.)
5.- Strange Suspense
Steve Ditko (Diábolo)
miércoles, 29 de diciembre de 2010
Los horrores desatados de la naturaleza
Desde hace casi cinco años que los verdaderos aficionados al terror, en cualquiera de sus manifestaciones, medios y subgéneros, venimos disfrutando de una cabecera como Cthulhu, publicada por Diábolo Ediciones y que aglutina en su interior lo más novedoso y prometedor de la creación artística de nuestro país en lo que a historietas del género se refiere, sin olvidar dejar un pequeño pero significativo espacio para la narrativa y el ensayo, eso sí siempre vinculados al género que nos ocupa.
Después de números dedicados nunca exclusivamente pero sí con especial atención a escritores como Lovecraft -que, lógicamente dada la cabecera de la revista, fue el primero-, Stevenson, Hodgson, Poe y Howard, así como un "Especial Fantasmas" que tuvo a M. R. James como anfitrión especial, ahora es el turno de que ejerza como maestro de ceremonias o, si se prefiere, maestro bajo cuya protección espiritual acogernos, el gran Algernon Blackwood, un escritor especializado en mostrar los horrores ominosos surgidos de entornos naturales aparentemente inofensivos.
De esta forma lo retrata uno de sus máximos adalides, Manuel Mota, en el texto que sirve a modo de introducción de la oferta, seguido por la adaptación que elabora el propio Mota del relato de su mentor "Luces antiguas", que con apenas unos pocos diálogos y con un sobrio blanco y negro logra inquietar al lector. La otra adaptación del escritor que incluye esta entrega, muy sui generis eso sí, es la historia "Culto secreto", protagonizada por el divertidísimo Lovecraft preadolescente creado por José Oliver y Bartolo Torres. Finalmente, la sombra de Blackwood también planea sobre el relato "El sauce" de José María Tamparillas, que cierra el número... a falta de los "Gothicomics" de Ángel Rodríguez (Necróticas).
Como otros grandes logros de este séptimo número podemos destacar historias como "La visión de Van Helsing" de Luis Míguez, una suerte de ocurrente precuela de Drácula en apenas siete páginas; "Una leve sonrisa", apenas dos páginas escritas por Raule, el guionista de Jazz Maynard; "Inmune", relato de final descorazonador firmado por J. J. Rovella y Julio Amazor; y muy especialmente el atmosférico "Welcome to Innsmouth", que pese al homenaje explícito a Lovecraft cuenta con una ejecución que recuerda más al universo de Silent Hill -el videojuego, la película y los cómics-, y que cuenta con unos autores de excepción: el guionista El Torres (El velo, Nancy in Hell) y el dibujante Tony Sandoval (El cadáver y el sofá, Nocturno).
No obstante, las dos mejores historias de este Cthulhu son "Soy un gato" de Elchinodepelocrespo y Toni Fejzula -una muestra de lo que puede hacer el terror moderno cuando se ejecuta con atrevimiento y sin autocensuras-, así como "Juana la Loca", una suerte de homenaje al cine del danés Carl T. Dreyer (no solo a su La pasión de Juana de Arco, sino también su inolvidable Vampyr) a partir del encuentro entre dos de los pacientes de una institución psiquiátrica. Mediante este último relato, el reincidente Elchinodepelocrespo -ya lo hemos dicho alguna vez: tras tan extraño seudónimo se esconde el mejor escritor de toda la nómina fija de esta publicación- y el dibujante Karles Sellés (Asuntos pendientes) ejecutan de paso una suerte de narración metalingüística con homenaje al mítico Krazy Cat incluido.
Finalmente, hay que señalar también el arranque de una serie de artículos que glosarán la historia de las revistas de terror en España, que empieza dedicándose sobre todo a la revista Historias para no dormir -surgida al rebufo de la exitosa serie televisiva de Chicho Ibáñez Serrador- y que deja el artículo abierto de cara a tratar la añorada Dossier Negro. Esta serie de ensayos, que firmarán redactores de la web Tebeosfera, tratarán una tradición en la que ahora se incluye con todos los honores esta Cthulhu a la que auguramos y deseamos una larga y próspera existencia.
Como en los tiempos de la vieja factoría de Josep Toutain, en Diábolo apuestan también por que los jóvenes valores que saltan a la palestra desde las páginas de su revista y que merecen el favor de la crítica y/o el público consigan publicar de forma independiente... aunque sea recuperando material previamente publicado en las cabeceras de la casa. Este es el caso de Pepe Avilés, que firma en la cubierta de su Desde la oscuridad solamente con su apellido.
El presente álbum incluye siete historias, las cinco primeras publicadas en los otros tantos primeros números de Cthulhu, y las dos últimas totalmente inéditas y creadas ex profeso para la ocasión. El nivel de dichas historias es, claro, variable, pero los lectores de Cthulhu ya conocerán la obra de Avilés y sabrán a qué atenerse y si su manera de entender el género coincide con la suya.
La presencia del océano más profundo como origen de las peores y más terroríficas amenazas planea durante toda la obra, como ya pone de manifiesto la (estupenda) cubierta del álbum, pues tres de las siete historias se ambientan en espacios marinos: desde la inaugural "Oscuridad" -pese a su sencillez, una de las mejores ejecutadas y a la postre más satisfactorias y sugerentes de toda la obra- hasta la postrera "Desde la oscuridad", que pese a dar título al álbum no está entre las mejores del mismo.
Entre una y otra destaca "La nave abandonada", adaptación libérrima del relato "The Derelict" de William Hope Hodgson, un escritor que de esto de océanos inquietantes y barcos fantasma sabía bastante. La adaptación resultante se lee con creciente interés y su atmósfera nocturna e inquietante puede recordar a la del estupendo film de John Carpenter La niebla.
También cabe destacar la historia de fantasmas "La advertencia", que no aporta nada nuevo -sobre todo si se intuye el final- pero que satisfará a los amantes de los cuentos de aparecidos; "Berenice", según el cuento homónimo de Edgar Allan Poe, y en el que aunque al principio amenaza con olvidar las posibilidades narrativas del dibujo para centrarse en textos extensos y demasiados fieles al original literario, cobra fuerza hacia el final para terminar en una última página sobrecogedora (aunque se conozca el relato en el que se basa, dicho sea de paso); y, finalmente, "Maleficio", una de las historias inéditas del álbum y que no necesita del apoyo de textos para interesar y aterrorizar al lector con una atmósfera opresiva y una visión romántica del género.
En definitiva: aunque no estamos ante una obra redonda -por ejemplo, la historia "Cuestión de enfoque", con diferencia la más floja de las siete, hace gala de una pseudofilosofía new age particularmente irritante, al menos para el que esto suscribe-, Desde la oscuridad merece nuestra atención como un paso más que firme en una carrera que se intuye prometedora: la de este Avilés que trabaja como autor completo con resultados desiguales pero como poco interesantes y en algunas ocasiones espléndidos. Un autor a seguir, en definitiva.
Título: Cthulhu (n.º 7)
Autores: Varios autores (guión y dibujo)
Editorial: Diábolo Ediciones
Fecha de edición: noviembre de 2010
80 páginas (b/n y color) - 6,95 €
Título: Desde la oscuridad
Autor: Avilés (guión y dibujo)
Editorial: Diábolo Ediciones
Fecha de edición: noviembre de 2010
72 páginas (b/n) - 13,95 €
martes, 28 de diciembre de 2010
Las crónicas de Shyamalan (y Cia.)
Al realizador M. Night Shyamalan siempre se le ha acusado de vanidad y prepotencia, a partir de algunas declaraciones suyas y sobre todo desde que se autoconcediera un papel de importancia -pese a sus obvias limitaciones como actor- en su fallida La joven del agua (por otro lado, hasta hace bien poco su peor película). Llegado este momento no se le ha ocurrido nada mejor que poner en marcha un proyecto que podría dar todavía más argumentos a favor de sus detractores.
Por lo visto, fruto de su ingente creatividad, a Shyamalan se le ocurren más ideas de las que puede llevar él mismo a la gran pantalla; de ahí que haya puesto en marcha una suerte de productora llamada The Night Chronicles, que se encargará de realizar filmes de género fantástico a partir de ideas concebidas por el autor de El sexto sentido pero que otros se encargarán de escribir y dirigir.
De momento, The Night Chronicles contará con tres producciones de cara a comprobar el interés del público potencial por lo que pueda ocurrírsele a este realizador que, al menos comercialmente, ha vivido tiempos mejores: compárese el interés despertado por El protegido o Señales después del gran hit que supuso El sexto sentido con la creciente desidia con la que han sido recibidas producciones como la citada La joven del agua, El incidente o la reciente Airbender: el último guerrero. La primera de estas cintas producidas por la factoría de Shyamalan es Devil, que se estrenará en España el próximo mes de febrero con el ridículo título de La trampa del mal y que un servidor ya ha tenido la oportunidad de ver.
Pongamos las cartas sobre la mesa desde el principio: sin ser nada del otro jueves, Devil es mucho mejor que las últimas películas dirigidas por Shyamalan, con la excepción de la estupenda e incomprendida El incidente. Film de mediano presupuesto con vocación de serie B -precisamente como la citada cinta con Mark Wahlberg-, e interpretado por actores de segunda fila cuando no directamente desconocidos, está dirigido por John Erick Dowle y coproducido por su hermano Drew, el mismo tándem creativo que está detrás de la celebrada (e inédita aquí, para variar) The Poughkeepsie Tapes y de Quarantine (ya saben, el remake yanqui de nuestra REC).
Devil parte de una de esas premisas que sirven por sí mismas, a modo de tag line, para vender el producto: en un lujoso edificio de oficinas, cinco individuos se quedan atrapados en un ascensor, y uno de ellos no es quien dice ser... sino que podría tratarse del mismísimo Diablo. Alrededor de esta situación se mueven un par de policías que se han acercado al complejo para resolver lo que aparenta ser un suicidio, así como los guardias de seguridad y un operario del ascensor.
Conforme avanza la investigación, el espectador va descubriendo que independientemente de quién sea el presunto Satanás ninguna de las cinco personas atrapadas es precisamente trigo limpio y que todas tienen mucho que ocultar. La intriga que se desarrolla alrededor de estos prisioneros provisionales está bien llevada, y el realizador saca todo el provecho posible de un espacio tan reducido como ambiente opresor, subrayado por la claustrofobia que padece un agente de seguridad del edificio, a la sazón uno de los cinco sujetos encerrados en el ascensor.
Y es que, aunque la premisa expuesta pueda parecer atractiva, lo mejor del film reside en la téncica con la que está ejecutado el film, desde unos títulos de crédito iniciales verdaderamente fascinantes (pese a la sencillez de la idea: planos aéreos de la gran ciudad invertidos de manera que el cielo queda abajo y los rascacielos arriba), hasta la estupenda fotografía de Tak Fujimoto, así como muy especialmente la partitura original de Fernando Velázquez: habitual del género fantástico -como demuestra su colaboración en filmes como El orfanato, Eskalofrío, Sexykiller, El mal ajeno o la reciente Los ojos de Julia-, el español compone una partitura de reminiscencias hitchcockianas en la medida en que recuerda de forma muy emocionante y emotiva al trabajo, grandilocuente y exasperante en el mejor sentido de los términos, del añorado Bernard Hermann.
Por lo demás, hay que señalar que precisamente cuando aparece la moralina más propia de una secta religiosa de segunda o de productos de filosofía new age para el consumidor medio, muy propia de la obra de Shyamalan hasta en sus mejores trabajos -recordemos el tema de la segunda oportunidad en El sexto sentido, los lazos familiares de Señales, el conservadurismo frente a los avances tecnológicos de El bosque o el mensaje ecologista de El incidente-, es cuando Devil pierde parte de su interés y se revela como una producción imperfecta hasta para sus limitadas pretensiones.
Pero, como decíamos, Devil funciona como divertimento y cuenta con algunos aspectos de indudable interés, entre ellos comprobar cómo está muy por encima de producciones fallidas como La joven del agua o muy especialmente Airbender: el último guerrero, que he tenido la oportunidad de ver y que ha servido para corroborar mis más bajas expectativas.
Tengo que confesar, para ser justo, que desconozco la serie original de la que parte el film de Shyamalan -dejémoslo claro: su peor obra hasta la fecha-, pero se podía confiar en que este supiera atraer al espectador profano tanto como al especializado. Pero no: Airbender no funciona ni siquiera como espectáculo para todos los públicos, y el atractivo envoltorio formal sirve para entretener a la platea solo durante los primeros minutos de la proyección: una vez superada la sorpresa inicial, somos testigos de un relato simplista y sin ningún tipo de matices alrededor del enfrentamiento entre distintos pueblos vinculados a los cuatro elementos naturales... Es decir, el sempiterno enfrentamiento entre el Bien y el Mal adornado por efectos especiales de (pen)última generación que ya no fascinan, por sí solos, a nadie.
Ahora queda esperar con qué nos va a sorprender M. Night Shyamalan, en quien tengo que aclarar todavía albergo esperanzas de redención porque tres obras maestras como El protegido, Señales y El bosque (que lo convirtieron sin esfuerzo aparente en el director de blockbusters que mejor sabe rodar en Hollywood) y dos trabajos tan interesantes como El sexto sentido y El incidente son currículo más que suficiente como para ganarse cierta confianza en el futuro. Pero sería triste que la próxima masterpiece de Shyamalan sea una nueva "crónica nocturna" y ni siquiera venga firmada (ni filmada) por él.
Por lo visto, fruto de su ingente creatividad, a Shyamalan se le ocurren más ideas de las que puede llevar él mismo a la gran pantalla; de ahí que haya puesto en marcha una suerte de productora llamada The Night Chronicles, que se encargará de realizar filmes de género fantástico a partir de ideas concebidas por el autor de El sexto sentido pero que otros se encargarán de escribir y dirigir.
De momento, The Night Chronicles contará con tres producciones de cara a comprobar el interés del público potencial por lo que pueda ocurrírsele a este realizador que, al menos comercialmente, ha vivido tiempos mejores: compárese el interés despertado por El protegido o Señales después del gran hit que supuso El sexto sentido con la creciente desidia con la que han sido recibidas producciones como la citada La joven del agua, El incidente o la reciente Airbender: el último guerrero. La primera de estas cintas producidas por la factoría de Shyamalan es Devil, que se estrenará en España el próximo mes de febrero con el ridículo título de La trampa del mal y que un servidor ya ha tenido la oportunidad de ver.
Pongamos las cartas sobre la mesa desde el principio: sin ser nada del otro jueves, Devil es mucho mejor que las últimas películas dirigidas por Shyamalan, con la excepción de la estupenda e incomprendida El incidente. Film de mediano presupuesto con vocación de serie B -precisamente como la citada cinta con Mark Wahlberg-, e interpretado por actores de segunda fila cuando no directamente desconocidos, está dirigido por John Erick Dowle y coproducido por su hermano Drew, el mismo tándem creativo que está detrás de la celebrada (e inédita aquí, para variar) The Poughkeepsie Tapes y de Quarantine (ya saben, el remake yanqui de nuestra REC).
Devil parte de una de esas premisas que sirven por sí mismas, a modo de tag line, para vender el producto: en un lujoso edificio de oficinas, cinco individuos se quedan atrapados en un ascensor, y uno de ellos no es quien dice ser... sino que podría tratarse del mismísimo Diablo. Alrededor de esta situación se mueven un par de policías que se han acercado al complejo para resolver lo que aparenta ser un suicidio, así como los guardias de seguridad y un operario del ascensor.
Conforme avanza la investigación, el espectador va descubriendo que independientemente de quién sea el presunto Satanás ninguna de las cinco personas atrapadas es precisamente trigo limpio y que todas tienen mucho que ocultar. La intriga que se desarrolla alrededor de estos prisioneros provisionales está bien llevada, y el realizador saca todo el provecho posible de un espacio tan reducido como ambiente opresor, subrayado por la claustrofobia que padece un agente de seguridad del edificio, a la sazón uno de los cinco sujetos encerrados en el ascensor.
Y es que, aunque la premisa expuesta pueda parecer atractiva, lo mejor del film reside en la téncica con la que está ejecutado el film, desde unos títulos de crédito iniciales verdaderamente fascinantes (pese a la sencillez de la idea: planos aéreos de la gran ciudad invertidos de manera que el cielo queda abajo y los rascacielos arriba), hasta la estupenda fotografía de Tak Fujimoto, así como muy especialmente la partitura original de Fernando Velázquez: habitual del género fantástico -como demuestra su colaboración en filmes como El orfanato, Eskalofrío, Sexykiller, El mal ajeno o la reciente Los ojos de Julia-, el español compone una partitura de reminiscencias hitchcockianas en la medida en que recuerda de forma muy emocionante y emotiva al trabajo, grandilocuente y exasperante en el mejor sentido de los términos, del añorado Bernard Hermann.
Por lo demás, hay que señalar que precisamente cuando aparece la moralina más propia de una secta religiosa de segunda o de productos de filosofía new age para el consumidor medio, muy propia de la obra de Shyamalan hasta en sus mejores trabajos -recordemos el tema de la segunda oportunidad en El sexto sentido, los lazos familiares de Señales, el conservadurismo frente a los avances tecnológicos de El bosque o el mensaje ecologista de El incidente-, es cuando Devil pierde parte de su interés y se revela como una producción imperfecta hasta para sus limitadas pretensiones.
Pero, como decíamos, Devil funciona como divertimento y cuenta con algunos aspectos de indudable interés, entre ellos comprobar cómo está muy por encima de producciones fallidas como La joven del agua o muy especialmente Airbender: el último guerrero, que he tenido la oportunidad de ver y que ha servido para corroborar mis más bajas expectativas.
Tengo que confesar, para ser justo, que desconozco la serie original de la que parte el film de Shyamalan -dejémoslo claro: su peor obra hasta la fecha-, pero se podía confiar en que este supiera atraer al espectador profano tanto como al especializado. Pero no: Airbender no funciona ni siquiera como espectáculo para todos los públicos, y el atractivo envoltorio formal sirve para entretener a la platea solo durante los primeros minutos de la proyección: una vez superada la sorpresa inicial, somos testigos de un relato simplista y sin ningún tipo de matices alrededor del enfrentamiento entre distintos pueblos vinculados a los cuatro elementos naturales... Es decir, el sempiterno enfrentamiento entre el Bien y el Mal adornado por efectos especiales de (pen)última generación que ya no fascinan, por sí solos, a nadie.
Ahora queda esperar con qué nos va a sorprender M. Night Shyamalan, en quien tengo que aclarar todavía albergo esperanzas de redención porque tres obras maestras como El protegido, Señales y El bosque (que lo convirtieron sin esfuerzo aparente en el director de blockbusters que mejor sabe rodar en Hollywood) y dos trabajos tan interesantes como El sexto sentido y El incidente son currículo más que suficiente como para ganarse cierta confianza en el futuro. Pero sería triste que la próxima masterpiece de Shyamalan sea una nueva "crónica nocturna" y ni siquiera venga firmada (ni filmada) por él.
lunes, 27 de diciembre de 2010
Holocausto zombi
Quizá sea por la cercanía de un año tan desafortunado en las profecías como el 2012, pero que los zombis están tan de moda como los vampiros -algunos dirán que más- es algo innegable: tanto en el cine y la televisión como en el universo de la letra impresa cada vez son más los títulos que muestran a los protagonistas de la función enfrentándose a legiones de muertos vivientes que campan a sus anchas, al estilo de aquella agorera profecía apocalíptica de "... y los muertos caminarán sobre la Tierra".
El cómic, por supuesto, no ha podido ni querido permanecer ajeno a esta moda: el último título en sumarse a la misma es la exitosa serie televisiva The Walking Dead, versión audiovisual, no lo olvidemos, de la serie de comic books Los muertos vivientes de Robert Kirkman. Y en este vuestro blog ya hemos comentado algunos tebeos que tocan de una forma u otra esta temática: los últimos fueron el francés Los zombis que se comieron el mundo y el estadounidense Black Gas, este último con la firma de Warren Ellis; pero también han pasado por aquí Marvel Zombies, Zombies Party -a partir de la película homónima-, Los abandonados de Ross Campbell o la serie de Ben Templesmith Wormwood.
Hoy comentaremos los últimos cómics en sumarse al género, y empezaremos por toda una autoridad en la materia: Max Brooks. A la postre hijo del actor y realizador Mel Brooks y la actriz Anne Bancroft, este escritor se ha hecho popular en todo el mundo gracias a Zombi. Guía de supervivencia y Guerra Mundial Z. Ahora Brooks da el salto al noveno arte con Zombi. Guía de supervivencia: Ataques registrados, una prolongación en viñetas del "manual de ficción" -por llamarlo de alguna manera- que publicó en 2003 y que ha sido traducido a un gran número de idiomas, entre ellos el nuestro.
El comic que ahora nos ocupa, y que edita en España el sello DeBolsillo, está compuesto por doce historias de extensión variable ambientadas en distintas épocas y lugares concretos de la historia de la humanidad, del Katanda (África Central) del año 60000 a.C. al Parque Nacional de Joshua Tree en 1992, pasando por el Egipto del 3000 a.C., la Siberia de finales del siglo XVI, el Japón Feudal de 1611 o el Caribe Oriental de 1862.
A lo largo de estos relatos, el equipo formado por Brooks y por el dibujante Ibraim Roberson -que ha trabajado tanto para Marvel como DC, pero que, ya lo verán, parece particularmente dotado para esto de dibujar a zombis hambrientos de carne humana- relatan cómo los muertos vivientes existen y vagan por nuestro planeta desde que el hombre es hombre (esto es, desde la misma Prehistoria), y cómo los vivos han tenido que enfrentarse a ellos valiéndose tanto de la inteligencia como de la mayor fuerza bruta posible con una única finalidad: sobrevivir.
Lo que podría haber sido un mero exploit del éxito de Brooks en su faceta de narrador y (falso) ensayista acaba por tener su gracia: de hecho, los autores han conseguido trasladar al mundo de las viñetas el juego -similar al de los "falsos documentales" que tanto se prodigan últimamente- de Zombi. Guía de supervivencia, una obra que (lógicamente) era de ficción pero que estaba redactada a la manera de cualquier manual de instrucciones que se precie. Para ello, en Ataques registrados, Brooks ha prescindido de cualquier diálogo entre los personajes de las distintas historias, quedando los textos reducidos a la figura del narrador a modo de voz en off propia de un documental audiovisual.
De esta forma se dota de una gran verosimilitud a los relatos que incluye este Ataques registrados, y una vez superada la incredulidad inicial por parte de un lector que se sumerge -a poder ser, con los menos prejuicios posibles- en las páginas del libro, este acaba disfrutando mucho más de lo esperado de un título que no pasa de ser un divertimento, desde luego, pero que por lo menos intenta -y por momentos lo consigue- ofrecer algo distinto del resto.
Para divertimento, el que ofrece el guionista Garth Ennis en Crossed, una serie de diez entregas publicada por Avatar Press y que en España recopila en un volumen único la editorial Glénat. En realidad, nos lo ofrecen Ennis y el dibujante Jacen Burrows, habitual de la casa y uno de los últimos colaboradores más o menos fijos del celebrado Alan Moore -por ejemplo, en la reivindicable The Courtyard y en la todavía inédita aquí Neocomicon-, y que ya había trabajado con Ennis en títulos como Chronicles of Worwood o 303.
En Crossed, Ennis y Burrows muestran como nuestro planeta se encuentra asolado por una plaga que convierte a los seres humanos en una especie de muertos vivientes... en vida. El primer rasgo de cierta originalidad del relato es que los monstruos que atacan a los protagonistas no han pasado previamente por el tránsito a la otra vida, sino que estando aún vivos están contaminados por una suerte de virus que se propaga a través del contacto con los fluidos corporales (no solo la sangre, sino también la saliva) y que les hace perder lo que tenían de humanidad convirtiéndolos en bestias que se mueven tan solo por el instinto y la búsqueda de los placeres primarios.
Así, el grupo liderado por Cindy -una auténtica madre coraje y superviviente nata- y por Stan -que ejerce de narrador del relato mediante el recurso de la voz en off- serán testigos de cómo los cruzados -que reciben ese nombre por las cicatrices en forma de cruz que aparecen en el rostro de todo contaminado, y a los que alude el título de la serie inexplicablemente no traducido al español- violarán y matarán, y no necesariamente en ese orden, a todo aquel que se cruce en su camino...
A ningún lector de la citada Los muertos vivientes se le escapará el parecido de esta premisa con la de la serie concebida por Robert Kirkman: pero, si se nos permite el paralelismo con el séptimo arte, si aquella es la producción hollywoodiense (por así decirlo), este Crossed es el exploit europeo: no olvidemos que Ennis es irlandés, y tampoco que su obra previa no se caracteriza precisamente por la delicadeza y la capacidad de sugerir más que de mostrar. Así, en las páginas de este volumen seremos testigos de una serie de atrocidades que se nos muestran sin ninguna huella de (auto)censura, ya sea en cuestiones referentes al sexo -entre cruzados, no entre las personas no contaminadas que ya tienen bastante con luchar por sobrevivir- y a la violencia, retratada sin ningún tipo de cortapisas, de una manera que nunca se permitiría una película norteamericana... Por lo visto, a un medio más minoritario como es el cómic se le permiten mayores licencias.
No obstante, Ennis ha aprendido la lección de Kirkman, y el interés del relato no se reduce a mostrar estas cruentas estampas que a más de un lector se le podrán indigestar: por un lado, el retrato de los protagonistas está tan cuidado como se merece la historia, y por otro lado el guionista no deja de verter una crítica no social sino directamente antropológica acerca de la crueldad y la maldad supuestamente intrínsecas a la condición humana. De hecho, uno de los episodios más crueles de la historia, y que tiene por víctimas a un grupo de niños que han sobrevivido gracias a su profesora de Educación Primaria, cuenta con personas corrientes y molientes como verdugos oprimidos por una situación desesperada.
Por cierto: el éxito de la serie ha generado, al menos que se sepa, un par de secuelas: Crossed: Family Values y Crossed: Psychopath, ambas escritas por David Lapham (el creador de la aplaudida Balas perdidas) y esta última dibujada por el español Raúlo Cáceres (Aguas Calientes). Esperemos que la edición española de Crossed funcione también lo suficientemente bien como para que Glénat se anime a editar este material que seguro nos proporcionará un buen (mal) rato de lectura, como el que proporciona esta primera serie.
Para terminar con esta nota nos permitiremos una pequeña trampa, porque pese a lo que pueda parecer por el título, Zombillenium no es una obra sobre zombis. Sí, hay muertos vivientes... pero también vampiros, hombres lobo, fantasmas, momias, hombres invisibles, esqueletos vivientes y otras muchas criaturas propias del bestiario fantástico popularizado en la literatura primero y en el cine después. De hecho, el personaje titular de esta primera entrega, Gretchen, es una bruja con todas las de la ley.
El título de Zombillenium hace referencia a un parque de atracciones temático que tiene como protagonistas a los monstruos más populares del terror. Un lugar al que va a parar nuestro protagonista, tras un brutal atropello por parte de un automóvil en el que viajan algunos de los habitantes de este espectáculo. Con el fin de devolver a la vida a la víctima del incidente, los viajeros lo reclutarán como uno de los suyos, y aunque el principio el debate estará entre si convertirlo en un vampiro o transformarlo en un hombre lobo acabará por mutar en algo totalmente inesperado para todos...
El francés Arthur de Pins, un autor de estilo fácilmente reconocible -véase si no su estupendo (y divertidísimo) Pecados veniales o el manual Anti-Kamasutra, este con Maïa Mazaurette-, da comienzo con este álbum una serie que en la vecina Francia edita Dupuis y en España, como los otros títulos citados, la madrileña Dibbuks. En sus páginas dicho estilo, de trazos suaves y colores planos, muy influenciado por el diseño gráfico y la publicidad, y de resultados finales decididamente naives, contrasta con el universo de ficción que retrata, supuestamente inquietante cuando no absolutamente aterrador.
Y más allá de los aspectos humorísticos del relato, y del interés del apartado gráfico de la obra, esta presenta una historia de la que se intuyen varias sorpresas por venir. Pero, por supuesto, y tratándose de una obra inacabada, todo lo que pueda decirse de este Zombillenium es, lógicamente, provisional. Pese a ello, la lectura de este primer volumen no puede ser más satisfactoria, y las expectativas a priori más elevadas. Esperemos por tanto que Arthur de Pins esté a la altura de las mismas, porque si es así estaremos ante un título indispensable; de momento, aquí queda patente nuestra más sincera recomendación.
Título: Zombi. Guía de supervivencia: Ataques registrados
Autores: Max Brooks (guión) / Ibraim Roberson (dibujo)
Editorial: DeBolsillo (Random House Mondadori)
Fecha de edición: octubre de 2010
144 paginas (b/n) - 11,95 €
Título: Crossed
Autores: Garth Ennis (guión) / Jacen Burrows (dibujo)
Editorial: Glénat
Fecha de edición: diciembre de 2010
256 páginas (color) - 19,95 €
Título: Zombillenium (Vol. 1: Gretchen)
Autor: Arthur de Pins (guión y dibujo)
Editorial: Dibbuks
Fecha de edición: noviembre de 2010
48 páginas (color) - 14 €
(+) Las webs de los autores:
- Max Brooks
- Ibraim Roberson
- Garth Ennis
- Jacen Burrows
- Arthur de Pins
domingo, 26 de diciembre de 2010
RIP: Jean Rollin (1938-2010)
El cine de serie B, no digamos ya el de serie Z, tiene poco que hacer para llamar la atención del espectador frente a la hegemónica maquinaria hollywoodiense... y las defunciones no son una excepción. Por ello, el reciente fallecimiento -concretamente, el pasado 15 de diciembre- de un maestro del cine clásico norteamericano como Blake Edwards provocó que para muchos cinéfilos pasara desapercibida otra desaparición acontecida durante la misma jornada: la del cineasta francés Jean Rollin, especializado en películas de temática erótico-terrorífica. Por ello en este vuestro blog, tan aficionado al cine de culto, no queríamos que terminase este 2010 sin recordar su figura y su legado.
Sorprendentemente, el debut en la dirección de largometrajes de Rollin fue un film alejado del género que le hizo popular entre los aficionados al cine más bizarro y extremo: L'itinéraire marin, estrenada en 1963, fue una cinta que contó nada más y nada menos que con la escritora Marguerite Duras como dialoguista de excepción. Pero pasado un lustro Rollin volvió a dirigir una película de terror, esta ya considerada uno de sus clásicos más conocidos, que sentaría las bases de su muy reconocible estilo: Le viol du vampire.
A lo largo de la década de los 70, a esta película la siguieron otras de semejantes características, esto es: la mezcla de elementos propios de los relatos de vampiros de siempre con un erotismo cada vez más explícito, muchas veces centrado en relaciones lésbicas y en ocasiones jugando con la figura de la lolita adolescente. Es el caso de películas la mayoría de las veces inéditas en los cines españoles -los títulos entre corchetes son los utilizados para su exhibición doméstica en el mercado del DVD-, como La vampire nue [Desnuda entre las tumbas], Vierges et vampires [Réquiem por un vampiro], Le frisson des vampires (Los temores de los vampiros), Lèvres de sang o Fascination (El castillo de las vampiras).
Durante las dos décadas siguientes, este realizador claramente influenciado por el expresionismo alemán y sobre todo por el surrealismo europeo siguió al pie del cañón trabajando sin pausa y estrenando (en Francia, claro) de forma continuada títulos como La morte vivante (La muerta viviente), Les deux orphelines vampires o La fiancée de Dracula. Mientras tanto, también dirigió producciones eróticas o directamente pornográficas haciendo uso de dos seudónimos artísticos: Michel Gentil y Robert Xavier.
Otros títulos destacables de su filmografía terrorífica, aunque apartados de la temática estrictamente vampírica, son La rose de fer [La rosa de hierro], Les démoniaques (Espasmos de muerte), Les raisins de la mort, La nuit des traquées, la española El lago de los muertos vivientes - escrita por nuestro Jesús Franco y con actores habituales de la filmografía del español como Howard Vernon o Antonio Mayans-... y, más recientemente, La nuit des horloges y Le masque de la Méduse. Esta última es una producción del presente año que está a punto de terminar y que queda para la posteridad como último trabajo de este realizador indispensable para conocer el cine de terror de serie B realizado en Francia.
Jean Michel Rollin Le Gentil, llamado Jean Rollin, nació en 3 de noviembre de 1938 en Neuilly-sur-Seine, Altos del Sena, Francia, y falleció en 15 de diciembre de 2010 en París, Francia. Tenía por tanto 72 años. Descanse en paz.
Post Scriptum.- Una de las relaciones artísticas más prolíficas y productivas de la carrera de Jean Rollin fue la que le unió a la actriz Brigitte Lahaie, especializada en películas de corte erótico e incluso pornográfico. El Festival de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián les dedicó a ambos un homenaje en su edición de 1997, y por aquellas fechas la revista 2000 Maníacos publicó en su número 19 un monográfico acerca de ambos. Una publicación, dicho sea de paso, en la que un servidor descubrió el cine de Rollin y que cualquier aficionado al cine de culto debería conseguir y leer. Dicho queda.
(+) Fascination. The Jean Rollin Experience
Sorprendentemente, el debut en la dirección de largometrajes de Rollin fue un film alejado del género que le hizo popular entre los aficionados al cine más bizarro y extremo: L'itinéraire marin, estrenada en 1963, fue una cinta que contó nada más y nada menos que con la escritora Marguerite Duras como dialoguista de excepción. Pero pasado un lustro Rollin volvió a dirigir una película de terror, esta ya considerada uno de sus clásicos más conocidos, que sentaría las bases de su muy reconocible estilo: Le viol du vampire.
A lo largo de la década de los 70, a esta película la siguieron otras de semejantes características, esto es: la mezcla de elementos propios de los relatos de vampiros de siempre con un erotismo cada vez más explícito, muchas veces centrado en relaciones lésbicas y en ocasiones jugando con la figura de la lolita adolescente. Es el caso de películas la mayoría de las veces inéditas en los cines españoles -los títulos entre corchetes son los utilizados para su exhibición doméstica en el mercado del DVD-, como La vampire nue [Desnuda entre las tumbas], Vierges et vampires [Réquiem por un vampiro], Le frisson des vampires (Los temores de los vampiros), Lèvres de sang o Fascination (El castillo de las vampiras).
Durante las dos décadas siguientes, este realizador claramente influenciado por el expresionismo alemán y sobre todo por el surrealismo europeo siguió al pie del cañón trabajando sin pausa y estrenando (en Francia, claro) de forma continuada títulos como La morte vivante (La muerta viviente), Les deux orphelines vampires o La fiancée de Dracula. Mientras tanto, también dirigió producciones eróticas o directamente pornográficas haciendo uso de dos seudónimos artísticos: Michel Gentil y Robert Xavier.
Otros títulos destacables de su filmografía terrorífica, aunque apartados de la temática estrictamente vampírica, son La rose de fer [La rosa de hierro], Les démoniaques (Espasmos de muerte), Les raisins de la mort, La nuit des traquées, la española El lago de los muertos vivientes - escrita por nuestro Jesús Franco y con actores habituales de la filmografía del español como Howard Vernon o Antonio Mayans-... y, más recientemente, La nuit des horloges y Le masque de la Méduse. Esta última es una producción del presente año que está a punto de terminar y que queda para la posteridad como último trabajo de este realizador indispensable para conocer el cine de terror de serie B realizado en Francia.
Jean Michel Rollin Le Gentil, llamado Jean Rollin, nació en 3 de noviembre de 1938 en Neuilly-sur-Seine, Altos del Sena, Francia, y falleció en 15 de diciembre de 2010 en París, Francia. Tenía por tanto 72 años. Descanse en paz.
Post Scriptum.- Una de las relaciones artísticas más prolíficas y productivas de la carrera de Jean Rollin fue la que le unió a la actriz Brigitte Lahaie, especializada en películas de corte erótico e incluso pornográfico. El Festival de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián les dedicó a ambos un homenaje en su edición de 1997, y por aquellas fechas la revista 2000 Maníacos publicó en su número 19 un monográfico acerca de ambos. Una publicación, dicho sea de paso, en la que un servidor descubrió el cine de Rollin y que cualquier aficionado al cine de culto debería conseguir y leer. Dicho queda.
(+) Fascination. The Jean Rollin Experience