Abandonad toda esperanza

miércoles, 26 de junio de 2013

RIP: Richard Matheson (1926-2013)


Con la desaparición del escritor Richard Matheson no solo muere el artífice de algunas de las más grandes obras maestras que ha dado la literatura fantástica de todos los tiempos, sino también el responsable de varias de las mejores y/o más exitosas muestras del cine de género; y no solo por las adaptaciones oficiales de sus novelas y relatos, que fueron muchas, sino también por los filmes cuyos guiones llevan su firma en los muchos años en que se dedicó a tal menester.


Richard Matheson (1926-2013)


Su debut en el cine no pudo ser mejor: en 1957 el realizador Jack Arnold -cuya filmografía, por cierto, necesita de una reivindicación urgente- llevaba a la gran pantalla su novela El increíble hombre menguante con guion del propio realizador, en una película que todavía hoy se mantiene como una obra maestra del séptimo arte a pesar de que la evolución de los efectos especiales digitales parece haber dejado atrás los trucos artesanales de películas como esta.


El increíble hombre menguante: un clásico por el que no pasa el tiempo


A pesar de tan deslumbrante debut lo que siguió no fue precisamente cuesta abajo, pues enseguida se adaptó una de sus novelas más populares, si no la que más: la revisión del mito vampírico en clave de relato de ciencia ficción apocalíptico Soy leyenda. Curiosamente, ese primer film protagonizado por Vincent Price, El último hombre sobre la Tierra, es la menos célebre de las tres versiones para cine del mismo libro: más populares fueron El último hombre... vivo y la titulada sencillamente Soy leyenda, estrenadas en 1971 y 2007 y protagonizadas por Charlton Heston y Will Smith respectivamente.


Will Smith protagonizó la más reciente adaptación
del libro más famoso de Matheson


Otra de las grandes obras maestras de la literatura de terror de todos los tiempos es La casa infernal, que además de dar lugar -como Soy leyenda- a una adaptación al cómic, dio pie a una de las mejores películas del género durante los años 70 y una de las cumbres del subgénero de las casas encantadas: nos referimos a La leyenda de la mansión del infierno, dirigida por el otras veces muy discreto y aquí profundamente inspirado John Hough. En esta misma temática reincidió Matheson con Stir of Echoes, llevada al cine por David Koepp y con Kevin Bacon al frente del reparto en un film que aquí se tituló El último escalón. Por otro lado, quien dude de la vertiente más romántica y/o metafísica del autor -sin abandonar en ningún momento el fantastique- debería revisar las versiones de dos de sus novelas: En algún lugar del tiempo, protagonizada por el malogrado Christopher Reeve y Jane Seymour, así como Más allá de los sueños, con Robin Williams en el papel principal.


Los visitantes de la Casa Belasco en el film de John Hough


Pero Matheson también escribió guiones adaptando textos de otros escritores: así lo hizo con el maestro Jules Verne en la muy disfrutable El amo del mundo o con los coetáneos Fritz Leiber en Night of the Eagle y Dennis Wheatley en la excelente La novia del diablo de Terence Fisher. Pero el caso más celebrado y popular es la serie de adaptaciones de cuentos escritos por Edgar Allan Poe y dirigidos por Roger Corman: tan solo de 1960 a 1963, y a razón de uno por año, cuatro títulos cuentan con Matheson adaptando al maestro de lo macabro: La caída de la casa Usher, El péndulo de la muerte, Historias de terror y El cuervo. Pese a esta dedicación casi exlusiva Matheson también tuvo tiempo de escribir La comedia de los horrores para el maestro Jacques Tourneur.


La caída de la casa Usher, primera (y quizá la mejor) entrega del ciclo


Aunque la faceta como autor de thrillers policíacos de Matheson no sea muy conocida, Terence Young y Charles Bronson detrás y delante de las cámaras respectivamente adaptaron su novela Ride the Nightmare en Los compañeros del diablo; así como los franceses Georges Lautner y Alain Delon, que hicieron lo propio con Someone Is Bleeding en Los senos de hielo. Incluso participó en una comedia que parodiaba el género: la mediocre Un tiro por la culata, con Gene Hackman y Dan Aykroyd, co escrita con su hijo el también guionista Richard Christian Matheson y uno de los pocos traspiés, por no decir el único, de una filmografía impecable.


Los senos de hielo: un Matheson poco conocido... y policíaco


Por otra parte, algunos de sus cuentos también se convirtieron en largometrajes: recientemente, el autor de Donnie Darko, Richard Kelly, adaptaría un cuento del maestro en una de las películas más reivindicables de los últimos años: la fascinante The Box; y Hugh Jackman protagonizaría una decente pero a la postre inofensiva cinta que adaptaba otro cuento suyo: Acero puro. Pero el caso más conocido sigue siendo el relato "Duel", que sirvió para que Steven Spielberg debutara como director con un telefilm que se estrenó en los cines de medio mundo dada su incuestionable calidad: nos referimos, claro, a El diablo sobre ruedas.


Spielberg adaptando a Matheson: El diablo sobre ruedas


Precisamente la pequeña pantalla es un ámbito que no fue ajeno a Matheson desde sus mismos comienzos: colaboró en varias ocasiones en series tan célebres como La hora de Alfred Hitchcock o, muy especialmente, las series apadrinadas por Rod Serling: la mítica Dimensión desconocida (The Twilight Zone) y la menos célebre Galería nocturna (Night Gallery). También desarrolló la serie Ghost Story, adaptó a Ray Bradbury en la miniserie Crónicas marcianas y escribió un gran número de telefilmes, algunos tan populares como la versión de Drácula firmada por Dan Curtis y protagonizada por Jack Palance en 1974; al año siguiente, tres de sus historias darían pie al discreto telefilm de episodios Trilogy of Terror a mayor gloria de la scream queen Karen Black.


Jack Palance fue el conde Drácula televisivo escrito por Matheson


Como puede verse, ni la gran ni la pequeña pantalla permanecieron ajenos al talento desbordante de Richard Matheson como narrador de relatos, en su mayoría fantásticos y de terror. Queda, pues, su gran (grande en cantidad y calidad) legado literario y audiovisual para el disfrute de generaciones venideras que gracias a él y a otros (muy pocos, en verdad) como él aprenderán a amar el placer de que le cuenten una buena historia.

Richard Matheson nació en 20 de febrero de 1926 en Allendale, New Jersey, y falleció en 23 de junio de 2013 en Calabasas, California. Tenía por tanto 87 años. Descanse en paz.

1 comentario:

alcorze dijo...

Excelente entrada. Desde luego Matheson era grande. De lo mejorcito del siglo XX. No sabía (o no recordaba) lo de la miniserie de Crónias Marcianas. La ví hace un montón de años. Creo que le daré un revisionado. Un saludo.


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