Dos interesantes novedades son las que presenta Dibbuks para el mes de julio que comienza mañana, la segunda de ellas dibujada por el autor de Inner City Blues:
- IAN (Integral)
Fabien Vehlmann & Ralph Meyer
200 pp. (b/n) - 18 €
Sinopsis: Inteligencia Artificial Neuromecánica. 2044... La humanidad es capaz de crear robots perfectos. Son más fuertes, más rápidos y menos torpes que nosotros, y realizan dócilmente todos los trabajos que les encomendamos. Pero dos especialistas en robótica irán a contracorriente de ese ideal de perfección mecánica y crearán un androide único en su género: un robot que piensa, recubierto de piel, capaz de equivocarse y de sufrir. Un monstruo.
- Biotopo
Appollo & Brüno
96 pp. (color) - 12 €
Sinopsis: Un policía negro perdido en un planeta salvaje, donde los hombres se han vuelto locos. Su socia trata de matarlo. Los científicos de la misión toman las armas para destruir todo rastro de humanidad y evitar que la Tierra pueda arrasar uno de los pocos planetas aún vírgenes del Sistema Solar. Ciencia-ficción con tintes ecológicos.
lunes, 30 de junio de 2008
Libros de Sangre (XXVI): La vida de la Muerte
"He visto el futuro del terror, y su nombre es Clive Barker."
- Stephen King
Con La vida de la Muerte se confirma el espléndido y ascendente nivel de calidad de los últimos relatos de Libros de Sangre de Clive Barker, remitiendo a la fuerza de los primeros después del ligero -ligerísimo, en realidad- bajón de interés que supone el ecuador de la obra.
Este relato ha sido para el que esto firma uno de sus favoritos de la antología, desde que lo leyera por vez primera hace más de una década... Tal es su capacidad de sugerencia y el alcance de su argumento.
La protagonista del relato es Elaine Rider, una mujer que vive uno de los momentos más duros de su vida: su relación sentimental ha terminado por romperse, pero esto es lo de menos; cuando la historia arranca descubrimos que acaban de extirparle el útero a causa de un cáncer, y aunque la recuperación se va llevando a cabo de la mejor forma, es obvio que ha perdido la capacidad de procrear.
En un día gris, al salir de la consulta médica a la que acude para las revisiones habituales, descubre que unos operarios van a tirar abajo una vieja iglesia abandonada, la Iglesia de Todos los Santos. Elaine acaba por colarse en el edificio para descubrir que en los bajos de la iglesia se oculta una cripta repleta de cadáveres.
Tan fascinado como ella parece sentirse Kavanagh, otro visitante furtivo. Entre ambos, y a partir de la admiración por los vestigios de vidas pretéritas, empieza una particular relación... que se complicará cuando Elaine empiece a sospechar que su nuevo amigo no es otro que la propia Muerte, la vieja Parca oculta bajo un disfraz de humano.
Antes de llegar a semejante punto, y mientras los días pasan mortecinamente, Elaine descubre en televisión el caso de Michael Maybury, un navegante que se encontró vagando a la deriva por el Pacífico durante dos semanas, una experiencia a la que sobrevivió milagrosamente... para morir en un accidente de avión poco tiempo después.
Con este relato Barker construye una historia de miedo alrededor de la mismísima Muerte, que se propaga de los muertos del pasado a la propia Elaine, y de esta a Kavanagh, librando a algunos y sometiendo a otros como si tuviese su propia voluntad. ¿Recuerdan la divertida saga cinematográfica Destino final? Pues "La vida de la Muerte" nos cuenta algo parecido, pero sin chistes y con el característico y sugerente estilo del escritor de Liverpool.
"La vida de la Muerte", en Libros de Sangre (vol. 4)
Clive Barker
Madrid, La Factoría de Ideas, 2006, pp. 113-155.
- Stephen King
Con La vida de la Muerte se confirma el espléndido y ascendente nivel de calidad de los últimos relatos de Libros de Sangre de Clive Barker, remitiendo a la fuerza de los primeros después del ligero -ligerísimo, en realidad- bajón de interés que supone el ecuador de la obra.
Este relato ha sido para el que esto firma uno de sus favoritos de la antología, desde que lo leyera por vez primera hace más de una década... Tal es su capacidad de sugerencia y el alcance de su argumento.
La protagonista del relato es Elaine Rider, una mujer que vive uno de los momentos más duros de su vida: su relación sentimental ha terminado por romperse, pero esto es lo de menos; cuando la historia arranca descubrimos que acaban de extirparle el útero a causa de un cáncer, y aunque la recuperación se va llevando a cabo de la mejor forma, es obvio que ha perdido la capacidad de procrear.
En un día gris, al salir de la consulta médica a la que acude para las revisiones habituales, descubre que unos operarios van a tirar abajo una vieja iglesia abandonada, la Iglesia de Todos los Santos. Elaine acaba por colarse en el edificio para descubrir que en los bajos de la iglesia se oculta una cripta repleta de cadáveres.
Tan fascinado como ella parece sentirse Kavanagh, otro visitante furtivo. Entre ambos, y a partir de la admiración por los vestigios de vidas pretéritas, empieza una particular relación... que se complicará cuando Elaine empiece a sospechar que su nuevo amigo no es otro que la propia Muerte, la vieja Parca oculta bajo un disfraz de humano.
Antes de llegar a semejante punto, y mientras los días pasan mortecinamente, Elaine descubre en televisión el caso de Michael Maybury, un navegante que se encontró vagando a la deriva por el Pacífico durante dos semanas, una experiencia a la que sobrevivió milagrosamente... para morir en un accidente de avión poco tiempo después.
Con este relato Barker construye una historia de miedo alrededor de la mismísima Muerte, que se propaga de los muertos del pasado a la propia Elaine, y de esta a Kavanagh, librando a algunos y sometiendo a otros como si tuviese su propia voluntad. ¿Recuerdan la divertida saga cinematográfica Destino final? Pues "La vida de la Muerte" nos cuenta algo parecido, pero sin chistes y con el característico y sugerente estilo del escritor de Liverpool.
"La vida de la Muerte", en Libros de Sangre (vol. 4)
Clive Barker
Madrid, La Factoría de Ideas, 2006, pp. 113-155.
domingo, 29 de junio de 2008
Caos calmo: Los gritos del silencio
La tentación de emparentar Caos calmo con La habitación del hijo, a partir de la presencia central del actor y director Nanni Moretti, es muy fuerte: ambas giran alrededor de la pérdida de un ser querido (una esposa, un hijo). Pero allí donde Moretti exponía la imposibilidad de seguir adelante como si nada hubiera pasado -un hecho subrayado por la presencia de continuos flashbacks de cuando el primogénito seguía con vida-, Antonello Grimaldi, a partir de la novela homónima de Sandro Veronesi, apuesta por una mirada más positiva y regeneradora.
El film, como decíamos, arranca a partir de una pérdida: el protagonista, Pietro, que trabaja en una gran empresa relacionada con la producción de largometrajes, regresa a casa después de salvar a una desconocida en la playa para descubrir, en una cruel paradoja, que su mujer acaba de morir. A partir de este hecho, la narración se construye alrededor de dos hechos: el primero, la aceptación de esta pérdida, así como la imposibilidad de demostrar de puertas afuera un dolor que no se sabe expresar.
El segundo hecho son las reacciones que esta pérdida ocasiona no ya en los seres queridos más cercanos de la fallecida -su marido, su hija-, sino en otros familiares, amigos y compañeros de trabajo del esposo. Así, cuando Pietro decide esperar a que su hija Claudia salga del colegio durante toda la jornada en el parque frente al edificio, un lugar bucólico que convierte en su nueva base de operaciones, verá cómo por allí comenzarán a pasar su hermano, su cuñada y varios colegas de la productora.
Al film de Grimaldi se le puede achacar que busca en todo momento conmover al espectador, presionando los resortes del melodrama (entre ellos, una banda sonora siempre presente e intencionadamente conmovedora). Pero, no obstante, la cinta -que cuenta con el propio Moretti como uno de los adaptadores del libro- no cae en los excesos lacrimógenos de un Cinema Paradiso o en la excesiva amabilidad de un Sostiene Pereira (un film este, el de Roberto Faenza, que todo lo que tenía de grande era la grandeza de Mastroianni).
Del reparto cabe destacar la presencia de nombres reconocibles del cine italiano contemporáneo -caso de Valeria Golino y Alessandro Gassman, respectivamente cuñada y hermano del protagonista, así como de Silvio Orlando, habitual en los filmes dirigidos o producidos por Moretti -, de igual modo que de la cinematografía francesa: Charles Berling, Hyppolyte Girardot y Denis Podalydès interpretan a algunos de los compañeros de Pietro. A estos hay que añadir la episódica presencia de Roman Polanski, hacia el final de la cinta, como empresario y superior del personaje central.
Pero ni que decir tiene que es Nanni Moretti quien se convierte en indiscutible rey de la función, girando toda la acción alrededor de su figura: salvo escasas escenas retrospectivas de los relatos que sus familiares y amigos le cuentan, no hay una secuencia en la que Pietro no esté presente. Además, y por más que esto pueda pesar a los muchos detractores del realizador italiano, que lo consideran -no sin ciertas dosis de razón- como un individuo egocéntrico y algo prepotente, el film gana enteros cuando las escenas giran alrededor de su principal protagonista -los monólogos mentales sobre listados absurdos, la broma privada con el chico con síndrome de Down, la callada relación con la joven del perro-, y no de los relatos que el resto de personajes le (y nos) cuentan.
Caos calmo es, pues, un film conmovedor y emotivo, al que se le puede perdonar su nada disimulada intencionalidad de serlo, gracias sobre todo a las escenas más contemplativas del film, que de cierta manera articulan el devenir del relato, y que son aquellas que hacen de un doloroso y sepulcral silencio el más desgarrador de los gritos.
sábado, 28 de junio de 2008
A vueltas con el cómic y la pornografía (I): El brillo del gato negro y Aguas Calientes
En recientes visitas a la ciudad de Alicante, con motivo de Unicómic y Mayo Negro, diversos dibujantes de historieta españoles -David Lafuente, Pedro Camello, Roger Ibáñez- pusieron sobre el tapete la curiosa circunstancia de que durante un largo período de tiempo, todo aquel que quería introducirse en el mundo editorial español publicando con cierta asiduidad y cobrando lo suficiente para poder vivir de ello, debía pasar, casi de forma imperiosa en los comienzos de su carrera profesional, por la realización de historias de corte erótico, cuando no directamente pornográfico, como única salida profesional en la que empezar a despuntar.
Sin desmerecer el género del cómic erótico y/o pornográfico, resulta obvio que las directrices que marca el mismo (y que comparte por entero con el cine X, siendo uno de sus principales objetivos satisfacer el placer onanista del consumidor), limitan la libertad creativa de sus autores mucho más que cualquier otro género que cuente con sus propios estilemas.
Al hilo de esto Raule, guionista de las historias de Amores muertos dibujadas por Roger y recuperadas en Vidas a contraluz (Diábolo Ediciones), señalaba la lucha que se establecía entre los intereses de los autores, más orientados a un realizar un tebeo personal, de autor, con los de las editoras de los magazines de historietas eróticas.
Pese a ello, algunos autores han conseguido hacer del erotismo un medio y no un fin (al menos, no el único fin) de sus creaciones, como veremos en las líneas que siguen. Y no nos referimos a los nombres (italianos en su totalidad) que están en mente de todos -Manara, Crepax, Serpieri-, ni tampoco a Alan Moore y Melinda Gebbie y su reciente Lost Girls (de la que hablaremos en breve)...
Este es el caso de Antonio Altarriba y Laura, los autores de Amores locos, que ahora regresan con El brillo del gato negro, una obra editada por De Ponent hace unos meses y que cuenta con prólogo de Horacio Altuna... otro autor, precisamente, que nunca le ha hecho ascos a realizar historietas eróticas.
El volumen en cuestión incluye dos historias, la que da título al álbum y "El corazón de la serpiente". La primera está ambientada en la China milenaria, y su protagonista es Tcheu-Sinn, séptimo emperador de la dinastía Chang, para el que "el deseo es como la seda. Para disfrutar de él hay que mantenerlo en toda su tersura". Él es un monarca que vive rodeado de lujos... y de un completo harén de amantes serviciales, así como de un gato negro, su animal de compañía favorito, que brilla en las noches de luna llena.
Con este relato, Antonio Altarriba realiza una reflexión sobre el deseo y la decadencia del cuerpo humano, así como sobre el sexo como método de enfrentarse a esta decadencia pero al mismo tiempo una posibilidad perfecta de que aquella se manifieste inesperadamente.
Por su parte, "El corazón de la serpiente" relata una historia ambientada en la convulsa y conflictiva Italia del Renacimiento, marcada por las luchas por el poder entre los Foscari y los Manfredi, y donde Gárgalo Madalamenti -matemático para unos, artista para otros, alquimista en consideración de todos- jugará un importante papel desde las sombras...
La descendencia del encuentro sexual, que no amoroso, entre Manfredi y la hija del señor de Toscari dará lugar al nacimiento de dos gemelos, Ludovico y Galeazzo, de inusual perfección física; dos apuestos muchachos que deberán complementarse el uno al otro, como Eros y Thanatos, para poder sobrevivir a fuerza de repetidos ménage à trois con amantes compartidas...
Son estas dos historias sendos relatos que sin lugar a dudas no buscan despertar la entrepierna del lector, sino su gusto por lo estético: la prosa de Altarriba se presenta cuidada y repleta de delicadeza, y el refinado arte de Laura apuesta por la fragilidad y limpieza de las vidrieras medievales.
Por su parte, Aguas Calientes de Raúlo Cáceres -editado, como su anterior Elizabeth Bathory, por Berenice- es todavía más explícita que el álbum de Altarriba y Laura, y en cierta medida más ambicioso. Donde los autores de El brillo del gato negro apuestan por la sutilidad, Cáceres opta por lo explícito; donde aquellos pecan (con premeditación y alevosía) por defecto, este cae en la tentación del exceso.
Aguas Calientes, que presenta el subtítulo de Pornografía sagrada, se compone de veinticuatro capítulos que en su día se publicaron en la revista mensual Eros Comix de Dolmen, del número 39 al 62, desde el año 2004 al 2006. Una obra que, recopilada ahora, gana enteros frente a su disfrute en forma serializada.
Esta obra destinada a un público exclusivamente adulto hunde sus raíces -como ya hiciera en Elizabeth Bathory, otra obra que mezclaba sexo y terror, aunque esta lo haga ahora en territorio español- en temas mitológicos y legendarios. El autor fija su atención esta vez en el proceloso terreno de las religiones prerromanas, los cultos a la Diosa Madre y las Vírgenes Negras.
La mayor parte de la acción de Aguas Calientes se desarrolla en el pueblo que le da nombre, una localidad ficticia situada en Las Hurdes, ese territorio extremeño olvidado de la mano de Dios durante décadas hasta que Luis Buñuel le dedicó su célebre documental. Hasta allí llegará la protagonista del relato, Melania Ricius, una sexóloga seguidora de las doctrinas de Jung que padece una ninfomanía por la que se deja arrastrar con placer.
Cuando Melania llegue a Aguas Calientes para ayudar a Sara, una antigua alumna que ahora parece encontrarse en problemas, aquella se encontrará con una tierra misteriosa y repleta de leyendas, como el temible Macho Lanú, el duende Entiznau -culpable de la mayoría de incendios forestales que asolan la zona-, las Encorujás o la Serrana -una mujer verdaderamente temible-, además de mitos más modernos y propios de la subcultura de los avistamientos de ovnis, como las Luminarias.
Así, el pueblo de Aguas Calientes se revela en las páginas de la obra homónima como una materialización del inconsciente colectivo de la filosofía jungiana, en unas páginas cargadas de sexo explícito pero en las que lo que llama más poderosamente la atención es la ambiciosa osadía de su autor, tanto temática como, sobre todo, formalmente: numerosas splash pages, muchas incluso dobles, diseñadas atendiendo a una composición atrevidísima, y donde el lector a veces se las ve y -nunca mejor dicho- se las desea para descubrir el orden correcto de lectura... Tal es el atractivo barroquismo que Raúlo Cáceres despliega en su hasta ahora más conseguida obra.
Para terminar, queremos dejar constancia de que El brillo del gato negro resulta una lectura ideal para los amantes de la ficción histórica, aquellos que se dejan embelesar por el exotismo de países lejanos y épocas pasadas; en cambio, Aguas Calientes entusiasmará a aquellos más interesados en la historia autóctona, y es una manera perfecta de conocer la España oculta y mágica sin necesidad de leer Gárgoris y Habidis de Fernando Sánchez Dragó.
Dos lecturas muy recomendables, pues, y claro está, ambas de dos rombos.
Título: El brillo del gato negroAutores: Antonio Altarriba (guión) / Laura (dibujo)
Editorial: Edicions de Ponent
Fecha de edición: marzo de 2008
112 páginas (b/n) - 18 €
Título: Aguas Calientes (Pornografía sagrada)
Autor: Raúlo Cáceres (guión y dibujo)
Editorial: Berenice
Fecha de edición: abril de 2008
192 páginas (b/n) - 25 €
(+) La web de Raúlo Cáceres
(++) Otras obras de Raúlo Cáceres:
- Elizabeth Bathory
[Imagen 2.ª- Vidas a contraluz, de Raule y Roger Ibáñez.]
viernes, 27 de junio de 2008
El trailer del viernes: Transsiberian
El segundo largo de Brad Anderson, después de la interesante comedia dramática Próxima parada Wonderland, fue su primera inmersión en el terror: Session 9, a la postre una de nuestras películas de terror favoritas de los últimos años, aprovechaba un reparto excelente -encabezado por Peter Mullan y David Caruso- y sacaba todas las posibilidades a un espacio reducido, el hospital psiquiátrico abandonado donde se desarrollaba una trama repleta de misterios y escenas desasosegantes.
Con su siguiente película, El maquinista, Anderson insistió en el género, aunque nos decepcionó un poco... si bien le ofreció a su protagonista, Christian Bale, la posibilidad de ofrecer otra más de sus grandes composiciones, para la que adelgazó como muy pocas veces se ha visto en la gran pantalla.
Ahora, y después de participar en series televisivas del género como Masters of Horror o Fear Itself, Anderson sigue reincidiendo en el terror y el misterio con Transsiberian, una narración itinerante, a bordo de un tren, y donde vuelve a contar con un reparto internacional bastante contundente: Woody Harrelson, Emily Mortimer, Kate Mara, Thomas Kretschmann, Ben Kingsley y el español Eduardo Noriega.
Podéis ver el trailer del film en el siguiente enlace:
Transsiberian
Con su siguiente película, El maquinista, Anderson insistió en el género, aunque nos decepcionó un poco... si bien le ofreció a su protagonista, Christian Bale, la posibilidad de ofrecer otra más de sus grandes composiciones, para la que adelgazó como muy pocas veces se ha visto en la gran pantalla.
Ahora, y después de participar en series televisivas del género como Masters of Horror o Fear Itself, Anderson sigue reincidiendo en el terror y el misterio con Transsiberian, una narración itinerante, a bordo de un tren, y donde vuelve a contar con un reparto internacional bastante contundente: Woody Harrelson, Emily Mortimer, Kate Mara, Thomas Kretschmann, Ben Kingsley y el español Eduardo Noriega.
Podéis ver el trailer del film en el siguiente enlace:
Transsiberian
Julio: Novedades La Cúpula
La editorial La Cúpula anuncia para el mes de julio tres interesantes novedades, una de ellas la nueva entrega de las Obras completas de Robert Crumb:
- Realmente patéticos (Crumb - Obras completas 16)
Robert Crumb
84 pp. (b/n) - 12 €
Comentario de la editorial: ¿Mal karma en general? ¿Te sientes desubicado? ¿Tu conciencia te culpabiliza de a saber qué cosa? ¿Te asaltan preocupaciones mórbidas en mitad de la noche? ¿El abismo te devuelve la mirada? ¿Eres mogollón de sensible? ¿Crees que todo el mundo está equivocado? ¡¿Por qué no dejas ya de joder con pamplinas?! El maestro del psicoanálisis Robert Crumb te trae otro buen montón de historietas, entre inéditas y clásicas, entre muslo y pechuga, que te darán a entender la única verdad: ¡Todos somos unos mierdas!
- Tres veces uno
Gabrielle Piquet
164 pp. (b/n) - 15 €
Comentario de la editorial: El tío de Jeannot muere pidiendo un misterioso último deseo: que lo entierren cerca de la pajarera. Su sobrino emprenderá una carrera contrarreloj para cumplir la última voluntad de su querido tío y descubrirá secretos inimaginables. Alain Le Guirrec es un joven periodista que ya ha fracasado en su profesión y en el amor. De repente, el destino parece fijarse en él y le brinda la oportunidad de conseguir en un mismo día dar un giro de 180 grados a su carrera profesional y asegurarse el corazón de la mujer de su vida. Ser un niño superdotado no es sencillo. Sobre todo si tu entorno ni te entiende ni te motiva. Sólo te queda refugiarte en tu interior y reflexionar sobre tu situación y tu papel en el mundo. Gabrielle Piquet adapta al cómic tres narraciones breves de Tonino Benacquista, sin duda una de las mejores plumas de la narrativa actual.
- Gallo de pelea
Oh Se-Young
278 pp. (b/n) - 15 €
Comentario de la editorial: Los últimos habitantes de un pueblo tienen que marcharse por las escasas probabilidades de supervivencia, el hijo de un combatiente de la guerra de Corea descubre que su madre debe prostituirse para llevar algún sustento a casa, un hombre que vive torturado por el recuerdo de ver a su padre policía detenido por los comunistas, ve años después como su hijo estudiante es detenido y maltratado por la policía… Gallo de pelea es un conjunto de historias que nos retratan la realidad social de Corea del Sur a través de escenarios y personajes cotidianos. A lo largo de sus páginas no sólo descubriremos las peculiaridades de su forma de vida, sino que también el impacto que entre sus gentes tuvo la guerra, la vecindad de la comunista Corea del Norte, las diferencias entre el mundo rural y el urbano.
Además, la editorial publica el número 201 de la revista de cómic erótico Kiss Comix y nuevas ediciones de Apocalipsis friki de Peter Bagge y el indispensable Agujero negro de Charles Burns.
- Realmente patéticos (Crumb - Obras completas 16)
Robert Crumb
84 pp. (b/n) - 12 €
Comentario de la editorial: ¿Mal karma en general? ¿Te sientes desubicado? ¿Tu conciencia te culpabiliza de a saber qué cosa? ¿Te asaltan preocupaciones mórbidas en mitad de la noche? ¿El abismo te devuelve la mirada? ¿Eres mogollón de sensible? ¿Crees que todo el mundo está equivocado? ¡¿Por qué no dejas ya de joder con pamplinas?! El maestro del psicoanálisis Robert Crumb te trae otro buen montón de historietas, entre inéditas y clásicas, entre muslo y pechuga, que te darán a entender la única verdad: ¡Todos somos unos mierdas!
- Tres veces uno
Gabrielle Piquet
164 pp. (b/n) - 15 €
Comentario de la editorial: El tío de Jeannot muere pidiendo un misterioso último deseo: que lo entierren cerca de la pajarera. Su sobrino emprenderá una carrera contrarreloj para cumplir la última voluntad de su querido tío y descubrirá secretos inimaginables. Alain Le Guirrec es un joven periodista que ya ha fracasado en su profesión y en el amor. De repente, el destino parece fijarse en él y le brinda la oportunidad de conseguir en un mismo día dar un giro de 180 grados a su carrera profesional y asegurarse el corazón de la mujer de su vida. Ser un niño superdotado no es sencillo. Sobre todo si tu entorno ni te entiende ni te motiva. Sólo te queda refugiarte en tu interior y reflexionar sobre tu situación y tu papel en el mundo. Gabrielle Piquet adapta al cómic tres narraciones breves de Tonino Benacquista, sin duda una de las mejores plumas de la narrativa actual.
- Gallo de pelea
Oh Se-Young
278 pp. (b/n) - 15 €
Comentario de la editorial: Los últimos habitantes de un pueblo tienen que marcharse por las escasas probabilidades de supervivencia, el hijo de un combatiente de la guerra de Corea descubre que su madre debe prostituirse para llevar algún sustento a casa, un hombre que vive torturado por el recuerdo de ver a su padre policía detenido por los comunistas, ve años después como su hijo estudiante es detenido y maltratado por la policía… Gallo de pelea es un conjunto de historias que nos retratan la realidad social de Corea del Sur a través de escenarios y personajes cotidianos. A lo largo de sus páginas no sólo descubriremos las peculiaridades de su forma de vida, sino que también el impacto que entre sus gentes tuvo la guerra, la vecindad de la comunista Corea del Norte, las diferencias entre el mundo rural y el urbano.
Además, la editorial publica el número 201 de la revista de cómic erótico Kiss Comix y nuevas ediciones de Apocalipsis friki de Peter Bagge y el indispensable Agujero negro de Charles Burns.
Viaje al País del Sol Naciente
Hoy viajamos a Japón de la mano de dos firmas autorizadas, el escritor Seishi Yokomizo (El clan Inugami) y el autor de cómics Hideo Yamamoto (Homunculus), y de un intruso occidental pero atento observador, Peter Carey (Equivocado sobre Japón).
De todos ellos hablamos en la columna de Abandonad toda esperanza de hoy. Podeís leerla aquí:
Japón
De todos ellos hablamos en la columna de Abandonad toda esperanza de hoy. Podeís leerla aquí:
Japón
jueves, 26 de junio de 2008
Portales: Las puertas de la percepción
He aquí uno de esos libros que ganan premios, artísticos y editoriales, y en este caso y siempre a nuestro parecer todos serían muy merecidos. Edicions de Ponent, prosiguiendo en su línea de exploración de las fronteras del cómic que delimitan con la ilustración o la narrativa -recordemos obras tan fascinantes y arriesgadas como el Demeter de Ana Juan-, acaba de editar Portales, de Jordi Elías.
El libro de Elías presenta, en un atractivo formato horizontal y con un prólogo -otra forma de portal- de Ana Pániker, más de doscientas páginas de ilustraciones que se mueven siempre alrededor de la idea de entrada y todo el campo semántico y léxico que le rodea: puerta, portón, pórtico, portada... portal.
Con unas pequeñas ilustraciones, a veces apenas esbozadas, Elías consigue transmitir todo un universo de sensaciones, de emociones y, lo que es más sugerente, de ideas y conceptos. Puertas inmóviles y puertas inestables, portales que limitan un espacio o que lo abren al infinito, hombres que entran o que salen (y viceversa), elementos que parecen puertas y no lo son, puertas que sí lo son pero no lo parecen...
Todo ello se ve sazonado por citas textuales, muchas de obras literarias, a modo de aforismos relacionados con el contenido del libro, y con firmas que van de clásicos de la literatura como Dante Alighieri (precisamente, el fragmento de la Divina Comedia que da nombre a este vuestro blog) a figuras clave del cine norteamericano como Billy Wilder o de la moda del siglo XX como Coco Chanel, sin olvidar extractos de Lewis Carroll (Alicia en el País de las Maravillas), Jorge Luis Borges (El Aleph), J. R. R. Tolkien (El Señor de los Anillos) o Carlos Castaneda (Don Juan).
"Imágenes. Cada una de ellas contiene el mundo, cuestiona el mundo, nuestro mundo cotidiano, conocido, aborrecido, deseado o amado. Lo hace con humor, con ironía, con sencillez, con delicadeza o con la rotundidad de un bastonazo zen", afirma en el prólogo Ana Pániker. Efectivamente, Portales es una obra cargada de humor, que rezuma ironía por todos sus poros... pero que sobre todo hace gala de una gran delicadeza y sencillez, demostrando que esta no es sinónimo de simplicidad.
La edición, como siempre tratándose de De Ponent, excelente y de un gusto exquisito, a la altura del sugerente contenido del libro... Una obra que, como dijo alguien una vez, es idónea para acompañar al lector durante muchas veladas nocturnas desde la mesita junto a la cama.
Título: Portales
Autor: Jordi Elías (guión y dibujo)
Editorial: Edicions de Ponent
Fecha de edición: mayo de 2008
240 páginas (color) - 26 €
(+) La web del autor:
- Jordielias.net
Post Scriptum.- Hoy jueves 26 de junio, a las 19.00 horas, tendrá lugar en Fnac Callao (Madrid) la presentación de Portales, de Jordi Elías. La presentación del acto correrá a cargo de la escritora Carmen Posadas, y contará con la presencia de Paco Camarasa Pina, editor, y el propio autor.
miércoles, 25 de junio de 2008
Asturcon 2008: El programa
Ya está disponible el programa de la nueva edición de Asturcon, la Convención Asturiana de Ciencia Ficción y Fantasía, cuyas actividades se desarrollan dentro del marco de la Semana Negra de Gijón.
A continuación os informamos de las actividades que conforman las jornadas de este año, a celebrarse como siempre en el primer fin de semana del macroevento cultural:
Sábado 12
11:00 - Asturcón. Juegos de rol. (Carpa del Encuentro).
17:00-18:00 - Tertulia: "Los monstruos", con Fernando Marías, Miguel Cane, Rodolfo Martínez, Eduardo Angulo, Daniel Mares, Elia Barceló, Juan Miguel Aguilera, Rafael Marín, Manel Loureiro, Victor Conde, Marc R. Soto, Federico Fernández Giordano, Manuel Nonídez, Cristina Macía, Eduardo Monteverde. Modera: Jorge Iván Argiz (Carpa del Encuentro).
18:00-18:45 - Presentación de El abismo en el espejo, de Rodolfo Martínez. Presenta Víctor Conde (Carpa del Encuentro).
18:45-19:30 - Presentación de Cordeluna y Futuros peligrosos, de Elia Barceló. Presenta Jorge Iván Argiz (Carpa del Encuentro).
19:30-20:15 Presentación del Premio Minotauro, El libro de Nobac, de Federico Fernández Giordano. Presenta Miguel Cane (Carpa del Encuentro).
20:15-21:00 Presentación de El pescador de demonios, de Steve Redwood, presenta Elia Barceló (Carpa del Encuentro).
18:00-18:30 - El arte de Canción de hielo y fuego, de Kike Corominas, presenta Alejo Cuervo (Carpa AQ).
18:30-19:00 - Monstruos, de Eduardo Angulo. Presenta Mauricio-José Schwarz (Carpa AQ).
19:00-19:30 - El Dios de los Mutilados, de Claudio Cerdán. Presenta Juan Miguel Aguilera (Carpa AQ).
19:30-20:30 - Blacksad con Guarnido y Canales (Carpa AQ).
Domingo 13
17:00-18:00 - Tertulia: "Los monstruos", con Fernando Marías, Miguel Cane, Rodolfo Martínez, Eduardo Angulo, Daniel Mares, Elia Barceló, Juan Miguel Aguilera, Rafael Marín, Manel Loureiro, Victor Conde, Marc R. Soto, Federico Fernández Giordano, Manuel Nonídez, Cristina Macía, Eduardo Monteverde. Modera: Jorge Iván Argiz (Carpa del Encuentro).
18:00-18:50 - El teatro secreto, de Víctor Conde. Presenta Rafael Marín (Carpa del Encuentro).
18:50-19:00 - Premio especial del director de la Semana Negra (Carpa del Encuentro).
19:00-20:00 - Charlando con Scott Bakker (Príncipe de la nada), presentan George R.R. Martin y Paco Ignacio Taibo II (Carpa del Encuentro).
20:00-21:00 - Presentación de El diablo que ya conoces, de Mike Carey. Presenta Germán Menéndez (Carpa del encuentro).
21:00-22:00 - Charlando con George R.R. Martin, presenta Cristina Macía (Carpa del Encuentro).
18:00-19:00 Presentación cruzada de Apocalipsis Zombi, de Manel Loureiro, y El hombre divergente, de Marc R. Soto. Presentan Elia Barceló y José Manuel Estebánez (Carpa AQ).
19:00-19:30 - Presentación de El aliento negro de dios, de Manuel Nonídez. Presenta Cristina Macía. (Carpa AQ).
19:30-20:00 - Presentación de Moscas y Dragones de Juan Luis Iglesias y Jorge de Juan (Carpa AQ).
Así pues, una nueva cita ineludible para los amantes de la fantasía, la ciencia ficción y el terror: Gijón, Asturias, días 11 y 12 de julio. Allí nos vemos.
martes, 24 de junio de 2008
Tom Strong: Crisis en aventuras infinitas
Se ha hecho esperar (desde noviembre del año pasado, cuando apareció el volumen anterior), pero como siempre la espera ha valido la pena: este mes de junio Norma Editorial publicaba el cuarto volumen, de un total de seis, del Tom Strong de Alan Moore.
El tomo incluye seis comic books de la serie original, del 20 al 25, que a su vez se dividen en dos grupos: los tres primeros incluyen un arco argumental más amplio, "Cómo empezó Tom Strong", mientras los otros tres suponen otras tantas aventuras individuales.
"Cómo empezó Tom Strong" es el particular homenaje del guionista de V de Vendetta a la literatura de ciencia ficción pulp de viajes en el tiempo, un tema inaugurado por La máquina del tiempo de H. G. Wells y popularizado después por pastiches literarios o cinematográficos, de Los pasajeros del tiempo de Nicholas Meyer a Los héroes del tiempo de los Monty Python, sin olvidar la popular saga Regreso al futuro o series televisivas como Quantum Leap o la reciente Journeyman.
En esta saga en tres capítulos, Moore revela qué habría pasado si la madre de Tom Strong hubiera viajado al tiempo gracias a una máquina inventada por Foster Parallax y perfeccionada después por su hijo, y hubiera cambiado así el curso de la historia al encontrarse consigo misma. De esta forma el relato, repleto de paradojas temporales que resultarán familiares a los seguidores de Marty McFly y Doc Brown, presenta un nuevo héroe, Tom Stone, que formará pareja contra el crimen con un reciclado Paul Saveen (en la línea temporal que sus lectores conocemos, eterna némesis de Strong y su familia) y que dará lugar con el paso del tiempo a toda una nueva Edad de Plata llenando Millenium City de superhéroes que luchan contra el crimen.
Este relato, donde Moore y un estupendo y clásico Jerry Ordway como dibujante invitado se permiten homenajear las Crisis en tierras infinitas de DC, es el material más interesante de esta cuarta entrega... y el único que escribe el propio Moore, porque las tres historias que siguen llevan la firma de Peter Hogan y Geoff Johns.
Así, "Día lunar" y "La reina de las nieves" están escritas por Hogan y cuentan con dibujos de Chris Sprouse, artista titular de la colección. En la primera, Hogan nos a un Tom Strong que ayudará a su amiga Svetlana a localizar a su pareja, perdida en una expedición a la Luna, sin saber que allí encontrará una sorpresa escondida en las grutas del satélite. El segundo relato, ambientado ya en la Tierra, presenta el regreso de Greta Gabriel, antiguo amor del protagonista, así como al Dr. Permafrost, un villano sosias del Mr. Freeze que habitualmente se ha enfrentado a Batman en la ciudad de Gotham.
Finalmente, el volumen lo cierra un relato protagonizado por "Wally Willoughby, el amigo de Tom Strong", con los Strongmen de América como estrellas invitadas. Esta historia, repleta de nostalgia, lleva la firma del siempre eficiente Geoff Johns y cuenta con John Paul Leon (Tierra X) a los lápices.
Con este cuarto tomo prosigue pues la mirada de Moore (y compañía) al universo de los tebeos populares, y aunque no está a la altura de las entregas previas resulta imprescindible para los fanáticos de la cultura pulp y los seguidores del autor de Watchmen, From Hell y otras obras maestras del noveno arte.
Título: Tom Strong (volumen 4)
Autores: Alan Moore et alii (guión) / Chris Sprouse et alii (dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: junio de 2008
168 páginas (color) - 15 €
(+) Críticas de los volúmenes anteriores:
- Volumen 1
- Volumen 2
- Volumen 3
Bodrios que hay que ver: Blood Diner
Hay películas que no tienen ni pies ni cabeza por culpa de la incompetencia de sus realizadores, y otras son un auténtico galimatías porque han sido concebidas como tal. En el caso de Blood Diner, posiblemente el film sea resultado de ambas razones, porque solo así puede explicarse tan marciana realización.
Y es que esta película dirigida por Jackie Kong, y conocida en España con el subtítulo de Fonda sangrienta, tiene de todo... y esto, como veremos, no es necesariamente bueno: misteriosos asesinatos en serie, policías duros como rocas, cultos religiosos ancestrales, caníbales insaciables, excavaciones arqueológicas, nudistas que practican aerobic, luchadores nazis, cocineros ventrílocuos, rockeros con tupé y hasta un cerebro con ojos en un tarro. Pero vayamos por partes:
La cinta arranca con una escena de la infancia de los protagonistas, los pequeños George y Michael Tutman, dos hermanos que juegan tranquilamente en el salón de su casa. Efectivamente, se llaman "George" y "Michael", lo cual resulta bastante risible cuando alguien los llama al mismo tiempo -cosa que en el film sucede bastante-, y que solo se explica si pensamos que su madre era una fan fatal de Wham! mucho antes de descubrir que su célebre cantante era gay.
Al hogar de los Tutman va a parar el tío Anwar, un desequilibrado que acaba de cortarse sus partes pudendas y al que persiguen las fuerzas policiales. Después de destrozar la puerta y entrar en el domicilio, el psicópata regala a sus sobrinos dos medallones que representan el culto a Sheethar, una diosa olvidada objeto de adoración a lo largo de los siglos. Hay que señalar que la explosiva interpretación que de Anwar ofrece el actor Drew Godderis reduce a Al Pacino a un mimo del Parque del Retiro, y remite sin duda al protagonista de Blood Feast (cinta de la que volveremos a hablar enseguida).
Acto seguido se nos dice que como quien no quiere la cosa han pasado veinte años, y es que madre mía cómo pasa el tiempo, como un suspiro. Hoy aquí y mañana allí. No somos nadie. Bueno... Pues es entonces que descubrimos a George y Michael (je je je), ya dos muchachotes bien sanotes, disponiéndose a profanar la tumba del tío Anwar para recuperar su cerebro. Y efectivamente, allí está la masa cerebral del susodicho, maravillosamente conservada, y que una vez es guardada en un bote con formol podrá hablar (gritar, más bien), dar órdenes tiránicas a diestro y siniestro y hasta pedir pizzas por teléfono (siempre que alguien le sostenga el auricular, claro está).
La intención de Anwar, por supuesto, es resucitar a Sheetar y a su culto, y para ello hará de sus dos sobrinos sus herramientas de trabajo: deberán reconstruir un cuerpo para la diosa, que ha de estar formado por partes de cadáveres de distintas chicas, y para complicar más el asunto, al más puro estilo de ¿Qué apostamos?, algunas partes han de pertenecer a chicas más bien promiscuas, mientras que otras deben provenir de una virgen (que ya son ganas de complicar el asunto).
Así pues los hermanos Tutman, mientras regentan un bar que ejerce de tapadera para los turbios asuntos de la familia, y donde introducen a los parroquianos en las placenteras delicias de la cocina caníbal sin que estos se enteren de la misa la mitad, se dedican a salir de ligue -convenientemente disfrazados- por bares y clubs nocturnos en busca de chicas fáciles... a las que convencen para volver a su negocio para allí poder desmembrarlas tranquilamente.
Ni que decir tiene que las actividades de los Tutman tienen en jaque a la Policía, particularmente a la pareja encargada del caso: un macarrilla mezcla de Lorenzo Lamas y el Tony Manero de Fiebre del sábado noche y una policía nueva en la ciudad, más dura que Harry el Sucio y con un cierto parecido a uno de los Jackson, no sé si Janet, Latoya o Michael cuando era negro, porque los confundo entre sí. Ambos agentes trabajan al servicio de un duro comisario que a poco que puede golpea duramente en el estómago a su hombre favorito cada vez que este dice una sandez (lo cual es habitual). Esto último me hizo gracia, ya ven.
La acción de Blood Diner avanza mortecinamente siguiendo, por un lado, las escabechinas que van montando los hermanos Tutman, y que incluye el acoso a la última virgen del barrio (que para más inri no es otra que la hija del policía que persiguió y abatió a Anwar dos décadas antes), y por otro la pobre investigación de la pareja de policías, sazonando todo ello con la presencia de la competencia de los Tutman, representada por un cocinero que regenta un puesto de hamburguesas y cuyo único cliente parece ser un muñeco de tamaño natural al que él mismo, cual José Luis Moreno del mundo gastronómico, le pone la voz.
Por si esto fuera poco el guión -que viene firmado por Michael Sonye, el cual escribió otras tres películas en aquel 1987, dos para el inefable Fred Olen Ray- sazona este esquema argumental con varios numeritos de rock cincuentero o incluso glam (¿qué pasaba en el cine de terror cutre de los 80, que cantaba todo el mundo? Véase Neon Maniacs, sin ir más lejos)... y hasta con una competición de lucha libre donde uno de los hermanos se enfrenta al pequeño Jimmy Hitler, un luchador ario (o eso cree él) al que acaba, literalmente, merendándose.
Porque claro, el canibalismo es uno de los elementos clave de la trama, y esta parece abocada a una fiesta final donde Sheetar resucita y todos los invitados se convierten en caníbales. Pero hasta allí llegan los agentes de la ley, primero la dura agente Jackson pistola en mano, y luego el macarra, que llega un poco tarde porque no encontraba aparcamiento (y así lo dice, el muy jeta).
Finalmente, y tras el enfrentamiento entre la Policía y los hermanos Tutman, y donde perecen varios de los invitados, la recién resucitada Sheetar parece pasar a mejor vida -y solo lo parece, porque como es norma en el cine del momento al final se revela que se ha librado por los pelos-, los hermanos Tutman también estiran la pata, y todo acaba como un cuento de hadas: fueron felices y comieron... ¿perdices? ¿Seguro que eran perdices?
En fin... Este film, como podrán ver, no deja de ser una libérrima actualización de la mencionada Blood Feast, mítica -aunque decididamente mediocre- película de Herschell Gordon Lewis que inauguró nada más y nada menos que el cine gore. Es más, este film de Kong, durante su realización, tuvo como título de trabajo provisional Blood Feast 2. Al hilo de esto, podemos señalar que en Portugal se tituló Jantar Fatal (lo cual suena bastante gracioso) y en Polonia Krwawa wieczerza (que tampoco sé muy bien qué significa). Lo que me parece fascinante es que una película así logre no ya llegar a Portugal o a Polonia (o a España), sino simplemente sobrepasar las fronteras del pueblo donde fue rodada. Vivir para ver.
Y es que esta película dirigida por Jackie Kong, y conocida en España con el subtítulo de Fonda sangrienta, tiene de todo... y esto, como veremos, no es necesariamente bueno: misteriosos asesinatos en serie, policías duros como rocas, cultos religiosos ancestrales, caníbales insaciables, excavaciones arqueológicas, nudistas que practican aerobic, luchadores nazis, cocineros ventrílocuos, rockeros con tupé y hasta un cerebro con ojos en un tarro. Pero vayamos por partes:
La cinta arranca con una escena de la infancia de los protagonistas, los pequeños George y Michael Tutman, dos hermanos que juegan tranquilamente en el salón de su casa. Efectivamente, se llaman "George" y "Michael", lo cual resulta bastante risible cuando alguien los llama al mismo tiempo -cosa que en el film sucede bastante-, y que solo se explica si pensamos que su madre era una fan fatal de Wham! mucho antes de descubrir que su célebre cantante era gay.
Al hogar de los Tutman va a parar el tío Anwar, un desequilibrado que acaba de cortarse sus partes pudendas y al que persiguen las fuerzas policiales. Después de destrozar la puerta y entrar en el domicilio, el psicópata regala a sus sobrinos dos medallones que representan el culto a Sheethar, una diosa olvidada objeto de adoración a lo largo de los siglos. Hay que señalar que la explosiva interpretación que de Anwar ofrece el actor Drew Godderis reduce a Al Pacino a un mimo del Parque del Retiro, y remite sin duda al protagonista de Blood Feast (cinta de la que volveremos a hablar enseguida).
Acto seguido se nos dice que como quien no quiere la cosa han pasado veinte años, y es que madre mía cómo pasa el tiempo, como un suspiro. Hoy aquí y mañana allí. No somos nadie. Bueno... Pues es entonces que descubrimos a George y Michael (je je je), ya dos muchachotes bien sanotes, disponiéndose a profanar la tumba del tío Anwar para recuperar su cerebro. Y efectivamente, allí está la masa cerebral del susodicho, maravillosamente conservada, y que una vez es guardada en un bote con formol podrá hablar (gritar, más bien), dar órdenes tiránicas a diestro y siniestro y hasta pedir pizzas por teléfono (siempre que alguien le sostenga el auricular, claro está).
La intención de Anwar, por supuesto, es resucitar a Sheetar y a su culto, y para ello hará de sus dos sobrinos sus herramientas de trabajo: deberán reconstruir un cuerpo para la diosa, que ha de estar formado por partes de cadáveres de distintas chicas, y para complicar más el asunto, al más puro estilo de ¿Qué apostamos?, algunas partes han de pertenecer a chicas más bien promiscuas, mientras que otras deben provenir de una virgen (que ya son ganas de complicar el asunto).
Así pues los hermanos Tutman, mientras regentan un bar que ejerce de tapadera para los turbios asuntos de la familia, y donde introducen a los parroquianos en las placenteras delicias de la cocina caníbal sin que estos se enteren de la misa la mitad, se dedican a salir de ligue -convenientemente disfrazados- por bares y clubs nocturnos en busca de chicas fáciles... a las que convencen para volver a su negocio para allí poder desmembrarlas tranquilamente.
Ni que decir tiene que las actividades de los Tutman tienen en jaque a la Policía, particularmente a la pareja encargada del caso: un macarrilla mezcla de Lorenzo Lamas y el Tony Manero de Fiebre del sábado noche y una policía nueva en la ciudad, más dura que Harry el Sucio y con un cierto parecido a uno de los Jackson, no sé si Janet, Latoya o Michael cuando era negro, porque los confundo entre sí. Ambos agentes trabajan al servicio de un duro comisario que a poco que puede golpea duramente en el estómago a su hombre favorito cada vez que este dice una sandez (lo cual es habitual). Esto último me hizo gracia, ya ven.
La acción de Blood Diner avanza mortecinamente siguiendo, por un lado, las escabechinas que van montando los hermanos Tutman, y que incluye el acoso a la última virgen del barrio (que para más inri no es otra que la hija del policía que persiguió y abatió a Anwar dos décadas antes), y por otro la pobre investigación de la pareja de policías, sazonando todo ello con la presencia de la competencia de los Tutman, representada por un cocinero que regenta un puesto de hamburguesas y cuyo único cliente parece ser un muñeco de tamaño natural al que él mismo, cual José Luis Moreno del mundo gastronómico, le pone la voz.
Por si esto fuera poco el guión -que viene firmado por Michael Sonye, el cual escribió otras tres películas en aquel 1987, dos para el inefable Fred Olen Ray- sazona este esquema argumental con varios numeritos de rock cincuentero o incluso glam (¿qué pasaba en el cine de terror cutre de los 80, que cantaba todo el mundo? Véase Neon Maniacs, sin ir más lejos)... y hasta con una competición de lucha libre donde uno de los hermanos se enfrenta al pequeño Jimmy Hitler, un luchador ario (o eso cree él) al que acaba, literalmente, merendándose.
Porque claro, el canibalismo es uno de los elementos clave de la trama, y esta parece abocada a una fiesta final donde Sheetar resucita y todos los invitados se convierten en caníbales. Pero hasta allí llegan los agentes de la ley, primero la dura agente Jackson pistola en mano, y luego el macarra, que llega un poco tarde porque no encontraba aparcamiento (y así lo dice, el muy jeta).
Finalmente, y tras el enfrentamiento entre la Policía y los hermanos Tutman, y donde perecen varios de los invitados, la recién resucitada Sheetar parece pasar a mejor vida -y solo lo parece, porque como es norma en el cine del momento al final se revela que se ha librado por los pelos-, los hermanos Tutman también estiran la pata, y todo acaba como un cuento de hadas: fueron felices y comieron... ¿perdices? ¿Seguro que eran perdices?
En fin... Este film, como podrán ver, no deja de ser una libérrima actualización de la mencionada Blood Feast, mítica -aunque decididamente mediocre- película de Herschell Gordon Lewis que inauguró nada más y nada menos que el cine gore. Es más, este film de Kong, durante su realización, tuvo como título de trabajo provisional Blood Feast 2. Al hilo de esto, podemos señalar que en Portugal se tituló Jantar Fatal (lo cual suena bastante gracioso) y en Polonia Krwawa wieczerza (que tampoco sé muy bien qué significa). Lo que me parece fascinante es que una película así logre no ya llegar a Portugal o a Polonia (o a España), sino simplemente sobrepasar las fronteras del pueblo donde fue rodada. Vivir para ver.