lunes, 18 de febrero de 2008

Conejo de viaje: La vuelta al mundo de un conejo dibujante



Como he leído hace nada en algún lugar de la red, el argentino Ricardo Liniers Siri, o Liniers a secas, es uno de esos autores contemporáneos cuyo desbordante talento, fruto de su capacidad de observación y su forma de captar y transmitir la poesía del detalle, le hace parecer, desde ya, un clásico vivo. Esto se demuestra en las páginas de su más célebre obra, Macanudo, aquí conocida gracias a la edición de dos volúmenes por parte de Mondadori; una serie de tiras cómicas tan emocionantes como veraces, y que demuestran que lo naif no es exactamente algo ingenuo aunque lo parezca a simple vista.



Ahora, de la mano de la misma editorial, se publica en España -un par de meses antes que en Argentina- Conejo de viaje, una obra que en comparación con el material anterior podría parecer menor. Y en cierta medida lo es, pero como podrían serlo Los premios o 62. Modelo para armar, novelas de su compatriota Julio Cortázar, en comparación con Rayuela... por citar una de las referencias que aparecen en las páginas de este Conejo de viaje.



Y es que la obra que nos ocupa es una narración personal de Liniers, un libro construido a partir de los cuadernos de viaje del argentino por los distintos desplazamientos a los que le ha llevado su obra. Así, frente a la muy abundante literatura de viajes, una situación que no encuentra su correlación en el mundo de la novela gráfica, Conejo de viaje pasa a formar parte de ese pequeño grupo de narraciones gráficas que han hecho del viaje su tema principal, y donde encontramos el Cuaderno de viaje de Craig Thompson (el autor de Blankets), Tres viajes de Miguel Gallardo o algunas obras de Ángel de la Calle, caso de Modotti o los dos Diarios de festival.

De esta forma, estamos ante una obra construida a posteriori, sobre un material que en principio no estaba pensado para ser editado y, por tanto, consumido por una masa. Por lo tanto, el acabado gráfico se presenta menos elaborado que en Macanudo, apostando en ocasiones por el boceto, y cuyos textos incluyen hasta correcciones y tachaduras. Esto es algo que puede recordarnos a obras de autores españoles como Juanjo Sáez o el citado Ángel de la Calle.



Las distintas peripecias, en algunas ocasiones meros apuntes de reflexiones en voz alta, que vive Liniers en países como Francia, Italia, Alemania, Portugal o España, tomaron en principio forma gráfica para consumo privado del propio autor y sus allegados. Pero ahora, gracias a su publicación editorial, el lector tiene acceso a sus reflexiones acerca de lo que ve, come, bebe, baila... y lee.

Porque Liniers es un artista profundamente interesado por lo que se cuece en la cocina de la cultura contemporánea en general y del cómic en particular. Por ello, en las páginas de sus cuadernos descubriremos sus filias en el mundo de la literatura y la historieta. No así sus fobias, pues como el propio Liniers manifiesta, Conejo de viaje es un libro feliz, recopilado de varios cuadernos felices repletos de pequeños placeres, y donde lo negativo, lo oscuro, lo amargo, no tiene cabida. Quizás estos aspectos se hayan colado por las dos páginas que faltan, en un acertado chiste metalingüístico ubicado hacia el final del cuaderno.



Por tanto, veremos a Liniers en el interior de distintos restaurantes o a bordo de diferentes aviones leyendo a Peter Bagge, el Bone de Jeff Smith, Watchmen de Alan Moore y Dave Gibbons o Apuntes de un derrotista de Joe Sacco, sin dejar de leer a novelistas a los que admira, como Truman Capote, Kurt Vonnegut o el mencionado Cortázar de Rayuela (cuya lectura a bordo de un avión proporciona una de las viñetas más poéticas de la obra). Liniers tampoco le hace ascos a la cultura audiovisual, y se demuestra su eclecticismo como espectador (lo mismo dialoga sobre Wes Anderson, el director de Life Aquatic y Viaje a Darjeeling, que ve Spider Man 3) y como melómano (de Bob Dylan a Robert Johnson, pasando por Björk).



A lo largo de las páginas de Conejo de viaje, Liniers se retrata a sí mismo como suele hacerlo, como un conejo atropomórfico, frente a las personas que le acompañan o con los que se cruza -entre ellos su pareja, Angie-, a los que ilustra con más fidelidad. Igualmente tomará notas y dibujará paisajes, y visitará salones de cómic, tiendas, restaurantes y monumentos. En muchos de estos espacios acabará encontrándose con viejos amigos, en un quién es quién de la cultura argentina contemporánea: del novelista Martín Kohan a Maitena, creadora de las Mujeres alteradas, pasando por el escritor porteño afincado en Barcelona Rodrigo Fresán o el gran Roberto Fontanarrosa, recientemente fallecido, y al que Liniers dedica Conejo de viaje. También hará nuevos amigos, como el citado autor español Juanjo Sáez, en un momento en el que este está preparando su imprescindible El Arte.



Finalmente, destacar que a las posibilidades metanarrativas de la obra contribuye la espléndida edición de Mondadori, que ha editado este Conejo de viaje en tapa dura e imitación de tela, y con páginas y cubierta de acabados redondeados. Todo ello acercará al lector a los viajes del autor, y sentirá que ha viajado por todo el mundo en compañía de un conejo dibujante.



Una obra, pues, esquisita e indispensable, que merece degustarse con calma, y que seguro les despertará las ganas de descubrir las tiras de Macanudo... si han cometido el imperdonable pecado de no conocerlas ya.


Título: Conejo de viaje
Autor: Liniers (guión y dibujo)
Editorial: Reservoir Books (Mondadori)
Fecha de edición: febrero de 2008
96 páginas (color) - 15,90 €


(+) Sobre el autor:
- Autoliniers
- Liniers: Cosas que te pasan si estás vivo
- PorLiniers.com

(++) Las tiras de Macanudo, aquí:
- Volumen 1
- Volumen 2
- Abandonad toda esperanza, salmo 65º

2 comentarios:

  1. Gracias por lo que decís.
    Me alegro de que ya ande por allá el libro, aquí en Argentina va a tardar un poco en llegar.
    Saludos desde abajo
    L

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  2. Gracias a ti por tu obra, de la que soy rendido admirador. Las tiras de MACANUDO, sus personajes y sus vivencias, hacen que este mundo sea un poco menos miserable.

    Y gracias por pasarte por aquí. Un abrazo, esperando que pronto vuelvas por España a presentar tus historietas.

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