miércoles, 8 de agosto de 2012

Placer serial (y 2)



Me disculparán que me autocite, pero para hablarles de los últimos números de series como Atomic Robo, Irredeemable o The Boys no se me ocurre nada mejor que recordar la reflexión que hice al comentar los volúmenes previos de estas cabeceras: "El formato popularmente conocido entre los lectores de cómics como grapa está de capa caída: económicamente, suele compensar la espera y acabar comprando volúmenes recopilatorios que a simple vista parecen un desembolso mayor, pero que suponen un ahorro más que obvio apenas saquemos un fácil cálculo de a cuánto sale cada página. Además, las fórmulas narrativas que imperan hoy, con conversaciones y escenas de acción que se dilatan (muchas veces innecesariamente) a lo largo de las 24 páginas de cada comic book, provocan que la información que aporta cada una de las entregas sea muy escasa, por lo que su lectura sabe a poco; y en algunas ocasiones cuando tenemos la oportunidad de leer el último número ya no recordamos nada del penúltimo. Si a esto añadimos el auge de formatos como el de novela gráfica, con historias que acaban y terminan en un solo volumen, la situación parece clara."


¿El lector de cómics de hoy prefiere esto...

En aquella nota continuaba diciendo: "Ahora bien, si la grapa desapareciera esto también acabaría con uno de los mayores placeres que conlleva la lectura serializada, y que tiene su correlación audiovisual en las series televisivas, desde los productos de calidad de la HBO a los culebrones venezolanos de más baja estofa: ese placer serial que nos aporta la sensación de reencuentro, así como la satisfacción por disfrutar de una intriga dosificada en varias entregas, que convierte ver una serie (e igualmente leer una colección de aparición más o menos periódica) en un acto casi litúrgico."


... o esto otro?


Y concluía: "Una solución intermedia podría ser la de esos volúmenes recopilatorios que incluyen varios números de la edición original, con lo que el material de lectura es mucho mayor pero no por ello se pierde, al menos no del todo, el carácter serial. Se trata de un formato que parece triunfar entre los lectores, ya que esta es una política que han acabado siguiendo varias editoriales españolas de entre las más importantes, caso de Planeta de Agostini Comics, Panini Comics o Norma Editorial." Esta es la opción elegida por Norma para algunos de sus títulos más interesantes, como es el caso de las tres series que mencionaba al principio: Atomic RoboIrredeemable y The Boys.



De las tres, no la mejor pero sí la más fresca y la que ha supuesto toda una sorpresa es el Atomic Robo de Brian Clevinger y Scott Wegener. De las otras dos, viniendo firmadas por los guionistas Mark Waid y Garth Ennis respectivamente, ya sabíamos qué esperar en cada caso; pero en esta, lo que en principio parecía iba a ser una mera variación en clave tecnológica del Hellboy de Mike Mignola ha acabado adquiriendo una marcada personalidad propia.



Esto vuelve a quedar bien patente en el, por el momento, último volumen de la colección, que lleva por título "Atomic Robo y el letal arte de la ciencia", y que incluye los cinco comic books de la edición original que conforman el quinto volumen de la serie. En esta ocasión, podríamos hablar de una suerte de precuela, pues el relato está ambientado en el Chicago de 1930 y está protagonizado por un joven Atomic Robo: es fascinante lo que los autores consiguen con apenas la vestimenta del personaje, simulando una juventud que no se puede aplicar a un ser artificial de igual modo que a los humanos... por mucho que el personaje solo tenga siete años de edad.



En la presente historia conoceremos los orígenes de Atomic Robo como justiciero, a partir de su intento de convertirse en una suerte de sidequick para el enmascarado Jack Tarot. También descubriremos su primer amor, y veremos al científico e inventor Thomas Alva Edison convertido en un villano de tebeo (!). Cuando un cómic consigue que una idea tan peregrina como esta no solo no moleste, sino que funcione a la perfección, es que sus autores han hecho bien su trabajo. Y Atomic Robo lo demuestra a cada página y a cada diálogo.



La oferta se completa, además de con cuatro páginas de bocetos preliminares, con la historia extra publicada en Estados Unidos como Atomic Robo Free Comic Book Day 2011: un relato ambientado esta vez en el presente y donde vuelve a aparecer uno de los villanos más carismáticos (y divertidos) de la serie: el Dr. Dinosaur, al que conocimos en el volumen anterior. En definitiva, estamos ante un volumen que confirma las palabras que dijo un crítico de Comic Book Resources: "La serie de Atomic Robo hace para la ciencia lo que Indiana Jones hizo para la arqueología: convierte lo académico en una aventura y lo imposible en algo inspirador."



Lejos de la frescura y el buen rollo de este Atomic Robo se sitúa la potente Irredeemable, serie en la que el guionista Mark Waid nos da su particular aportación al subgénero que podríamos llamar "cómic de superhéroes post Watchmen". Un subgénero que él mismo había enriquecido tempranamente con aquella estupenda maxiserie titulada Empire; y una aportación este Irredeemable, dicho sea de paso, mucho más conseguida que la de otros títulos recientes de temática similar (véase, por ejemplo, la no del todo desdeñable Halcyon).



En esta ocasión, es el efectivo dibujante Diego Barreto quien acompaña a Waid en los capítulos 13 al 15 de la serie: un segmento de una historia-río de mucho más alcance donde ahora el Plutoniano, el mayor superhéroe del universo convertido por voluntad propia en el más temible supervillano, pasa a un segundo plano y deja el protagonismo en manos de otros personajes, como los miembros de El Paradigma.



En sus páginas, Waid prosigue relatándonos que los miembros de este grupo de superhéroes han sido detenidos por el gobierno de los Estados Unidos y encerrados en una prisión de alta seguridad. Mientras tanto, Cary y el cazador Orian han formado una peligrosa alianza con la finalidad de acabar con el aparentemente invencible Plutoniano... Y hasta aquí conviene comentar, que tampoco es cuestión de destripar el argumento al respetable.



Pero antes de estos capítulos, el lector podrá disfrutar del Irredeemable Special n.º 1, que incluye tres historias cortas escritas por Waid y dibujadas por tres artistas de lo más variopinto: Paul Azaceta se encarga de "Avispón", que protagoniza el humilde superhéroe de nuevo cuño cuyo nombre da título al relato. La española Emma Ríos (Dr. Extraño) es la encargada de "Kaidan", que cuenta el origen de este personaje recurriendo a elementos propios del folclore japonés. Por su parte, el relato "Max Savage" cuenta con un dibujante de excepción: el gran Howard Chaykin, autor de títulos clave del cómic contemporáneo como American Flagg! o Black Kiss. Son, pues, una suerte de "orígenes secretos" de tres de los personajes que conforman el rico universo de Irredeemable; un universo que se ha ampliado con otra serie, Incorruptible, cuyo primer volumen español ya está a la venta y del que os hablaremos en breve en este vuestro blog.



Terminamos esta nota de hoy comentando el último volumen aparecido en España de The Boys, la irreverente serie escrita por Garth Ennis y que también podría verse como un título, si bien bastante sui generis, de ese subgénero marcado poderosamente por la influencia de la obra magna de Alan Moore y Dave Gibbons, y que aboga por una (a veces solo supuesta) mayoría de edad del cómic de superhéroes.



El presente volumen, noveno de la edición española, lleva por título "El tiovivo", y es con diferencia el más extenso de la colección: nada menos que casi trescientas páginas que incluyen doce comic books, del 48 al 59, de la colección original. O lo que es lo mismo en este caso: los arcos argumentales "Preparación y planificación", "Costa berberisca" y "El tiovivo", que da título general al tomo.




En los dos primeros arcos argumentales, de bastante peso dentro de la historia principal de la serie, la acción se mueve entre el pasado -viajando hasta la II Guerra Mundial- y el presente: por un lado seremos testigos de un episodio del pasado de The Boys, donde estuvo implicado el general Mallory, fundador del grupo, que mantendrá una reveladora conversación con Hughie. Por otro lado, descubriremos al nuevo enlace del grupo Los Siete, enemigos encarnizados de The Boys.



Finalmente, en la historia que da título al libro asistiremos al regreso de Hughie, que pedirá al Carnicero una mayor transparencia en su relación con el grupo. Su jefe estará de acuerdo con la petición, siempre y cuando Hughie esté a la altura del nuevo caso que han de investigar: el asesinato de un transexual, en el que todas las pistas parecen apuntar a un miembro de Los Siete. Como se ve, The Boys sigue siendo Garth Ennis es estado puro, para regocijo de sus fans y escarnio de sus detractores.


Título: Atomic Robo (Vol. 5: "Atomic Robo y el letal arte de la ciencia")
Autores: Brian Clevinger (guion) / Scott Wegener (dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: febrero de 2012
152 pp. (color) - 15 €


Título: Irredeemable n.º 4
Autores: Mark Waid (guion) / Diego Barreto (dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: marzo 
de 2012
112 páginas (color) - 12 €

Título: The Boys (Vol. 9: "El tiovivo")
Autores: Garth Ennis (guion) / Russ Braun & John McCrea & Keith Burns (dibujo)
Editorial:
Norma Editorial
Fecha de edición: mayo de 2012
288 páginas (color) - 18 €


(+) Previously on Abandonad toda esperanza:
1. Atomic Robo:
- Vol. 1
- Vols. 2-3
- Vol. 4
2. Irredeemable:
- Vol. 1
- Vol. 2
- Vol. 3
3. The Boys:
- Vol. 1
- Vol. 2
- Vol. 3
- Vol. 4
- Vols. 5-6
- Vol. 7
- Vol. 8

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