En 1988, Kevin S. Tenney dirigió Night of the Demons, subproducto de terror con (leves) toques de comedia adolescente que, contra todo pronóstico dado su nulo interés intrínseco, generó hasta dos secuelas a cuál más lamentable y terminó por convertirse con el paso de los años en todo un film de culto para los aficionados al género.
La historia era la de casi siempre: un grupo de jóvenes descerebrados deciden celebrar una fiesta por todo lo alto para festejar la noche de Halloween; lo que no saben es que en la casa abandonada que han elegido para pasar la noche se hallan los espíritus de varios demonios olvidados por el paso del tiempo que poseerán sus cuerpos para traer una era de oscuridad a la humanidad...
Y no hay más cera que la que arde. Expuesto esto, cabe preguntarse: ¿qué interés tiene, más de dos décadas después, realizar un remake de esta película, sobre todo teniendo en cuenta lo limitado de su presupuesto y que difícilmente podrá beneficiarse de la reciente moda de nuevas versiones de clásicos del terror -cosa que no es, desde luego, la Night of the Demons original-? Una vez visto -y sufrido- el film, solo se me ocurren cuatro razones:
Efectivamente, la nueva película firmada por Adam Gierasch confía en el tirón comercial de cuatro jóvenes y bellas actrices -alguna más prometedora que otra, alguna otra que ya prometió en su día y a la que se le intuye una pronta decadencia- cuyas carreras ya están de por sí bastante vinculadas al cine de terror: para empezar, y después de llamar la atención como la alumna extranjera de American Pie, Shannon Elizabeth protagonizó otro lamentable (aunque más caro) remake de una serie B del género: 13 fantasmas, para después participar en la mediocre La maldición del otrora inspirado Wes Craven.
Por su parte, a la playmate Diora Baird -de físico despampanante y cierto parecido con damas como Jane Fonda o Ann-Margret- pudimos verla en La matanza de Texas (El origen), y recientemente ha participado -ocultando su sex appeal en un papel de chica discreta, sin maquillaje y vestida del cuello a los pies- en la reivindicable 30 días de oscuridad 2: Tinieblas, una cinta donde por cierto deja ver que podría ser mucho mejor actriz de lo que muchos piensan.
En cuanto a Monica Keena, que en el film se convierte en la heroína de la función, y a la postre en una chica de armas tomar, fue junto con Robert Englund y Kane Hooder la protagonista femenina de Freddy contra Jason, divertida aunque a la postre inocua fusión de las dos exitosas franquicias del cine de terror de los 80 y 90.
Finalmente, a Bobbi Sue Luther -posiblemente la actriz menos conocida de las cuatro- se la ha visto en varias películas del género todas ellas inéditas en nuestro país, como la cult movie The Poughkeepsie Tapes, la lamentable Killer Pad -dirigida esta por el ya citado Robert Englund, aka Freddy Krueger- y la entretenida Laid to Rest, donde era la protagonista absoluta y ejercía de chica en peligro con todas las de la ley.
Como puede verse, la figura de la scream queen o "reina del grito" no ha desaparecido ni mucho menos, y como lo fueron Fay Wray (King Kong) en los años 30, Barbara Steele (La noche del demonio) en los 60, Jamie Lee Curtis (La noche de Halloween, El tren del terror) en los 70 y 80, o Jennifer Love Hewitt (Sé lo que hicisteis el último verano) en los 90, estas actrices -y alguna otra- podrían ser sus sucesoras en el nuevo milenio.
Lo que sí parece haber desaparecido, o al menos pasa más inadvertido, es aquel curioso star system de la serie B y Z directa a vídeo que en los años 80 fue capaz de generar publicaciones especializadas como Scream Queens, Draculina o Femme Fatales, de convertir en celebridades para el fan fatal a realizadores especializados como Charles Band (Doctor Mordrid, Arena), Jim Wynorski (Vampirella), Fred Olen Ray (Alien Dead) o Dave DeCoteau (Acero y seda, Crepozoides), y de incluir en su amplia nómina a Linnea Quigley (esta vista en la Night of the Demons original y también en un breve cameo en la nueva versión), Michelle Bauer, Brinke Stevens, Julie Strain, Barbara Crampton o Elizabeth Kaytan, por citar algunas. Menos mal que siempre nos quedarán las copias de VHS pasadas a digital...
A mi es que tanta teta me bloquea.
ResponderEliminarBuenas féminas...Aunque ya sabe que "teta que mano no cubre, no es teta, sino ubre".
ResponderEliminarUn saludo!