martes, 4 de agosto de 2009

Bodrios que hay que ver: Salvaje Kid

La entrega de hoy de "Bodrios que hay que ver" va de sacar trapos sucios del pasado, una actividad que para qué vamos a negarlo siempre resulta satisfactoria. Vamos a lo que vamos: ¿reconocen a estos dos caballeros?





Reconocer al primero es bastante sencillo, sobre todo si uno se ha pasado bastantes horas frente a la televisión en los últimos cuatro años: se trata de Robert Kneeper, uno de los protagonistas -el infame 'T-Bag'- de la serie Prison Break, cuyo éxito le ha permitido saltar a la gran pantalla en producciones como Buenas noches, y buena suerte, Hitman, Transporter 3 o el reciente remake de Ultimátum a la Tierra. Reconocer al segundo, algo ya más complicado, solo estará en manos de cinéfilos: sí, se trata de John Sayles, reputado realizador de cine independiente que cuenta en su ya considerable filmografía con títulos tan celebrados como Passion Fish, Lone Star, Hombres armados, Limbo, Silver City o Honeydripper.



Pues hete aquí que todos tenemos un pasado, y ambos colaboraron en 1987 en una infecta producción titulada Wild Thing, que recibió en España el curioso y desvergonzado título de Salvaje Kid. Sí, amigos, como lo oyen: Salvaje Kid. Y ya sabíamos que Sayles había empezado su carrera profesional como guionista al servicio de otros, pero los títulos que conocíamos eran de la categoría de, al menos, sus trabajos para Joe Dante en películas fantásticas de serie B tan estupendas como Piraña o Aullidos. Pero lo de Salvaje Kid, amigos, es otro cantar...



Veamos de qué va este truño: la película arranca en 1969, con una pareja de hippies que viaja a bordo de su furgoneta en compañía de su hijo, un chavalín de unos seis o siete años. El viaje es interrumpido por la intervención de un policía corrupto y de Chopper, el líder de una panda de moteros que por lo visto controla el crimen organizado de la zona; ambos, los villanos del film, son interpretados por actores curtidos en estas lides: el primero es Maury Chaykin (visto en Bailando con lobos, La isla de las cabezas cortadas y en varias pelis de Atom Egoyan); el segundo es el malencarado de Robert Davi, habitual en producciones de serie B que de vez en cuando se deja ver en cintas de primera fila como Cristóbal Colón: El descubrimiento, El hijo de la pantera rosa o Showgirls... Vale, es verdad, nunca sale de la serie B.



Como era de esperar, los malosos matan a los padres del niño, y este logra escapar por los pelos cuando los primeros creen que se ha ahogado en un río. Pero el niño ha sobrevivido... y una vagabunda la mar de simpática se convertirá en su madre adoptiva, encargándose de cuidarlo, alimentarlo y enseñarle los peligros de la jungla del asfalto hasta su muerte (la de ella, no la del niño, que si no la película sería un corto).



Luego un cartelito nos informa de que han pasado los años: por supuesto, la ciudad -que creo recordar no se especifica cuál es, pero por la pinta podría ser perfectamente New York o Murcia- se ha convertido en un mundo de crimen y violencia, dominado por un mafioso (el susodicho Chopper) que obra impunemente ante los ojos de un departamento policial corrupto controlado por el policía del principio de la película, ascendido ahora a comisario. Es a esta ciudad que llega la chica de la película, interpretada por Kathleen Quinlan (Apolo 13, Las colinas tienen ojos), dispuesta a trabajar en el reformatorio que dirige un cura idealista que como él mismo dice ha visto demasiadas películas de Spencer Tracy disfrazado de cura.



Una vez instalada en la ciudad, la joven descubrirá que la única posibilidad de luchar contra el crimen reside en la figura de Salvaje Kid (interpretado por Robert Kneeper, claro), un misterioso justiciero nocturno que se pasea por la urbe como Pedro por su casa vistiendo una indumentaria a lo Tarzán, y que claro está no es otro que el niño de los hippies asesinados que ha crecido y se ha convertido en todo un hombretón...



En fin, ya ven por dónde van los tiros. Y no me pregunten por qué a lo largo de esta descomunal tontería el susodicho Salvaje Kid opta por no hablar, vestir como viste y rugir como una tigresa en celo cuando no se ha criado en la selva sino en pleno casco urbano. Y para liar aún más la cosa, el doblaje cambia el apodo de Wild Thing que recibe por nombre el justiciero por el de Salvaje Kid, por lo que los titulares de periódicos y los graffitis callejeros en plan Wild Thing Lives! pierden todo su sentido.



Y sí, se escucha la canción de The Troggs. Pero no le busquen más interés a este film dirigido por Alex Reid y escrito por un John Sayles seguramente arrepentido de haberlo hecho porque no lo tiene.


--> Pueden verla (allá ustedes) en... Canal MGM:
- Hoy, 12.30 h.
- 13 de agosto, 00.30 h.
- 21 de agosto, 10.50 h.
- 30 de agosto, 11.29 h.

6 comentarios:

  1. Uff, tiene una pinta de infumable que tira para atrás, pero infumable sin posibilidad de redención jejeje.
    Saludos
    Nos leemos

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  3. Pues yo la estoy viendo ahora mismo y uno es mala y dos la pelicula mola

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  4. Anónimo3:37 a. m.

    es entretenida, yo la vi un par de veces en antena tres, hace ya muchos años. no es tan mala, tiene un guion elaborado, en la primera mitad nos habla de su infancia. y esta bien, la vagabunda es la señora collins de carrie.

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