martes, 18 de marzo de 2008
Fun Home: Los problemas y el deseo
"No existe la aventura, ni tampoco el romance. Sólo existen los problemas y el deseo. Y cuando deseas algo mucho, te metes en problemas". Esta máxima, que debemos al cineasta norteamericano Hal Hartley y que defiende con fervor uno de los personajes de su película Simple Men, podría explicar el drama que representan -y subrayamos este término- los protagonistas de Fun Home (Una familia tragicómica), espléndida novela gráfica de Alison Bechdel que publica en España Mondadori en su sello Reservoir Books.
Ahora bien, el elemento del deseo explica tan solo una parte de los dramas respectivos que viven la protagonista y su padre, este último a la postre verdadero eje central de esta joya que, digámoslo ya, no debería faltar en las estanterías de todo buen aficionado. Como prisma fidedigno de las complejidades del alma humana, Fun Home no reduce a sus personajes a creaciones esquemáticas, sino que hace porque el enigma que confiere humanidad a los mismos permanezca no intacto pero sí consistente tras su lectura.
Los que conocieran a Alison Bechdel por las distintas entregas de Unas bollos de cuidado (La Cúpula), ya sabrían de la condición homosexual de la misma, un aspecto que en Fun Home se descubre bien empezado el álbum; lo que posiblemente no supieran, y que aquí la autora narra sin cortapisa alguna con el permiso de su familia, es el oscuro secreto que escondía su padre, y que aun sin saberlo por aquel entonces acabaría por marcar las vidas de todos los que le rodeaban.
En los años que muestra Fun Home, los padres de la autora se ganaban la vida como profesores de lengua inglesa, al mismo tiempo que gestionaban una funeraria (la "Casa de la alegría" del título) heredada de sus antepasados. Pero ambas profesiones eran solo una manera de gozar de seguridad económica: las verdaderas vocaciones de ambos, más artísticas, pasaban en el caso de su madre por la interpretación, y en lo que respecta al padre por la lectura de clásicos y contemporáneos, de Tolstoi a Günter Grass, así como por el coleccionismo y la restauración de antigüedades. La primera desarrolló una carrera como actriz en grupos de teatro locales e independientes, representando obras de William Shakespeare o Edward Albee; el segundo, rendido admirador de la obra de Francis Scott Fitzgerald en general y de El gran Gatsby en particular, hizo de la restauración del hogar familiar, una mansión victoriana, más que un hobby con en el que pasar los ratos de ocio una razón vital de su existencia, hasta que falleciera prematuramente, posiblemente por voluntad propia, a la edad de treinta y siete años.
De forma más sutil a como Art Spiegelman acometiera el pasado de su padre durante el exterminio nazi para engendrar Maus, Bechdel retrata a su padre desde el presente, rememorando aquellos días en los que ella era apenas una niña, y reflexionando acerca de cómo aquellos tiempos marcaron su devenir posterior. Conforme pasa el tiempo, y Alison va creciendo y descubriendo cosas de sí misma y de su entorno, intentará dar una explicación a todo lo que le rodea a través de sus pensamientos y de su arte.
De esta forma, la vida de una pareja infeliz cuyos miembros solo se veían unidos por un cierto afecto, la existencia de tres hijos en común y unas inquietudes culturales afines, se ve marcada por la proyección de sus anhelos en referentes de ficción, como la relación del padre con la obra del autor de A este lado del paraíso, la encendida admiración por el Ulises de James Joyce, o la llegada a la madurez que supone percatarse de que no leerá al completo la saga de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust. Todo ello, frente a la vinculación de su madre al teatro: como si de un invitado a las fiestas de Scott Fitzgerald y su esposa Zelda se tratase, la mirada del padre choca con el drama de la madre, reflejada por la autora como una heroína dramática escapada de Retrato de una dama de Henry James, dando forma a un juego compartido de representación, haciendo de la mansión donde viven un escenario donde representar una vida familiar feliz y compacta.
Pero al mismo tiempo la autora no olvida subrayar en su obra la incapacidad parcial, no ya de toda obra de ficción, sino de cualquier reflexión, por captar en toda su esencia la Verdad de la realidad. Así, nos recuerda que en su diario pasó por subrayar la palabra "creo" para relativizar todo lo que le ocurría y, por extensión, todo lo que narraba por escrito, en sus textos. Unos diarios estos que acaban por formar parte de esta obra total, Fun Home, en la que un padre y una hija, ambos con una condición sexual semejante, viven distantes proyectando sus deseos en el otro (la hija anhela una masculinidad que su padre no posee, y este busca la belleza de lo femenino que él no puede tener y de la que su hija reniega)... para acabar por comprenderse el uno al otro de forma ficticia, tiempo después de la muerte del primero, a través de las ilustraciones y los textos de la hija.
Como señalábamos, Fun Home es una obra plagada de referencias culturales, pero que no están ahí para darle a la obra un prurito de (vacua) intelectualidad, sino que funcionan como significantes ocultos, que generan (auto)resonancias que enriquecen la obra, tanto en el fondo como en la forma. Es el caso de la enorme serpiente negra, un marcado recuerdo de la infancia de la autora, presencia casi mística con la que esta especula en torno a la muerte de su padre, y que enlaza con el mito de la serpiente Uróboros, que se muerde la cola en un círculo interminable representando la unidad de todas las cosas, las materiales y las espirituales, en un ciclo eterno de destrucción y nueva creación, y que saluda al lector de Fun Home desde la cubierta del célebre libro de E. R. Eddison.
Antes de concluir estas notas hay que señalar que Fun Home ha recibido todos los parabienes posibles por parte de la crítica en Estados Unidos: nominación al premio National Book Critics Circle, número uno en ventas en Time Magazine, mejor novela gráfica en Entertainment Weekly, libro preferido por LA Times y Time Out New York, además de figurar entre los cien mejores libros del año -sin distinguir entre novela y narración gráfica- por el New York Times, el Times, el The Guardian y el Publishers Weekly.
Tantos elogios, a priori, solo conseguían, además de avivar el interés por leerla, despertar el temor de sentirse finalmente defraudado. No ha sido así: muy al contrario, Fun Home de Alison Bechdel nos parece una obra (autobiográfica) tan maravillosa como la citada Maus, y tan elegante y (auto)exigente como la novela de Michael Cunningham Las horas. Por tanto, nos extraña que haya conseguido la unanimidad de una crítica siempre dispersa, aunque bienvenida sea la comunión para que la obra alcance la difusión que merece.
Título: Fun Home (Una familia tragicómica)
Autor: Alison Bechdel (guión y dibujo)
Editorial: Mondadori
Fecha de edición: febrero de 2008
240 páginas (bitono) - 18,90 €
(+) Otros cómics autobiográficos de autoría femenina:
- Bordados
- Fresa y chocolate
- Mi madre era una mujer hermosa
- Nacida en cualquier parte
- Persépolis
- Por nuestra cuenta
- Quiéreme bien
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