Esta semana la muerte no ha dado descanso al mundo del cine, y en esta ocasión nos toca bastante más de cerca... Después de los decesos de dos leyendas, cada una a su manera, como Deanna Durbin y Ray Harryhausen, el pasado jueves nos dejaba otro mito, pero este del cine español: nada menos que Alfredo Landa, uno de los actores más populares y queridos de nuestro cine.
Alfredo Landa (1933-2013)
Repasar como se merece en apenas unos párrafos una filmografía que cuenta, entre películas y series de televisión, con casi centenar y medio de títulos es tarea prácticamente imposible. Pero sí destacaremos algunos de los momentos más decisivos de su carrera, como el año 1962, cuando después de un par de breves intervenciones en pantalla y ya con una considerable carrera como actor de teatro a sus espaldas, Landa participa en el film que por lo general se suele citar como su debut cinematográfico oficial: nada menos que Atraco a las tres, dirigida por José María Forqué y merecidamente considerada como una de las cumbres de la comedia española. Como protagonistas, además de Landa, lo mejor del género patrio: los ya fallecidos José Luis López Vázquez, Cassen, Gracita Morales, Manuel Alexandre, Agustín González y Rafaela Aparicio.
El inolvidable reparto de Atraco a las tres
A partir de entonces, y durante varios años, Alfredo Landa participaría como actor de reparto en un gran número de filmes, algunos dirigidos por cineastas tan destacados como Luis G. Berlanga (El verdugo), José Luis Sáenz de Heredia (La verbena de la Paloma e Historias de la televisión), Juan de Orduña (Nobleza baturra) o el también actor Fernando Fernán Gómez (Ninette y un señor de Murcia). Repetiría con Forqué en Casi un caballero, y protagonizaría La niña de luto de Manuel Summers. Pero después de participar en un par de cintas dirigidas por Pedro Lazaga (una de ellas, la popular La ciudad no es para mí a mayor gloria de Paco Martínez Soria), Landa empezaría a intervenir en un gran número de comedias que, dada su popularidad (la de los filmes y la propia del actor) acabarían generando un subgénero que ha venido a llamarse "landismo", situando al intérprete en el breve número de artistas que, como Luis Buñuel, Federico Fellini o David Lynch, han acabado dando pie a un adjetivo o una etiqueta propios capaces de definir un film.
Un gran éxito de taquilla: No desearás al vecino del quinto
En 1970 Alfredo Landa estrena nada menos que cuatro títulos, lo que demuestra su capacidad de trabajo y el buen funcionamiento del cine español del momento, al menos como industria de éxito. Entre aquellas cuatro películas se cuentan dos de sus mayores éxitos, Cateto a babor y No desearás al vecino del quinto, esta última dirigida por Ramón Fernández y que muchos consideran el arranque del llamado landismo. Después vendrían cintas como Vente a Alemania, Pepe, No desearás a la mujer del vecino, Vente a ligar al Oeste, ¡No firmes más letras, cielo!, Genaro el de los 14, Fin de semana al desnudo o Los pecados de una chica casi decente.
El Landa más serio y respetado: como Germán Areta en El crack
En 1977, su carrera da un giro a partir de su colaboración con Juan Antonio Bardem en El puente. A partir de entonces, y aunque sigue participando en comedias decididamente menores pero muchas de éxito en taquilla, empieza a considerársele un actor dramático de gran talento. A ello ayudaría su vinculación a un cineasta como José Luis Garci, con el que rodaría por aquellos años Las verdes praderas y, muy especialmente, las dos entregas de El crack, uno de los puntos álgidos del cine negro patrio y donde Landa interpreta al investigador privado Germán Areta, uno de sus roles más recordados.
Rabal y él fueron premiados en Cannes por Los santos inocentes
A partir de entonces hubo otros grandes directores que contaron con Alfredo Landa, ya fuese indistintamente para la comedia o el drama. Es el caso de Mario Camus, que en su adaptación de la novela de Miguel Delibes Los santos inocentes le ofreció un papel que le valió el premio al Mejor Actor, compartido con su compañero de reparto Paco Rabal, en el Festival de Cannes. También Berlanga volvería a reclamarlo para el reparto coral de La vaquilla, mientras que Pedro Olea, el recientemente fallecido José Luis Borau y José Luis Cuerda hicieron lo propio en Bandera negra, Tata mía y El bosque animado, esta última uno de sus mejores trabajos y uno de sus papeles más queridos.
Fernando Rey y Landa, don Quijote y Sancho Panza en televisión
Los años 90 arrancaron con su participación en una exitosa serie de televisión, nada menos que la adaptación de El Quijote de Miguel de Cervantes escrita por Camilo José Cela y dirigida por Manuel Gutiérreza Aragón. En la serie, Fernando Rey y Landa encarnaron respectivamente a Alonso Quijano y Sancho Panza, en la que para muchos es la versión definitiva en carne y hueso de los inmortales personajes de Cervantes. Pero el éxito de esta producción para TV, medio para el volvería a trabajar en series como Lleno, por favor, Por fin solos o Los Serrano, no supuso que Landa abandonara el cine, ni mucho menos: repitió con Cuerda y Gutiérrez Aragón en La marrana y El rey del río, y reinició su colaboración con José Luis Garci, con el que acabaría manteniendo una agria polémica y el consiguiente distanciamiento, tras colaborar juntos en Canción de cuna, Historia de un beso, Tiovivo c. 1950 y Luz de domingo... esta última estrenada en 2007 y a la postre último título de su carrera tras decidir retirarse de la profesión que le acabó convirtiendo en uno de los rostros más populares de nuestro país. Precisamente aquel mismo año, la Academia le premió con un merecidísimo Goya de Honor por toda su carrera.
Con su Goya de Honor en la gala de los premios de 2007
Alfredo Landa Areta nació en 3 de marzo de 1933 en Pamplona, Navarra, y falleció en 9 de mayo de 2013 en Madrid. Tenía por tanto 80 años. Descanse en paz.
Descanse en paz este grande.
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