lunes, 12 de diciembre de 2011

Pagando por ello: Chester Brown se va de putas



Vaya por delante que Pagando por ello, lo último de Chester Brown publicado en España por La Cúpula, me parece uno de los mejores cómics del año. Lamentablemente, si un título como este llega a aparecer reseñado en medios generalistas (véanse, por ejemplo, La Vanguardia o El Cultural de El Mundo) no se debe a su calidad artística intrínseca (que la tiene, y mucha), sino a lo sorprendente y sobre todo susceptible de despertar polémica de su muy personal propuesta.




Y es que lo que nos ofrece Pagando por ello es, poco más o menos, lo que expresa de forma explícita su subtítulo: unas Memorias en cómic de un putero. Simple y llanamente: Chester Brown se erige en protagonista de las casi trescientas páginas que conforman esta novela gráfica, narrada sin concesiones (de hecho, cuando se queda sin nada que narrar deja de hacerlo, sin servidumbres a la composición clásica de la página de ocho viñetas)... pero centrándose casi exclusivamente, tras un primer capítulo en el que expone los hechos que le conducirán a convertirse en un putero, en su actividad como cliente de diversas prostitutas durante cuatro años, de 1999 a 2003.




Así, por las páginas de Pagando por ello se pasean Carla, Angelina, Anne, Susan, Jenna, Denise y otras muchas profesionales del sexo, de una forma reiterativa y aparentemente desapasionada que a más de un lector podría resultarle repetitiva, pero que lejos de ser un error narrativo viene a ser una decisión muy meditada por parte de Brown: por un lado, forma parte de su proceso de normalización de la prostitución el contar con todo lujo de detalles y con un acercamiento costumbrista que no pasa ni por la idealización ni por la demonización el trueque económico, un negocio al fin y al cabo, que supone la relación esporádica entre la prostituta y sus clientes. Por otro, es fiel testimonio de la experiencia vital del autor durante aquellos años, y el propósito de este está muy lejos de dulcificar lo narrado falseando los hechos.


Chester Brown, un autor a seguir


Y es que Pagando por ello es fiel reflejo de la realidad de Chester Brown: de ello dejan testimonio las notas finales, donde se puntúa lo que ha contado previamente a través de las viñetas, y en donde no falta el concurso de una de sus (ex)novias, Sook-Yin Lee, actriz canadiense de origen asiático a la que puede verse en los filmes de John Cameron Mitchell Hedwig and the Angry Inch y, ya como protagonista, Shortbus. También se dejan ver sus mejores amigos, los también autores de cómic Seth y Joe Matt. De hecho, si El playboy estaba dedicado al autor de La vida es buena si no te rindes -obra en la que también aparecen reflejados los tres-, en esta ocasión Brown dedica Pagando por ello al firmante de Pobre cabrón. De esta forma, los tres han creado una obra total a seis manos en la que sus caminos se entrecruzan constantemente.




Por supuesto, y sobre todo si también se ha leído El playboy, otra de sus magníficas obras, cualquiera podría pensar que Chester Brown está obsesionado con el sexo. Y a lo mejor tiene razón. O al menos, le da la suficiente importancia como para hacer de él el tema central de buena parte de su obra. De hecho, en la parte final de Pagando por ello Brown dedica casi treinta páginas de letra apretada a exponer su opinión, juiciosa y a la que aporta datos objetivos, acerca de la prostitución, su normalización, regulación o descriminalización, etcétera. Esto es: Pagando por ello se convierte así en algo más que una historieta autobiográfica; es un ensayo acerca de un tema concreto ante el que se posiciona de forma específica y combativa, y que busca con ello provocar la reflexión en sus lectores.


El siempre polémico Johnny Ryan ha parodiado Paying for It


Un último apunte: aunque finalmente lo aceptó, Chester Brown expone que en un principio no le pareció adecuado el título de Pagando por ello propuesto por sus editores, en la medida en que sugería una doble lectura de índole moralista que no se limitaba a entender la prostitución como una transacción monetaria, y que ello estaba muy lejos de sus intenciones como autor. Un servidor, de todas formas, no entendió el título de esa manera, pero si así lo hiciera cualquiera, la lectura de Pagando por ello echará por tierra cualquier interpretación en ese sentido, pues lo que hace de este cómic una de las grandes obras del presente año es que, al fin y al cabo, no solo habla de prostitución, sino que poniendo en tela de juicio sus virtudes y sus defectos, y extendiendo sus meditaciones al amor (en todas sus variantes: el romántico, el familiar, el fraternal, ...), el noviazgo, el matrimonio o incluso el mercado laboral, sobre todo reflexiona -y, lo que es más importante, hace reflexionar al lector-, acerca del que siempre ha sido su tema predilecto: las relaciones interpersonales. Lo dicho: uno de los tebeos del año, se esté a favor de la prostitución o todo lo contrario.


Título: Pagando por ello (Memorias en cómic de un putero)
Autor:
Chester Brown (guion y dibujo)
Editorial: La Cúpula
Fecha de edición: octubre de 2011
300 páginas (b/n) - 26 €

(+) Previously on Abandonad toda esperanza, otros cómics autobiográficos.

4 comentarios:

  1. Como absoluto creyente y practicante del mundo de la prostitución (que no de la explotación -otro de los mitos que Brown tira por los suelos-), alabo este cómic y los cojones que ha tenido Chester Brown. Grande.

    ResponderEliminar
  2. Me parece genial, porque el mundo de la prostitución es muy desconocido y existen muchísimos prejuicios hacia él.

    ResponderEliminar