Hacernos eco del reciente fallecimiento de Luis García Berlanga ha retrasado un par de días esta nota acerca de la triste desaparición de uno de los productores europeos más célebres de la historia, el italiano Dino de Laurentiis, que nos dejó el pasado jueves a la edad de 91 años después de tres apartado de la profesión.
Bautizado como Agostino de Laurentiis, este productor debutó en la década de los años 40 impulsando proyectos cinematográficos de realizadores compatriotas suyos como Riccardo Freda, Alberto Lattuada o Mario Camerini, si bien su primer éxito llegaría de la mano del cineasta Giuseppe de Santis y los actores Vittorio Gassman, Raf Vallone y Silvana Mangano: nos referimos, por supuesto, a la emblemática Arroz amargo, cinta estrenada en 1949. En ese mismo año, la actriz romana -que nos ha dejado fotogramas inolvidables en el citado film- y De Laurentiis contrajeron matrimonio, dando lugar una unión que duró cuatro décadas, hasta el fallecimiento de ella en 1989.
Dos años después repetiría con Lattuada y con su esposa en Ana -el film que se emitía por televisión en la cafetería de Caro Diario de Nanni Moretti, dando pie a un divertido momento musical-... aunque sus trabajos más celebrados por la crítica de todo el mundo vendrían firmados por grandes directores como Roberto Rossellini o Federico Fellini: para el primero produjo Europa'51, y con Fellini realizó las famosísimas La strada y Las noches de Cabiria. Cierra su trabajo en esta década otro film muy destacable: La gran guerra de Mario Monicelli.
Colaborador de otros realizadores italianos como Vittorio de Sica, Carlo Lizzani, Luigi Comencini, Dino Risi o Steno -por citar solo algunos-, y aunque ya había participado en la coproducción Mambo de Robert Rossen, en esa misma década De Laurentiis daría el salto al cine de Hollywood propiamente dicho con una superproducción inolvidable: Guerra y paz. Basada en la novela homónima de Tolstoi, el film fue dirigido por el gran King Vidor y contó con un reparto de estrellas encabezado por Henry Fonda, Audrey Hepburn y Mel Ferrer.
Trabajador incansable, su nombre aparecería en la gran pantalla durante los años siguientes presentando películas de grandes realizadores de la historia del cine tanto norteamericano como europeo, caso de Barrabás de Richard Fleischer, El tigre se perfuma con dinamita de Claude Chabrol, la superproducción La Biblia de John Huston o El extranjero de Luchino Visconti. Por otra parte, tampoco le hizo ascos al cine fantástico y de culto produciendo películas basadas en personajes de la cultura popular, caso de Diabolik de Mario Bava o Barbarella de Roger Vadim, así como el remake de King Kong y su secuela firmadas ambas por John Guillermin. Mientras tanto nunca dejó de trabajar con realizadores del otro lado del charco como Sidney Lumet (en la soberbia Serpico) o Robert Altman (en la desmitificadora Buffalo Bill).
Filmes firmados por grandes como Ingmar Bergman o Milos Forman contaron con su apoyo: es el caso de, respectivamente, El huevo de la serpiente y Ragtime. Pero como ejemplo de su versatilidad, siempre itinerante entre el cine de autor y el de género, el fantastique de los años 80 no sería lo mismo sin él: Flash Gordon de Mike Hodges, Dune de David Lynch (donde participó su esposa Silvana Mangano en el que sería su penúltimo trabajo para la gran pantalla) o proyectos relacionados con el escritor de best sellers de terror Stephen King -Los ojos del gato, Miedo azul, La rebelión de las máquinas (Maximum Overdrive)- son algunos de los proyectos que sacó adelante.
William Friedkin (El mayor robo del siglo), Michael Cimino (Manhattan Sur y 37 horas desesperadas), Sam Raimi (El ejército de las tinieblas), Richard Donner (Asesinos), John Dahl (Escondido en la memoria) o Jonathan Mostow (Breakdown y U-571) son varios de los cineastas cuya presencia brilla en la filmografía de De Laurentiis, en la cual también se cuentan todas las películas relacionadas con el Hannibal Lecter creado por el novelista Thomas Harris previas y posteriores a El silencio de los corderos: Hunter, Hannibal, El dragón rojo y Hannibal (El origen del mal), en las que colaboró con directores de la talla de Michael Mann o Ridley Scott. También del año 2007, fecha de esta última, son sus últimos filmes: La última legión y Aprendiz de caballero.
Si tenemos en cuenta películas en las que colaboró pero donde no aparece acreditado oficialmente -caso de El justiciero de la ciudad con Charles Bronson, Los tres días del cóndor de Sydney Pollack, la exitosa Conan, el bárbaro o La zona muerta -también según King, y firmada por el siempre interesante David Cronenberg-, estaríamos ante una filmografía con 166 títulos registrados, nada más y nada menos, y que deja testimonio de la pasión con la que De Laurentiis encaró durante toda su vida su vinculación profesional con el séptimo arte; una labor que hoy día continúa su hija y colaboradora Raffaella de Laurentiis, fruto de su unión con Silvana Mangano, y cuyo nombre aparece vinculado a algunos filmes producidos por su ya mítico progenitor.
Dino de Laurentiis nació en 8 de agosto de 1919 en Torre Annunziata, Campania (Italia), y murió en 11 de noviembre de 2010 en Los Ángeles, California. Tenía por tanto 91 años. Descanse en paz.
Uno de los grandes! En el Quesito le hemos dedicado un pequeño homenaje...
ResponderEliminarhttp://quesitorosa.blogspot.com/2010/11/2-quesito-news.html
Ver aquel mítico "Dino de Laurentis presenta..." era sinónimo de pasar un buen rato. En Conan de hecho si metió bastante mano, y en los extras del DVD podemos verle contando como compró y luchó por el guión de Oliver Stone y John Millius para la peli. ¿Y que decir de la descacharrante Flash Gordon?
ResponderEliminarDesde luego no se pueden entender los 80 sin su presencia.
D.E.P.