lunes, 2 de agosto de 2010
Mentirosos compulsivos
Resulta curioso como, en un margen de tiempo muy breve, han sido publicados en España varios cómics que, de una manera u otra, reflejan la capacidad que tiene el ser humano para mentir y, por extensión, para fabular y para crear ficciones que intenta hacer pasar por verdad o, al menos, por una mentira verosímil. Sin ir más lejos hace algunas semanas nos hacíamos eco de la publicación del magnífico Los impostores de Christian Cailleaux, y hoy comentaremos algunos títulos -digámoslo ya: los tres son espléndidos- que insisten en este argumento.
Empecemos por dos títulos recientemente editados por La Cúpula, uno de ellos firmado por un autor desde siempre vinculado a esta editorial: Peter Bagge. No obstante, hay que destacar que Other Lives es un título concebido por el creador de Odio para ser publicado por DC Comics dentro de su línea adulta Vertigo. Así pues, al parecer Planeta lo ha dejado pasar -como los dos primeros títulos de Vertigo Noir, Asquerosamente rica y Bronx Kill, que en nuestro país han visto la luz de mano de Panini- y ha ido a recaer en su casa española de toda la vida, y como siempre con la autorizada traducción del escritor y guionista de cómics Hernán Migoya (Olimpita).
Después de pasar por Dark Horse con el anterior Apocalipsis friki, Bagge llega a Vertigo con su personalidad y estilo intactos: lejos de tener que acomodarse a cualquier paradigma temático o formal -que no sería de extrañar fuese impuesto por el éxito de cabeceras como The Sandman o Fábulas-, Bagge sigue fiel a su obra anterior y nos ofrece el retrato de cuatro personajes que comparten protagonismo coral y que, como destaca la reseña de Booklist, podrían ser la versión más adulta de los postadolescentes de Odio: Vader Ryderbeck es un periodista que se encuentra preparando un reportaje sobre cómo la gente falsea su verdadera identidad en Internet, mientras se menosprecia a sí mismo continuamente para disgusto de su novia Ivy, cuya mayor ilusión es casarse con él; por otro lado tenemos a Woodrow, un amigo de la Universidad del primero, así como Otis, un conocido de ambos que afirma ser un agente federal secreto que trabaja en operaciones encubiertas...
Conforme avanza la lectura de Other Lives, el lector irá descubriendo la retahíla de mentiras en las que, de una forma u otra, se han ido enmarañando los personajes principales del relato: en realidad, Vader se llama Vlad y varios de los reportajes que firmó con su nombre son punto por punto plagios de otros autores; por su parte, y aunque lo oculta al resto del mundo, Woodrow está separado de su mujer y vive entre hotel y hotel cuando no en el interior de su propio coche, agobiado por sus deudas de juego; y Otis se llama verdaderamente Javier Ortiz, siendo este seudónimo uno solo de sus muchos engaños...
Bagge subraya la tesis de la obra introduciendo en la narración el universo de Second World, un mundo virtual al estilo de Second Life al que Woodrow arrastrará a la novia de Vlad mostrándole sus muchas posibilidades... incluidas las que atañen a las relaciones íntimas y a la propia identidad sexual. Pronto empezará a plantearse la dicotomía entre ambos mundos, el digital y el tangible, y en ocasiones será difícil establecer la frontera entre donde acaba la permisividad de uno o empieza la del otro...
Pero que estemos ante una obra de tesis no supone, claro está, que su lectura no resulte entretenida: como siempre ocurre con Bagge desde que nos presentara al simpar Buddy Bradley, los títulos que jalonan su producción se caracterizan por ser tan pesimistas como divertidos, tan crueles como regocijantes, y este Other Lives no es una excepción. Incluso después de un epílogo tan poderoso como el de este relato, Bagge vuelve a conseguir que el lector, a fuerza de identificarse con según qué rasgos de los personajes, acabe empatizando con ellos y sintiendo algo muy parecido a la simpatía.
Así pues, Other Lives (un único reproche a la edición patria: ¿por qué no titularlo "Otras vidas"?) se nos antoja una obra estupenda que demuestra la sana apertura de miras de la línea Vertigo, como ya demostró antes la inclusión en su catálogo de títulos menos fantásticos de lo habitual y en cambio más costumbristas como El derrotista del malogrado Harvey Pekar o El alcohólico de Jonathan Ames. Además, se trata de un cómic que deberían leer no solo los fanáticos de Peter Bagge, que merecidamente son legión, sino todo aquel que sepa valorar una obra que es fiel reflejo de su tiempo.
Aparentemente, solo aparentemente, se presenta menos sujeta al momento de su creación por lo que tiene de relato fabuloso el otro título a destacar editado por La Cúpula: Templanza (El poder del miedo), segunda novela gráfica de la autora Cathy Malkasian después de su muy aplaudido debut Percy Gloom.
En Templanza, edición traducida por Rubén Lardín a partir del original Temperance de Fantagraphic Books, la autora nos presenta un universo que no es el nuestro pero que se mueve por los mismos intereses e inquietudes: un mundo fuera de las coordenadas espaciales y temporales que conocemos, pero donde se encuentran una serie de personajes tan grandiosos y a la vez tan miserables como las personas que nos rodean.
Como en el film griego Kynodontas (Canino), de estreno todavía reciente, aquí la figura del padre aparece retratada como un individuo protector en demasía, tanto que se convierte casi sin quererlo en represor; así pues, un ideal en principio encomiable se transforma por su uso indebido o desproporcionado en un error de proporciones épicas. Un buen ejemplo lo encontramos en Templanza: con el fin de proteger a su hija, y por extensión a toda una sociedad de la que se ha hecho cargo, el padre de Templanza construye un barco de piedra y madera al que llama Blessedbowl (Bienaventurado), y que mantiene a su pueblo protegido de una supuesta amenaza exterior que nunca llega a plantearse realmente.
Cuando este padre falta, es su hija Minerva la encargada de, nunca mejor dicho, mantener a flote la mentira de su brutal progenitor, y su esposo Lester, a la sazón tullido por acción del anterior, es una víctima más de la impostura, convertido a su pesar en héroe amnésico que no recuerda sus presuntas victorias contra el enemigo exterior... mientras observa aterrado al francotirador nocturno (en realidad, la luna) y lucha contra los espías (inocentes pájaros) que amenazan el estado de bienestar de su pueblo.
Como ya podrá imaginar el lector, Templanza -que presenta ecos del Pinocho de Collodi, y por extensión del Pinocchio de Winhluss-, es un relato complejo... aunque no complicado, pues se trata de una narración lineal cuya progresión argumental se sigue sin dificultad. Pero su complejidad radica en las múltiples interpretaciones y posibilidades que pueden extraerse de su lectura, más aún si tenemos en cuenta que Cathy Malkasian recurre a elementos fantásticos como el de dotar de conciencia a un árbol, que este conservará después de convertirse en pata de palo -para subsanar la cojera de Lester-, y posteriormente en un muñeco de madera que Minerva bautizará como Templanza.
De esta forma, este pedazo de madera con vida propia se convierte en testigo mudo de los hechos que le rodean, y que configuran un relato bellísimo pero con una conclusión estremecedora: la necesidad de un enemigo externo, el Otro, que experimenta el ser humano para definirse y sentirse a gusto consigo mismo. Esta lectura, y la magnífica ejecución gráfica de su autora, en un sugerente blanco y negro sombreado a lápiz, convierten a Templanza (El poder del miedo) en una joya del cómic norteamericano actual.
Finalmente, y volviendo a la línea Vertigo, no queremos dejar pasar el inicio de la publicación en español de una de las cabeceras más laureadas del sello en los últimos meses: The Unwritten, serie escrita por Mike Carey que desembarca en nuestro país con un primer arco argumental dibujado por Peter Gross. Este, "Tommy Taylor y la identidad falsa", cubre los primeros cinco números de la serie original, y como ya es costumbre por estos lares llega a nuestras manos en un volumen unitario de mano de Planeta de Agostini Comics. No obstante, hay que destacar que el quinto y último número de la presente entrega podría leerse de forma aislada, casi como un fill in de relleno... si bien sospechamos que conforme avance la serie su historia se verá perfectamente integrada en el argumento principal de la obra. De cualquier manera, y vaya por delante, este relato titulado "De cómo las ballenas llegaron a ser ballenas" y que está protagonizado por el escritor Rudyard Kipling (El libro de la selva), es de lo mejorcito que hemos leído en mucho tiempo: una magnífica reflexión conspiratoria, en la línea de Los Invisibles de Grant Morrison, acerca del poder de la escritura de ficción, con la presencia de Mark Twain y Oscar Wilde; tema este, a la postre, capital de The Unwritten.
Pero centrémonos ya en la línea argumental de la colección: su protagonista es Tom Taylor, hijo del afamado escritor de fantasía Wilson Taylor, a la sazón creador de un niño hechicero sosias del Harry Potter de J. K. Rowling al que bautizó con el nombre de su hijo. En el momento de arrancar la acción, Wilson Taylor ha desaparecido y algunos lo dan por muerto; mientras tanto su hijo Tom, que ha empezado varias carreras artísticas sin llegar a tener éxito en ninguna, se aprovecha del éxito de los trece libros de la saga de Tommy Taylor cobrando por asistir a convenciones temáticas en las que dedica libros de su padre y presenta avances de las distintas adaptaciones al cine de las novelas.
En una de estas presentaciones, una chica de entre el público pone en entredicho su identidad, llegando a afirmar que en realidad se llama Thomas Drasic y no es hijo del escritor sino de un matrimonio de refugiados bosnios. A partir de ahí la vida de Tom se convierte en una pesadilla, y mientras el mundo deja de creer en él se dedicará a investigar su propio pasado para descubrir si hay algo de verdad en esas acusaciones.
Así pues, en los primeros cuatro números los autores urden el mapa geográfico y temático por el que se moverá el protagonista. No es gratuito el recurso del mapa como concepto, pues una de las (pocas) enseñanzas que le dejó a Tom su padre es la importancia de los lugares donde se desarrolla la acción de varias de las obras maestras de la literatura universal: así, referentes como Conan Doyle y su Sherlock Holmes, Charles Dickens o George Orwell y 1984 son habituales en el desarrollo de la trama, mientras que la joven que acusa a Tom de farsante toma como nombre el de la protagonista de Nuestro amigo común del citado Dickens.
Así pues, estamos ante una de las series más literarias -dicho esto en el mejor de los sentidos posibles- del panorama comiquero actual; no en vano, como adelantábamos antes, el tema principal de The Unwritten es el poder que tiene la creación literaria, en definitiva, la capacidad de fabular. Llegado este momento hay que destacar el nombre de su guionista, Mike Carey, por lo general toda una garantía de calidad. Carey, que debutó él mismo en la novelística con El diablo que ya conoces, es un veterano guionista de historietas que ha trabajado tanto en Marvel como en DC: mientras en la primera se ha centrado sobre todo en la franquicia mutante, en la segunda su nombre se asocia principalmente a la línea Vertigo, para la que realizó Faker, se ocupó de una larga etapa en Hellblazer y en donde escribió varios spin offs de The Sandman... entre ellos el título que más fama le ha dado hasta la fecha: Lucifer.
Esto podría cambiar con The Unwritten, serie que ha recibido (merecidamente) los parabienes de la crítica especializada y de sus propios colegas, como Brian K. Vaughan (Y, el último hombre), Ed Brubaker (The Authority), el también novelista de ciencia ficción Richard K. Morgan (Viuda Negra) o Bill Willingham (Fábulas), este último autor del prólogo del presente volumen, y en donde afirma que esta nueva serie podría ser la obra maestra de Carey.
En ello colabora Peter Gross, dibujante de trazo lineal y magnífico narrador gráfico, que figura como co-creador de la cabecera al mismo nivel que su compañero. Gross, que dibujó El Elegido de Mark Millar (Wanted) y que ya colaboró con Carey en Lucifer, está apoyado aquí por los colores limpios y planos de Chris Chuckry y Jeanne McGee; en su trabajo conjunto todos ellos han sabido materializar el ambicioso mundo literario concebido por el guionista, que se mueve entre la fantasía de los relatos protagonizados por el joven Tommy Taylor (en un principio la obra iba a arrancar con texto en prosa, pero finalmente los autores decidieron ilustrarlo como cómic con textos de apoyo) y el mundo real y verosímil de Tom Taylor, el cual se mueve entre las aglomeraciones de público en una convención y una reunión de literatos en Villa Diodati, lugar de atmósfera gótica donde Wilson Taylor concibió a su personaje más popular mucho después de que John Milton o Mary Shelley gestaran allí sus respectivas obras maestras.
En definitiva, estamos ante una serie con un arranque de lo más prometedor, con varias líneas argumentales que se intuye diáfanamente acabarán confluyendo en una sola, generando un suspense in crescendo que nos recuerda a otra cabecera reciente de Vertigo: la nueva House of Mystery... Con la diferencia, a decir de los lectores norteamericanos que llevan más avanzada su lectura, de que esta parece haber ido perdiendo paulatinamente parte de su interés mientras que, por el contrario, el de The Unwritten no solo no ha descendido, sino que se ha incrementado con el paso del tiempo. La espera para el segundo volumen español será, pues, larga.
Título: Other Lives
Autor: Peter Bagge (guión y dibujo)
Editorial: La Cúpula
Fecha de edición: junio de 2010
144 páginas (b/n) - 18 €
Título: Templanza (El poder del miedo)
Autor: Cathy Malkasian (guión y dibujo)
Editorial: La Cúpula
Fecha de edición: junio de 2010
272 páginas (b/n) - 24 €
Título: The Unwritten (Vol. 1: "Tommy Taylor y la identidad falsa")
Autores: Mike Carey (guión) / Peter Gross (dibujo)
Editorial: Planeta de Agostini Comics
Fecha de edición: junio de 2010
144 páginas (color) - 14,95 €
(+) Las webs de los autores:
- Peter Bagge
- Cathy Malkasian
- Mike Carey & Peter Gross
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