miércoles, 16 de septiembre de 2009

Almas de metal



Estamos ante dos obras protagonizadas por almas de metal, parafraseando el título español de Westworld, el largometraje dirigido por el malogrado escritor de ciencia ficción Michael Crichton. Ambos títulos tienen también en común el hecho de ser obras completas, recopilatorios de material publicado previamente por entregas, así como de ser el fruto de sendos autores que toman las riendas de ambas series encargándose tanto del guión como del dibujo. Y poco más, pues sus pretensiones son muy distintas.



Empecemos con el producto autóctono: Huesos y tornillos, de Man, se publicó de forma serializada en Kiss Comix, y ahora la editorial responsable de este magazine, La Cúpula, publica como suele ser su costumbre el tomo recopilatorio.

Leer las dieciséis entregas de Huesos y tornillos de una tacada permite apreciar diáfanamente que estamos ante una obra que, aunque en su arranque parecía tener voluntad de constituirse como una antología de relatos independientes entre sí cuyo único nexo en común era estar ambientadas en el mismo universo de dos mil años en el futuro, con el paso del tiempo empezó a adquirir un carácter serializado, formando un único relato constituido por capítulos con un orden preestablecido y concreto.



Por supuesto -estamos hablando de Man y de Kiss Comix-, Huesos y tornillos es un cómic erótico, donde el sexo es absolutamente explícito, y la provocación es el principal interés. Esto no quita que, como algunos auteurs del cine pornográfico, para que Man no se conforme con excitar al respetable y quiera darle algo más: en esta ocasión, un relato de ciencia ficción bastante plausible más allá de los lógicos excesos en el que se nos presenta un mundo deshumanizado que ha dado un giro de ciento ochenta grados, y donde las máquinas creadas por el hombre para su uso y disfrute controlan el planeta y son capaces de cultivar artificialmente vida humana para el consumo (sexual) de los seres artificiales más pudentes.



Durante el desarrollo del relato, Man se encarga de salpicar el mismo con su característico sentido del humor, y no faltan ni siquiera apuntes metanarrativos en los que podemos ver al propio autor preocupado por los plazos de entrega del material a la editorial. Y conforme avanza el relato, la aventura -bastante desquiciada, el propio Man dixit- adquiere poco a poco un ritmo enloquecido donde no faltan una plaga mortal -el "síndrome sexual"-, vampiros libidinosos y hasta sexo en el convento que haría las delicias de Walerian Borowczyk.

En fin... que aunque del mismo Man nos gustó bastante más Universitarias, esta Huesos y tornillos bien merece un vistazo... o dos.



Bien distinta de la obra de Man es Metal Men, la miniserie de ocho números de DC Comics que ha llamado recientemente la atención sobre su autor: Duncan Rouleau. Publicada este verano por Planeta en un solo volumen, esta obra parte -al parecer- de ideas planteadas por Grant Morrison y de títulos como 52 o Superman/Batman, donde el grupo de criaturas metálicas -Oro, Mercurio, Platino, Estaño, Hierro, Plomo y Cobre- había reaparecido con fuerza en los últimos tiempos.



Esto no resulta nada extraño si tenemos en cuenta la relevancia que el guionista escocés ha adquirido en estos últimos años dentro de DC Comics: el otrora revolucionario guionista en títulos del Universo DC como Animal Man o Doom Patrol, después de encargarse de la JLA, puso patas arriba dicho universo con unas nuevas "crisis en tierras infinitas". Además, dada su fama no resulta extraño que se use su nombre a modo de reclamo.



Tengo que confesar que no sabía nada de este Duncan Rouleau, e investigando descubro que su carrera profesional empezó dirigida a la interpretación (aparece brevemente en dos películas, la estupenda Un paso en falso de Carl Franklin y la muy discreta Sandman que nada tiene que ver con la obra de Gaiman) para luego encaminar sus pasos a la animación, siendo uno de los máximos responsables de la exitosa serie Ben 10.



Con esta Metal Men, Rouleau debuta como autor completo recuperando a la pandilla de seres artificiales creada por el profesor Will Magnus, uno de los personajes secundarios clásicos del Universo DC. Precisamente al centrar su atención en la figura del creador, Metal Men se lee con bastante agrado. Y esto es así porque, también tengo que confesarlo, los Hombres de Metal de DC nunca fueron precisamente santos de mi devoción, y el humor que salpicaba sus diálogos siempre me pareció bastante burdo e infantil.



No ocurre así con la figura de Will Magnus, que más allá de ser partícipe de varios tópicos -es el científico apocado capaz de crear artefactos asombrosos pero no de mantener una relación sentimental o de pedirle la mano a su entregada novia Helen-, consigue ganarse las simpatías del lector.



Solo por eso -¡y por volver a ver a L-Ron! ¿Recuerdan la JLA de Giffen, DeMatteis y Maguire?- ya merece la pena leerse esta Metal Men: un relato clásico con sus villanos de una pieza surgidos del pasado -el mentor Tom O. Morrow o David Magnus, hermano del propio Will-, que se consume con agrado más allá de, repito, el cansino humor de sus protagonistas artificiales o incluso de cierta confusión narrativa... a medias culpa del inexperto Rouleau y a medias de este lector que anda un poco perdido dentro de los límites del nuevo Universo DC de, sí, uno de sus guionistas favoritos cuando se encarga de asuntos más personales: Grant Morrison.


Título: Huesos y tornillos
Autor: Man
(guión y dibujo)
Editorial: La Cúpula
Fecha de edición: septiembre de 2009
108 pp. (b/n) - 12 €


Título: Metal Men
Autor: Duncan Rouleau (guión y dibujo)
Editorial: Planeta de Agostini Cómics
Fecha de edición: julio de 2009
200 pp. (color) - 15,95 €



(+) Metal Men: prólogo de Dr. Christopher Webster (Web Planeta de Agostini Cómics)

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