sábado, 8 de marzo de 2008
Súper Puta: Un gran poder conlleva una gran irresponsabilidad
Manel Fontdevila no es solo el creador de la célebre La Parejita formada por Emilia y Mauricio y cuya vida en común podemos seguir en las páginas de El Jueves; tampoco el co autor de la célebre ¡Para ti, que eres joven! junto a Albert Monteys en las páginas del mismo magazine satírico; y, ni mucho menos, se queda en el autor intelectual de la polémica portada del número de la revista secuestrado que mostraba al Príncipe de Asturias y a su esposa en actitud poco decorosa. Este autor, nacido en Manresa en 1965, es un creador polifacético en constante búsqueda de sus posibilidades expresivas a través del guión, el dibujo o la autoría completa, y responsable de obras tan variopintas como Mantecatos o Rosenda y otros momentos pop.
A estas obras, las más personales de su autor hasta el momento, se ha sumado recientemente Súper Puta, de nuevo de la mano de Glénat: una novela gráfica inclasificable que no se parece a nada ni a nadie, una lectura muy exigente, casi imposible, provocadora ya desde el título... pese a que, a la postre, es lo menos provocativo del conjunto, dado el contenido del álbum.
Súper Puta nace como una obra que, según lo manifestado por Fontdevila en una entrevista publicada en el primer número de El Manglar, podría no haber visto nunca la luz: obra a todas luces experimental, nace a partir de un intercambio de correos electrónicos por parte del autor y de otros colegas y amigos, a los que agradece al final del cómic su intervención en la gestación del mismo: Manuel Bartual, Santiago García, Javier Olivares, Pepo Pérez y Bernardo Vergara. Al mismo tiempo, surge como una íntima liberación por parte de Fontdevila en los tiempos en los que se dedicaba a narrar el embarazo de sus personajes más célebres, en las páginas de El Jueves, en tiempo real: nueve meses durante los que se gestó, además del hijo de Mauricio y Emilia, esta particular superheroína de apariencia sexy y piel de color amarillo, que finalmente ha visto la luz gracias al interés del editor Félix Sabaté.
Intentar darle un sentido a lo que cuenta Súper Puta es tarea probablemente infructuosa: lo que podría haber sido una parodia, más o menos inteligente, más o menos burda, del género superheroico, deviene en una plasmación de ideas y reflexiones a modo de escritura automática, que toman forma de páginas de gran atractivo visual, y que atrapan la atención del lector por más que este, desde luego en una primera lectura, no entienda ni por un momento no ya qué le están contando, sino si le están contando realmente algo en el sentido más habitual, el argumental, del término contar.
Lo que sí podemos entresacar de las páginas de Súper Puta es una relectura del dogma "Un gran poder conlleva una gran responsabilidad" creado por Stan Lee para las páginas de su Spiderman en colaboración con Steve Ditko: la protagonista del tebeo de Fontdevila, llamada antes Marcia y Pantera, ahora solo Súper Puta, decide aceptarse a sí misma como una persona cuyos poderes no la han de llevar necesariamente a dedicarse a salvar el mundo, y prefiere conducir sus actos movida simple y llanamente por el deseo, por aquello que anhela sentir o poseer, y no por una supuesta responsabilidad intrínseca a su condición superheroica. Por ello, Nicomedes Gómez, presencia mediática considerado por todos, incluido él mismo, como una buena persona, se convierte así en su némesis, en el supervillano de la historia, un villano tan particular e inclasificable como toda la historieta en sí.
"La literatura es una puerta en la que cada cual ajusta la cerradura a placer" es una de las muchas reflexiones que salpican las páginas de Súper Puta; y, efectivamente, Fontdevila hace práctica de esta tesis y convierte su última obra en uno de los pocos cómics verdaderamente de vanguardia del panorama editorial contemporáneo (español o extranjero); una obra surrealista, casi dadaísta, que sumerge al lector en un torbellino de emociones enfrentadas, que van desde la más rendida fascinación a una emocionante irritación.
Ya solo por eso valdría la pena dedicarle la atención que merece, pero si a esto añadimos el atractivo acabado formal de la obra (les reto a que abran el álbum por cualquier página e intenten quedarse tan solo con esa sin seguir hojeando el mismo), Súper Puta se consolida como una obra muy a tener en cuenta.
En cuanto a entender el argumento... habrá que dedicarle alguna relectura más (el autor asegura que hay una historia detrás del galimatías que parece ser su obra), o bien esperar cien años más hasta que Súper Puta sea un clásico del tebeo español y se edite con prólogo, apéndice y aparato crítico con notas a pie de página.
Título: Súper Puta
Autor: Manel Fontdevila (guión y dibujo)
Editorial: Glénat
Fecha de edición: diciembre de 2007
120 páginas (color) - 20 €
(+) Entrevista con Manel Fontdevila, por Hernán Migoya, para web de Glénat:
- Primera parte
- Segunda parte
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