Ya nos hemos preguntado alguna vez qué lleva a algunos cineastas (por llamarlos de alguna manera) a querer contar lo mismo una y otra vez, sin variación alguna, hasta la extenuación. Y la respuesta es que mientras siga habiendo idiotas como un servidor que paguen por ello, seguirán rodándose estos productos miméticos que nada aportan más allá de toneladas de tedio y sopor.
Return to House on Haunted Hill es uno de estos productos. Como los visitantes de este su blog suelen ser gente despierta, habrán intuido ya que se trata de la tardía secuela de House on Haunted Hill, la película de William Malone de 1999 que a su vez era un remake de la cinta homónima de 1959 dirigida por William Castle y protagonizada por Vincent Price.
Téngase en cuenta que el film de Castle ya era, en su día, una variación de historias contadas mil veces (bueno, por aquel entonces, igual solo un par de cientos), que aunaba una trama criminal con la aparición de presencias fantasmagóricas. Esto es algo que se mantuvo en la nueva versión de Malone, cuya única razón de ser era actualizar la versión clásica al gusto de nuevos públicos reacios a rescatar producciones antiguas en blanco y negro.
Pero si el film de Malone tenía cierto empaque, gracias a las divertidísimas composiciones del matrimonio compuesto por Geoffrey Rush (que homenajea con tanto respeto como sorna al mítico Vincent Price con su expresión facial y gesticulaciones varias) y Famke Janssen (esta, en la piel de una zorra malnacida divertidamente perversa), esta Return to House on Haunted Hill carece de todo interés, de principio a fin.
La película enlaza directamente con la anterior, pues la protagonista del film es la hermana de Sara Wolfe, superviviente de la cinta precedente (y a la que dio vida en aquella ocasión Ali Larter, hoy conocida como la Nikki Sanders de la serie Héroes). En su intento por comprender qué la ha llevado al suicidio (yo también me suicidaría si me viera implicado en semejante engendro fílmico), accederá a entrar en la Casa de la Colina, el antiguo psiquiátrico regentado por el doctor Vannacutt (al que vuelve a dar vida Jeffrey Combs, el mítico Herbert West de la saga Re-Animator, aquí con el piloto automático como presencia fantasmal sin diálogo alguno y muy contadas apariciones).
El asunto se complica cuando entran en escena dos bandos enfrentados de arqueólogos o historiadores o instaladores de mamparas de baño (no lo tengo muy claro) que van en busca de una figura antiquísima de poderes místicos que se ha convertido en el Corazón del Mal (o algo así).
No nos extenderemos más, porque no hay más cera que la que arde: una protagonista sexy (Amanda Righetti, proveniente de la pequeña pantalla: The O.C., North Shore, Reunion), otra menos guapa pero más buenorra (Cerina Vincent, vista en No es otra estúpida película americana, Cabin Fever y el corto de David Lynch Darkened Room)... y un director español, Víctor García, que después de dirigir el cortometraje El ciclo salta al largo con este lamentable resultado: un film estrenado directamente en el mercado doméstico y que aburre hasta a las plantas, tan acostumbradas ellas a tomarse la fotosíntesis con calma.
Por lo demás, diálogos estúpidos, personajes de una pieza, algo de gore gratuito, y un montón de presencias fantasmales (algunas verdaderamente sexys, para qué nos vamos a engañar) interpretadas por actores de diversos países del este, no sé si por abaratar costes o porque la única justificación de esta Return to House on Haunted Hill es encubrir un negocio de trata de blancas o de prostitución de sin papeles. Sí, vale, es ilegal, pero por lo menos la película tendría una razón de ser.
¿Lo mejor del film? Es muy fácil: que apenas dura hora y cuarto, y por tanto el suplicio no se extiende demasiado. Ah, por si acaso ignoran mis advertencias y acaban viendo la película, sepan que si se esperan al fin de los créditos tendrán una escena extra. Aunque si no se acuerdan y se la pierden, pues tampoco pasa nada. Como si no se acuerdan de la existencia del film al completo.
Me he reído mucho con el post caballero, un abrazo.
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