lunes, 26 de marzo de 2007

Tres destellos blancos: El aroma de la aventura

En el año de 1911, un joven ingeniero venido de París llega a una villa bretona olvidada de la mano de Dios con la misión de construir un faro en el mar. Lo que no sabe es que, por un lado, no contará con el apoyo de los habitantes de la zona, la mayoría de ellos pescadores; y, por otro, que a la naturaleza no le importa que el ingeniero tenga que cumplir con un contrato marcado por objetivos y plazos...



Con Tres destellos blancos, obra premiada con el René Goscinny al mejor debut en 2004 y que tres años después edita en España Ponent Mon, Bruno Le Floc’h pretende (y en algunos momentos incluso consigue) rescatar para el cómic el aroma de la mejor literatura y el mejor cine de aventuras, de los libros de Robert Louis Stevenson o Jules Verne a películas como Capitanes intrépidos de Victor Fleming o Los contrabandistas de Moonfleet de Fritz Lang.



No es la primera vez, ni mucho menos, que se intenta semejante cosa: la sombra de Corto Maltés es alargada, y enseguida se ha mencionado el nombre de Hugo Pratt como una de las referencias inexcusables de Le Floc’h. En este caso la influencia se aprecia tanto en el argumento como en el apartado de la ilustración, donde Le Floc’h hace uso de la línea clara representativa de Pratt.



En esta obra, su autor hace uso del recurso epistolar, y el ingeniero protagonista (que carece de nombre, subrayando su característica de extranjero, de extraño, respecto de los habitantes del marco geográfico donde se desarrolla la trama) va contándonos su historia a través de las cartas que escribe a Charles, al parecer su mejor amigo. Este recurso también nos recuerda al Drácula de Bram Stoker, que por más que se trate de una novela fantástica también presentaba escenas de lucha contra el mar en ese Demeter donde viajaba oculto el centenario vampiro.



Aunque Tres destellos blancos (título que hace referencia a la señal del faro que se construye en sus páginas) no aporte nada nuevo ni al género ni mucho menos al noveno arte, resulta a la postre una lectura gratificante. A ello contribuye el arte gráfico de Le Floc’h, que se pone al servicio de la historia de forma adecuada, y donde destacan sobre todo algunas bellísimas splash pages que muestran el arrebato desatado de la alta mar, el otro gran protagonista indiscutible de la obra.



Ahora solo resta esperar que Ponent Mon se decida a publicar Une après-midi d'été, continuación de este Tres destellos blancos, que en Francia ha recibido incluso mejores críticas que su predecesora.


Título: Tres destellos blancos
Autor: Bruno Le Floc’h (guión y dibujo)
Editorial: Ponent Mon
Fecha de edición: marzo de 2007
96 páginas (color) - 19 €


[Fotografía: Faro de Ar-Men © Jean Guichard.]

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