Que Alan Moore es el guionista de cómics más importante del medio en los últimos veinte años, al menos en lo que al cómic anglosajón se refiere, es algo que no se le escapará a nadie. Obras como Watchmen, V de Vendetta, Swamp Thing o From Hell lo avalan sobradamente. De la misma forma, esperar que su obra deba ofrecer siempre tan alto nivel de autoexigencia resulta bastante ingenuo, y es que hasta los genios pueden concebir obras menores pero no por ello desdeñables.
Tom Strong es un buen ejemplo. Primer título de la línea America’s Best Comics creada por el propio Moore, y donde destacan otros títulos escritos por él mismo como Promethea o Top Ten, en sus páginas recoge la tradición de las historietas pulp de los años 30 y 40, dando como resultado un magnífico tebeo de aventuras y fantasía... pero siempre con el sello autoparódico y metarreferencial del genio de Southampton.
Así pues, en las primeras páginas de Tom Strong descubrimos el origen secreto del personaje protagonista, pero a través de las páginas de un tebeo que lee ávidamente uno de sus más rendidos fans, el pequeño Timmy Turbo. Pronto seremos testigos de una maravillosa sublimación de la ficción, con Timmy disfrutando de las aventuras de su admirado héroe en las páginas del comic book, mientras el auténtico Tom Strong salva al mundo una vez más delante de sus ojos sin que se percate de ello.
Moore recupera elementos típicos de las historietas pulp y de aventuras, como los viajes en el tiempo, el enfrentamiento con civilizaciones alienígenas (aquí... ¡el imperio azteca de un universo paralelo!) o los últimos vestigios del nazismo, sin olvidar la imprescindible figura del archienemigo que parece no morir nunca, aquí encarnada en el pérfido Paul Saveen. Tampoco faltan los compañeros del héroe, que aquí conforman su esposa Dhalua, su hija Tesla, el robot Pneuman y el gorila parlanchín King Solomon. Y con estos mimbres, Moore nos regala un universo que, por una parte, se caracteriza por su ingenuidad, como toda ficción pulp, pero que a la vez es contemplada por su autor con ironía y a sabiendas de que va a darle otra vuelta de tuerca: parodia y homenaje, crítica y sublimación, se dan la mano en las páginas de Tom Strong.
En cuanto al trabajo gráfico, destacar el trazo limpio y claro de Chris Sprouse, co creador del personaje, que aquí se ve acompañado por un plantel de dibujantes invitados de lujo en puntuales flashbacks de la narración: Arthur Adams, Jerry Ordway, Dave Gibbons y Gary Frank. Sí, aquí tenemos la oportunidad de ver juntos a Moore y Gibbons, aunque sólo sea durante unas páginas, muchos años después de su colaboración en el fundamental Watchmen.
Los que conozcan los seriales televisivos o para la gran pantalla, o incluso radiofónicos, que se hicieron en los años 30 sobre personajes de la cultura popular (como los protagonizados por el Flash Gordon de Alex Raymond, por ejemplo), no se sorprenderán con lo que encuentren en las páginas de este primer volumen de Tom Strong que recupera ahora Norma Editorial, y que incluye los siete primeros números de la serie. Tampoco los que hace unos años fuesen al cine a ver Sky Captain y el mundo del mañana, otra recuperación nostálgica de un sense of wonder que creíamos irremediablemente perdido. Lo más paradójico es que ha tenido que venir el renovador del medio, y autor de algunos de los cómics más revolucionarios de los últimos tiempos, para recuperarlo y hacernos sentir, otra vez, como niños al tener un tebeo entre las manos.
Título: Tom Strong (volumen 1)
Autores: Alan Moore (guión) / Chris Sprouse et alii (dibujo)
Editorial: Norma Editorial
Fecha de edición: diciembre de 2006
208 páginas (color) - 15 €
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