Se estrenó 007 Casino Royale, la esperadísima nueva entrega de la saga protagonizada por James Bond, agente secreto al servicio de Su Majestad. Fuimos a verla... y nos convenció.
Desde que se supo que Daniel Craig iba a ser el sucesor de Pierce Brosnan en la piel de Bond, mis expectativas al respecto se incrementaron... precisamente por lo sorprendente de la elección. Nunca he sido fan declarado del personaje de Ian Fleming, aunque he visto todas o casi todas las películas, disfrutando más o menos de cada una según sus méritos propios.
Por ello, quizá mis Bonds favoritos siempre son los menos Bond. Dejando a un lado la versión clásica e incontestable de Sean Connery, siempre tuve un cariño especial por las dos películas que interpretara Timothy Dalton, aunque sus méritos artísticos fueran limitados. Ahora, vista esta Casino Royale, no dudo en considerar a Craig como uno de mis favoritos en este cometido.
En la película no faltan elementos clásicos de la saga, como el lujo y el glamour que rodean a Bond en muchas de sus misiones. Tampoco faltan las chicas Bond, si bien aquí ya se deja ver que las cosas han cambiado, y que no vivimos en un mundo en blanco y negro sino gris: la habitual dicotomía de las chicas Bond buena y mala (recuerden en los últimos tiempos a Izabella Scorupco y Famke Janssen en Goldeneye, o Denise Richards y Sophie Marceau en El mundo nunca es suficiente) ha desaparecido, para dejar paso a personajes más ambiguos, como la magnífica Vesper Lynd que interpreta Eva Green.
Esta búsqueda de mayor realismo también se deja ver en el propio Bond: aunque no faltan sus modales ariscos, sus líneas de diálogo son menos sentenciosas y de cara a la galería, y hacen gala de una mayor credibilidad de lo habitual; por no hablar de lo maltrecho y magullado que queda en muchas ocasiones, algo extraño de ver en las cintas que protagonizaran Connery, Roger Moore y Brosnan (por citar los tres Bond más célebres).
Martin Campbell es el director de esta nueva entrega, basada en la primera novela de Fleming sobre el personaje, y que nada tiene que ver con la película satírica que protagonizasen David Niven, Peter Sellers y Woody Allen. Campbell ya dio la alternativa a Brosnan en la citada Goldeneye. Pero ahora demuestra saber adaptarse al signo de los tiempos, y construye una película más dinámica y moderna, con ecos de Michael Mann o el John Frankenheimer de Ronin, que igualmente no desentona en la saga a la que pertenece.
Pero como supondrán, el que tiene la mejor mano es Daniel Craig, que mantiene el carisma que ya viéramos en Camino a la perdición o Munich, y que nos ofrece un James Bond adaptado a los nuevos tiempos. Sólo por eso ya vale la pena disfrutar de esta entretenida cinta de acción que desde la espectacular persecución del comienzo a la emocionante partida de póker del final consigue mantener la atención del espectador en todo momento.
Una peli cojonuda. Por su aspecto no es el candidato a Bond que yo hubiera escogido, prefiriendo a Clive Owen, pero lo hace de narices. Los titulos de credito, pese a no tener bellezas flotantes son de los mas chulos de la serie.
ResponderEliminarSuscribo su párrafo 100%, Owen y créditos incluidos. Y añadiría al respecto: la canción interpretada por Chris Cornell, voz de mis adorados Soundgarden y Audioslave, es de las más sobrias y agradables de la saga.
ResponderEliminarMe alegro de verle (o leerle) por aquí...