Anoche, en el inquietante programa de Cuatro Cuarto milenio (aunque supongo que es inquietante no en el sentido que sus artífices quieren que sea) presentado por Iker Jiménez (cuya labor lo hace aún más inquietante si cabe, y no entraré en detalles), emitieron un pequeño reportaje sobre las snuff movies, tras el cual Jesús Palacios, crítico de cine especializado en el lado oscuro de la cultura, debatió con el presentador sobre dicho tema.
Como era de esperar, Iker Jiménez (y, por extensión, sus guionistas) reincidieron en los tópicos que rodean al tema: ya saben, si existen o no en realidad esas películas en las que sus "protagonistas" son sometidos a todo tipo de actos violentos, vejaciones y torturas, para acabar en la mayoría de los casos con su asesinato ante la cámara. Obviamente, volvieron a reincidir en que fue Tesis de Alejandro Amenábar la que las popularizó (y me pregunto: ¿por qué siempre se olvidan de la facilona pero entretenidísima Asesinato en 8 mm. de Joel Schumacher, con Nicolas Cage investigando una red de tráfico de snuff?)
Jesús Palacios, como era de esperar, aportó reflexiones más interesantes sobre el tema, retrotrayéndose a los años 70 y desarrollando el tema con sus comentarios sobre Snuff (1976), del matrimonio Findley; y sobre la mítica Holocausto caníbal (1979) de Ruggero Deodato, experto en cine exploitation. El visionado de la película de Deodato, todavía me acuerdo, fue una de las experiencias audiovisuales más potentes que viví durante mi adolescencia...
Me extrañó que no se hablara de la reciente Hostel, que trata el tema aunque sea tangencialmente. Y eché de menos algún comentario sobre la serie asiática Guinea Pig, que corrió como la pólvora (al menos las menciones a ella) entre el fandom español del cine de terror más salvaje a comienzos y mediados de los 90. ¿Quizá porque alguna de las filmaciones -desde luego, no todas- sí podrían ser auténticas snuff movies?
Claro está, todas las cintas que se citaron en el programa son falsas snuff, por razones tan obvias que no merece la pena explicarlas. Ahora bien, plantearse todavía, a estas alturas, la existencia de dicho "género" me parece de una ingenuidad y un simplismo rayanos en lo absurdo. Cualquier cosa capaz de ser concebida por el ser humano y con la que se genere placer (aunque sea el de una pequeñísima minoría carente de humanidad) y/o dinero, se estará haciendo en este momento en algún lugar del mundo. Flaco favor se le hace al propósito de detener este tráfico el seguir dudando de su existencia y seguir recurriendo a la hora de tratar el tema a lugares comunes para acabar mirando a otro lado.
Yo también vi el programa y no me gustó el enfoque que le dieron, a ver si me explico, en la línea de los contenidos habituales del programa, como si fuera una leyenda urbana. ¿Lo es? Bueno... Yo personalmente creo que no, porque si hay pedofilia en la red y otras atrocidades, esto no tiene porque ser irreal. Es más, yo empecé a ver una escena en un sitio de upload de videos (tipo youtube) que tenía toda la pinta de ser real, y menos mal que subí la pantalla en el momento apropiado... En fin... que con estas cosas yo no jugaría.
ResponderEliminarPara mí no cabe duda de que existen. Lamentablemente, no puedo ni plantearme por un momento que no sea así.
ResponderEliminarQuiero pensar que le dan ese toque para no generar ninguna histeria colectiva de gente que vea snuff en todas partes, cine de Jorg Buttgereit o los primeros Peter Jackson incluidos... pero me parece una opción bastante peligrosa.
La columna del próximo viernes, a la que se podrá acceder a partir de ese día a través de este blog, tratará más extensamente este tema, el de las snuff... y el de CUARTO MILENIO. Porque creo que hay tela que cortar.
Pues lo dicho, que espero que estés en lo cierto, y el que tenga que comerme las palabras sea yo. Pero me da en la nariz que no...
ResponderEliminarDe estos temas preguntadle a Roman Gubern, que el 10 de julio viene a Villena a hablarnos de cine sueco y que en la reedición de este año de "La Imagen Pornografica y Otras Perversiones Opticas" (Anagrama) actualizaba el tema.
ResponderEliminarPor cierto, lo de Friker Jiménez de juzgado de guardia, este pavo sí que merece un snuff movie de protagonista. Ayer coló como auténtica una historia inventada por el fotógrafo Joan Fontcuberta. :e quitó el sueño para toda la noche:
http://www.microsiervos.com/archivo/ciencia/ivan-istochnikov-cuarto-milenio.html
http://javarm.blogalia.com//historias/40754
Precisamente de lo de Fontcuberta, junto con las snuff movies, trata la columna del próximo viernes.
ResponderEliminarEn cuanto a Gubern, me temo que me lo perderé. Si todo va bien andaré por Gijón; y si va mal estaré demasiado deprimido como para ir a ver a Gubern... ;-)
Yo entiendo que una filmación snuff es aquella realizada con el objetivo de filmar un crimen o acto de tortura real.
ResponderEliminarSi el asesinado lo es independientemente de que sea grabado o no, pero se graba como "añadido" para mostrarlo luego y ejercer presión, o dar un "castigo ejemplar", o lo que sea, no sería una filmación snuff (tal y como yo entiendo el concepto).
Ahora bien, si el objetivo principal es FILMAR el crimen y difundir de una manera u otra lo filmado, sí sería snuff.
Pero ya digo, es cómo yo entiendo el concepto de cine snuff...