lunes, 22 de agosto de 2016

Silas Corey 2: El regreso del (anti)héroe




Hemos tenido que esperar casi tres años desde la publicación del volumen anterior de la colección, La red Aquila, para disfrutar de las nuevas aventuras de Silas Corey: pero como suele decirse, todo lo bueno se hace esperar, y vaya si lo es esta nueva aventura del personaje creado por el guionista Fabien Naury y el dibujante Pierre Alary, que lleva por título El testamento de Zarkoff, y que vuelve a publicar en nuestro país la editorial madrileña Dibbuks.




Como aquella vez, nos encontramos con un relato de aventuras y acción publicado por Glénat Francia en dos volúmenes que para la edición española se reúnen en uno solo. Y como en aquella ocasión también, nos encontramos con un magnífico ejemplo de lo que puede ofrecer la historieta europea -la calificada tradicionalmente como BD- en sus mejores momentos. Por ello, podemos recuperar las palabras de entonces, señalando que esta nueva aventura de Silas Corey "hace gala de todas las virtudes del mejor cómic francobelga pero se libra de todos sus (posibles) defectos. Así, la narración atrapa la atención de principio a fin, la trama cuenta con una base histórica de indudable interés, los personajes están muy bien definidos y, en lo que al apartado gráfico se refiere, este es de un innegable atractivo visual; pero, a cambio, dicha base histórica no cohíbe la evolución natural del relato, el didactismo no ahoga en ningún momento al más puro entretenimiento, y el acabado formal huye tanto de las estrecheces del detallismo academicista más exagerado como de la simplificación de la línea clara en sentido estricto, permaneciendo en un muy agradable y fresco término medio".




En esta ocasión, la aventura en la que se embarca Silas Corey arranca el 11 de noviembre de 1918, con el final de la Primera Guerra Mundial. Mientras en las calles de Francia el pueblo celebra el fin de la contienda, un hombre es acuchillado entre la muchedumbre. Moribundo, este individuo alcanza la base de operaciones de Silas, pero solo encuentra a Nam, su fiel ayudante; y es a él a quien, antes de morir, es capaz de murmurar sus últimas palabras, un mensaje casi ininteligible cuyo significado Silas tendrá que desvelar. Pero antes de lograrlo, averiguará que el difunto era un investigador privado como él, y que trabajaba para la señora Zarkoff, dueña de un imperio que se sustenta en las alianzas con mandatarios políticos. Decidido a continuar con la investigación, Silas asume la misión inconclusa del detective fallecido: encontrar a Johann Zichler, hijo ilegítimo de Zarkoff, y único heredero natural de dicho imperio, ahora que su dueña, gravemente enferma, cuenta los días que le quedan de vida...




El relato urdido por Nury y magistralmente dibujado por Alary (de nuevo con la inestimable colaboración de Bruno García al color) se presenta, como su antecesor, repleto de giros inesperados, escenas de acción y diálogos memorables; y logra aunar una base histórica real -de la que dan buena cuenta cuatro páginas de información reunidas al final del álbum a modo de material extra-, utilizando personajes reales mezclados con otros de ficción, con una indudable querencia por la literatura y el cine pulp, que aquí se materializa gracias a la presencia de la también auténtica Sociedad Thule y de la afición de Adolf Hitler y otros altos mandatarios de su gobierno por las artes ocultas... y que a los lectores del Hellboy de Mike Mignola les resultará algo más que familiar.




En resumidas cuentas: este Silas Corey. El testamento de Zarkoff forma parte de una serie y del universo de un personaje que nada tienen que envidiar a las mejores aventuras del Tintín de Hergé, de los Blake y Mortimer de Edgar P. Jacobs o del Spirou de Franquin y compañía. No se me ocurre un elogio mejor que ese; y, por lo tanto, si no lo han leído todavía no sé a qué esperan.


Título: Silas Corey. El testamento de Zarkoff
Autores: Fabien Nury (guion) / Pierre Alary (dibujo)
Editorial: Dibbuks
Fecha de edición: abril de 2016
132 pp. (color) - 24 €

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