lunes, 16 de febrero de 2015

La Comicoteca: Lucifer (Libro 1)




Lucifer (Libro 1)
Guion: Mike Carey / Dibujo: Scott Hampton & Peter Gross et alii
Barcelona, ECC, abril de 2012

ISBN: 978-84-15520-53-5
264 pp. (color) - 24,95 €

Este volumen incluye:
- The Sandman Presents: Lucifer n.ºs. 1-3; 
- Lucifer n.ºs. 1-8.

Este volumen de la edición de Lucifer por parte de ECC cuenta con el siguiente material extra: prólogo, a cargo del guionista Neil Gaiman (1 pág.); el texto "Simpatía por el diablo" del crítico David Fernández (2 págs.); y las "Biografías" de los principales autores implicados, a cargo también de Fernández (2 págs.); así como las ilustraciones para las cubiertas originales de la miniserie y los números de la serie regular recopilados en su interior.





Texto promocional

Tras pedir a Morfeo que le amputara sus alas y custodiara las llaves del infierno, Lucifer disfruta de su retiro terrenal regentando un piano bar en la ciudad de Los Ángeles. Una tranquila existencia interrumpida por Amenadiel emisario del Cielo que solicita su ayuda en una misión crucial. Tarea de vital importancia que el Padre de las mentiras asume, no sin antes pactar un precio a la altura de las circunstacias: una carta de paso que le permita acceder a los más recónditos rincones de la Creación...

En 1999, Mike Carey -Hellblazer, The Unwritten- asumió el reto de dar forma al más esperado spin-off de la inolvidable The Sandman. Contando con la colaboración de dibujantes tan reputados como Scott Hampton, Chris Weston o Peter Gross, supo sacar partido al carismático Lucifer, "el solipsista definitivo, que quemaría el mundo entero para encender su cigarrillo". El presente volumen recopila tanto la miniserie original como las primeras entregas de la serie regular subsiguiente, unánimemente reconocida como uno de los puntos álgidos del sello Vertigo.





La crítica ha dicho

"Sin duda, Mike Carey, tras su primera miniserie de Lucifer, acomete una de las mejores historias relacionadas con el Universo de Sandman, dándole su propio estilo, bajo el amparo de Neil Gaiman. A medida que nos desenvolvemos en el cómic, nos sumergimos en una lectura apasionante, llena de magia, demonios, seres extraordinarios y extraños sucesos. A su lado, como reparto de lujo, tiene al genio de Scott Hampton, seguidamente de dibujantes como Chris Weston, Dean Ormston, James Hodgkins, Warren Pleece o Peter Gross, con unos estilos muy personales y diferentes entre sí. Este último se convertiría finalmente en el dibujante regular de la serie, y continuaría con Carey en otros proyectos.
Sobre la edición, ECC, comentaré que han realizado un buen trabajo, con una cubierta muy cuidada, con detalles que le dan un empaque sobresaliente al tomo. Completa el tomo las cubiertas y un artículo y biografías de los autores, firmadas por el especialista en la historieta David Fernández.
Sinceramente, si no seguiste en su día las andanzas de Lucifer, esta es una buena ocasión para engancharte a una de las mejores series de sello Vertigo."
- Javier Mesón, El Coleccionista de Tebeos

"Siempre me pareció que la parábola del hijo pródigo encerraba, pese a no estar exenta de cierta belleza, un trasfondo conceptual enormemente tramposo. En teoría, el hijo que reclama su parte de herencia y parte de casa es un crápula destinado a fracasar y volver a por más, pero siempre me pregunté qué habría pasado si, en lugar de un egoísmo ciego, sus acciones hubieran estado determinadas por una voluntad inquebrantable de independencia; si en lugar de malgastar su dinero, hubiese construido con él una casa más grande que la de su padre, hubiese mejorado lo que recibió y se hubiese hecho, en el camino, digno de haberlo obtenido. Siempre me cuestioné acerca de cuál sería, entonces, su lectura... y siempre llegaba a la conclusión de que tanto el Padre -que en su infinito amor por sus hijos puede llegar a anularlos- como el hijo que permanece en casa -desprovisto del valor necesario para forjarse un futuro propio- resultaban mucho más egoístas que ese hijo que, en su ida y venida con el rabo entre las piernas, no era más que un fracasado víctima de un ambiente familiar excesivamente acomodado. Una persona sin cerebro para construir que, ante el más mínimo atisbo de problemas, no duda en dar pasos atrás.
Empiezo por aquí porque Mike Carey, en su brillantísimo acercamiento al ángel caído por antonomasia, parece recrear conforme a sus propios términos esta parábola, sólo que cambiando el cariz de los personajes. Su Lucifer no es, en el fondo, sino el drama de una familia disfuncional en la que dos hermanos tienen visiones y actitudes contrapuestas frente a un Padre de cuya voluntad no se puede escapar. Pruebas de ello son el enorme desarrollo que adquiere la relación entre Samael y Miguel, revelaciones sobre determinados personajes que es mejor no escribir aquí, y un detalle que por evidente tardamos muchísimo en captar: de todas las mitologías y religiones que Carey fusiona en su particular universo, la cristiana queda fuera. Cristo, como hijo de Dios y Dios mismo, era demasiado incómodo en una ecuación que el guionista siempre planificó como una relación a tres ente Dios y sus dos vástagos preferidos, Samael y Miguel, a través de los cuales se expresa. No hay lugar para Cristo en Lucifer, como tampoco hay lugar para el verso suelto en un poema que tiende a la rima perfecta.
[...]
Volviendo al principio, ahora el lector podrá responder cómo es posible que el villano del plan cósmico, el hacedor de tantas maldades, sea a un tiempo tan carismático como atrayente: sencillamente, porque no es intrínsecamente malvado... sólo es un individualista impenitente que tiene bien claro que en esta vida todos estamos solos y todos tenemos que ganarnos lo que somos, sin esperar nada de quien nos trae al mundo y, también, sin pedirle tampoco gran cosa. Lucifer nos cae bien porque nos recuerda que el destino del hombre es volar, algún día, libre y sin ataduras... consciente de quién es, tal vez agradecido por su vida y sus dones, pero sin postrarse ante nada ni nadie. Nos cae bien porque su conocimiento es su tesoro; su único dios, la libertad; su ley y su fuerza, la independencia; su única patria... la voluntad.
[...]
Lucifer tiene cuerpo y esencia propios: posee todo lo que un cómic fantástico debería contener, sabe perfectamente de dónde viene y a dónde va a nivel argumental, sus historias están entretejidas con una sabiduría propia de un maestro, las triangulaciones de los numerosos bandos y personajes que pueblan el tebeo (puede que uno de los más complejos en este sentido) son perfectas, y sus números autoconclusivos son de una belleza abrumadora. Desde el propio Diablo hasta el más mínimo de los seres que pueblan su universo, todo son aciertos: la rudeza leal de Mazikeen, la inocencia de Elaine Belloc, el contrapunto entrañable de Gaudio... hasta pequeños seres de aparición puntual nos rozan, con cuidado, el alma (quien no se conmueva con Thole, el tejedor de cristal de sentimientos, no se encuentra entre los vivos). Tal vez, y como único fallo, estaría que nunca nos queda claro de qué son capaces los protagonistas, cuál es el límite de sus poderes o, simplemente, en qué consisten los mismos. Un pequeño desliz despreciable que, sin embargo, está tan bien embellecido que no llega a percibirse como carta blanca para los deus ex machina del guionista.
Por todo ello sería justo terminar diciendo que, si el lector se aproximó al sello Vertigo en su tiempo para leer grandes, grandísimas historias cerradas destinadas a un público netamente adulto no debería perderse Lucifer. Si lo hizo por otros motivos, ya sea la búsqueda del genial retrato de las emociones humanas que suele imprimirse en las colecciones de la línea o el gusto por el despliegue de un mundo fantástico rico y cohesionado, tampoco debe perdérsela. Y si, simplemente, nunca ha leído nada de Vertigo o piensa que los cómics son para niños, es una de las mejores formas que tiene de engancharse -en el primer caso- y de cambiar de opinión -en el segundo-. Terminaré pues describiéndola con una sola palabra: imprescindible."
- José Torralba, Zona Negativa

"Esta serie, nos muestra una versión romántica del 'Señor de las Tinieblas' (versión que a mí me encanta porque toda esta temática del ocultismo, la fantasía urbana, y el personaje en sí me llaman mucho la atención) donde tenemos a un Lucifer, frio, atractivo, seductor, cruel pero accesible, hasta cierto punto, que está tratando de definir ¿Quién es él? La serie gira en torno a los conceptos de este personaje, especialmente en lo que respecta a dos puntos: A) ¿Mi identidad es algo propio, algo hace de mi un individuo o por el contrario soy un aspecto más de Dios? B) ¿Somos realmente Libres o todo está predestinado y planificado maquiavélicamente por una entidad superior? ¿Somos jugadores en nuestra propia partida de ajedrez o meros peones? Estas interrogantes filosóficas se irán resolviendo a través de la trama de tal forma que tejerán una historia realmente enrevesada e interesante, y que al final nos dejaran con un sabor de boca agridulce, no por la calidad, sino por la resolución tan hermosa del conflicto.[...] esta es una obra realmente interesante, con personajes memorables como Makizen, la lilim amante y fiel compañera de Lucifer, Gaudio y su hermana los querubines caídos, Elaine Belloc y otras. Esta es una obra realmente creativa digna de leerse, que no tiene desperdicio, aunque no niego que tiene sus partes flojas ¿Pero que no lo tiene en la vida? 1000% recomendable."
- WilliamDarkgates, En la antesala al Portal Oscuro





Comentario acerca de la serie

Cuando Neil Gaiman puso fin a The Sandman tras 75 entregas mensuales publicadas entre enero de 1989 y marzo de 1996, en DC Comics se vieron obligados a aceptar que su sello Vertigo, que aglutinaba los títulos orientados a un lector adulto, perdía el buque insignia que lo había definido desde sus mismos comienzos. Y dado que el guionista británico se había reservado el derecho de escribir toda historia en la que apareciera el Dios del Sueño y que no tenía ninguna intención de recuperar al mismo en un corto espacio de tiempo, los mandamases de la editorial tuvieron que recurrir a desarrollar un spin-off protagonizado por un personaje secundario de la historia, ajeno en principio al propio Morfeo y a la familia formada por sus hermanos los Eternos.

El personaje elegido por la editora Alisa Kwitney y por el propio Gaiman, que figuraría como asesor de las nuevas andaduras editoriales del personaje, fue Lucifer Estrella del Alba, antiguo gobernante del Infierno. Un personaje que había desempeñado un papel secundario pero determinante en la colección original. Y el guionista contratado para desarrollar una labor que pronto se revelaría como continuista aunque con personalidad propia fue el también inglés Mike Carey, hasta entonces de profesión docente y con una breve experiencia como escritor de cómics.

El campo de prueba para su propuesta inicial fue una miniserie de tres números incluida en la colección antológica The Sandman Presents, donde Carey, con la colaboración del dibujante Scott Hampton, retomaba al Príncipe de las Mentiras allí donde lo había dejado Gaiman en el penúltimo arco argumental de la serie madre, "Las benévolas": como el regente de Lux, un exclusivo club nocturno de Los Ángeles. El éxito de esta historia en tres partes trajo consigo que de inmediato se diera luz verde a una serie regular, de título Lucifer, que alcanzaría al igual que la colección original las 75 entregas... a pesar de rumores constantes de cancelación que, afortunadamente, nunca se hicieron realidad.

En esta serie de largo recorrido, Carey tomó buena nota de los logros de Gaiman en The Sandman, y construyó un relato quizá algo menos (meta)referencial que aquel, pero profundamente arraigado en su mitología, con inequívocas características literarias, y con un tema fundamental en la historia del hombre y las artes universales como eje vertebrador: de la evolución de la trama y del devenir de su personaje principal: la oposición entre el determinismo y el libre albedrío.

La presente edición a cargo de ECC, que consta de siete volúmenes, es sin duda la edición definitiva de Lucifer en nuestro idioma, y una adquisición obligatoria para cualquier lector y coleccionista que se precie: tan solo el hecho de no desmerecer a la colección original -un logro que a priori parecía casi imposible de alcanzar- justifica con creces su lectura y disfrute.





Comentario acerca de este volumen

Este primer volumen, y por tanto la colección española, arranca con la miniserie que lo empezó todo: en la historia en tres partes "La opción Estrella del Alba", Mike Carey y Scott Hampton (Batman: Gritos en la noche) presentan a un Lucifer que disfruta de su retiro entre los humanos, oculto bajo la identidad del propietario del Lux, un piano bar muy especial que forma parte de la vida nocturna de la ciudad de Los Ángeles... hasta que una noche como otra cualquiera, el local recibe la visita del ángel Amenadiel, que anuncia a su dueño que el Cielo en el que él mismo residía hasta su célebre Caída vuelve a necesitar de sus servicios. Lucifer acepta el encargo, no sin antes reclamar un pago a la altura de la misión que se le ha encomendado...

Acto seguido da comienzo la serie regular Lucifer, de la que aquí se incluyen los ocho primeros números. En la inaugural "Una tirada de seis cartas", Carey y Chris Weston (El Asco) utilizan también tres entregas mensuales para sentar las bases de la colección, con un Lucifer enfrascado en una lucha por el poder entre varios bandos que a estas alturas todavía tiene mucho recorrido por hacer.

Por su parte, "Nacida con los muertos" supone el primer one shot de la colección: dibujado por Warren Pleece (Hellblazer Especial: Mala sangre), el protagonismo de esta historia breve recae en Elaine, una niña de doce años con unos poderes muy especiales: tiene acceso a los pensamientos más profundos de la mente de los vivos... y también de los muertos. Empujada por el fallecimiento de su mejor amiga, que podría haber sido víctima de un asesinato, la pequeña Elaine se verá inmersa en una peligrosa aventura, y en su camino se cruzará con el mismísimo Lucifer...

Finalmente, la historia en cuatro partes "La Casa de las Salas sin Ventanales" supone la llegada a la colección del que será el dibujante regular de la serie: Peter Gross, en una colaboración artística tan fructífera que, años después, Carey y él repetirán en otra celebrada serie de la línea Vertigo: The Unwritten. En este relato, Lucifer visita la Casa de Izanami, la dueña del Ultramundo, donde habitan esta y sus hijos. Mientras tanto, dos jin en mok, dos Sin Forma, de nombre Cestis y Saul, acudirán al Lux en busca de la puerta abierta que se oculta en su interior, y que según ellos les pertenece por su antigüedad...


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