lunes, 22 de septiembre de 2014
Los lunes... Batman: La llave maestra
Batman siempre ha sido uno de los superhéroes más populares de todos los tiempos, quizá el que más con la salvedad de su compañero de fatigas en el Universo DC: Superman, el Hombre de Acero. Pero qué duda cabe que en los últimos años su popularidad se ha visto acrecentada todavía más gracias al cine (desde las películas de Tim Burton y Joel Schumacher hasta la más reciente trilogía, merecidamente aplaudida, de Christopher Nolan) y, por qué no decirlo, a algunos autores que han dado lo mejor de sí dentro del medio que vio nacer al personaje a finales de la década de los 30: el cómic. Esto explica el gran número de títulos protagonizados por el personaje que llegan cada mes a las librerías especializadas, en estos tiempos y en nuestro país de la mano de ECC Ediciones. Por eso vamos a dedicarle una sección semanal en exclusiva que durará mientras haya nuevos títulos que comentar; y por lo que se ve, parece que va para rato... para alegría de la legión de seguidores del Hombre Murciélago.
A comienzos de este año nos hicimos eco de la publicación del volumen Batman: Espejo oscuro, que recogía los primeros números de la breve pero muy significativa etapa del guionista Scott Snyder al frente de la colección Detective Comics. Una etapa muy significativa, decimos, no solo porque el escritor de American Vampire se viera en la tesitura de sustituir al aplaudido Greg Rucka tras una breve interinidad a cargo de David Hine (Daredevil: Redención) y el veterano Dennis O'Neill, y ni siquiera por el hecho histórico de que fuese a encargarse de escribir los últimos números de la mítica serie antes de su renumeración en septiembre de 2011 y de que le encargaran los libretos de otra colección, Batman, tras su correspondiente renumeración... sino porque la etapa en cuestión, como señalamos entonces y como intentaremos demostrar ahora, iba a presentar una calidad y un interés indiscutibles.
Vaya por delante que a Snyder le tocó en suerte lidiar con el personaje creado por Bob Kane y Bill Finger en una encarnaciónen en la que es Dick Grayson, el Robin original, y no Bruce Wayne quien se oculta bajo la máscara del Caballero Oscuro. Lejos de amilanarse por tal acontecimiento, el también autor de la miniserie Puertas de Gotham recuperó la faceta más detectivesca y noir del personaje, cercana al pulp y a los thrillers cinematográficos que coquetean con el terror, para ofrecernos una serie de historias interrelacionadas que iban a suponer un colofón de auténtico lujo para la colección que vio nacer al mítico Batman 72 años antes.
Pero centrémonos ya en el contenido de este segundo y último volumen del Detective Comics de Scott Snyder, que incluye los números 876 a 881 (y final) de la colección. Como ocurriera en el anterior Batman: Espejo oscuro, que incluía los números 871 a 875 de la misma, la historia con la que se abre el volumen es la menos interesante de la oferta, aunque no por ello resulta desdeñable dado que proporciona un buen rato de agradable lectura: nos referimos a "Ciudad hambrienta", un relato policíaco en tres partes dibujado por Jock (La instantánea), donde Dick Grayson / Batman deberá resolver un caso que implica a la directora del banco más importante de Gotham, a la sazón hija del gángster que ordenó matar a los padres de aquel y de cuyo legado la joven empresaria reniega.
Dicha historia, además de por ser un solvente ejercicio de intriga superheroica, presenta un interés considerable puesto que sugiere algunas escenas (incluyendo su pavoroso final) que enlazan con lo que se contará en las páginas siguientes (y que adelantamos, es una pequeña joya de la historia reciente del Hombre Murciélago) y que entronca también con lo que ya vimos en Batman: Espejo oscuro. Así, en las historias "La llave maestra" -que da título al volumen en su conjunto-, "Mi oscuro arquitecto" y "La cara en el espejo", Snyder -en colaboración con un espléndido Francesco Francavilla (Scalped) a los lápices- enfrenta a Batman a una doble amenaza, compuesta por un enemigo confeso (el temible Joker, cuya primera aparición aquí recuerda a la de Hannibal Lecter en el film El silencio de los corderos) y otro que todavía tiene que desvelar su verdadero rostro: James Gordon Jr., hijo del teniente Jim Gordon, a la postre el otro gran protagonista de la historia.
Tal y como demostrara en el cómic independiente Severed, a Snyder no le resulta ajeno el género de terror, con el cual esta historia final del volumen 1 de Detective Comics guarda bastantes concomitancias. Una historia que se lee con creciente interés y un constante escalofrío en la nuca, y que sitúa a Jim Gordon Jr., amigo de juventud del propio Dick Grayson, como un nuevo miembro, de auténtico lujo, dentro de la rica galería de villanos de Batman.
En resumidas cuentas: Batman: La llave maestra resulta, de forma conjunta con Batman: Espejo oscuro, una gratísima experiencia lectora, que no puede faltar en la biblioteca de todo aficionado al cómic de superhéroes y/o la historia de Batman se refiere, y que en este caso cuenta para la ocasión con un interesante material extra vinculado al contenido de ambos volúmenes: veinte páginas de bocetos y diseños promocionales a cargo de Jock y Francavilla, así como el primer borrador de guion de uno de los comic books fundamentales de la presente etapa.
Título: Batman: La llave maestra
Autores: Scott Snyder (guion) / Jock & Francesco Francavilla (dibujo)
Editorial: ECC
Fecha de edición: agosto de 2014
168 pp. (color) - 17,50 €
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