lunes, 8 de septiembre de 2014
Los lunes... Batman: Asilo Arkham
Batman siempre ha sido uno de los superhéroes más populares de todos los tiempos, quizá el que más con la salvedad de su compañero de fatigas en el Universo DC: Superman, el Hombre de Acero. Pero qué duda cabe que en los últimos años su popularidad se ha visto acrecentada todavía más gracias al cine (desde las películas de Tim Burton y Joel Schumacher hasta la más reciente trilogía, merecidamente aplaudida, de Christopher Nolan) y, por qué no decirlo, a algunos autores que han dado lo mejor de sí dentro del medio que vio nacer al personaje a finales de la década de los 30: el cómic. Esto explica el gran número de títulos protagonizados por el personaje que llegan cada mes a las librerías especializadas, en estos tiempos y en nuestro país de la mano de ECC Ediciones. Por eso vamos a dedicarle una sección semanal en exclusiva que durará mientras haya nuevos títulos que comentar; y por lo que se ve, parece que va para rato... para alegría de la legión de seguidores del Hombre Murciélago.
Después de una breve pausa debida a la publicación del Comic Top 5 de agosto el pasado lunes 1 de septiembre, retomamos nuestra sección semanal dedicada a comentar títulos protagonizados por el Hombre Murciélago... y lo hacemos a lo grande: nada menos que con Asilo Arkham, la novela gráfica escrita por Grant Morrison y dibujada por Dave McKean, de la que se cumplen ahora los 25 años de su publicación original, y que sigue siendo todavía hoy la novela gráfica (al menos, del género superheroico) más vendida de todos los tiempos.
Muy apropiadamente, la editorial española ha considerado incluir este relato en su línea Grandes Autores de Batman, donde ya han visto la luz historias de la etapa de Mike W. Barr y Alan Davis, Ciudad rota y otros relatos de Brian Azzarello y Eduardo Risso, el primer volumen del Batman de Doug Moench y Kelley Jones o una obra que guarda ciertas concomitancias temáticas y estéticas con la que hoy nos ocupa: La broma asesina de Alan Moore y Brian Bolland, publicada tan solo un año antes. Menos adecuada nos parece la opción de traducir el Arkham Asylum original por Asilo Arkham, cuando para el caso habría sido mucho más apropiado Manicomio Arkham o Psiquiátrico Arkham (dado que la voz inglesa asylum designa a todos estos conceptos, pero no sucede así con sus correspondiencias en español). No obstante, esto último es pecata minuta a la hora de disfrutar de una obra que se sigue leyendo con el mismo interés, o incluso más, que cuando se publicó por vez primera hace un cuarto de siglo.
Vaya por delante que, al contrario que otras obras protagonizadas por el personaje de Bob Kane que han pasado por esta sección, y que descubrí años más tarde, en el caso de Asilo Arkham hablamos de una obra que leí por vez primera cuando la publicó de forma bien temprana la extinta Ediciones Zinco en 1990: por aquel entonces servidor contaba con catorce años de edad, y la obra de Morrison y McKean supuso casi una epifanía en mi hasta entonces corta vida de lector; el extrañamiento inicial pronto fue sustituido por una creciente fascinación, originada tanto por lo deslumbrante del arte del autor de Celluloid (hasta entonces, solo había podido ver algo parecido en el trabajo de Bill Sienkiewicz en Los Nuevos Mutantes y Elektra: Asesina), como por las múltiples sugerencias del libreto del guionista escocés, que posteriormente y gracias a títulos como Animal Man, The Doom Patrol o Los Invisibles pronto se iba a convertir en mi guionista favorito junto con su compatriota (y muchas veces rival) Alan Moore.
La propuesta de Morrison pasaba por retratar a un Caballero Oscuro más indefenso e inseguro de a lo que nos tenía acostumbrados hasta entonces DC Comics, para someterlo después a un viaje al abismo de la locura que solo podía terminar de dos maneras: volviendo reforzado tras resurgir de sus cenizas o siendo exterminado para siempre. Para ello, el guionista escocés situaba el relato en el día 1 de abril (el tradicional Día de los Inocentes en Estados Unidos, tal y como aquí se celebra el 28 de diciembre), y mostraba un sanatorio Arkham donde los pacientes se habían escapado y habían tomado como rehenes a los empleados del mismo, a los que solo liberarían si Batman accedía a entrar en el edificio. Por supuesto, el Hombre Murciélago no se niega a ello, y lo que ocurre tras aquellas paredes se relata en una de las dos líneas temporales que discurrirán de forma paralela; la otra es un vistazo al pasado de la institución, cuando su fundador Amadeus Arkham era solo un niño, y como después y tras la muerte de su madre acabó convirtiéndose en un reputado psiquiatra...
A la hora de desarrollar ambas historias, Morrison recurrió a una gran cantidad de referencias: de los estudios de Carl Gustav Jung a los textos del satanista Aleister Crowley (ambos referencias explícitas en la historia), pasando por multitud de citas a libros y películas varias. Pero son dos las principales fuentes de donde Asilo Arkham bebe: en el relato protagonizado por el propio Arkham, es Psicosis (la película de Alfred Hitchcock basada en la novela de Robert Bloch) y el personaje de Norman Bates (encarnado por Anthony Perkins en el film) el espejo donde la novela gráfica se mira; en cuanto a la historia que enfrenta a Batman contra la galería de villanos liderada por un Joker más terrorífico que nunca, esta parece una versión superheroica y deformada de Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll, de la que el guionista extrae un par de citas para abrir y cerrar el relato.
Como afirma el propio Morrison, y no extrañará a nadie que conozca su trabajo o el de su colega McKean (la mayoría de veces junto a Neil Gaiman: véanse casos como Violent Cases o Mr. Punch), lo que se pretendía con Asilo Arkham era ofrecer una experiencia artística más cercana a un film expresionista, surrealista o experimental que no un relato superheroico al uso; una narración que apelara más al subconsciente del lector que a su capacidad racional. Y vaya si lo consiguieron: releída en varias ocasiones, esta obra me sigue pareciendo uno de los títulos más inquietantes jamás surgidos dentro de las coordenadas del género superheroico, y todavía hoy uno de los mejores cómics de Batman de todos los tiempos... Véase si no su envidiable segunda posición en este ranking realizado en 2008, donde Arkham Asylum solo es superado por El regreso del Caballero Oscuro de Frank Miller.
Para poner fin a esta nota, hay que destacar el material extra que incluye, y que ya aparecía en la edición absolute del 15º Aniversario, cuando no en la edición original de finales de los ochenta: fichas de los personajes -Batman y sus adversarios- a modo de breves composiciones poéticas e ilustradas (6 páginas), perfiles biográficos de los autores (2 páginas), lista de agradecimientos (1 página), la reproducción del borrador final de Morrison con anotaciones aclaratorias del autor a pie de página (68 páginas que son el indiscutible plato fuerte de la oferta), los bocetos a modo de storyboards realizados por el guionista (13 páginas), un postfacio firmado por la editora de Vertigo Karen Berger, escrito en 2004 para la edición absolute y actualizado para esta (4 páginas), y una galería de las cubiertas de las ediciones previas (3 páginas). Todo este material, junto con la novela gráfica propiamente dicha (a cuyo diseño, del propio Dave McKean, esta edición se ha mantenido fiel), hacen de Asilo Arkham una adquisición imprescindible y obligatoria para todo lector de cómics que se precie y que no la tenga ya. Si es que tal caso es posible...
Título: Batman: Asilo Arkham [Grandes autores de Batman: Grant Morrison & Dave McKean]
Autores: Grant Morrison (guion) / Dave McKean (dibujo)
Editorial: ECC
Fecha de edición: junio de 2014
216 pp. (color) - 21,50 €
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