miércoles, 29 de enero de 2014
Silas Corey: La quintaesencia de la mejor BD
No podía ser de otra forma: era de lo más lógico que la editorial Dibbuks, después de publicar varias de sus obras por separado (Atar Gull del primero, Belladona y Simbad del segundo), acabara por hacerse con los derechos de edición en nuestro país de la obra cuya autoría ha reunido al guionista Fabien Naury y al dibujante Pierre Alary. El título de este milagro de la historieta europea reciente es Silas Corey, y todo aquel que la ha leído desde que se publicó en septiembre del año pasado ha caído rendido a los encantos de su personaje protagonista, cuyo nombre da título a la obra, y del universo en el que se desarrollan sus peripecias.
Y no es para menos: Silas Corey, que en esta primera aventura (de dos volúmenes en la edición de Glénat Francia, y uno solo -algo bastante de agradecer- en la autóctona) presenta el subtítulo de La red Aquila, hace gala de todas las virtudes del mejor cómic francobelga pero se libra de todos sus (posibles) defectos. Así, la narración atrapa la atención de principio a fin, la trama cuenta con una base histórica de indudable interés, los personajes están muy bien definidos y, en lo que al apartado gráfico se refiere, este es de un innegable atractivo visual; pero, a cambio, dicha base histórica no cohíbe la evolución natural del relato, el didactismo no ahoga en ningún momento al más puro entretenimiento, y el acabado formal huye tanto de las estrecheces del detallismo academicista más exagerado como de la simplificación de la línea clara en sentido estricto, permaneciendo en un muy agradable y fresco término medio.
A estas alturas de la presente nota ya hemos dejado claro que estamos ante una obra más que recomendable, pero... ¿qué es lo que cuentan sus páginas? Pues nada menos que un episodio de la intrahistoria del siglo XX; un relato que, como decíamos antes, tiene una base histórica que en este caso repercute en el primer gran conflicto bélico del siglo pasado: la I Guerra Mundial, conocida por aquel entonces como la Gran Guerra cuando los estragos que causaba en los dos bandos enfrentados no podían hacer sospechar que nadie fuese capaz de embarcarse unos años más tarde en una segunda guerra de alcance similar.
En este tiempo marcado por la sangre y los cuerpos sin vida a ambos lados del campo de batalla, el enfrentamiento llega hasta el gobierno proyectándose en las figuras del presidente del Consejo de Diputados, Pierre Cailleaux, y su principal enemigo, Georges Clemencau. Mientras tanto, algo en apariencia tan liviano como un sello postal parece tener tanta importancia como para que la persecución en pos de él vaya generando cadáveres a su paso y como para que el propio Clemencau, diputado y director de un periódico, un coronel del ejército que dirige el servicio de Inteligencia francés y una acaudalada empresaria del sector armamentístico contraten al mismo tiempo a un ex reportero y ex soldado que se gana la vida como detective privado.
Este último personaje es, claro, Silas Corey: un sujeto en la tradición de otros memorables personajes de la historieta nacida en el país vecino, del Tintín de Hergé a los Blake y Mortimer de Edgar P. Jacobs, cuyas aventuras en compañía de su fiel ayudante Nam y en manos de un Naury y un Alary brillantes en todo momento (sin olvidar la colaboración de Bruno García al color) guían la atención del lector desde la primera página a la última, sin que se produzcan altibajos en el interés de aquel ni la historia resulte en momento alguno confusa pese al nutrido plantel de personajes secundarios del relato y al ritmo, verdaderamente endiablado, de la trama.
Podría contarse con más detalle el devenir de la historia, pero sería hacerle un flaco favor al lector que se acerque con curiosidad a ella, incitado por el impecable dibujo del volumen o por merecidas críticas entusiastas como la presente. Mejor será por tanto detenernos aquí, a la espera de que sus autores se decidan a contarnos más historias protagonizadas por Silas Corey. Porque a buen seguro que no tardarán en hacerlo, si ambos son del todo conscientes de la mina de oro que tienen entre manos.
Título: Silas Corey. La red Aquila
Autores: Fabien Nury (guion) / Pierre Alary (dibujo)
Editorial: Dibbuks
Fecha de edición: septiembre de 2013
128 pp. (color) - 24 €
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