miércoles, 17 de abril de 2013

Twilight Guardian: Vocación superheroica




El trabajo como guionista de Alan Moore siempre ha ido varios pasos por delante del de la mayoría de sus colegas, y cuando el escritor de Northampton empezó a preguntarse a sí mismo "¿Cómo serían los cómics de superhéroes sin superhéroes?" para responderse en los distintos títulos de la línea ABC (ya saben: mitos y deidades en Promethea, policías con poderes en Top 10, investigadores y científicos en Tom Strong, personajes literarios en La Liga de los Caballeros Extraordinarios, etcétera), sus compañeros empezaron a preguntarse entonces "¿Cómo serían los superhéroes en el mundo real?"... varios años después de que el primero ya respondiese a la cuestión con el magistral y sumamente influyente Watchmen.




A partir de este interrogante, la mayoría de autores han optado por responder mediante relatos que introducían directamente la posibilidad de lo verdaderamente superheroico (en tanto que elemento fantástico, sobrenatural) en un mundo de ficción muy parecido al nuestro. Esta es la vía que tomaron guionistas tan destacados como Warren Ellis en The Authority, Garth Ennis en The Boys, Mark Waid en Irredeemable, J. M. Straczynski en Rising Stars, Gail Simone en Bienvenidos a Tranquility o los menos populares escritores de títulos como The American Way o Halcyon. Solo Mark Millar, en su espléndido Kick-Ass y su ligeramente inferior secuela, tomó el camino diametralmente opuesto: introducir a personajes de carne y hueso como el lector en el universo superheroico a fuerza de la propia obsesión de aquellos por el propio género.




Ahora, Millar ya no está solo: en la línea de su citada obra llevada al cine con acierto por Matthew Vaughn, y explorando una veta precisamente mucho más tratada en el séptimo arte (en cintas de interés tan dispar como Defendor, Super o Vs. / All Superheroes Must Die) que en el noveno, se inscribe la presente Twilight Guardian, miniserie de cuatro números escrita por Troy Hickman y dibujada por Sid Kotian, y recientemente publicada en nuestro país por Norma Editorial en un solo volumen.




La protagonista absoluta del relato es Pam, una joven de vida aparentemente anodina: vive sola tras haber roto con su novio John, su padre desapareció siendo apenas una niña y a su madre la ve una vez por semana, todos los viernes por la noche, cuando quedan para cenar, comer golosinas y jugar al Scrabble. Pero lo que nadie sabe es que al final de cada día, cuando regresa a casa después de su jornada laboral en una tintorería, Pam patrulla un área de nueve manzanas de una zona residencial más bien tranquila ocultando su identidad gracias a un antifaz y una sudadera con capucha.




Pam se hace llamar Guardián Crepuscular (Twilight Guardian), y se considera a sí misma una superheroína que lucha por mantener la paz y por ayudar a los más desprotegidos. Pese a ello, su atuendo (antifaz aparte) y su comportamiento nocturno parece más propio del de un integrante de una patrulla de vigilancia vecinal o, directamente, de un vigilante dispuesto a tomarse la justicia por su mano. Aunque la realidad que le rodea, por lo general calmada e incluso aburrida, le da pocas oportunidades de demostrar de qué lado de la verdad y la justicia está verdaderamente... a pesar de haber encontrado por fin a su buscada némesis: el Diablo de la Noche.




Resulta difícil comentar nada más de Twilight Guardian sin desvelar mucho más de lo conveniente de su argumento. Me limitaré a destacar que la obsesión de la protagonista por los cómics -a los que adora desde la infancia- permite al guionista y al dibujante ofrecer, sin necesidad de introducirlos forzadamente con calzador, toda una panorámica del medio, desde homenajes a distintas épocas de la historia del cómic (con planchas apócrifas del estilo de la Edad de Oro o de los magazines de terror de la factoría Warren a lo Bernie Wrightson) a la parodia de distintas temáticas más actuales (ojo al apunte sobre los inevitables megacrossovers interplanetarios), pasando por las convenciones de cómics... donde, siendo la presente obra una cabecera de Top Cow, puede verse a cosplayers de The Darkness, Velocity o La Magdalena. Y, por supuesto, termino recomendando su lectura, porque sin ser una obra maestra del género no desmerece el nivel de muchos de los tebeos comentados en esta nota. Y la nota media en este caso es más que considerable.


Título: Twilight Guardian
Autores: Troy Hickman (guion) / Sid Kotian (dibujo)
Editorial: Norma
Fecha de edición: febrero de 2013
88 pp. (color) - 12 €

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