miércoles, 6 de marzo de 2013

52: El año perdido (3 de 4)




Tras publicar Crisis infinita, la editorial ECC se embarca en la edición de lujo en cuatro tomos bimestrales de 52, la serie limitada que hizo historia no ya solo en el Universo DC, sino en el mundo editorial del cómic superheroico estadounidense. Durante un año, y a razón de una entrega por semana, los cuatro guionistas estrella de la casa urdieron una historia río que iba a recuperar el "año perdido" entre el final de la citada Crisis y el arranque de la línea One Year Later ("Un año después") que en ese mismo momento definía a las colecciones regulares de la compañía. Esta es la historia de una colección como no ha existido otra...




El lector sabrá disculparme si a la hora de comentar este tercer (y penúltimo) volumen de la colección recurro de nuevo a citarme a mí mismo de cuando reseñé el primero y el segundo, dado que aquellas palabras siguen vigentes tras su lectura: "a estas alturas todavía no había leído nada de la presente obra por temor a perderme en los derroteros de un universo de ficción que no conozco en demasía. Pero ahora (...) me alegro de no haberla leído en su día, pues se me antoja que debía resultar complicado resistir la espera entre un número y otro aunque su cadencia fuese semanal, dado el interés que despiertan las distintas líneas argumentales que incluye."




Me veo en la obligación de recordar, para los más despistados, que 52 fue una serie de periodicidad semanal concebida, poco más o menos, en tiempo real: los hechos que se relataban en cada número abarcaban una semana completa, de acuerdo con la semana real en que dicho ejemplar aparecía publicado, hasta alcanzar a cubrir totalmente el año perdido del Universo DC tras la citada Crisis infinita. Así, bajo la coordinación de Stephen Wacker primero y Michael Siglain después en el rol de editor, Geoff Johns, Grant Morrison, Greg Rucka y Mark Waid, previamente curtidos en crossovers y macrosagas varios, construyeron un relato de largo recorrido que sirvió para redefinir en cierta medida el estatus del Universo DC por aquel entonces, así como para recuperar a algunos personajes olvidados y crear otros nuevos, e insertar a unos y otros en un relato cargado de intriga y emoción... al mismo tiempo que sentaban un precedente en el campo de la publicación de cómics de superhéroes en formato popular. Junto a estos cuatro guionistas de la casa, volvemos a disfrutar del trabajo del veterano dibujante Keith Giffen a los bocetos, esta vez con Chris Batista, J. G. Jones, Jamal Igle, Joe Bennett, Patrick Oliffe, Phil Jimenez y Tom Derenick terminando lo que él empezó con el fin de darle un acabado visual uniforme a toda la obra.




Pero centrémonos en lo que más interesará al lector llegado este punto: el argumento. En los números 27 a 39, por tanto el tercer cuarto de los 52 que componen la serie y que se incluyen en la presente entrega, el imbatible equipo formado por Johns, Morrison, Rucka y Waid continúan las líneas argumentales paralelas abiertas previamente, al mismo tiempo que desarrollan otras dándole a 52 ese ritmo tan característico marcado por el suspense, la emoción y la inquietud constantes, elementos que debían mantener vivo el interés del público semana tras semana. Y vaya si lo consiguieron: sin ir más lejos, en las páginas del presente volumen el lector podrá descubrir por fin quién se esconde detrás de la identidad de Supernova, intuirá cuál es el destino final de la ex policía Renee Montoya en relación con su nuevo compañero de fatigas Vic Sage, se enterará de qué sentido tiene el último sacrificio de Booster Gold o descubrirá qué ases se guarda en la manga el maquiavélico Lex Luthor en relación con su Proyecto Hombre Común, que ha llenado el mundo de superhéroes de tal manera que las viejas glorias de la Sociead de la Justicia de América ya no ven sentido alguno a su misma existencia.




Pero eso no es todo: para empezar, en el primer capítulo tenemos de nuevo a un apesadumbrado Ralph Dibny que todavía parece estar obsesionado por recuperar a su fallecida esposa, y cuyo empeño lo llevará hasta el mundo de la magia y lo sobrenatural, esta vez en compañía del Doctor Destino. Por su parte, el tándem formado por Renee y 'Charlie', más conocido como Question, prosigue con su misión... Una misión que los devolverá desde el Tíbet al lugar donde empezó todo: Gotham City. Un lugar este donde su destino parece unido al de Batwoman, la nueva y misteriosa luchadora contra el crimen de la ciudad que antes estuvo bajo el manto de protección del mismísimo Hombre Murciélago.




Precisamente Batman, o mejor dicho su álter ego civil Bruce Wayne, protagoniza uno de los momentos más conseguidos de este tramo de la serie. Y es que, como decíamos antes y para que el ritmo no decaiga, el equipo de guionistas se preocupó de salpicar el relato de sorpresas y hallazgos varios que mantuvieran despierta la curiosidad de los lectores. Entre ellos pueden contarse la presencia del muy popular Lobo como nuevo y rutilante fichaje del "equipo espacial" de la serie -Adam Strange, Buddy Baker (alias Animal Man) y la princesa Koriand'r, aka Starfire-, o la creación de la temible Lady Styx, la respuesta de DC Comics al continuo agotamiento al que se estaba sometiendo al personaje de Darkseid como entidad superpoderosa e interestelar del Universo DC, y a quien parecen decididos a enfrentarse los citados héroes espaciales.




Hablábamos antes de los hallazgos con que los autores salpicaron las más de mil páginas que componen la obra. En esta ocasión, el lector podrá disfrutar de varios ejemplos, tanto temáticos como visuales, particularmente brillantes: entre los primeros, la soberbia forma en la que se enlaza la investigación de Ralph Dibny con el momento exacto en el su esposa fue asesinada (recuperen Crisis de identidad si no la leyeron en su día, y si sí lo hicieron vuelvan a echarle un ojo para apreciar el engarce entre ambos relatos); la fugaz intervención de la esposa de Buddy Baker en un par de momentos del relato (el episodio navideño y un supuesto momento muy trágico vivido por su marido); el cambio de actitud de Lobo en un momento determinado de su odisea espacial; el concurso de Atom Smasher y el Escuadrón Suicida, todos bajo la supervisión de Amanda Waller, y su papel episódico pero fundamental en relación a la todopoderosa familia de Black Adam; y, muy especialmente, todo lo relacionado con Luthor y sus protegidos del nuevo grupo Infinity Inc. y el viaje iniciático a la vez que final emprendido por Renee Montoya y Question a Nanda Parbat. En cuanto a los aciertos visuales, destacar varios, como el rastro en forma de interrogante en la nieve dejado por estos últimos, o el desgarrón en la camisa de Luthor asemejando el emblema del pecho del traje de Superman, con el que se cierra por el momento y hasta la próxima entrega el relato de 52.




Para terminar, y como hiciéramos al hablar de las entregas anteriores, debemos señalar de nuevo lo espléndido de esta nueva edición de lujo autóctona: tomo en cartoné, con galería de cubiertas, biografías de los autores (en esta ocasión, la de Greg Rucka)... y con iluminadores comentarios por parte de autores y editores, acompañados de bocetos y textos que ilustran el proceso creativo. Por lo demás, muy pronto aquí en este vuestro blog podréis leer el comentario del cuarto y último volumen de una colección que, como decíamos al comienzo, ya ha hecho historia.


Título: 52 (Volumen 3)
Autores: G. Johns & G. Morrison & G. Rucka & M. Waid (guion) / Keith Giffen et alii (dibujo)
Editorial: ECC
Fecha de edición: febrero de 2013
304 pp. (color) - 25,50 €

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