miércoles, 13 de febrero de 2013
Kung Fu Infinito: Bruce Lee meets George Romero
Cuando un cómic viene avalado por Warren Ellis, uno de mis guionistas favoritos del medio, como poco le doy a ese título la oportunidad que muy probablemente se merece. Este ha sido el caso de Kung Fu Infinito, un tebeo monumental (casi alcanza el medio millar de páginas) que viene firmado por Kagan McLeod -hasta la fecha un ilustre desconodido para el que esto firma- y que Norma Editorial publicó hace apenas tres meses.
Veamos la sinopsis de la obra: "El mundo marcial se está quedando sin vida y las almas perdidas solo pueden reencarnarse en pútridos cadáveres: ¡ZOMBIS! Pero esto no es lo peor. El malvado Emperador está buscando todas las partes de su antigua armadura para poder deshacer la maldición que le condena a ser un fantasma. Un objetivo que los Ocho Inmortales, los grandes maestros del kung fu, quieren evitar que se cumpla. Y para ello recurrirán al joven Yang Lei Kung, quien deberá aprender las mejores técnicas kung fu y enfrentarse al emperador y a sus poderosos generales".
A partir de esta premisa, el autor Kagan McLeod -ilustrador curtido en publicaciones tan reconocidas como Entertainment Weekly, GQ, Newsweek, The New York Times, Sports Illustrated o Time, pero que debuta en la historieta con este título-, amalgama las pasiones que le han acompañado desde niño, como demuestra en su prólogo Colin Geedes, programador del Festival de Cine de Toronto y ex encargado de una pequeña tienda de vídeos (un aspecto que nos recuerda a Quentin Tarantino y su formación como dependiente de un videoclub), de la que McLeod fue cliente siendo un adolescente y donde empezó a vender las primeras páginas de este Kung Fu Infinito a modo de fanzine manufacturado.
Recopilada años después tal y como nos llega ahora a los lectores españoles, y nominada al prestigioso premio Harvey 2012 en la categoría de mejor novela gráfica del año, Kung Fu Infinito es, de principio a fin, una reivindicación de algunos elementos clave de la cultura popular (literaria, pero sobre todo audiovisual) del siglo XX. Concretamente, de dos temáticas tan reconocibles y codificadas como los relatos de artes marciales y las historias de muertos vivientes. Así, todo junto, en un totum revolutum que debería hacer las delicias de todo fanático de la (sub)cultura de videoclub; ya saben, la generación de -de nuevo- Tarantino y todos los que vinieron después.
El resultado es, a pesar de (como decíamos antes) su extensión más que considerable, un divertimento de primera línea; una lectura ligera donde por encima de cualquier otra consideración priman la acción y la diversión; donde destacan las escenas de acción, captadas con gran energía cinética y una concepción de la composición de página y la distribución de viñetas muy influenciada por el montaje cinematográfico; y donde McLeod brilla más como dibujante (al fin y al cabo, hasta el momento se había ganado la vida como reputado ilustrador) que como guionista, aunque en esta última faceta tampoco desmerece demasiado.
En definitiva: Kung Fu Infinito es una lectura de lo más entretenido... aunque quizá el guionista de obras como Planetary o Global Frequency ("Kung Fu Infinito es glorioso y demente, de la forma en que todos los cómics deberían serlo", Warren Ellis dixit) haya sobredimensionado un tanto su verdadero alcance e importancia.
Título: Kung Fu Infinito
Autor: Kagan McLeod (guion y dibujo)
Editorial: Norma
Fecha de edición: noviembre de 2012
464 pp. (b/n) - 25 €
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